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Entradas etiquetadas como ‘esperanza’

Al hablar de desempleo, ¿qué hay de los que tenemos más de 40 años?

Por Xisco Marín Nadal

Cola en una oficina del INEM.

Cola en una oficina del INEM. (EFE)

Lejos de ser un tópico es una de las realidades que estamos sufriendo hoy en día muchos de nosotros. A mis cuarenta y seis primaveras me encuentro en una situación que nunca imaginé: estar sin empleo desde los cuarenta y uno. He llevado personalmente el CV, lo he modificado varias veces, estoy en varias páginas de empleo por internet, inscrito en agencias públicas y privadas de colocación. Una serie de herramientas que imagino también habréis utilizado.

En esta situación nos hacemos muchas preguntas sin obtener respuesta alguna, lo que hace aumentar nuestra desesperación y nuestra ansiedad. ¿Por qué no tengo un hueco en esta sociedad? ¿Qué he hecho yo para merecer esto? ¿Sirve de algo lo que estoy haciendo? ¿Por qué no me llaman? Eres lo más cuestionado, pero por ti mismo. Estas preguntas son el reflejo de cómo uno se siente después de utilizar todo lo que el sistema nos da para, en teoría, hacernos más accesibles a ese empleo que nunca llega. La impotencia es tal que te pasan auténticas locuras por la cabeza. No ves salida ninguna, pero la mayoría de nosotros nos sobreponemos y no las llevamos a cabo.

Me considero joven, con ganas de trabajar, con una dilatada experiencia laboral, con más o menos estudios pero con conocimientos que sólo con el tiempo se adquieren, con las ideas muy claras y con las ganas más grandes del mundo de aprovechar una oportunidad. No pierdo la esperanza, pero soy consciente de que a partir de los cuarenta no somos lo suficientemente atractivos para las empresas. Laboralmente hay varios grupos en los cuales por la edad hay una serie de descuentos y/o ventajas para las empresas y los que nos corresponden a nosotros son insuficientes para que seamos “apetecibles” laboralmente hablando. Cuando hablan del desempleo en los medios siempre oímos hablar del paro juvenil, el primer empleo, la prejubilación, etc. Pero, ¿qué hay de los que tenemos de cuarenta para arriba? Apenas nos mencionan.

Somos muchos y valemos mucho, solo pedimos una oportunidad, que nos permitan reciclarnos. Todos tenemos ese derecho. Si no, ¿cómo vamos a hacerlo? ¿Pagándonos el reciclaje con un dinero que no tenemos? Creo que el presupuesto dedicado a política social, en concreto el de formación y empleo, podría ser más equitativo y justo con nosotros. De esta manera las posibilidades de tener esa oportunidad que tanto deseamos serían mucho mayores. Mis palabras no son más que los sentimientos de una persona que día a día lo pasa muy mal para salir adelante. Espero que algún día esta carta pueda ser leída por todos vosotros y podamos compartir todo esto que tanto nos afecta pero que tanto nos une.

Solidaridad navideña

Por María José Viz Blanco

Reyes Magos.

La Navidad es, por antonomasia, la época del año en la que florece la solidaridad.

España es un país solidario. Prueba fehaciente de ello es que es líder mundial en donaciones y trasplantes de órganos. Es algo de lo que tenemos que sentirnos muy orgullosos, por ser demostración de un alto grado de generosidad y altruismo. Si hay una época del año que se considere solidaria por antonomasia esa es, sin duda, la Navidad. Hay una gran sensibilización hacia el sector de la población que más sufre, en estas fiestas que ahora terminan. Quisiera hacer mención de dos gestos solidarios –entre los innumerables que abundan, cualquier día y en cualquier lugar- que tienen que ver con el final de las fiestas navideñas, concretamente con la festividad de los Reyes Magos.

En vísperas de la cabalgata, unos vándalos quemaron las carrozas que se iban a usar para la misma en el pueblo malagueño de Arriate. Casi de inmediato, un aluvión de ofrecimientos de ayuda surgió de puntos muy distantes de la geografía española, lo cual produjo asombro en los felices y desbordados paisanos. Por supuesto, la ilusión de la noche mágica por excelencia llegó al pueblo. En A Coruña, los Reyes Magos de Oriente visitan, en la mañana del día 5, a los niños enfermos del Hospital Materno Infantil Teresa Herrera que no pueden estar en sus casas en estas fechas. Sus Majestades, acompañados de una parte de los integrantes de la Agrupación Musical Albéniz, recorren las habitaciones y los artistas van tocando y cantando populares villancicos. Todos los que han podido vivir esta hermosa experiencia resaltan la expresión en las caritas de estos pequeños pacientes, entre sorprendidas y asustadas, esbozando una tímida sonrisa.

Es mayor la satisfacción del que da que la del que recibe. No lo opino yo sola: millones de españoles demuestran continuamente ser unos grandes altruistas. Ni que decir tiene que debemos seguir cultivando esa faceta tan positiva del ser humano, ese lado noble que todos tenemos, aunque comencemos con pequeños gestos que son igualmente importantes para el conjunto de la sociedad.

La batalla que gané

Cáncer de mama.

Una mujer con una pañoleta rosa, color representativo de la lucha contra el cáncer de mama. (ARCHIVO)

Por Rosa Matacás Cámara

Cada día sale de nuevo el sol, para recordarme que sigo sintiéndolo rozar mi cara. Hace ya muchos años de mi gran mal momento, pero aun recuerdo cada minuto, cada día, cada segundo de lucha. Me estremezco cuando recuerdo recorrer por mi sangre, ese liquido que a la vez que me sanaba, también me maltrataba duramente. Pero gracias a eso hoy puedo estar escribiendo estas líneas.

Al igual que muchas mujeres luchan hoy en día por lo mismo que luché yo, es un sentimiento con necesidad de ser compartido. Cada vez que mis ojos se abrían por la mañana, era un pensamiento positivo. «Sigo aquí». Momentos en los que ves que vas a caer, pero en unos segundos vuelves a levantarte. No piensas en nada, ni en nadie, solo en dos hijas que son mi vida y mis ganas de seguir luchando, aunque eso me mate por dentro.

Ver sus caritas, sus ojos clavándose en mi mirada, porque no entienden por qué su madre no tiene pelo. Sentir que siendo pequeñas, saben que no quieren ver a su madre de esta manera. Saber que por ellas esta lucha vale la pena, y no perderte ni un momento de sus juegos, de sus risas y de sus caricias.

Es duro mirarse al espejo y no verte, porque no quieres mirarte. Pero sí es cierto que aunque todo ello es duro, ahora recuerdo aquellos momentos y sé que pude, que me levante, que me sentí orgullosa de haber ganado la batalla. Con ayuda del amor y unas manos familiares a las que poderte coger. El amor de una madre que pasa contigo cada tratamiento, sin mirar lo que le cuesta ver cómo te vas destrozando, cogiéndome de la mano para que se haga el camino más fácil. Y por supuesto un marido al que ves no decaer, al que ves como busca la manera de suavizar todo para ser feliz.

Al final todo en esta vida es lucha, y la mía no es mejor que las de todas las mujeres que lucharon, luchan y seguirán luchando para seguir viviendo y sonriendo a la vida con ilusión.

Los ‘méritos’ de Esperanza Aguirre

Por Ángel Villegas Bravo

Esperanza Aguirre se ha ofrecido como aspirante a la candidatura de la Alcaldía de Madrid porque se considera un activo importante del partido. Lo ha hecho, como de costumbre, anticipándose a Rajoy, segando la hierba bajo sus pies y poniéndole en una situación difícil.

Esperanza Aguirre (JUAN CARLOS HIDALGO/ EFE)

Esperanza Aguirre (JUAN CARLOS HIDALGO/ EFE)

Yo solo quiero recordar algunos de los «méritos» de Aguirre:

1) Lleva toda la vida, desde casi su adolescencia, dedicada a la política; una cara «nueva», por tanto. Justo lo que se requiere en estos convulsos momentos.

2) Llegó a la presidencia de la Comunidad de Madrid tras el episodio del tamayazo.

3) Bajo su mandato se emprendió aquella «brillante» campaña de desprestigio de los médicos de Urgencias del Hospital Severo Ochoa.

4) Es la propulsora entusiasta de la privatización de la sanidad pública madrileña, con sus Consejeros Lamela y Güemes. Y no recuerdo si también nombró a Lasquetty o eso ya fue perpetrado por su delfín, Ignacio González, que viene a ser lo mismo que si lo hubiera nombrado Aguirre.

5) En el PP de Madrid, donde ella manda con mano de hierro, hay diversos implicados en el caso Gürtel (López Viejo, Martín Vasco, Sepúlveda, el llamado «Albondiguilla» y algunos más).

6) Francisco Granados, acusado por la Púnica fue, durante mucho tiempo, su hombre de confianza.

7) Su comportamiento, aparcando su coche en el carril bus en pleno centro de Madrid, y su forma de actuar con los agentes de la autoridad fue «ejemplar». (Aún tiene un juicio pendiente por ello).

Dejemos aparte otros episodios, como ciertos asuntos de espías y sus enfrentamientos con Gallardón. No son necesarios para abonar más la valía de Aguirre y su condición de «activo» del Partido Popular.

¿Dónde vivimos?

Por María Díez

Fotograma de la película 'Peter Pan'.

Fotograma de la película ‘Peter Pan’.

España ha pasado de ser un país donde los sueños se cumplen a un país en el que es imposible soñar.

Nos hemos convertido en el país de Nunca Jamás, donde los niños tienen miedo a crecer porque ya no pueden ser lo que quieran sino lo que puedan, porque cada día cuesta más seguir adelante, porque la corrupción es el pan de cada día, porque la justicia se ha convertido es una palabra sin valor, porque la sanidad es solo para unos pocos, porque estamos dejando de soñar, porque no encontramos una salida, porque los estudios no salvan a nadie, porque las leyes son redes de pesca y encontrar trabajo se ha convierto en misión imposible, incluso para James Bond.

Aquí es donde vivo y, sin embargo, todavía no he perdido la esperanza de que todo cambie y podamos cumplir nuestros sueños. Haciendo de nuestras vidas una película con final feliz. La clave es no rendirse nunca.

El comedor social desencajó mis esquemas

Por Patricia Domingo (Barcelona)

Pobreza, vagabundos, gente de la calle, desamparados que pueden comer gratis… En esto piensa la gente cuando preguntas “¿Qué entiendes por comedor social?” Pues yo tengo una idea diferente:

Lugar en el que personas individuales o familias puede ir a desayunar, comer o cenar aportando la compensación económica que les sea posible según sus circunstancias. La semana pasada me acerqué a uno de ellos y la experiencia fue increíble. Desencajó todos mis esquemas, me abrió los ojos en este clima negativo en el que nos encontramos y me hizo creer que España puede ver la luz. Que el cambio debe empezar por la sociedad, por un giro de mentalidad.

Las asistencias a estos comedores sociales se están triplicando y lo mejor de ello es que las ayudas también. Los barceloneses contamos ya con al menos un comedor en cada distrito, sumando un total de 17, y los planes de futuro es que sigan creciendo para el próximo año. Pues bien, ahora ya no hay excusa. Uno de cada 4 niños españoles se encuentra en situación de pobreza y sin embargo Comedor socialen los comedores sociales los más concurrentes son las personas de tercera edad.

Tengo la oportunidad de trasladar la verdadera realidad a toda la población. Quiero hacer un llamamiento a todas las personas, amigos, familiares; estudiantes, trabajadores o parados; solteros, parejas, madres solteras, padres, ya sean jóvenes o ancianos. Es verdad que hay crisis, pero es una crisis tanto económica como de valores. Nos hemos sentido engañados muchas veces y nuestro nivel de confianza es cada vez menor, pero aunque cueste creerlo las ayudas existen.

Hay muchas personas que desean ayudar sin esperar nada a cambio, bueno, en realidad sí que quieren algo, y esa es su propia satisfacción interior. Siempre se ha dicho que después de una gran crisis viene el cambio. Los comedores sociales nos ayudan en todo lo que pueden a salir de las peores situaciones en las que nos encontremos. Hay parte de la sociedad que se está convirtiendo en un círculo de ayuda humanitaria, donde cada uno aporta su pequeña miga de pan, que si se uniesen a todas las demás, formarían la Gran pieza. Ahora es el momento de que cada uno decidamos dónde queremos llegar, qué queremos hacer, qué queremos aportar. Ahora es más que nunca un momento del cambio.

¿Y tú de quién eres? Una historia de crisis

Por Paula Mateos

¿Y tú de quién eres?, cualquiera que haya tenido pueblo ha tenido que escuchar este pregunta a lo largo de su vida por lo menos una vez. –“Señora, yo soy del Tane”, debía ser mi respuesta cuando iba a Solana de Ávila, el pueblo de mi padre.

El caso es que ahora, la pregunta obligada se ha convertido en dos:

-¿De España, de dónde?

-¿Licenciado en qué?

Eso pasa si, como a mí, te han echado a patadas de tu propio país. Corrupción, desahucios, robos por parte de las cúpulas de distintos partidos políticos, defensa de ladrones, y lo más triste un continuo dar la espalda al futuro de España; sí, el futuro, los jóvenes. Porque aunque el ego de nuestros gobernantes sea mayor que su cara dura, no son los que sostienen el país. No se dan cuenta de que si ellos tienen lo que tienen es gracias a la gente que día a día saca a sus familia adelante con jornales miserables, es gracias a gente que trabaja como becarios por sueldo de mierda o incluso gratis y es gracias a cada uno de los españoles a los que cada día exprimen y oprimen más y más y más; y yo pensando que Franco había estirado la pata… ¡Ilusa!

Estáis acabando con los sueños de una generación entera y de sus familias, estáis acabando con nuestro país, pero sobre todo estáis acabando con nuestra paciencia, no estaremos sometidos para siempre, tendréis más dinero, pensaréis que tenéis más  poder, pero nosotros somos más y somos más fuertes, cada vez que nos dais la espalda nos hacemos más grandes y algún día eso significará vuestro fin.

Esto de vivir en el extranjero, señores, no es tan bonito como lo pintan, hemos huido, sí, pero hasta cierto punto. La mayoría de gente que conozco en Toronto no trabaja de lo suyo, y son licenciados, diplomados o formados en algún campo. Y es tremendamente demoledor escuchar cómo lloramos hasta por trabajar de lavaplatos, sí, de lavaplatos: -“Seré ingeniero de teleco pero por lo menos trabajo”, me decía un chico de 26 años hoy mismo, y no era el único caso; niñeras-abogado, camareras-geólogo, jardineros-ingeniero y un sinfín de profesiones hechas para extranjeros con titulación. Esto pesa como una losa sobre la espalda, y se me cae el alma a los pies al ver que como yo, licenciada veterinaria a 6000 km de Madrid, hay muchos. Y cada día me levanto pensando si alguna vez podré tener mi propia casa, en mi propio país, con mi propio trabajo de veterinaria y mi propio dinero o si, por contra, tendré que depender siempre de mis padres. Me pregunto si algún día se me olvidará todo lo que sé, lo que he aprendido en la carrera, por no poder ponerlo en práctica. Me pregunto si algún día un sueño será volar o conocer a Brad Pitt y no conseguir un trabajo. Me pregunto cuándo tendrá fin la angustia de tantos jóvenes, me pregunto si aún lo soy.

Protesta en toronto

Sé que hoy, “all over the world”, se juntaron personas para chillar muy muy fuerte, de corazón, que deseamos volver, que no es justo, que basta ya, que no es su país solamente, ni el de sus hijos enchufados en puestos bien remunerados, ¡que es el nuestro! Estamos cansados, y muy bien formados, la futura cura del cáncer la puede tener un médico Salmantino que trabaja de camarero en Nueva York y al que no le financian un proyecto de investigación. Y a vosotros, politicuchos, solo os importa ¿quién le regalo los trajes a Camps? ¡A mí como si quiere tener un sastre! Son ustedes los que deberían estar aquí, yo no sobro en mi país, yo no lo hundo, yo intento sacarlo adelante, ¿por qué no se van ustedes? Váyanse dejando su puesto a un buen licenciado en ciencias políticas. ¡Váyanse, yo también los echo!

Y cuando volvía a casa, tras nuestra manifestación en Toronto, se me caían las lágrimas en el metro, lloraba de pensar cuánta gente interesante y válida hay desaprovechada alrededor del mundo que solo desea trabajar de lo suyo en su hogar, en su país, ¡qué gran pecado!  Qué suerte la mía que los he conocido, qué valientes son, qué grandes, los que estuvieron, los que están, los que no han podido venir y están atrapados en España, esos son muy importantes, son los luchadores internos.

Y lloraba, lloraba, lloraba mucho; humildemente una anciana se ha sentado a mi lado, me ha sonreído y me ha dado un pañuelo, y yo mirándola a los ojos le he dicho: -“Señora,  yo soy del Tane”.

Decepcionante fracaso evolutivo

Por Alejandro Prieto Orviz (Gijón)

Hay clasificaciones de los vehículos más veloces, de los quesos más apreciados, de los periódicos más leídos y, por desgracia, de otras cuestiones que ponen de relieve el decepcionante fracaso evolutivo del ser humano en cuanto a sensatez, educación, refinamiento y empatía se refiere. Recientemente, la revista The Economist ha publicado una lista con los mejores y peores lugares para nacer en 2013, ranking establecido atendiendo a variables medibles y a otras de carácter subjetivas que condicionan de manera dispar las oportunidades y la calidad de vida de las personas. Así lo constatan las estadísticas al señalar que, de un país otro del mundo, la esperanza media de vida en 2009 variaba hasta en 35 años, la densidad de médicos por cada 10.000 habitantes oscilaba entre 0,1 y 67, y la renta per cápita iba desde 500 a 54.000 dólares. Han pasado unos miles de años desde el comienzo de las llamadas civilizaciones, y resulta que algo tan circunstancial y aleatorio como es el país donde tiene lugar el alumbramiento aún traza los márgenes del recorrido y las condiciones de luz u oscuridad con las que llevarlo a cabo. Como especie, no está el tema para sacar pecho.