Archivo de noviembre, 2023

Si pudieses cuidar una roca… ¿cuál sería?

Por Mar Gulis (CSIC)

El Parque Nacional de los Picos de Europa, el Parque Nacional de Sierra Nevada, las Hoces del Duratón en Segovia o La Pedriza en Madrid son mucho más que paisajes asombrosos: albergan Lugares de Interés Geológico que la ciencia reconoce como testigos vivos de la historia de nuestro planeta.

El Instituto Geológico y Minero de España (IGME-CSIC) consciente de esta invaluable riqueza geológica que atesoramos, lanzó en diciembre de 2017 un programa de ciencia ciudadana con el objetivo de conservar, proteger y llevar a cabo un seguimiento del estado de conservación de todos estos enclaves. La colaboración activa y la sinergia entre el público general y la comunidad científica son pilares fundamentales de esta iniciativa, que busca salvaguardar nuestro patrimonio para las generaciones futuras.

Badlands de las Bardenas Reales (Navarra), un laboratorio natural donde observar como determinados procesos geológicos externos están modelando su relieve. Autora: Ana Cabrera Ferrero (IGME-CSIC)

Badlands de las Bardenas Reales (Navarra), un laboratorio natural donde observar como determinados procesos geológicos externos están modelando su relieve. / Ana Cabrera Ferrero (IGME-CSIC)

‘Apadrina una Roca’, que lleva funcionando a nivel nacional desde el año 2017, busca involucrar a las personas que residen cerca de alguno de los más de 4.000 Lugares de Interés Geológico que existen en España. Una de ellas podrías ser tú si te comprometes a visitar ese lugar al menos una vez al año. De esta forma, no solo contribuirás a su conservación y al avance científico; también tendrás la oportunidad de aprender sobre el territorio que te rodea.

Enclaves con valor científico, educativo y turístico

Pero, ¿qué hace que un Lugar sea de Interés Geológico (LIG)? Los espacios que reciben este nombre han sido identificados por la comunidad científica como fundamentales para interpretar el pasado de la Tierra y su evolución. Estos enclaves facilitan el entendimiento de los procesos geológicos actuales y ofrecen una gran oportunidad para mejorar el desarrollo socioeconómico de las zonas rurales.

La denominación reconoce el valor científico, educativo, cultural y/o turístico de un lugar, pero no es una figura de protección. Por eso resulta conveniente llevar a cabo programas como ‘Apadrina una roca’, que sirvan para intensificar y mejorar su conservación, conocimiento y vigilancia.

Si te animas, tendrás la oportunidad de ser padrino o madrina de las rocas en uno o varios de estos enclaves. Puedes elegir entre una enorme variedad de espacios. Entre la diversidad de lugares, encontrarás afloramientos geológicos que albergan rocas, minerales, fósiles y suelos de interés, pero también formas del terreno, estructuras tectónicas e incluso meteoritos de gran importancia científica. Todos estos espacios pueden verse afectados por la acción humana.

Conocer el origen de estos enclaves, los agentes que han intervenido en su formación o el tiempo que ha sido necesario para formarlos, así como las amenazas y los impactos que pueden sufrir, nos dará las herramientas necesarias para entender cómo proteger y cuidar este patrimonio geológico.

¿Dónde están estos espacios? España cuenta con un inventario oficial que localiza, identifica y valora los lugares geológicamente más relevantes del territorio. Lo elabora y mantiene el IGME-CSIC en colaboración con las comunidades autónomas y las universidades. A su vez, la información que proporcionan las personas que participan en la iniciativa alimenta su base de datos y permite actualizar el conocimiento sobre estos espacios recordándonos la importancia de mejorar y proteger el patrimonio geológico de España.

Señalética turística en las Bardenas Reales de Navarra. Informa sobre la regulación normativa en el Lugar de Interés Geológico (LIG). Autora: Ana Cabrera Ferrero (IGME-CSIC)

Señalética turística en las Bardenas Reales de Navarra. Informa sobre la regulación normativa en el Lugar de Interés Geológico (LIG). / Ana Cabrera Ferrero (IGME-CSIC)

¿Cómo participar?

Participar en ‘Apadrina una Roca’ es muy sencillo. Accede a la página web del Inventario Español de Lugares de Interés Geológico (IELIG), busca en el mapa, identifica un espacio y registrarte. No importa el motivo que te mueva a apadrinarlo: que esté cerca de tu pueblo, que lo hayas estudiado o que simplemente te guste.

Si aceptas ser padrino o madrina de una roca, adquirirás un compromiso mínimo que ayudará a su conservación. Por ejemplo, deberás informar de cualquier incidencia que descubras y suponga una amenaza para este espacio, que tendrás que visitar al menos una vez al año.

Además, podrás compartir tus dudas e intercambiar experiencias con el resto de participantes del proyecto. El apadrinamiento es un acto voluntario y gratuito. Solo es necesario que cuides y vigiles tu LIG.

¡Anímate a apadrinar una roca!

Perezosos gigantes: entre la ciencia y la leyenda

Por Tania Gallego (CSIC)*

El Museo Nacional de Ciencias Naturales de Madrid (MNCN-CSIC) es uno de los museos de historia natural más antiguos del mundo. Con sus 250 años de existencia, cobija una cifra superior a los 10 millones de ejemplares: tesoros fascinantes entre los que no es difícil encontrar una larga lista de acontecimientos, anécdotas y curiosidades.

Una de estas historias habla de una misteriosa criatura legendaria que habita en las selvas amazónicas de Bolivia, Perú, Colombia y Brasil. Se trata del mapinguarí, descrito como un animal muy feroz que emana un terrible olor pútrido y puede erguirse fácilmente sobre sus patas traseras hasta alcanzar los dos metros de altura para sorprender a sus víctimas. Las culturas indígenas de la zona lo describen con grandes brazos terminados en zarpas afiladas y curvadas hacia dentro con las que podría partir una palmera en dos. También destacan que su piel es tan dura que lo hace inmune a las balas y las flechas, y que es capaz de emitir un desgarrador chillido que paraliza en el acto a quien lo escucha.

Recreación del mapinguarí. / Ilustración: Carlos Eulefi

Especies perdidas

Al contrario que con otras criaturas legendarias, el número de personas que aseguran haber visto al mapinguarí en alguna ocasión se cuentan por centenares. El biólogo estadounidense David Oren lleva décadas investigando la autenticidad de estos testimonios. Sostiene que es posible que se trate de alguna especie de perezoso gigante terrestre que se creía extinta hace cerca de 10.000 años y que ha podido sobrevivir inadvertida en las profundidades de la selva, o simplemente tratarse de una especie aún no catalogada por la ciencia.

Es incuestionable que la numerosa biodiversidad que aún desconocemos no deja de sorprendernos. En Vietnam, por ejemplo, en los últimos años se han descubierto especies que se creían extintas, como el saola, similar a un antílope de pequeño tamaño; dos especies de ciervo enano y un jabalí de piel amarillenta. Un mundo perdido a causa de su aislamiento geográfico y con pocos asentamientos de seres humanos parece haber salvado a estas especies arcaicas. Para identificarlas científicamente fue necesaria la exploración de campo combinada con la última tecnología en análisis genéticos. De hecho, los mercados rurales resultaron ser una mina de oro para encontrar pistas de estos extraños animales.

Saola (‘Pseudoryx nghetinhensis’), bovino descubierto en 1992 por un equipo del Ministerio de Bosques de Vietnam y WWF en los bosques de Vu Quang, entre Vietnam y Laos. / Imagen: Bill Robichaud, Global Wildlife Conservation

Un perezoso gigante en Madrid

No sabemos si el mapinguarí existe o ha existido alguna vez, pero sí que animales parecidos han poblado América del Sur en un pasado no muy lejano. Es el caso del megaterio (Megatherium americanum), un enorme perezoso gigante del que el MNCN-CSIC exhibe un ejemplar fósil excepcional.

Vivió en Sudamérica hace entre 8.000 y 10.000 años y fue descubierto cerca de Buenos Aires en 1787. Poco después, en 1793, se convirtió en el primer vertebrado fósil que se exhibía públicamente en la postura que supuestamente habría tenido en vida. Además, gracias a los dibujos realizados por Juan Bautista Bru, disecador y pintor del entonces Real Gabinete de Historia Natural, la especie pudo ser descrita por primera vez.

Lámina grabada del megaterio (‘Megatherium americanum’) de Juan Bautista Bru, conservada en el Archivo del Museo Nacional de Ciencias Naturales (MNCN-CSIC).

Cuando el megaterio fue trasladado hasta España y ubicado en el museo, se desconocían muchos detalles de su biología. Quienes lo examinaron vieron que se trataba de un cuadrúpedo y por eso lo montaron apoyado sobre sus cuatro patas. Tiempo más tarde, tras el hallazgo y estudio de otros fósiles similares, se concluyó que los megaterios podían erguirse sobre sus patas traseras para así alcanzar las hojas más altas de los árboles. También se demostró que podían medir hasta 6 metros y pesar cerca de 5 toneladas, y que eran animales herbívoros que se alimentaban de hojas y ramas que arrancaban con sus garras curvadas hacia el interior de sus zarpas.

Recreación del megaterio en vida. / Imagen: ДиБгд vía Wikimedia Commons

Esta descripción señala dos cosas en toda esta historia. La primera es que el magnífico perezoso terrestre del MNCN-CSIC no fue montado en la posición anatómica correcta, aunque la posición original se ha mantenido por respeto a su valor histórico. La segunda, que los testimonios sobre el mapinguarí coinciden con algunos rasgos físicos evidentes del megaterio. Eso sí, de ahí a que Oren, sus partidarios o incluso sus detractores puedan algún día confirmar la existencia de esta criatura, hay por delante un largo proceso. Antes que nada, habrá que encontrar un supuesto ejemplar de mapinguarí y analizarlo científicamente.

Reconstrucción del megaterio en el Museo Nacional de Ciencias Naturales de Madrid, traído desde Argentina en 1789. / Imagen: Håkan Svensson

Si quieres saber más sobre el megaterio del museo, no te pierdas:

  • La entrada sobre esta pieza publicada en el blog del museo por Carmen Martínez.
  • Las rutas singulares del MNCN en enero y abril: Tras las huellas de gigantes y Entre la ciencia y la leyenda.
  • El vídeo en el que se documentan los pasos que se llevan a cabo en el Laboratorio de Morfología Virtual del museo ejemplificados en la digitalización e impresión 3D del emblemático fósil.

*Tania Gallego es geóloga, especialista en comunicación científica y trabaja en la Vicedirección de Comunicación y Cultura Científica del Museo Nacional de Ciencias Naturales del CSIC (MNCN-CSIC).

 

Cómo la ciencia y el arte se unen en Wikipedia

Por Gustavo Ariel Schwartz (CSIC)*

¿Es posible conocer cómo áreas aparentemente tan alejadas como el arte, la literatura y la ciencia se influyen mutuamente? ¿Podemos crear un mapa de esas interacciones culturales? Para ello necesitaríamos un corpus de conocimiento en el que las ideas científicas, artísticas y literarias estuvieran conectadas unas con otras. Un corpus en el que una teoría científica esté de alguna manera relacionada con una obra de arte o en el que una novela se vincule de algún modo a un concepto artístico o científico. Afortunadamente existe un espacio con estas características, en el que personas, obras y conceptos de diversas disciplinas se relacionan entre sí. Ese sitio es Wikipedia.

Wikipedia tiene la gran virtud de que sus entradas pueden representar obras, artísticas o literarias, ideas o personas. Además del conocimiento explícito contenido en cada uno de los artículos, existe una gran cantidad de conocimiento implícito que emerge de la red subyacente de conexiones. Estas están representadas por los enlaces entre las distintas entradas. De hecho, dos artículos de Wikipedia pueden estar muy relacionados entre sí, incluso sin que ninguno de ellos enlace con el otro. Se entiende que dos entradas de Wikipedia están relacionadas estructuralmente si enlazan a elementos comunes o si existen elementos comunes que se relacionen con ambas. Además, esta relación se puede cuantificar utilizando la distancia normalizada de Google.

De izquierda a derecha: Representación esquemática de la red de relaciones entre las distintas entradas de Wikipedia. / Dos elementos de una red compleja están relacionados estructuralmente si enlazan con elementos comunes o si son enlazados, simultáneamente, por un dado conjunto de elementos.

De esta manera, es posible utilizar esta herramienta y los enlaces entre sus artículos para construir una red compleja donde la relación entre los elementos va a estar determinada por la distancia normalizada de Google. Así se genera un mapa del conocimiento que revela las interacciones entre diversas disciplinas a partir de la red de conexiones extraída de Wikipedia. Por ejemplo, el mapa cultural que se obtiene a partir de las figuras de Einstein, Picasso y Joyce refleja las influencias recíprocas entre el desarrollo del cubismo y la teoría especial de la relatividad. En la imagen, cada punto representa una entrada de Wikipedia (hay unos 850) y cada línea muestra la relación entre esos elementos.

Mapa de las interacciones culturales entre Picasso, Einstein y Joyce. A pesar de la fuerte clusterización en disciplinas, se observa claramente que existe cierta conexión entre los diferentes ámbitos del conocimiento.

Se pueden identificar de forma clara tres clústeres que pertenecen a su vez a cada una de las semillas que utilizamos para generar el grafo. Pero lo realmente interesante es la posibilidad de visibilizar los elementos que conectan los diferentes ámbitos del conocimiento. El pintor Jean Metzinger y su obra Du Cubism junto a Henri Poincaré y su libro Science and Hypothesis constituyen los elementos centrales del intercambio de ideas y conceptos entre el cubismo y la relatividad. De este modo, el formalismo de las redes complejas nos permite crear mapas culturales para estudiar la estructura y la dinámica de los cambios de paradigma y cómo estos se alimentan de ideas, personas y conceptos provenientes de las más diversas disciplinas.

*Gustavo Ariel Schwartz es investigador en el Centro de Física de Materiales (CSIC-UPV/EHU).