Martín Vicente Lozano: el verdadero artista

Si hablamos de los artistas solemos poner de ejemplo, siempre- o casi siempre-, a personas encumbradas, gentes de las que hablan los medios, hombres y mujeres reconocidos; incluso, si no fijáramos bien, veríamos que algunos de ellos ni siquiera lo son (Banksy realizó aquel documental, Exit Through the Gift Shop, en el que explica cómo se puede crear a un artista de la nada: demuestra que solo es necesario que un Banksy diga que uno es artista para que aparezca todo un horizonte de sucesos).

Cuando yo pienso en los artistas, sin embargo, me vienen a la cabeza aquellas personas que enfrentan una difícil vocación, y que no aparecen en ningún medio o solo esporádicamente, cargados, como el resto de mortales, por sus necesidades y deudas vitales, con las puertas cerradas en un espacio muy competitivo donde no siempre rige el valor de la creación.

Composición 1. Autor: Martín Vicente Lozano. Serie: El arte ignorado II.

Composición 1. Autor: Martín Vicente Lozano. Serie: El arte ignorado II.

Un sueño o fuerza irracional que los empuja y que a veces puede parecerles una maldición. La lucha por conseguir ese espacio, por canalizar una vocación que los lanza en una carrera de obstáculos que pudo haber sido diseñada por un constructor de laberintos.

Por eso cuando recibí un mail de un artista llamado Martín Vicente Lozano– al cual no conocía- sentí como una llamada. Percibí su vocación.

Está exponiendo en el centro cultural «Nicolás Salmerón», en Madrid, su nueva colección de pintura titulada El Arte Ignorado II. «Pretendo ofrecer una visión diferente del Arte, desde el punto de vista de los propios cuadros, intercambiando su rol con el de los espectadores que los contemplan», explica. Me parece muy interesante. Es una persona que combina su vocación artística con su trabajo de maestro de educación primaria, un hombre que lucha por buscar su hueco y su público.

Martín Vicente Lozano. Composición a 4 con espejo.

Martín Vicente Lozano. Composición a 4 con espejo.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Un pintor que representa a tantos artistas vocacionales que necesitan apoyo, y cuya obra se titula precisamente «el arte ignorado»; él lo usa como un guiño acerca de la relación de los cuadros con el público, la parte oculta en los soportes y bastidores de los mismos, siempre invisible a los ojos, oscuridad sobre la que Martín pinta y levanta su metáfora.

Yo lo usaré en este post- con su permiso- como metáfora de todos los artistas que no han recibido (quizás aún) la consagración de los medios –el dedo sagrado de Banksy-, y quienes creo que son en realidad los artistas verdaderos; se encuentran a miles, peleando contra ellos mismos detrás de los cuadros.

Un pintor al que le pedí que me explicara que es lo que le mueve a seguir luchando y no ceder en el esfuerzo.

“Lo que espero de mi arte es tan sencillo como difícil de conseguir. Simplemente, me gustaría que mi obra llegara al máximo número de personas posible; en ocasiones, hacerles reflexionar pero, sobre todo, hacerles disfrutar y emocionarse ante mis cuadros. Lamentablemente, eso es bastante complicado sin el apoyo y la confianza de una galería de prestigio, pero seguiré ilusionado con la intención de lograrlo”.

La intención de lograrlo. Otros lo llaman perseverancia. Es ese poder en la oscuridad. La velita de la que hablaba Charles Bukowski, escritor que vivió la mayor parte de su vida borracho, agobiado por un trabajo basura del que huía y volvía, como una peonza indecisa, sin ser reconocido, pensando que nunca llegaría su momento (mantén la vela, la vela debe seguir ardiendo). Y cuando por fin lo alcanzó, y la vela se hizo un monumental incendio, en aquella mansión con piscina y champán, el maestro de realismo sucio solo supo decir: «soy demasiado viejo para esto».

Mantener el fuego, como ese cartero borracho que lanza sus letras de vida, odio, pasión y bilis sobre una máquina de escribir en el cuarto helado. Releer el tiempo y el espacio como en una resaca. La vida del artista es dura.

Todos tienen su biografía y su vela en la que cobijarse cual llama de esperanza.

“Mi trayectoria como artista ha sido continua y esporádica a un tiempo. Continua, porque desde niño siempre me sentí artista y me volqué (en cierto modo me refugié) en las asignaturas de educación artística, dedicándoles la mayor parte del tiempo libre que tenía y del que no tenía también, y participando en pequeños y grandes certámenes escolares, en los que llegué a ganar algún que otro premio; y, esporádica, porque por diversas razones nunca me he podido dedicar al Arte de forma continua y exclusiva. Pero podría decir que mi sentimiento y autoconocimiento pleno como artista, se produjo en 1991, cuando a la edad de 28 años, aprobé el examen de acceso universitario para mayores de 25 años e, inmediatamente después, pasé las pruebas de acceso para la facultad de Bellas Artes en la universidad Complutense de Madrid. Nunca se me olvidará la sensación de orgullo y satisfacción que sentí en ese momento, en el que había cumplido mi sueño”.

MartBLIND Project 1B. Martín Vicente Lozano. Serie: El Arte Ignorado II

Martín se sintió artista desde pequeño, una vocación que suele arrancar así, en la inocencia, en el juego, aunque haya personas que la descubren a edad muy avanzada. Soy de los que cree que la mayoría de nuestros vecinos esconden unas dotes que este modelo educativo y productivo han rechazado, ocultado o vaporizado.

Todos albergamos un don en esta tierra que solo parece valorar la prosa de los números. Cuando uno percibe, sin embargo, que su ilusión peleará a la contra, que la vocación es ese lastre o hobby, valorado por muchos solo como un pasatiempo infantil, es entonces cuando la noche necesita de un nuevo enfoque. Agallas en la penumbra.

Martín nos explica su primera decepción.

“Nada más terminar tercero de carrera, ya hice mi primera y ambiciosa colección de pintura: “Melodía cromática”, basada en sencillos juegos de equilibrio y composición de colores. A pesar de haber entusiasmado con ella a algunos de mis profesores, y después de alguna promesa de ayuda (no pedida por mí), al parecer, no me podía “saltar escalones” y tuve que exponerla de mala manera, a veces a retazos y en condiciones abusivas, en lugares no muy apropiados. La desilusión fue tan grande que pasaron casi diez años hasta que, en el año 2003, inauguré ilusionado una exposición individual con mi segunda colección de pintura: “Paisajes de Mujer”, en el centro cultural “Alfredo Kraus” de Madrid, colaborando en la celebración del “Día internacional de la eliminación de la violencia contra la mujer”.

Carmen. Autor: Martín Vicente Lozano. Serie: El arte ignorado II.

Carmen. Autor: Martín Vicente Lozano. Serie: El arte ignorado II.

Pienso en tantos artistas que murieron sin ser considerados y arruinados. Decepcionados. Modigliani. Kafka. Melville. Pessoa. Nick Drake. Van Gogh. Poe… Éxito póstumo lo llaman. Broma macabra, mejor dicho. Personas que lucharon y se sacrificaron con la mala suerte de que su público se encontraba despistado unos siglos más allá. También me pregunto si con Internet las cosas serían hoy distintas como muchos defienden. ¿Si Poe estuviera ahora mismo twiteando como un loco veríamos su genialidad o deberíamos esperar un siglo más?.

Sea como sea, el artista, el real, el que siente ese fuego que le obliga a caminar, necesita alimento espiritual. Fuerzas celestiales que le recuerden que no está en su destino tirar la toalla. La vocación es una rara llamada que no sabemos en realidad de dónde proviene. Solo diremos que nos define, que forma parte de nosotros mismos, del mismo modo que el pulmón o el hígado nos mantienen vivos.

Querer cercenar un órgano de esta naturaleza, no puede ser sano.

En cuanto a mi motivación para pintar, además de lo ya dicho y de la ilusión tremenda por intentar siempre crear y aportar algo nuevo al arte, sin duda ha sido y es fundamental el apoyo y cariño de algunas personas que han sido y son claves en mi vida. Primero, siempre mi madre, Carmen, mientras pudimos disfrutar de su maravillosa presencia; mi hermana Mari, que a día de hoy sigue confiando en mí, como el primer día; y, desde que apareció en mi vida, en caprichosa sincronía del destino, el mismo verano en que comencé Bellas Artes, mi mujer, Victoria, que desde ese momento se convirtió en mi mayor apoyo, mi musa y fuente de inspiración, y que nunca me ha permitido ni me permitirá tirar la toalla. Después llegó mi hija, de nuevo Carmen, y todos, todos los amigos y familiares que creen o han creído alguna vez en mí, también me han ayudado a no perder nunca esta motivación.

Pero con la motivación no siempre es suficiente, y hay que estar preparados para sortear las piedras que nos vamos encontrando por el camino. Es cierto que los artistas nos tropezamos con muchas dificultades para seguir creando e intentando que nuestra obra trascienda, pero por muy frustrante que sea exponer nuestras obras en un lugar en el que apenas hay visitas, creo que siempre será mejor que tener los cuadros embalados. Tienes que seguir luchando con ilusión hasta el final.

Atrapado. Autor: Martín Vicente Lozano. Serie: El arte ignorado II.

Atrapado. Autor: Martín Vicente Lozano. Serie: El arte ignorado II.

No me corresponde a mí juzgar la obra de Martín Vicente Lozano, que ha expuesto en galerías de Madrid o Vitoria, y fue seleccionada en el “74 Salón de Otoño de Madrid”. Como dije al principio, me parece muy interesante.

Apenas sé de arte, ya lo expliqué en mi post de presentación. No me corresponde juzgar nada de nadie. Solo quiero publicar aquí aquello que intuyo que merece la pena.

En su última exposición Martín plantea un ejercicio atractivo. La historia de los cuadros explicadas al revés, en su reverso: poner los ojos donde nadie suele hacerlo. Martín cree que en el arte no todo está inventado, y esa es la mejor vela que uno puede mantener.

Si vivís en Madrid, y tenéis la oportunidad de visitar su exposición en el «Nicolás Salmerón» (hasta el 27 de enero) hacedlo. Seguro que valdrá la pena. Hagamos de todas las velas un fastuoso incendio. Seamos vocación, arte, impulso

La idea, en efecto, es que los espectadores que están frente a los cuadros de un museo o galería de arte, se conviertan a su vez en los protagonistas de nuevos lienzos. El cuadro pasa a ser espectador y el espectador se convierte en protagonista. De esta forma, en mi colección: “El Arte Ignorado II”, los cuadros se contemplan desde atrás, desde su parte habitualmente oculta. El soporte o bastidor, siempre invisible a los ojos de la gente, pasa a ser la cara vista en las pinturas de mi exposición. Como si de ventanas se tratara, podemos ver a través de ellas siluetas de esos espectadores, personas reales, contemplando cuadros o pasando junto a ellos, en esa maravillosa rutina que se repite constantemente en las salas de exposiciones y museos de todo el mundo, captando así instantáneas íntimas y efímeras de la interrelación de las obras de arte con quienes las contemplan.

Atrapado. Autor: Martín Vicente Lozano. Serie: El arte ignorado II.

Visita Guiada. Autor: Martín Vicente Lozano. Serie: El arte ignorado II.

Ilad. Autor: Martín Vicente Lozano. Serie: El arte ignorado II.

Ilad. Autor: Martín Vicente Lozano. Serie: El arte ignorado II.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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