La playa en la que veraneo ha retrocedido unos diez metros en dos años. Tal vez no sea casualidad. Está siendo un verano de inundaciones en Zaragoza, tornados en la República Checa, de un posible paro del AMOC y un largo e inquietante etcétera. Motivos para sentir ansiedad frente a los cambios planetarios tenemos de sobra. ¿La cuestión es hasta que punto te domina esta emoción? Mientras que en un artículo anterior te daba pautas para gestionarla, en éste te invito a crecer a través de la consciencia.
Si te domina la ecoansiedad puede que seas presa de sesgos de percepción, creencias debilitantes o simplemente ignorancia. En este artículo voy a examinar a cuatro dimensiones comunes: estar desconectado de tu origen, creer que te mereces ser feliz, no haber confrontado a los tres terribles y no tener un propósito más grande que tú. Cada uno de estos aspectos mina tu fortaleza mental aumentando las posibilidades de que el miedo, en este caso la ecoansiedad te ataque fatalmente.
ESTAR DESCONECTADO DE TU ORIGEN
Tu origen es el de los homínidos que sobrevivieron la última glaciación, es el de la estirpe que se sobrepuso a esclavitudes y tiranías. Tal vez tus ancestros resistieron a la Inquisición, quizás salieron con vida de campos de concentración. Seguramente llevas sangre de supervivientes de una guerra fratricida. Provienes de la línea de vida que ha triunfado a pesar de todo, éste y no otro es tu verdadero origen.
CREER QUE TE MERECES SER FELIZ
Vivimos en una sociedad hedonista, en la que el discurso de los derechos nos ha convencido de que merecemos ser felices. Si has comprado esta historia es muy probable que te sientas víctima de la vida. Las víctimas son débiles, sus desgracias se acumulan y no están en contacto con su verdadero poder.
NO HABER CONFRONTADO A LOS TRES TERRIBLES
Si no has confrontado a los tres terribles: la maldad, la muerte y la tiranía, vives como un niño que ha declinado crecer. Aunque no lo sepas, eres Peter Pan y este personaje si bien está equipado para vivir en el país del nunca jamás, se pierde por completo en la vida real.
NO TENER UN PROPÓSITO MÁS GRANDE QUE TÚ
Si no tienes un propósito ambicioso, algo en lo que centrarte, darlo todo y hacerlo tu prioridad número uno, lo más probable es que estés confundido. Esta confusión emerge de querer hacer muchas cosas, sin centrarte en ninguna de veras. Cuando caes en esta trampa tu energía se diluye y tu mente se debilita.
En cambio, si te fijas un propósito retador, contactarás con la verdadera fuerza que hay en ti, aquella que encontró Viktor Frankl y otros supervivientes de los campos de exterminio. Tener un propósito fortalecerá tu mente y con ello sortear la ecoansiedad será coser y cantar.
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Las personas que se han negado a crecer son aquellas que aceptan la tradición del pensamiento heredado, sea religioso, político, sexual, etc… Esas personas, la gran mayoría, no madura emocionalmente. No acepta la realidad de la naturaleza, de su papel en el mundo. Se sienten ajenas a sí mismas, a sus verdades interiores y a sus cuerpos.
Y cuando alguien les propone crecer, patalean como niños malcriados, dicen palabrotas, insultan, porque ven amenazado esa capa de mentira e hipocresía que gobierna sus mentes. Se arman de valor con sus bombas y ejércitos, cuando los ejércitos no son otra cosa que a herramienta con que quieren silenciar esa violencia que choca con al verdad. Crean una imagen de la realidad falsa, distorsionada, para poner en el pozo de sus enemigos una idea absurda e irreal, generalizadora, atada por un tabú a sus instintos.
03 agosto 2023 | 1:27 pm