Definitivamente hay momentos en que una ha de saber cuándo cerrarle la bocaza a las musas, queridos.
O al menos a las mías, que amparadas en su invisibilidad y al abrigo de la aparente quietud de reginaexlibrislandia parlotean y parlotean mientras sobrevuelan en círculos mi pelucón. Aunque saben que las freno en seco cuando se ponen demasiado creativas, las condenadas aprovechan cualquier descuido para ponerse en plan Cyrano y erigirme en ideóloga de iniciativas descabelladas. Y, claro, siempre lo hacen cuando hay testigos, para que no haya marcha atrás.
Hoy me la han vuelto a jugar, y esta vez fue con parte del método regina exlibris de lecturas, ese que ha hecho de mí el ser que soy y que os habla, mi radiografía espiritual. Han sugerido que desenpolve mis constelaciones literarias, los mapas de libros y autores que iba trazando tras jugar a mi juego de la Oca de lecturas, que es como casi siempre pasé de novela a novela (y leo porque me toca).
Además de por esos libros que explícitamente te llevan a otros siempre he sentido cierta devoción por las citas que preceden a una novela. Adoro toparme con ellas antes de zambullirme en el inminente mar de letras que se abre ante mí a la vuelta de esa página. Veo en ellas la esencia del libro que tengo entre manos, pero también un nuevo referente literario para mi, especialmente si la novela llega a gustarme.
De esta forma, por ejemplo, Carmen Martín Gaite me llevó a Carmen Laforet y a Merce Rodoreda una vez y a Djuna Barnes otra. O cuando llegué a un desconocido Jonathan Swift de la mano del inesperado John Kennedy Toole mientras, poco después, John Irving me metió de lleno en Thackeray y Mishima a Baudelaire. Por no hablar de las indicaciones de Borges hacia Jack London, Gustav Meyrink, William Beckford o J. Cazotte.
Si, queridos, como los caminos de la Madre Literatura parecen inescrutables en su día para no perderme me dio por garabatear mis constelaciones literarias: planos de autores y libros, diagramas de quién me llevó a quién y desde qué novela salté a esa otra.
Ese es parte de mi secreto y quizás podría confeccionar varios murales para colgarlos por reginaexlibrislandia y que orienten a los peregrinos que hacen escala en mis confines. ¿O no? Mmmm…
Y vosotros, queridos, ¿os trazáis mapas semejantes? ¿son los libros los que os indican qué leer a continuación? ¿Recordáis alguna novela que os llevara a otra, o a un autor que os sugiriera otro entre líneas?
Sí, Reina. Muchas. A veces, leyendo blogs, hablando con amigos, escrutando críticas sobre libros, ojeando portadas atractivas de libros.Un ejemplo, el más inmediato, había leído a Juan Rulfo y no había podido con «Pedro Páramo», y el Duque de Corso citaba al autor y su obra como una de las lecturas favoritas de un personaje en «La Reina del sur» y volví a leer «Pedro Páramo» y me gustó, esta vez.
05 marzo 2008 | 8:59
Pues si, claro que si, aunque solo sea por el tema, ya no por otro autor. A mi me encanta la literatura de terror, y en su dia me dedique a stephen king, despues con anne rice y con el genial lovecraft, pero tambien me gustan los temas filosoficos, y de un Arthur C. Clarke pase a un Isaac Asimov, pasando por un J.J. Benitez del que aun no se que creer…Vaya clientela que tienes guapa, por cierto, me encantan tus ojos. 🙂
05 marzo 2008 | 9:34
Sin lugar a dudas. En mi caso, recuerdo en especial los recopilatorios de historias cortas, como las que publica Timus Mas, tales como «Hombre lobo insólito» o «Frankestein insólito». Los prefacios, haciendo un repaso sobre los orígenes de la literatura gótica protagonizada por el monstruo de turno, son verdaderos guías para quien quiera leer más o conocer las mejores adaptaciones al cine. Lástima que muchas veces, sobretodo cuando se citan relatos del siglo XIX sea difícil poder dar con ellos.Por lo demás, si el estilo de un autor resulta atrayente, es lógico pensar que otros libros suyos puedan ser igual de entretenidos. David y Leigh Eddings y sus frases rotundas crean verdadera adicción, en todas sus novelas.Hablando de citas, hace poco encontré una que es la mejor que he leído en mucho tiempo: «Todas la novelas tienen un mismo error: todas acaban en algún momento.»
05 marzo 2008 | 13:58
me pasa lo mismo, y te lleva a libros de temática relacionada o del mismo autor, o de las dos cosas.
05 marzo 2008 | 15:40
Hola a todos!!Si me ha pasado de leer una novela nombrar un autor.pasarme a ese autor luego a otro.Sin ir más lejos un amigo me regalo un libro «El diccionario del amante de Venecia» De Phillip de un filosófo francés dentro del libro hacía referencia a muchos autores.Así descubrí nuevos autores que no sabía. Y conseguí un nuevo mapa de constelaciones literarias.Abrazos!!S.R.
05 marzo 2008 | 16:25
Pues sí que me ha pasado. El caso más evidente es el de los Durrell. Yo era una ferviente lectora de Gerald, y por curiosidad me puse a leer a su hermano Lawrence. Muy bueno, aunque debo decir que, pese a que literariamente es muy superior y no tiene nada que ver, me sigue gustando más Gerald.Y también me pasa con editoriales: si leo varios libros de una editorial que me gustan, es muy probable que lea más de la misma, aunque no tengan nada que ver. Me ha pasado sobre todo con Salamandra, Lumen y Libros del Asteroide.
05 marzo 2008 | 21:20
Al leer el enunciado creí que iba usted a describir una forma de leer con alguna ventaja , tal vez ,rapidez, tal vez comprensión , tal vez alguna otra cosa interesante , no es asi, pero bueno le cuento : a mi siempre me ha gustado aprobechar el tiempo al maximo y la verdad leer un bloque de tres quilos de papel con millones de descripciones y eso lo odio . he leido «Los pilares de la Tierra » de casi mil quinientas páginas y estoy destrozado, no puedo decir que la novela es mala , la novela es muy buena , pero si yo hubiera tenido esa idea para ese argumento , creo que lo habria resumido en unas ciento cincuenta páginas como mucho. en fin que quiere que le diga yo pienso así y lo que escribo es así ,lo mas breve posible, con los personajes imprescindibles y las palabras justas que Dios me dá a entender. Esta es la web donde tengo una pequeña muestra de mi humilde obra ,me gustaria que le echasen un vistazo; en solo tres meses me han leido más de sesenta mil veces y estoy muy satisfecho, aunque pienso llegar a un millón si Dios quiere. Gracias.http://www.antoniolarrosa.com
05 marzo 2008 | 23:11
Sr. Larrosa, decirle que, aun sin creer que «Los Pilares de la Tierra» sea una maravillosa novela (ni mucho menos, las hay infinitamente mejores), creo que si el sr. Follet hubiese desarrollado esa idea en 150 hojas como ud. dice, la novela hubiese dejado de llamarse novela. Me parece extraño que piense ud. eso y siga llamandose escritor. Por cierto, tengo la impresión de que «aprobechar» se escribe con «v».Una cosa es que le hayan leido sesentamil personas y otra es que hayan llegado a su pagina a traves de sus mensajes sin sentido en infinidad de blogs y lugares de opinion.Un saludo.
06 marzo 2008 | 23:28
Hola Señor Melquiades, supongo que hay novelas de ciento cincuemta páginas, yo he leido un montón, pero bueno si usted dice que eso no es una novela, usted sabrá más que yo, que hago muchas faltas ortográficas,muchas veces aposta para que los grandes intelectuales tengan algo en que cevarse ¿O es cebarse? es igual, todo lo que escribo se entiende, incluso cuando hago algún comentario y lo termino con solo dos letras mayusculas.Un saludohttp://www.antoniolarrosa.com
08 marzo 2008 | 18:56
Las putas tristes de García Márquez me llevaron de la mano a Yasunari Kawabata (La casa de las bellas durmientes)Es el caso que más y mejor recuerdo; pero siempre me quedo con las referencias de los autores que me gustan.Muy bueno lo del juego de la oca.
17 marzo 2008 | 15:47
Larrosa caannnssssiiiiinnnnnnnooooooooooooooo
28 marzo 2008 | 16:07