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Divertidas anécdotas con perros como protagonistas

#DíaPerroSinRazaUn perro listísimo

Isaac Newton  no desaprovechaba ocasión para intentar impresionar a sus amistades explicándoles las increíbles proezas y lo listísimo que era su mascota Diamond.

En cierta ocasión, su amigo, el matemático inglés John Wallis, puso en duda las habilidades del animal, a lo que Newton trató de fanfarronearle diciendo:

-Mi perro Diamond sabe algo de matemáticas. Hoy probó dos teoremas antes de almorzar.

-Tu perro debe ser un genio- respondió Wallis irónicamente.

-¡Oh, me he pasado un poco! El primer teorema tenía un error y el segundo tenía una excepción patológica.

 

Una ilustrativa  demostración de amistad

Richard Wagner y Friedrich Nietzsche fueron tan grandes amigos que, en cierta ocasión, el genial músico le envió una carta demostrándole su afecto al filósofo y en la que escribió el siguiente texto:

-Está usted en mi corazón, entre mi mujer y mi perro

 

Escenas no aptas para perros

Winston Churchill sentía una auténtica devoción por su caniche Rufus.

Un día estaba viendo la película “Oliver Twist” con Rufus sentado en su regazo y, en determinado momento, uno de los personajes estaba a punto de ahogar a su perro para despistar a la policía que le seguía los pasos. Para evitarle la violenta escena al animal, Churchill le tapó los ojos con una mano y le dijo:

-No mires ahora, querido. Ya te lo contaré después.

 

A la búsqueda del can

A principios del siglo XX, el multimillonario escocés, Andrew Carnegie quedó muy afectado tras perder a su mascota a orillas del lago Michigan, por lo que decidió contratar un anuncio en el periódico local y que decía lo siguiente:

“Se busca a un fox-terrier blanco que responde al nombre de Billy. Recompensa de mil dólares a quien lo encuentre”

Al día siguiente comprobó con perplejidad como el anuncio no se había publicado, así que Carnegie se personó en la redacción con la intención de protestar. Al llegar al periódico vio que allí no había nadie y que tan solo se encontraba la señora de la limpieza.

-¿Es qué no hay nadie?- preguntó, intrigado.

-No. Por lo que he oído, se han ido todos en busca de un perro blanco llamado Billy

 

Fuentes y más anécdotas

 

Desde 20minutos se ha promovido el 28 de mayo como el ‘Día del perro sin raza’ y por tal motivo he decidido sumarme a él y a modo de apoyo, y con el propósito de difundir esta campaña, el post de hoy está dedicado a los perros, publicando una entrada con unas divertidas y curiosas anécdotas que han ocurrido a lo largo de la historia y que tienen como protagonistas a estos entrañables animales.

Por si queréis colaborar y tener más info sobre la campaña #DíaPerroSinRaza, podéis hacerlo visitando los siguientes enlaces y ayudar a difundirlo en vuestras redes sociales:

 

Diez curiosas anécdotas de famosos matemáticos

Días atrás os traía una entrada dedicada a Diez curiosas anécdotas de famosos filósofos. Esta vez los protagonistas son matemáticos, otros curiosos personajes que también han aportado y protagonizado grandes y divertidísimas anécdotas.

¡Disfrutadlas!

 

Un perro listísimo

El matemático inglés John Wallis era amigo de Isaac Newton. De acuerdo con su diario, Newton le fanfarroneó en cierta ocasión acerca de su perrito Diamond:

– Mi perro Diamond sabe algo de matemáticas. Hoy probó dos teoremas antes de almorzar.

– Tu perro debe ser un genio- respondió Wallis.

– ¡Oh, me he pasado un poco! El primer teorema tenía un error y el segundo tenía una excepción patológica.

 

Sin intervención divina

Cuando Pierre Simón Laplace presentó a Napoleón su voluminosa obra ‘Tratado de mecánica celeste’, se desarrolló entre ambos el siguiente intercambio de opiniones:

-Monsieur Laplace, me cuentan que ha escrito este gran libro sobre el sistema del universo sin haber mencionado ni una sola vez a su Creador.

– Sire, nunca he necesitado esa hipótesis.

 

Poincaré, el ambidextro

Los amigos de Jules Henri Poincaré  destacaban de este matemático francés su particular torpeza para dibujar el esquema más sencillo.

De ahí que le llamaran el ambidextro, ya que “podía dibujar igual de mal con la mano derecha que con la izquierda.”

 

El despiste de David Hilbert

El matemático alemán David Hilbert recibió en su casa a un profesor recién llegado a la Universidad de Gotinga. Después de presentarse, el invitado se quitó el sombrero y se sentó. Al cabo de unos minutos de conversación, Hilbert, que probablemente tenía la cabeza en otros menesteres, decidió que la visita ya había durado lo suficiente y poniéndose el sombrero de su invitado, se despidió cortésmente y se fue de su propia casa.

 

Descartes, la mosca y las Coordenadas Cartesiana

Debido a la precaria salud que padecía desde niño, René Descartes tenía que pasar innumerables horas en cama. Aprovechaba para pensar en filosofía, matemáticas, divagar e incluso se permitía perder el tiempo pensando en las musarañas.

Teniendo su vista perdida en el techo de la estancia fue una mosca a cruzarse en su mirada, cosa que hizo que la siguiera con la vista durante un buen rato, mientras pensaba y se preguntaba si se podría determinar a cada instante la posición que tendría el insecto, por lo que pensó que si se conociese la distancia a dos superficies perpendiculares, en este caso la pared y el techo, se podría saber.

Mientras le daba vueltas a esto se levanto de la cama y agarrando un trozo de papel dibujó sobre él dos rectas perpendiculares: cualquier punto de la hoja quedaba determinado por su distancia a los dos ejes. A estas distancias las llamó coordenadas del punto: acababan de nacer las Coordenadas Cartesianas, y con ellas, la Geometría Analítica.

 

Uno más en la familia

El matemático P. G. Lejeune Dirichlet no era muy amigo de escribir cartas. Hizo una excepción cuando nació su rimer hijo.

Dirichlet mandó un telegrama a su suegro con el siguiente mensaje:    1+1=3

 

El precario sueldo de los docentes

En uno de los seminarios que impartía el matemático español Julio Rey Pastor,  fue preguntado por el problema del infinito.

Pastor respondió lo siguiente:

Para mí, el infinito comienza a partir de mil pesetas– haciendo alusión a los sueldos tan ajustados que soportaban los profesores.

 

Hilbert y el teorema de Fermat

En los primeros tiempos de la aviación invitaron al matemático alemán David Hilbert  a dar una conferencia sobre el tema que él quisiera. La conferencia creó una gran expectación ya que el tema elegido fue:

“La prueba del último teorema de Fermat”

Llegó el día y Hilbert dio la conferencia. La exposición fue muy brillante pero no tuvo nada que ver con el último teorema de Fermat.
Cuando le preguntaron el porqué del título contesto:

«Oh, el título era solamente para el caso de que el avión se estrellara»

 

Bueno para los números, malo para los nombres

Paul Erdós había adquirido la extraña costumbre de llamar por teléfono a sus colegas matemáticos que vivían en cualquier punto del mundo sin mirar la hora que era. Tanto le importaba si era de día o de noche.

Se sabía de memoria cada uno de los números de teléfono a los que llamaba, pero no era capaz de acordarse de los nombres de sus interlocutores.

Solo había una persona con la que utilizaba un nombre cuando hablaba con él: Tom Trotter, al que llamaba Bill.

 

En busca del saber

Euclides se encontraba impartiendo una clase en  Alejandría cuando, uno de sus alumnos, le preguntó que para qué servían todas aquellas demostraciones tan extensas y complejas que explicaba el matemático.

Pausadamente, Euclides, se dirigió a otro de los estudiantes presentes y le dijo:

-Dele una moneda y que se marche. Lo que éste busca no es el saber, es otra cosa.

 

 

Fuentes y más anécdotas

Diez curiosas anécdotas de famosos filósofos

La entrada que os traigo hoy son diez curiosas y divertidas anécdotas sobre famosos filósofos de todos los tiempos.

El desparpajo, despiste, ocurrencias o genialidad de todos ellos hace que la historia esté repleta de divertidísimas anécdotas protagonizadas por estos.

Espero que sea de vuestro agrado.

 

Precaución ante los bandidos

El filósofo francés, Ernest Renan andaba con los preparativos de su próximo viaje a Palestina, cuando un buen amigo le advirtió de los peligros del lugar:

– Cuidado Ernest, hay muchos bandidos por allí. Creo que deberías llevar contigo un fusil, por si acaso.

– ¿Para qué? ¡Los bandidos me lo robarían!

 

Valery y las musas

El filósofo y poeta francés, Paul Valery, era una persona bastante desgarbada y que no le prestaba una atención especial a su imagen.

Cierto día, se le acercó una joven que le dijo:

– Su aspecto no hace pensar para nada que usted sea un elegido por las musas

– Tiene usted razón, señorita- replicó en voz baja y con tono misterioso -Es que yo soy de la poesía secreta

 

Diógenes y la hora de comer

Conocido era el desprecio que sentía Diógenes de Sínope por las convenciones sociales. Tanto que, ello le llevó a vivir en el interior de un tonel.

En cierta ocasión, uno de sus discípulos le preguntó:

– Maestro, dinos ¿a qué hora se debe poner uno a comer?

– Depende, si eres rico puedes comer cuando quieras y, si eres pobre, siempre que puedas

 

Accidentada conferencia

El filósofo y matemático británico Bertrand Russel fue invitado a exponer una conferencia política en un club de mujeres conservadoras.
Debido al discurso izquierdista de Bertrand, las damas comenzaron a arrojarle todo lo que caía en sus manos. Para evitar males mayores y rescatar al filósofo, un guardia intentó apaciguar a la masa enfurecida:

¡Señoras, pero es un gran matemático!– exclamó.-¡Pero es un gran filósofo!– insistió sin ningún éxito

Finalmente, el guarda gritó:

¡Pero su hermano es conde!

La calma volvió a la sala y Bertrand pudo salvar el pellejo.

 

Incredulidad religiosa

Paseaba junto a un amigo por la calle cuando se cruzarón con una procesión precedida por un Cristo crucificado, motivo por el cual Voltaire se quitó el sombrero en señal de respeto.

Os creía incrédulo en materia de religión– le dijo su acompañante, sorprendido por el gesto

Y lo soy– matizó Voltaire –Aunque Cristo y yo nos saludamos, no nos hablamos

 

Wittgenstein y el tren

Se cuenta que el filósofo Ludwig Wittgenstein se encontraba en la estación de Cambridge esperando el tren con una colega. Mientras esperaban se enfrascaron en una discusión de tal manera que no se dieron cuenta de la salida del tren. Al ver que el tren comenzaba a alejarse Wittgenstein echó a correr en su persecución y su colega detrás de él. Wittgenstein consiguió subirse al tren pero no así su colega.

Al ver su cara de desconsuelo, un mozo que estaba en el andén le dijo:

– No se preocupe, dentro de diez minutos sale otro.

– Ud. no lo entiende- le contestó ella -él había venido a despedirme.-

 

Los honorarios de Sócrates

Cierto día, un rico ateniense encargó a Sócrates la educación de su hijo. El filósofo le pidió por aquel trabajo quinientos dracmas, pero al hombre le pareció un precio excesivo.

– Por ese dinero puedo comprarme un asno.

– Tiene razón. Le aconsejo que lo compre y así tendrá dos.

 

El hombre según Platón

Tras oír que Platón definía al hombre como “Un animal de dos patas sin plumas”, el filósofo Diógenes le envió a su academia un gallo desplumado comentando:

–  Aquí está el hombre de Platón.

Platón tuvo que añadir a su definición: “…con uñas anchas y planas”

 

Única intervención parlamentaria

Desde 1687 a 1690, Isaac Newton fue miembro del Parlamento británico en representación de la Universidad de Cambridge. Durante el tiempo que ostentó el cargo sólo pidió la palabra en una ocasión y fue para decir lo siguiente:

– Propongo cerrar esa ventana porque aquí hace un frío considerable

 

Yo soy el Papa

En cierta ocasión Bertrand Russel estaba especulando sobre enunciados condicionales del tipo :“Si llueve las calles están mojadas” y afirmaba que de un enunciado falso se puede deducir cualquier cosa.

Alguien que le escuchaba le interrumpió con la siguiente pregunta :

– «Quiere usted decir que si 2 + 2 = 5 entonces usted es el Papa”.

Russel contestó afirmativamente y procedió a demostrarlo de la siguiente manera :

– «Si suponemos que 2 + 2 = 5, entonces estará de acuerdo que si restamos 2 de cada lado obtenemos 2 = 3. Invirtiendo la igualdad y restando 1 de cada lado, da 2 = 1. Como el Papa y yo somos dos personas y 2 = 1 entonces el Papa y yo somos uno, luego yo soy el Papa”

 

 

Fuentes y más anécdotas

¿Dónde está el árbol que inspiró a Isaac Newton?

El manzano que inspiró a Isaac Newton para elaborar la Ley de la Gravedad se encuentra en el jardín de lo que hace 400 años fue su casa en Woolsthorpe, en el Condado de Lincolnshire.

Debido a los miles de curiosos que acuden todos los años a visitar el árbol, éste se está deteriorando. El mal estado de la corteza impide que los nutrientes y el agua alimenten las raíces y las autoridades han optado por vallar al protagonista de una de las anécdotas científicas más famosas de la historia.

Las autoridades han nombrado a este árbol de importancia histórica, Patrimonio Nacional y a partir de ahora trabajarán de forma activa en el mantenimiento de su salud.

 

 

(Fuente: Canal Historia)