Se dice que una persona es ‘espabilada’ como clara referencia a lo inteligente y despierta que está ante cualquier situación de la vida, y muchas son las ocasiones en las que el término (y sus múltiples variantes) se utiliza también como interjección para indicarle a alguien que despierte (ya sea porque está dormido o porque no se entera de algo) y evitar su torpeza en algún asunto… ¡espabila, que vas a llegar tarde!
En su origen el término comenzó a utilizarse en el modo ‘despabilar’ y encontramos su procedencia en la unión del prefijo ‘des’ (negación, privación, fuera de) y ‘pabilo’ (mecha que hay en las velas de cera y antiguamente en los candiles o lámparas de aceite).
Despabilar (y posteriormente espabilar) era el acto de quitar la parte ya quemada del pabilo (también escrito pábilo) y con ello se conseguía que la llama se avivase, dando más y mejor luz.
De ahí surgió que comenzase a utilizarse el término como sinónimo de la acción de despejarse y quitar el sueño, para avivar, incitar o estimular a alguien para hacer que rinda más o indicar lo despierto e ingenioso que es. También es frecuente su uso en tono de advertencia: ‘Ojo con este que es un espabilado’.
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