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Entradas etiquetadas como ‘material escolar’

Niños en exclusión social por falta de material escolar

Por Pilar Udo

Varios niños yendo al colegio. (ARCHIVO)

Varios niños yendo al colegio. (ARCHIVO)

En ciertos colegios de Torrejón de Ardoz forman cooperativas (como en otros muchos) para cubrir material escolar de los alumnos y los padres han de aportar cierta cantidad. Teniendo en cuenta los bajos o nulos ingresos que algunas familias tienen, éstas dejan de abonar dicho importe.

Al llegar el “Día del padre” o el “Día de la madre”, los niños cuyos padres son deudores no hacen las manualidades. O por otra parte, en Reyes no reciben el obsequio de sus esperadas Majestades. Quedando excluidos. Al sufrir este desprecio, los niños salen llorando desconsolados del cole. Es despreciable e intolerante.

¿Con qué argumentos se puede luego enseñar la solidaridad, la generosidad o el hecho de compartir con los más desfavorecidos lo que uno tiene? ¿Es en el “Día de la Paz”, que se celebra en los colegios con multitud de actividades, cuando florece esa bondad? ¿Y la solidaridad? ¿El día que toca con el KILO de alimentos?

Tratándose de colegios públicos, en barrios humildes, la lección comienza con lo más insignificante y no con la crueldad. No hay porqué forzar a los padres a un pago, cuando muchas familias no tienen ni para zapatos, muchos de ellos están rotos o les queda grandes o pequeños. Carecen del desayuno de la mañana y aguantan con un plato de sopa al día.

Robar en un instituto es gratis

Por Francisco Javier Bernal

Mi hijo de 15 años cursa 3º de la ESO en el I.E.S. Joaquim Mir de Vilanova i la Geltrú (Barcelona). Cuando entró en el primer curso de la ESO, coincidió con la puesta en marcha de la inserción en el sistema del ordenador portátil, lo cual, en principio, parecía una buena idea desde el punto de vista de adecuación a los tiempos que corren.

Este primer año, sufrió junto con otros compañeros, en distintas fechas, la sustracción de su portátil por parte de un alumno al cual, otros alumnos de clase, identificaron como autor. Mi hijo se dio cuenta de ello ya cuando estaba en casa, al mirar su mochila y al hablar con la dirección del instituto, nos comentaron que si hubiera denunciado su desaparición ante el profesorado antes de la salida, se hubiera podido hacer un registro de cada alumno. De esta manera, se realizó la denuncia en la comisaría de Vilanova i la Geltrú, sin poder añadir en ella quién fue el culpable por no tener pruebas fehacientes y por el hecho de ser un menor. Más tarde fue archivada por falta de datos. Durante el resto del curso, mi hijo tuvo que convivir con dicho personaje en clase, sabiendo a ciencia cierta que había sido él. Clase en un IES

La dirección del centro, al tomar cartas en el asunto, se limitó a llamar a los padres del chico e informales del hecho pero no se consiguió nada. Frente a esto no se puede hacer nada y mi esposa y yo, preocupados por el año siguiente y posibles problemas con el profesorado, adquirimos otro portátil.

Hace escasamente unos días, mi hijo, revisando su mochila en el instituto a media mañana, volvió a echar de menos el nuevo portátil e, inmediatamente, denunció su desaparición. Le indicaron que marchara a clase que ya lo notificarían. Esa mañana salió todo el mundo del instituto y nadie hizo nada al respecto.

A parte del valor económico de dichos aparatos, que tal y como está la situación económica de las familias, merece un esfuerzo extra por parte de estas para adquirirlos, lo que más me desarma y me frustra de todo esto es que, desde que son pequeños, intentamos inculcar a nuestros hijos los valores de justicia y equidad para todos, intentando enseñarles que la vida es dura y tiene sinsabores pero también que la maldad, los malos actos, el robo, etc., tienen consecuencias. Trabajar por el bien común te hace noble y que los que hacen daño a los demás, tarde o temprano lo pagan.

Pues el mensaje a nuestro hijos es lo contrario. “Buscaros la vida. Robar es gratis. Si te roban, roba tú ya que no pasa nada». ¿Es esto lo que queremos que aprendan nuestros hijos? Yo no y por ello, comparto mi opinión con todos, en defensa, no sólo de los euros que han costado dichos aparatos sino por el desamparo de mi hijo y mi familia, y aliviar su impotencia y su frustración, para que crea de verdad que los malos actos tienen su consecuencia.