RESUMEN DE LA CUARTA GALA DE SUPERVIVIENTES 2014
En la lista de cabreos peligrosos están Chuck Norris cuando le miran mal, Esperanza Aguirre cuando la multan y justo después Bibiana Fernández cuando la echan de los sitios.
Bibi no es una diva, es una diviene. Y a ella desprecios los justos. Eso no, alfombra roja y legión de pelotas sí, pero ser expulsada por la audiencia no, eso no, que ella tiene más orgullo que un hidalgo del siglo XVI.
La gala de anoche fue un coñazo por el que se podrían parir diplodocus aunque vinieran de nalgas. Madre que aburrimiento de gala. Se la pones al busto de Nefertiti y se saca el ojo que le queda.
La cosa comenzó con Jorge Javier Vázquez apareciendo entre efectos especiales de rayos cayendo. Por desgracia, ninguno alcanzó a sus pantaloncitos y los prendió en llamas.
Si no fuera porque el muchacho es bajito como para caerse y estar igual de alto que de pie, daría la impresión de que pega el estirón antes de cada gala y le quedan los pantalones pesqueros. Eso sí, la chaquetita de primera comunión y la corbata como de haber perdido una apuesta que no falten.
Nos dijeron que Suhaila ha tenido que regresar a España por un problema grave de salud de su padre. Madre del amor hermoso. Al tío que echó la maldición de Tutankamón le daba miedo la maldición de Supervivientes.
Las principales preocupaciones de los españoles según el CIS son que te lleven a Supervivientes y te pase algo y luego ya el paro, la corrupción y otras minucias del estilo.
A los concursantes se los han comido vivos esta semana los mosquitos. Ahora mismo la tasa de mosquitos obesos en la isla es de 9 de cada 10. La OMS mosquita ha alertado de que la obesidad es la pandemia del siglo XXI en Cayo Paloma.
Lo primero que vimos es que ha sido una semana de convivencia pacífica. Siempre y cuando pacífica significara III Guerra Mundial.
«Qué panda de retrasados», «es un inútil integral«, «no me llames Rafa que es como si me metieras un cuchillo incandescente por el culo», le dijo Nacho el Conciliador a Rafa.
Y después de eso, preguntó: «¿Soy yo el que provoca, orangután?«. No, Nacho, no, no provocas, que va, para nada. Son cosas nuestras, que nos lo imaginamos.
Eso sí, en la gala dijo: «Me da vergüenza escucharme la boca que tengo, yo no soy así, de esos tacos y esas ordinarieces» Sí, es lo típico, te cagas hasta en el tatarabuelo de alguien y luego pides perdón para volverlo a hacer a los diez minutos.
Yo, como no le vea azotándose la espalda con una palmera no le perdono. ¿Dónde han quedado los actos de contrición que acaban con pérdidas de capas de la epidermis? Eso es arrepentirse, maldita sea.
Yong Li dijo que él estaba en modo «zen», pero que le «gusta ver discusiones, porque si no me aburro». Ja ja ja ja. Yong Li se relaja viendo Spartacus: sangre y arena.
La Ronalda tuvo también en directo bronca con Lomano. A ver cómo os explico: Caca Alviento es una tía insoportable. Si ella fuera la única mujer sobre la tierra yo ponía los huevos en la vía del tren y esperaba a que pasara una locomotora con tal de no arrimarme.
Y llegó uno de los momentos más emotivos de la noche: la conversación entre Yong Li y su novia, Yong Lina.
Se conocieron así:
– Yong Li (mientras se golpeaba el pecho con el puño, vestido con un taparrabos).
– Pos Yong soy Lina.
Calzoncillitos Vázquez le dijo a la chiquilla «¡qué guapa eres!», pero lo dijo como sorprendido, como si esperara que la novia de Yong tuviese que ser un cardo borriquero de los que podrían asustar a un orco recién levantado.
La novia, que le dijo «cari», provocando que Yong se echara a llorar como si estuviera hablando con los espíritus de sus antepasados, a lo Mulán.
Lo malo es que con tanto «cari» y tanto «sabes» era como escuchar a una choni poligonera. Por lo que sería una choni china, china choni.
«Estoy feo», dijo Yong Li, que no podía ni hablar entre el llanto. «Pero no te he dicho que no vinieras al plató, que me da una vergüenza que te cagas…» y «¿tus padres ya lo saben, entonces?«, le preguntó Yong a su chica.
Yong estaba llorando desgarrado, como si se hubiera sentado encima de una piña y se le hubiera ido por mal lado.
El chino se puso romántico y le dijo a su novia que va a intentar «hacerla lo más feliz posible». Maldita sea, este Yong es un poeta, el Romeo del oriente. Neruda era un puñetero albañil diciendo groserías comparado con Yong.
Por otro lado, vimos unas inquietantes imágenes en las que Aran Aznar dirigía una sesión de relajación que si la pones en Cuarto Milenio se caga vivo Íker Jiménez. Madre mía: «ves una figura en la oscuridad que se acerca a ti, es tu protector, quédate en paz», les decía en medio de la noche.
Y unos cojones el protector, ese es un psicópata con un cuchillo que te quiere dejar el cuerpo como una celosía.
En la prueba de líder se clasificaron Leo Marginets y Carolina Desove.
Entre otras cosas, la gala fue una mierda como subir al Everest y darte cuenta arriba de que te has dejado la cámara de fotos en la tienda de campaña, porque a la Sobrinoja no le dieron nada de caña.
La muchacha llegó al plató y salió de allí viva y coleando, cuando todo hacía suponer que se le iban a echar encima cual manada de lobos rabiosos.
Le pusieron un vídeo de cómo le han puesto a parir en todos los programas de Telecinco. Entre otros, uno con Mila Ximénez chillando como si se le hubiera metido dentro Belcebú, para a continuación echarse al suelo hacer la croqueta. Cristo bendito.
«He ido a vivir la experiencia«, dijo Sobrinoja para justificarse. Cada vez que alguien dice «he venido a vivir la experiencia» dios mata un gatito, un osezno y a Piolín.
Carolina, en su infinita finura, afirmó: «Se me va la vida por el ojete«. Por si la metáfora no hubiera quedado clara, insistió: «Me cago viva».
«No me importa comerme un mono con psoriasis», aseguró Desove (porque no caga, libera esturiones con la mili hecha), para luego ofrecerse a dedicarle su próximo mojón a Jorge Javier Vázquez.
Pues mira, me uno a la moción. De hecho, os animo a todos a dedicarle a J. J. V. vuestra próxima deposición. Que forma más bonita de acordarte de alguien. Pero no, no enviéis fotos, por favor.
¡¡¡¡Y A LA CALLE BIBIANA!!!!
Sí, aquí llegó la pataleta de Bibi. Como bien sabéis (los ríos de España no sabéis por donde pasan, pero esto sí, ¿eh, pillines?) no se van a la calle, sino a la otra isla, pero eso la chica Almodóvar no lo sabía.
Aprovecho para destacar la transformación física de Bibiana Fernández en la madre de Hans Topo. Cada vez tiene los ojos más pequeños, que parece que le están mordiendo la cara dos pulgas culonas y cada vez está más reseca. A ver si la pueden dejar una noche en agua para que se rehidrate cual garbanzo.
«La audiencia será soberana, pero a veces es muy cutre«, dijo Rossy de Palma, sin ponerse colorada teniendo en cuenta que llevaba un pañuelo choni sobre un moño que parecía el culo de un perezoso con pañal de diseño.
Y entonces llegó la rebelión de Bibi.
Llegó a la otra isla en la barca y diciendo que «no se baja de la barca«, que «qué circo es éste», que «si la audiencia dice que se vaya, ella se va». Y «que se pongan como quieran», que «no se queda de segunda».
DIVISMO ILUSTRADO
Dijo que no se bajaba de la barca hasta que se lo explicaran bien todo. Jorge Javier le dijo que habría un nuevo televoto, que decidiría entre ella y Aran Aznar.
Bibi reaccionó pidiéndole al público que la sacara, que ella se iba a su casa y que ya quedarse como que no. Si esta mujer llega a ir en el Titanic se la encuentra James Cameron en un camarote enfurruñada y pidiendo una explicación.
«Me están haciendo un lío«, decía Bibiana como si le estuvieran vendiendo preferentes a pie de playa. Peeeero, resulta que la audiencia, de repente, decidió que se quedara y que la expulsada fuera Aran Aznar.
Ah, entonces sí, entonces dijo que vale, que se quedaban «con un coñazo», pero que vale.
El juego de líder, entre Leo y Carolina, que a mí me parece como ver a dos langostas en el acuario de una marisquería, lo ganó Carolina, más que nada porque Leo aguantó unas pocas milésimas de segundo bajo el agua. Es la Usain Bolt de la apnea.
NOMINADOS: LOMANO (por el grupo), RONALDA (por los bonitos) Y YONG (por la líder, Carolina).
Y así quedó la cosa, amigos y amigas…
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