Un alfabeto de árboles para redefinir el Antropoceno

A veces una idea sencilla altera mis sentidos… Un alfabeto escrito con iconos de árboles, un “alf-abeto”, podemos decir, o tipografía arbórea, arquetípica, como el lenguaje chino, con el que construir, usando el idioma que todo lo reduce, extensos bosques tipográficos.

Katie Holten, Tree Alphabet, 2015, handmade offset print on paper, 308gm, 50 x 70 cm, edition of 50. Signed, numbered and dated by the artist.

Katie Holten, Tree Alphabet, 2015, handmade offset print on paper, 308gm, 50 x 70 cm, edition of 50. Signed, numbered and dated by the artist.

El museo alemán Hamburger Kunsthalle expone estos días la obra de Katie Holten dentro de la interesante exposición Arte y Alfabeto. Corresponden a la serie El alfabeto de los árboles, dibujos manuales hechos en tinta en los que cada vocal y consonante se corresponden con una planta. Holten además ha regalado al mundo su tipo de fuente.

Bosques que son lenguaje. Lenguaje que usa bosques. Una idea sencilla, digo, de esta artista visual y activista, que esconde un poder metafórico; intercala el lenguaje que todo lo tala con el árbol salvaje que cimenta la tierra. Hablar en árboles, comunicarse usando abedules, fresnos, olmos, pinos, crear con palabras tupidos bosques en esta época de catástrofe natural.

Como especie, somos hijos de los árboles; hijos, aquí en el Mediterráneo, quizás de los pinos, las encinas y los olivos. Hijos, en el África olvidada, del baobab del que descendió el primer homínido para montar este estropicio. Soy de los que cree que el mundo tendría una oportunidad si nunca hubiéramos bajado del árbol; creo que aún la tiene si cambiamos nuestra forma de mirar, y obras como la de Holten ayudan a ello.

Un acto simbólico para esta era que queremos llamar el Antropoceno, y que sin saber aún muy bien qué la define más allá del título- «la era geológica de los hombres»-, sabemos que es tiempo de difícil adaptación; se caracteriza porque tenemos menos árboles y más humanos exiliados, menos seres vivos y más máquinas, menos peces y más anzuelos, menos vida y más redes, más incendio y menos primavera, más páramo y menos sombra.

Decimos “deforestación”, que nada significa en su tecnicismo, pero que sería para Holten el resultado de este alfabeto vacío, solo el blanco de un espectro, nada que se pueda decir o leer. Asistimos sin palabras al nacimiento de este tiempo que se traduce en una extinción sin precedentes modernos, que lastrará con su peso la memoria futura como le ocurrió a Funes, el personaje demasiado memorioso de Borges.

atie Holten, Tree Alphabet, 2015, ink on paper, 100 x 70 cm. Installation view of the Art and Alphabet exhibition at the Hamburger Kunsthalle, July 21 - October 29, 2017. Photo by Kay Riechers. Courtesy Hamburger Kunsthalle.

Katie Holten, Tree Alphabet, 2015, ink on paper, 100 x 70 cm. Installation view of the Art and Alphabet exhibition at the Hamburger Kunsthalle, July 21 – October 29, 2017. Photo by Kay Riechers. Courtesy Hamburger Kunsthalle.

Estas son las ideas, entre otras, que subyacen en el trabajo de Holten- que no le gusta definirlo más de la cuenta apelando a la inteligencia del lector- y que plasmó en su libro About Trees (Broken Dimanche Press), viaje sensorial e intelectual, fusión entre narrar historias y arte, que nos lleva desde los átomos primaverales a las pinturas paleolíticas, de la muerte de un ciprés de más de tres mil años a la poesía de los fósiles de Waldo Emerson. Sentía la artista que de alguna forma habíamos perdido el agarre, el sentido de la realidad, porque el lenguaje, dice, está roto.

El árbol es una forma fundamental. El dibujo de sus ramas está representado en las ramificaciones de las neuronas y arterias. Así que aceptemos el juego de Katie, si es que es un juego, porque curando el lenguaje uno se arregla a sí mismo; cambiemos y usemos árboles como gramática para describir un futuro en el que cosamos heridas bajo la sombra. No hablaremos más inglés, español, o chino, en este juego. Escribiremos en árbol. Multiplicaremos los árboles en nuestra mente y tal vez así, por esta sinergia, en la tierra sufriente. Sin árboles aparece el blanco de la hoja muerta. He leído tantas palabras de muerte que apelan al desierto. Tanta posverdad que usa el abecedario como gasolina en agosto.

Levanta si quieres por un segundo la mirada de tu pantalla espejo del mundo: de algún modo puede que vivas en ese vacío…. cemento, soledad, palabras incendiarias, y pequeñas plantas en las azoteas del exilio. Ahora escribe con árboles versos al futuro. ¿Cómo se escribirá en el lenguaje de los árboles futuro? ¿Y amor? ¿Y confianza? ¿Y unidad? ¿Y protección? ¿Y compañía? ¿Y empatía? ¿Y necesidad? ¿Y ayuda? ¿Y ser humano? ¿Cómo se escribirá hogar, bosque y baobab?

Katie Holten, About Trees, 2015

© Katie Holten, About Trees, 2015

A veces una idea sencilla, aunque abstracta y romántica, transmite esperanza… Katie, afincada en Nueva York pero oriunda de Irlanda, hija de una jardinera y artista floral, quiere traducir el Ulises de Joyce al lenguaje de los árboles, como ya hizo con esta sentencia de Borges: “Funes no sólo recordaba cada hoja de cada árbol de cada monte, sino cada una de las veces que la había percibido o imaginado”.

Si quiero jugar a adivinar el futuro me gustaría pensar que los pueblos acabarán leyendo y expresándose, de un modo u otro, en árboles, porque significará que habrán abrazado la necesidad de un lenguaje materno universal. Que en los parques del futuro puedan leerse haikus poéticos sentado bajo un ciprés centenario, sin necesidad de ningún libro o pantalla táctil, solo observando con detenimiento la ordenación de las plantas, me parece una imagen necesaria. Mensajes poéticos escritos con bosques tipográficos. Sembrar ideas en la vida real. Esa es el trabajo de Holten.

A sentence from Jorge Luis Borges's short story "Funes el memorioso" typeset in Trees, from About Trees by Katie Holten, 2015.

A sentence from Jorge Luis Borges’s short story «Funes el memorioso» typeset in Trees, from About Trees by Katie Holten, 2015.

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