Este blog se convertirá en fósil desde hoy mismo. Cuando haya pulsado el punto final se petrificará y caerá al fondo del anonimato. El último pálpito brillará en la pestaña azul de «publicar» y se acabó.

Fósil. Wikimedia Commons.
Llegó su fin y fue a través de una llamada, esa comunicación que no esperas y que transmite el mensaje fúnebre: tenemos que reducir los blogs, y sonó el tuyo en la mesa de los desahucios.
Así, sencillo, aséptico. Un buen corte, nada de sangre.
Entonces, no sé por qué, pensé en los dinosaurios, que sabían tan poco como yo de las leyes que rigen los recortes económicos, y en los fósiles y los barcos de pescadores de historias hundidos en el Triángulo de las Bermudas de Internet (la web está llena de fantasmas).
Trasdós empezará a aullar desde el fondo abisal, me dije.
Pensé que cada entrada había sido como una especie de trilobite que salía a respirar con dificultad en la superficie siempre revuelta por la actualidad; a partir de hoy, mis bichos ya sin portada, seres del diluvio de la información, no lo harán más en 20 minutos (periódico al que he estado vinculado desde casi su fundación).
Quedarán sumergidos bajo las palabras de otros. Conocerán la web oscura, que llaman deep web, zona remota donde la gente se mueve tapando sus huellas en el fango. Pobrecillos, allí solitos entre rufianes, sicarios y traficantes.
Me gustaría recordar que este fósil llamado Trasdós ha sido el trabajo principal de Jose Ángel González y Helena Celdrán.
Fueron los creadores, quienes lo mimaron y le dieron su fuerza. Ellos unieron sus pulmones, ojos, garras y aletas. Fueron sus dioses, los padres de un Golem que nació mediante una sílaba mágica. Creo que deberían sentirse orgullosos por ello. Hicieron un gran trabajo.
Yo solo aparecí al final, un año y medio atrás, en este planeta que definieron como “un cajón de sastre de curiosidades artísticas”.
Llegué como un paracaidista. Ha tenido su práctica samurái. En muchos de los textos intenté dar lo mejor de mí. Pocas veces estuve contento con el resultado, pero tenía que publicar, me liaba yo solito.
Solo espero, como reza mi presentación, que lo hayáis pasado bien con algunos de ellos.
Hasta siempre.
PD:
Os dejo los enlaces de algunos de los escritos que aporté durante esta etapa: aunque imperfectos, son los que a mí me gustan.
Sed felices, abrazaros al máximo, jugad como lo hacen las marmotas bajo el sol de invierno, poco más vale la pena.
Agradecido a quienes nos leyeron.
Javier Rada
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