La Montaña Mágica está en Huesca

La Montaña Mágica existe y está en Huesca, al norte, en la frontera. Cruzas el pueblecito de Aísa y su recoleta piscina, abandonas los límites civilizados; la carretera te sacude entonces -cóctel de huesos, zumito de plasma- hacia arriba, por oleadas de pinos que te añaden su menta salvaje; superas una curva y al fondo, como en un espejismo, un disparo, o un cuadro de Bierstadt, la visión te apuñala la córnea.

Cuadro de Albert Bierstadt. Sunrise at Glacier Station 1889–90. Wikimedia Commons.

Cuadro de Albert Bierstadt. Sunrise at Glacier Station 1889–90. Wikimedia Commons.

Es un espectáculo. La forman tres pirámides irregulares: desnudas, grisáceas, magentas, torturadas por el viento y las aguas del diluvio, cúmulos presidenciales que sobresalen entre los valles cerrados, y que ocupan el final de todos los caminos.

¡Una Roma del Pleistoceno que atrajo a los viajeros de la Edad de Piedra!

 

Cuando llegas a sus faldas, tras la dura caminata, es hora de juegos: vacas, mariposas, grutas, paredes de cíclope, árboles vencidos, arcadia, murciélagos. Vértigo, desprendimientos, cabeceras de torrentes activos… Un innombrable silencio.

La regenta, a 2.645 metros de altitud, el pico Aspe. Duermen junto a él sus dos hijas, parasitadas por nubes insecto, la Llana de la Garganta y la Llana del Bozo. Triunvirato que goza de la extrañeza de un misterio.

 

Compartir ese misterio -tú y yo, montaña mágica- es un espectáculo íntimo. Sigo aturdido, con la intuición de que nosotros, los visitantes, somos una parte minúscula de ti, una disociación, o mejor dicho, una dislocación de tu espíritu, un suspiro de vida mínimo: ese gratino que camina, que se asombra, y grita. Como la gravilla expulsada de tu piel, o la flora de tu estómago cavernoso –montaña desmedida-, hemos nacido para observarte y callar.

Como el griego de Borges, somos la montaña mirándose a sí misma.

El pico del Aspe tuvo que ser un dios salvaje en los tiempos ya perdidos (aún lo susurran las nubes suicidas y la extrañeza de esta epifanía rocosa); cuando los humanos primitivos enterraban a los suyos entre los desprendimientos, en los pedregales sagrados y circos, conocían el secreto: el lenguaje de dios es el silencio.

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Aspe

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Yo subí este agosto- este agosto negro que me gustaría olvidar– para bañar mi parte invisible con su cara visible. Algo así como una cura, un baño de piedras.

Me senté junto al dolmen de Izagra. Prendí un cigarrillo.

Desde entonces tengo ideas extrañas. El culpable, en estos casos, suele ser el viento.

Pienso en los espíritus que habitarán esta montaña mágica, como partes de la roca madre que deambulan invisibles por el circo de piedra. Creo que entre sus lomas y riachuelos anárquicos, al pie de la pirámide, existen campings fantasma, zonas que solo abrirán sus luces cuando el último visitante se haya marchado de los collados.

 

Lucecitas que brillan sin espectadores, pobladas por centenares de tiendas de campaña que son levantadas por los espíritus de los montañeros muertos. Si me hubiera despeñado, ahora mismo estaría en ese lugar.

Suenan allí las músicas y fanfarrias, que en las partes bajas del valle confundimos con el tañido de las vacas. Estos sonidos excitan el baile de las ondinas, que salen desnudas de las pozas del río Estarrún hacia la pista del circo sagrado, para celebrar en la rave inmortal eso que los mortales habremos olvidado.

Ellas son la montaña que baila consigo misma.

Pero esta historia solo la compartimos el quebrantahuesos y yo.

La Montaña Mágica existe pero no está en Huesca: habita en la cicatriz del que sabe mirar más allá del Tiempo. Es un lugar que convoca al retorno. Un talismán perdido.

 

 

3 comentarios

  1. Dice ser marol

    Huesca es MAGIA, pero seria más si nos abrieran el tunel por Benasque, reinvindicación aragonesa perenne… acceso directo a Francia…

    28 septiembre 2018 | 13:10

  2. Dice ser koper

    AISA x AINSA ????

    28 septiembre 2018 | 20:56

  3. Dice ser Juan Alonso

    Es en Aisa no Ainsa aunque están relativamente cerca…y por mi experiencia sin duda mas bonito y sobrecogedor con nieve…una autentica maravilla.

    29 septiembre 2018 | 20:08

Los comentarios están cerrados.