Reflexiones de una librera Reflexiones de una librera

Reflexiones de una librera
actualizada y decidida a interactuar
con el prójimo a librazos,
ya sea entre anaqueles o travestida
en iRegina, su réplica digital

Contra el calor Miguel Strogoff y Colmillo Blanco

Imaginaos una tórrida tarde de sábado con los termómetros al rojo vivo en reginaexlibrislandia. El aire acondicionado en pie de guerra, unas cuantas cajas por mover y el agotamiento acumulado tras una cadena de noches de mal dormir.

Con la neurona a punto de ebullición uno de mis libreros y yo buscábamos alguna manera de devolver a esta bendita estación sus golpes de calor ‘a lo regina’, es decir, a librazo limpio

¿Y si leyendo algo ambientado en lugares gélidos pudieras dar esquinazo a estos calores estivales?

Solté mientras rumiaba la certeza de otra noche más de pegajoso insomnio.

Librero: Mmmm, bueno, puede funcionar. Si hay libros que me despiertan unas ansias irrefrenables de hacer según que viaje, como En el camino de Kerouac, o La ciudad de los ángeles caídos de John Berendt, igual hay otros que me quitan estos calores…

Regina: ¡Claro! O esos otros con manjares de letras que te empujan a la nevera para atiborrarte de lo que encuentres, en plan Como agua para Chocolate, o la misma Chocolat de Joane Harris.

L: Si, la verdad es que podíamos probar, porque otra noche infernal de éstas acabarán conmigo. Pero tiene que ser algo glacial pero ligerito, como de aventuras.

R: ¡Uy! Yo creo que voy a probar con Miguel Strogoff, de Julio Verne. Llevo décadas sin volver a él pero me apetece un paseito frenético por la estepa siberiana a bajo cero, con toda esa nieve y a Nadia llegando a ser mis ojos. Si, seré ‘el correo del zar’.

L: A ver, déjame que piense

R: ¿Qué tal algo de Dickens? Siempre hay alguna criaturita pelada de frío en ese sórdido Londres

L: No, creo que Dickens no. Mejor Jack London, sí, eso ¡Colmillo Blanco! Para mi vergüenza te diré que no lo leí, pero es uno de esos títulos que siempre están ‘en mi lista’ de lecturas pendientes. Va a ser esta noche, mira tú…

Así que echamos el cierre y abandonamos reginaexlibrislandia él con Colmillo Blanco de Jack London, y yo con Miguel Strogoff de Jules Verne bajo el brazo con la promesa de darnos parte mutuo esta mañana del resultado de nuestro experimento literario.

Y así hicimos vía telefónica:

Regina: ¿Qué tal por Alaska con Colmillo Blanco?

Librero: Increíble, pero funcionó. Me aisló del calorazo de tal manera que cuando me quedé frito fue como si mi cuerpo hubiera regulado la temperatura corporal. ¿Y tú?

Regina: Pues lo cierto es que yo también dormí como una reinona tras una velada siberiana con Storgoff

Y vosotros, queridos, ¿utilizasteis alguna vez un libro como regulador térmico? ¿Alguna otra sugerencia de lectura ‘bajo cero’ para combatir a librazo limpio los golpes de calor el resto del verano?

11 comentarios

  1. Dice ser armstrongfl

    No se me había ocurrido, pero es una buena idea. Literatura como en pastillas analgésicas. jjajjajja.En el Sur no vendría mal algo como «Miguel Strogoff».

    30 noviembre -0001 | 0:00

  2. Dice ser Juan

    En las montañas de la locura, de H.P Lovecraft:)

    27 julio 2008 | 14:10

  3. Dice ser cristania

    Las montañas de la Locura de HP Lovecraft, andando por un desierto de 50 grados excelente regulador de temperatura.

    27 julio 2008 | 16:21

  4. Dice ser AL

    La Doncella de Hielo no es de nieve pero sí de sombras. 🙂 A lo mejor no lo conoces, porque el autor, cuyo nombre no recuerdo, era más bien un guionista de cine y… eso sí creo recordarlo, fue el que escribió el guión de «Charada»… la novela es muy divertida y en penumbra.

    27 julio 2008 | 17:17

  5. Dice ser SASY

    no solo colmillo balnco tambien the call of de wild de jack london es muy bueno y sumerge en un mundo helado es la versiomn opuesta de colmillo blanco un perro de ciudad calida arrastrado por la fiebre del oro a los parajes mas helados del norte

    27 julio 2008 | 19:59

  6. Dice ser SRYA

    ¿y por qué no hacer lo contrario y aprovechar este calor y el bochorno? Utilizarlo para ambientarnos aún más… No sé… un libro de Tagore, o de Arundhati Roy. Aunque yo en vacaciones siempre recomendaría Mi familia y otros animales de Gerald Durrel… y sus secuelas… divertidos… y muy mediterráneos.

    27 julio 2008 | 20:34

  7. Dice ser Melisa Tuya

    Jack London es genial, me chifla. Lo descubrí siendo niña y lo redescubrí no hace muchos años. Tiene algún relatillo de ciencia ficción tremendo de bueno 🙂

    28 julio 2008 | 8:21

  8. Dice ser Melisa

    SRYA, Durrel es fantástico. Y ha escrito mucho más que Mi familia y otros animales: libros sobre sus viajes animalísticos, cuentos infantiles. Te recomiendo todo lo suyo.

    28 julio 2008 | 8:22

  9. Dice ser Tomás

    Coincido con la elección de Regina y de otro lector que ha comentado aquí. «Miguel Strogoff», de Julio Verne y «Colmillo Blanco», de Jack London son 2 apasionantes e inolvidables clásicos de aventuras que transcurren en ambientes nevados y helados. Del mismo autor de «Colmillo Blanco» es muy recomendable, como dice otro comentario, «La llamada de lo salvaje» y la colección de historias cortas (y no por ello menos inolvidables e impactantes) «La quimera del oro». 4 lecturas imprescindibles.

    28 julio 2008 | 8:43

  10. Dice ser TekindusT

    «En el blanco» de Ken Follett se ambienta en Escocia durante una terrible tormenta de nieve, mientras que más de la mitad «La conspiración» de Dan Brown se desarrolla en Círculo Polar Ártico… No son obras maestras como los mencionados arriba, pero si tienes una imaginación desbordada van bastante bien.

    28 julio 2008 | 16:31

  11. Dice ser maria

    Verano del 2003 (creo) en el Norte de España muchísimo calor, no refrescaba por la noche… y yo con el «Caballo rojo » de Corti, los pobres italianos muriendo congelados en el frente ruso… el asunto era dramático pero a mí me consolaba que la gente lo pasara peor que yo.

    11 agosto 2008 | 18:40

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