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Entradas etiquetadas como ‘pobreza’

El comedor social desencajó mis esquemas

Por Patricia Domingo (Barcelona)

Pobreza, vagabundos, gente de la calle, desamparados que pueden comer gratis… En esto piensa la gente cuando preguntas “¿Qué entiendes por comedor social?” Pues yo tengo una idea diferente:

Lugar en el que personas individuales o familias puede ir a desayunar, comer o cenar aportando la compensación económica que les sea posible según sus circunstancias. La semana pasada me acerqué a uno de ellos y la experiencia fue increíble. Desencajó todos mis esquemas, me abrió los ojos en este clima negativo en el que nos encontramos y me hizo creer que España puede ver la luz. Que el cambio debe empezar por la sociedad, por un giro de mentalidad.

Las asistencias a estos comedores sociales se están triplicando y lo mejor de ello es que las ayudas también. Los barceloneses contamos ya con al menos un comedor en cada distrito, sumando un total de 17, y los planes de futuro es que sigan creciendo para el próximo año. Pues bien, ahora ya no hay excusa. Uno de cada 4 niños españoles se encuentra en situación de pobreza y sin embargo Comedor socialen los comedores sociales los más concurrentes son las personas de tercera edad.

Tengo la oportunidad de trasladar la verdadera realidad a toda la población. Quiero hacer un llamamiento a todas las personas, amigos, familiares; estudiantes, trabajadores o parados; solteros, parejas, madres solteras, padres, ya sean jóvenes o ancianos. Es verdad que hay crisis, pero es una crisis tanto económica como de valores. Nos hemos sentido engañados muchas veces y nuestro nivel de confianza es cada vez menor, pero aunque cueste creerlo las ayudas existen.

Hay muchas personas que desean ayudar sin esperar nada a cambio, bueno, en realidad sí que quieren algo, y esa es su propia satisfacción interior. Siempre se ha dicho que después de una gran crisis viene el cambio. Los comedores sociales nos ayudan en todo lo que pueden a salir de las peores situaciones en las que nos encontremos. Hay parte de la sociedad que se está convirtiendo en un círculo de ayuda humanitaria, donde cada uno aporta su pequeña miga de pan, que si se uniesen a todas las demás, formarían la Gran pieza. Ahora es el momento de que cada uno decidamos dónde queremos llegar, qué queremos hacer, qué queremos aportar. Ahora es más que nunca un momento del cambio.

Un regidor valiente ante la Iglesia

Por Agustín Arroyo

El alcalde socialista, junto al equipo de gobierno de la ciudad de Soria, han decidido la equiparación del tratamiento fiscal de la Iglesia católica provincial con el resto de los ciudadanos de a pie. Ya va siendo hora de que la mayor multinacional de la Historia desde hace dos mil años empiece a contribuir fiscalmente en serio al bien común y al erario público. Los privilegios, exenciones, prebeCrucifijondas y canonjías son tan obsoletos como anacrónicos y rancios, además de injustos. La Iglesia católica, como institución secular y temporal, atesora un patrimonio en bienes raíces o inmobiliarios que nos podría marear si cuantificásemos su monto total.

La exención del IBI supone la pérdida de muchos miles de millones al erario público. No está España para seguir manteniendo paraísos fiscales dentro de su propio territorio ni corralitos de opacidad insolidaria sacramentada. Va siendo hora, igualmente, de que algún partido verdaderamente laico, y consecuente con esta línea de pensamiento, vaya pensando o exigiendo también la revisión del concordato con El Vaticano que data de 1979. Es cierto que la Iglesia realiza una cierta labor social ligada al mandamiento de la virtud de la caridad, pero también es igualmente cierto que en una sociedad donde reinase la justicia social y la redistribución equitativa de la riqueza no debería existir la caridad como limosna a los más pobres porque estos no existirían. A Dios lo que es Dios y al César lo que es del César aunque se resistan a aceptarlo de buen talante.

¿Por qué tiramos la comida?

Por David Ibáñez Cuerpo

No hace mucho, viendo un programa de denuncia social que trataba sobre la comida que tiramos, se me ocurrió hablar con mi padre, propietario de un restaurante.

– ¿Qué hacéis con la comida que a diario sobra del menú? —le pregunté—. Me refiero a guarniciones o arroces, pastas, etc. (aún sin sus salsas) que debido a su “bajo coste” se preparan para el menú, ya que no se pueden cocer al momento si hay mucho trabajo.

Tirarla – me respondió.

A continuación, viendo mi cara y sabiendo seguramente la razón de mi pregunta, me explicó lo que yo no entendía. Las parroquias y ONG´S a las que han ofrecido en multitud de ocasiones comida preparada no aceptan este tipo de alimentos. Desconozco si por norma legal o moral, aunque espero que legal.Comedor social

Investigando, he descubierto que la ayuda (humanitaria) no acepta ‘sobras’, ya que los que la reciben no deben tener la impresión de que se les da lo que los demás no queremos. ¿De verdad personas que se pegan por un plato de comida en un comedor social no quieren lo que alguien ha cocinado y por desgracia no ha podido vender? ¿Preferirán que lo tiren?

Otra conclusión que pudimos sacar en la charla es que no pueden fiarse de cuándo has cocinado eso. ¿Pero no se puede confiar en alguien que pierde su tiempo en ofrecerse para transportar hasta tu parroquia todo lo que le sobra día tras día, y que además pasa todos los controles de calidad que se le exigen a un restaurante? ¿Aún no estamos lo suficientemente “fastidiados” para que cosas como estas cambien?

¿Dependerá la esperanza de vida de la posición social?

Por  Alejandro Prieto Orviz (Gijón)

Si aspectos tales como la calidad y cobertura de la sanidad pública, la desigualdad entre clases sociales o el acceso a una alimentación adecuada inciden en la esperanza de vida de la población, cabe preguntarse si las previsiones publicadas al respecto pecan de optimismo. Se pronostica que en las próximas tres décadas la media de vida aumentará en unos 5 o 6 años, sin embargo, el Instituto Nacional de Estadística (INE) anunció en enero de 2012 que esta había disminuido unas centésimas. FetoPor otra parte, organizaciones como Cruz Roja, Intermón Oxfam o Cáritas coinciden al señalar que la dinámica de empobrecimiento de las familias y el debilitamiento de las funciones protectoras del Estado están conduciendo a millones de personas hacia situaciones de vulnerabilidad de difícil retorno (un 40% de la ciudadanía podría encontrarse en la pobreza dentro de diez años) y causando una honda fragmentación social. O sea, si la realidad del momento es cruda y los análisis sociales acerca del futuro próximo incrementan la dureza, quizás convenga matizar que la esperanza de vida dependerá en buena medida de la posición social.

Me llamo Francisco… o la coherencia para no ser fariseo

Por Diego Mas

“Me llamo Francisco” se autodenominó el nuevo papa. Y, aun antes de que lo confirmara él mismo, era evidente que se refería al pobrecito de Asís. Ya iba por ese camino antes y ha dado algunos pasos más estos días. Es de esperar que siga por esa senda y abandone también los malos hábitos que se han ido acumulando en el Vaticano, empezando por el hábito blanco, esa presunción de pureza inmaculada, el vestido de los “sepulcros blanqueados”, los fariseos, que Jesús expresamente condenó también por llevarlo. Y prohíba como sacrílego que le llamen “Padre” y “Santo”, pues el mismo Jesús dijo que a nadie había que llamar “Padre” y “bueno”, sino a sólo Dios. Y que renuncie también al “pontificado”, porque el título de “PoPapa Franciscontífice Máximo” romano era el del ingeniero que hacía puentes, y sólo una necia adulación cortesana hizo que se adjuntara al título del Obispo de Roma.

Más aún: eso será sólo un primer e imprescindible paso. Para ser coherente con la sencillez y pobreza evangélica y franciscana, el nuevo Francisco deberá ser también compresivo, como lo era San Francisco y Jesús en cuanto hombre –sin querer locamente imitar sus actos cuando mostraba su divinidad- respetando caritativamente a los demás, todos, mayorías, como las mujeres, o minorías, como los homosexuales. No será como otros, ostentosamente humildes por fuera pero sólo para tapar su soberbia interior, como tantos “piadosos” fariseos. Así no sólo parecerá sino que será otro Francisco, para bien de todos, incluso de los que no comulgan con él.

Aún peor que el “Que se jodan”

Por Luis Escobar HuertaCayo Lara

Las risas, como las lágrimas, revelan la personalidad de sus protagonistas. En el Parlamento, cuando se debatía el tema de los desahucios, en los que IU defendía a los más desfavorecidos, diputados del PP se burlaron de Cayo Lara, ausente desde hace días por enfermedad, gritando: “¿Dónde está Cayo Lara? Le están desahuciando”, refiriéndose a que la sede de IU en Getafe está siendo subastada. En ese nuevo y peor “¡que se jodan!” se une, a la inhumanidad de burlarse de la enfermedad ajena y de su desahucio, el más descarado cinismo, al reírse de la pobreza, que aquí significa honradez, de un partido que no puede evitar un determinado desahucio; y eso en un momento en que todos hemos visto cómo la sede central del PP ha sido durante décadas una cueva de ladrones y corruptos.

 

Niños en la pobreza y comida a la basura

Por Verónica Martín López

Hoy en día, en un país desarrollado como es España, más de dos millones de niños viven bajo el umbral de la pobreza; imagínense que es su caso, o quizás sea realmente su caso, ¿Cuál sería su desesperación por darle a vuestros hijos un plato de comida? ¿Qué hacer al respecto? Que su hijo o hija le pida comer porque tiene hambre y no poder resolverle esa necesidad tan básica y necesaria para el ser humano. Supermercados que tiran toneladas de alimentos al día y se niegan a donar esos alimentos, los tiran sin piedad en buen estado solo porque la fecha de caducidad se aproxima; les importa más lo que es la estética de su comercio que aprovechar estos alimentos y poder entregárselos a asociaciones que los ofrecen y poder dar de comer a niños que no tienen ninguna culpa de la crisis económica. A los que realmente tienen parte de culpa no les falta ninguna de las cinco comidas al día, ni tampoco su sueldo al final de mes. Es intolerable que se arrojen cada año nueve millones de toneladas de comida a la basura y mientras tanto sigamos viendo cómo empeora la situación en este país.

Se comen a los pobres

Por Diego Mas

El Fondo Monetario Internacional –sostenido con nuestros impuestos- dice tener como misión ayudar a los países con problemas económicos; ahora también a España, con más de doce millones de pobres, como denuncia Caritas. Pero, en plena crisis, el FMI, teóricamente una especie de Caritas Internacional, acaba de gastarse medio millón de euros –ellos dicen que “solo” algo más de un cuarto- en una enorme comilona de Navidad para sus empleados.

Más que pollos y pavos, la víctima principal de esos auténticos antropófagos han sido los pobres. Su directora, Lagarde, alabó hace dos meses las medidas “duras, pero valiente y necesarias” de Rajoy, aunque –añadió- produzcan desempleo y hagan que las familias no lleguen a fin de mes. Sigue la tradición de sus anteriores directores, como el millonario predador económico y sexual francés Strauss-Khan, y el político español Rato, que acaba de empobrecer con Bankia a millones y de arruinar el crédito de España. Y todavía hay quienes denuncian como extremistas a los que rechazan ese funesto FMI.

Nuevos objetivos, viejos métodos

Por Agustín Arroyo Carro

Se saturaron emborrachándose de dinero con la construcción especulativa, arruinaron con su pésima y fraudulenta gestión decenas de Cajas de Ahorros que ha habido que reflotar o apuntalar con miles de millones de dinero público, han copado o cooptado el control de casi todos los medios de comunicación y propaganda del país, han arrojado de sus casas a cientos de miles de familias. Y ahora, como no tenían bastante, pretenden devaluar y devastar los grandes buques insignias del medio estado del bienestar que empezábamos a intuir, la Sanidad y la Educación públicas, para, a corto plazo, privatizarlos y apropiárselos, porque se les han muerto, de momento, algunas gallinas de los huevos de oro que quieren recuperar, por ejemplo, en Eurovegas. Quieren encarecer la Justicia y la Universidad para que sólo litiguen y estudien carreras superiores, como antaño, sus vástagos. ¿Qué más tropelías y agresiones tenemos que aguantar a estos homúnculos neoliberales sectarios, que ahora se autodenominan así porque está mal visto proclamarse populistas baratos?

Pasan tantas cosas que parece que no pasa nada

Por Juan Afán Muñoz

No estoy indignado por que se sustituya a la jueza del caso de los eres de Andalucía, tampoco por que la alcaldesa de Madrid se marche a un spa de lujo en otro país (con el fondo de armario turístico que tenemos para hacer patria) y con las víctimas de la negligencia del Madrid Arena aun sin enterrar; ni por la decisión tardía y descafeinada de quitar algunos coches oficiales a los altos cargos; tampoco por los parches no legislados de la que debiera ser obligatoria dación en pago y el perenne goteo de injustos desahucios; tan siquiera por los ejecutivos jubilados y millonarios de los bancos y cajas arruinadas, malos gestores y ricos en su huida hacia el paraíso de la impunidad.

 No estoy indignado por un presidente autonómico que clama cada día una noche de cuchillos largos, un río revuelto y una huida hacia adelante donde no valora los resultados, solo la osadía que da ser un iluminado mientras te sigan en la aventura acólitos que esperan una invasión por aire; tampoco me indignan unos sindicatos que gastaran los últimos cartuchos violentamente para proteger prebendas y pesebres que ven peligrar en su huelga general de la próxima semana.

Estoy triste que no indignado por los 60.000 seres humanos que cada día mueren de hambre en el mundo y yo como ciudadano del mundo me siento impotente y sufro viendo que por aquí cada día hay menos bolsas de basura en los contenedores  y más gente buscando comida aunque sea caducada. Tenemos la mediocridad instalada en el poder y cuando veo a la clase política todo ufanos y sonriendo de cara a las cámaras pienso que debería estar prohibido por ley que sonrían y den esa imagen de felicidad en nuestro Congreso y Senado mientras lo estén haciendo tan mal…quizás olvidan que no es de ellos, es de todos, ¿o es que tal vez tenemos lo que merecemos?