Entradas etiquetadas como ‘Emperador bizantino’

¿Cómo surgió el término ‘Imperio Bizantino’?

El término ‘Imperio Bizantino’ surge de la pluma del historiador alemán Hieronymus Wolf en 1557, cien años después de la caída de Constantinopla, quien lo incluyó en su obra ‘Corpus Historiae Byzantinae’, acuñándola la expresión para describir el período postclásico de la historia, distinguiéndolo de las culturas griega y romana de la antigüedad. No fue hasta el siglo XVIII que el término se popularizó, gracias a autores franceses como Montesquieu.

¿Cómo surgió el término ‘Imperio Bizantino’?

Esta denominación tiene raíces en el rechazo histórico de Occidente hacia el reconocimiento del Imperio romano de Oriente como la legítima continuación de Roma. En el siglo IX, la ‘Donación de Constantino’ respaldó la proclamación de Carlomagno y sus sucesores como emperadores romanos en Occidente. Esto llevó a la reserva del título ‘Emperador de los Romanos’ para los soberanos del Sacro Imperio Romano Germánico, mientras el emperador de Constantinopla era etiquetado despectivamente como ‘Emperador de los Griegos’.

El Imperio Bizantino, que abarcó desde el siglo IV hasta el XV, fue la continuación del Imperio Romano en el Este. Su riqueza cultural, contribuciones a la teología cristiana, y su resistencia frente a las incursiones islámicas y bárbaras, contrastan con la visión negativa asociada a la expresión ‘bizantino’ como sinónimo de decadencia, creada en parte por historiadores como Edward Gibbon.

 

 

 

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El curioso origen etimológico de la palabra ‘déspota’

El curioso origen etimológico de la palabra ‘déspota’

Conocemos como ‘déspota’ a aquel que se comporta de forma tirana hacia los demás (sobre todo con sus subordinados) y abusa de su poder o autoridad.

Etimológicamente proviene del griego despotēs’ y se utilizaba simplemente para referirse a un señor, amo o soberano, sin que esto tuviese que significar que éste se comportase de la forma anteriormente descrita.

Durante el Imperio Bizantino (del siglo IV al XV) se utilizó la palabra déspota para aplicarse al emperador y a aquellos miembros de la familia imperial bizantina que tenían posesiones y personas bajo su cargo.

Evidentemente, no siempre esos déspotas se portaban correctamente con el pueblo y personas a su servicio, motivo por el que paulatinamente el vocablo fue cada vez haciéndose más popular en el sentido de aquel que abusa de su poder o autoridad.

Las primeras referencias en castellano a la palabra, en la forma ‘déspoto’, las encontramos en un escrito del siglo XVI del historiador palentino Gonzalo de Illescas que se refiere de ese modo al rey de Rusia. Pero no fue hasta bien entrado el siglo XIX en el que se comenzó a utilizar el término ‘déspota’ en el sentido que hoy en día le damos.

 

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Fuentes de consulta: Hablar bien no cuesta tanto de Pancracio Celdrán / etimologias.dechile / Palabras con Historia de Gregorio Doval / etimo
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¿Cuál es el origen del tenedor?

¿Cuál es el origen del tenedor?Es sorprendente ver cómo muchos de los utensilios de mesa, que utilizamos con asiduidad en nuestro día a día, fueron creados por la necesidad de ser usados. Por ejemplo, el cuchillo o la cuchara eran imprescindibles para poder cortar/matar y/o comer sopas, caldos o brebajes habiendo múltiples evidencias de su existencia  hace ya la friolera de 5.000 años (e incluso más).

Nuestros ancestros no precisaron el uso del tenedor ya que antiguamente era común comer (sin excepción de clases sociales ni rangos) cualquier alimento sólido con las manos o pinchando directamente con los afilados y bastos cuchillos, provocando éstos muchos accidentes y cortes involuntarios en la boca y encías.

La aparición del tenedor, como utensilio de mesa, no tuvo lugar hasta finales del siglo XI en el que una delicada princesa bizantina, llamada Teodora Ana Ducaina (hija del emperador Constantino X Ducas) se negó a tocar los alimentos, que debía ingerir, con sus delicados dedos.

La cándida Teodora mandó que se le fabricase algún tipo de artilugio con el que pinchar los alimentos y poder llevárselos a la boca sin tener que utilizar las manos ni el cuchillo para hacerlo. De ahí que apareciese un utensilio realizado de oro macizo (según explican algunas crónicas) y al que bautizaron con el nombre de fourchette (pincho) el cual estaba provisto de un par de púas.

Cabe destacar que el invento no tuvo éxito alguno, siendo denominado como ‘instrumento del diablo’ por la arcaica sociedad bizantina.  No sucedió así con la exquisita sociedad veneciana al trasladarse a vivir allí, en el año 1075, tras contraer matrimonio Teodora con Doménico Selvo, Gran Dux y máximo dirigente de la república veneciana.

En sus inicios, el fourchette tan solo era utilizado por la refinada clase alta, aunque su uso era escaso ya que la falta de costumbre provocó numerosos accidentes, algo que no ayudó a popularizar el invento y que no fue hasta bien entrado el siglo XVI en el que se trasladó y difundió su utilización en la selecta corte francesa, gran pionera de muchas modas de aquella época y que ayudó a la difusión y conocimiento popular del tenedor.

De ahí fue pasando de un país a otro a través de las diferentes casas reales y a su total popularización en los inicios del siglo XIX gracias a Thomas Coyat, un empedernido viajero británico que extendió el conocimiento de un gran número de costumbres europeas.

 

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Fuentes de consulta: protocolo.org / anfrix
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