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Casi enteros: un blog sobre los medios de comunicación, la publicidad, su papel en la financiación de los medios, la investigación y otros temas relacionados con todo esto

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¡239 minutos diarios!

¡Vaya! Por un minuto no hemos llegado a las ¡4 horas! diarias de consumo de televisión.

Casi 60.000 millones de horas (4 horas x 365 días x algo más de 40 millones de españoles mayores de cuatro años)  empleadas el año pasado en ver televisión.

Y todavía hay quien dice que la televisión está en peligro ante el avance de las nuevas tecnologías. En 2011 se volvieron a batir todos los récords de consumo de televisión: la media del año se quedó en esos 239 minutos, pero es que el mes de diciembre llegó hasta los 259.

Se trata de la televisión tradicional, la que mide Kantar Media (el antiguo Sofres AM), o sea consumo de televisión en el hogar principal, en televisores de al menos 14 pulgadas. A eso habría que sumarle el consumo en bares y hoteles, en segundas residencias o en receptores de menor tamaño.

Está claro que cinco millones de parados tienen mucho tiempo libre para ver la televisión y así subir la media de los que trabajamos y tenemos un consumo de medios diferente. Pero también está claro que no se cumplen las profecías de algunos apocalípticos que han anunciado una y otra vez la muerte de la televisión ante el avance de los nuevos dispositivos…que en muchos casos también se usan para ver, de otra forma, contenidos de televisión.

La televisión es una forma de distribución cultural muy democrática; hace ya muchos años que prácticamente toda la población tiene al menos un televisor en su casa. En contraste Internet todavía sigue presentando barreras de entrada culturales y de precio para mucha gente, lo que ha hecho que se profundicen lo que se vino en llamar brechas digitales. Además, el avance imparable de la tecnología hace que  se generen élites cada vez más distanciadas, no ya de quienes no tienen acceso a Internet, sino de la inmensa mayoría que hace un uso normal de Internet, muy lejos de la utilización de todo su potencial.

Parte del consumo de televisión se hace de manera simultánea con internet, como podemos ver en las redes sociales: los programas de mayor audiencia son, casi siempre, trending topping en Twitter. El tiempo así se multiplica, con la multitarea.

Este año he echado de menos el informe anual sobre televisión que el día 2 de enero publicaba Corporación Multimedia. Desde aquí un abrazo para Eduardo García Matilla y Carlos Arnanz.

El que no ha faltado ha sido el de Barlovento Comunicación; el equipo de Ricardo Vaca, que siempre competía para salir unos minutos antes, o a veces después, del de Corporación.

Puestos a echar de menos, a recordar, los magníficos resúmenes que José Ramón Rubio hacía en TVE, (y que varias veces reprodujo la AIMC en sus boletines)los perdimos desde su prejubilación. Mi cálculo (aproximado en mi caso) de las horas totales de visionado es un pequeño homenaje a un buen amigo que ahora vive mucho mejor que yo.

La televisión sigue batiendo récords de consumo

Se ha hablado mucho de la feroz competencia que nuevos dispositivos, en especial el ordenador y el teléfono móvil, ejercen sobre el televisor en la captura de nuestro tiempo.

Más aún, en los últimos años la EIAA (asociación europea de publicidad interactiva) nos suele regalar un informe en el que habla de que internet ya ocupa más tiempo que la televisión y suele tener una amplia y generosa acogida en los medios. El estudio sólo se refiere a internautas, pero eso nadie lo dice.

Pues bien, la verdad es que el consumo de televisión no deja de aumentar y este año viene batiendo récords mes tras mes (lo explican muy bien Eduardo García Matilla y Carlos Arnanz en el artículo enlazado). Y nos referimos a la televisión vista en el televisor, al que un español medio dedica ya casi cuatro horas de cada uno de los días. En los ocho primeros meses del año el consumo ha aumentado en promedio 8 minutos, sobre el año anterior, que ya había tenido un consumo muy elevado.

Cada vez que ha habido un incremento significativo en la oferta, el consumo ha aumentado. Ocurrió cuando aparecieron las cadenas privadas; volvió a ocurrir con el primer desembarco de cadenas digitales por satélite; de nuevo cuando se pusieron en marcha Cuatro y La Sexta y está volviendo a ocurrir ahora con la generalización de la TDT y la llegada de nuevos canales a muchos hogares.

Es muy probable que la crisis económica también esté colaborando. Más parados son más potenciales televidentes de muchas horas; además es la opción de ocio más barata para quienes tienen dificultades para llegar a fin de mes.

Pero también hay otros motivos: los niños, el grupo que ve menos televisión tienen ahora una mayor oferta entre la que elegir; la población española envejece y los ancianos son quienes disponen de más tiempo para ver la televisión, que es la actividad a la que dedican más tiempo.

Los éxitos del deporte español también pueden haber contribuido a este incremento del consumo. Incluso el clima, con un invierno más duro y largo de lo habitual en los últimos años, podría haber ayudado.

En cualquier caso, la televisión tiene cuerda para rato.

Eso sí, las audiencias se reparten de una manera cada vez más igualada entre un número muy elevado de cadenas. La audiencia está sumamente fragmentada; la cadena líder puede serlo con menos del 15% del total.

Para los anunciantes, que además no pueden llegar a los espectadores de TVE, que entre todas sus cadenas se acerca a un cuarto de la audiencia total, la vida es ahora mucho más complicada.

Hay que repensar el modelo televisivo

La semana pasada se celebró en la UIMP de Santander un curso sobre este tema. Veo en Panorama Audiovisual una reseña sobre la mesa redonda en la que participaron entre otros dos buenos amigos míos: Eduardo García Matilla y Enrique Bustamante.

El cambio hacia la TDT ha sido un éxito desde el punto de vista de organización (casi nadie creía que fuera posible llegar a tiempo y se llegó sin grandes problemas) y también desde el tecnológico (en una gran parte de los hogares se ve ahora la televisión mejor que antes y además ha crecido notablemente el número de canales que pueden verse).

Pero si lo contemplamos desde el punto de vista de la variedad de contenidos el éxito es mucho menor: una buena parte de los nuevos canales no pasan de ser tertulias radiofónicas televisadas (y en muchos casos con un mismo sesgo político) o se dedican a reponer programas muy anticuados. Seguramente mucho menos de lo que se esperaba.

Tampoco desde el punto de vista publicitario se ha producido el anunciado aumento de la competencia. Todo lo contrario, al haberse eliminado la publicidad de TVE y al permitirse las fusiones entre cadenas, el mercado se está contrayendo hacia un número mínimo de competidores, lo que ha llevado a fuertes incrementos de precios sin que disminuya la saturación y, por tanto, la pérdida de calidad y de eficacia del medio. A todo esto se ha unido la comercialización conjunta de cadenas, sobre la que ha abierto expediente la Comisión de la Competencia.

Todo parece indicar que el actual modelo de televisión es insostenible y que, aunque sea muy reciente, está pidiendo a gritos una revisión. El medio necesita recuperar calidad, desde el punto de vista de la variedad de los contenidos pero también desde el de la eficacia y la lógica publicitaria.

Quizá nuestro mercado no pueda mantener treinta canales en abierto con una calidad adecuada, pero tampoco parece lógico que todo ese número de canales se acabe concretando en sólo dos grandes ofertas comerciales.

Personas como Enrique y Eduardo pueden ayudar mucho en la redefinición del modelo de televisión que necesitan nuestro país y nuestro mercado..

Matar moscas a cañonazos

Hace unas semanas, coincidiendo con la culminación del pagón analógico, se presentó el libro La industria audiovisual en España, un libro coordinado por Corporación Multimedia.

Se trata del resumen de una investigación cualitativa basada en grupos de discusión de expertos y entrevistas en profundidad a un buen número de personas, entre las que tuve el honor de estar.

En la presentación, mi amigo Eduardo García Matilla, Presidente de Corporación Multimedia habló de las ventajas del nuevo escenario que se avecina. Entre otras cosas destacó que los publicitarios, que hasta ahora hemos matado moscas a cañonazos, podríamos hacer disparo de precisión.

Suelo estar de acuerdo casi siempre con Eduardo, pero esta vez no lo tengo tan claro. Mientras la nueva oferta de canales no se especialice y siga buscando en todos los casos el mismo tipo de público mayoritario, creo que seguiremos usando los cañonazos, aunque ahora muchas de las moscas (las que estén viendo cadenas de TVE) seguirán estando fuera de tiro.

Para determinado tipo de productos, muy mayoritarios, los cañonazos no son tan malos. Si al disparar a las moscas cae alguna avispa y compra el producto, bien venida sea.

Eso sí, cada cañonazo ahora nos está saliendo más, mucho más caro.

Otro problema que debemos abordar es el de la medición. Seguimos apostando a televisión una parte importante del dinero de los anunciantes. Pero una cuarta parte de la audiencia es inabordable y otra cuarta parte está mal medida.

El sistema de medición que utilizamos es adecuado para medir canales grandes y audiencias grandes, pero hay que buscar otras soluciones para el nuevo panorama de audiencias sumamente fragmentadas.

Es un problema que el mercado debe afrontar cuanto antes.

La 1 ganó en diciembre

Se veía venir.

El mes de diciembre ha supuesto un triunfo claro para TVE 1.

Estoy de vacaciones y no he podido ver los resultados en detalle. Pero veo la reseña del magnífico resumen que, como siempre puntual a su cita del 2 de enero, hace mi amigo Eduardo García Matilla, de Corporación Multimedia.

La 1 ganó diciembre y agosto. El resto de los meses fue para Tele 5 que ha sido la ganadora del año, pero también la cadena que más ha caído. El modelo de Tele 5 parece estar agotado; ha mantenido un prime time fuerte entre semana, pero se ha hundido en otros periodos del día. Por el contrario la 1 ha consolidado un day time fuerte, aunque varios días ha fallado en los momentos claves de la noche.

El consumo de televisión no deja de aumentar: este año, con 227 minutos, se ha batido de nuevo el récord. Esa supuesta sustitución de la televisión por otras pantallas sólo es real entre los jóvenes. El grueso de la población sigue cada vez más enganchado a la televisión.

El mayor aumento de consumo lo consiguen los Canales Temáticos.

Por su parte la TDT ha supuesto en 2008 un 15,6% del consumo. Un crecimiento importante pero una cifra aún pequeña si se piensa en que justo dentro de 15 meses debería desaparecer la señal analógica en España.

Quiero agradecer el apoyo que los lectores de este blog han dado a mi felicitación de cumpleaños a Usúe. La iniciativa 3.000 visitas ha tenido mucha repercusión. Si alguien quiere seguir apoyando,puede hacerlo pinchando en este enlace.