El imperio bizantino y sus reinas reclaman su poder… en la novela histórica

Es una pena, para el tema bizantino no funciona en España» me decía hace unos años un editor de novela histórica en España. Lo cierto es que siguiendo las listas de más vendidos de género y los grandes best-sellers de las últimas décadas parece tener razón. Además, tampoco es una de las temáticas más tratadas en las ficciones. Sin embargo, durante este 2021 hemos tenido una pequeña anomalía. En pocos meses han aparecido al menos tres novelas históricas que abordan esa ambientación. Las tres de autores nacionales y las tres centradas en grandes emperatrices.

La primera en aparecer fue, antes del verano, se titulaba La dama púrpura (Ediciones B) y la firmaba Javier Torras de Ugarte. Cuando le entrevisté en este mismo blog, Torras aseguraba que la falta de popularidad de estas coordenadas históricas respondían a la «unión de muchos factores».  Explicaba que creía que muchos lectores «no ubicaban bien» el imperio bizantino, lo veían como algo «exótico» y no eran conscientes de su importancia histórica en Europa.

La novela de este autor se centraba en la vida de la emperatriz Irene de Atenas. No era el único que había sentido la llamada de aquella monarca de vida turbulenta. Pocos meses después ha llegado Irene de Atenas (Edhasa), debut de un médico aficionado a la Historia, Álvaro Lozano.

«Que Teodora no haya tenido aún una gran superproducción está en el debe de todos los que nos dedicamos a esto», afirmaba Torras de Ugarte, y como si le llevara un tiempo escuchando, pocos meses después Jesús Maeso ha publicado hace poco Teodora, la crisálida de Bizancio (HarperCollins Ibérica). Emperatriz, por cierto, que ya no en novela, ha tenido también una interesante biografía en Las mil caras de Teodora (Reino de Cordelia), publicada este mismo año por Miguel Cortes Arrese.

Tres novelas de tres emperatrices de vida ciertamente interesantes en pocos meses. ¿Responde a un renovado interés del público? ¿O son simplemente tres obsesiones o apuestas de sus autores que han coincidido por el azar? Habrá que esperar un tiempo para responder con claridad a esas cuestiones.

Pero la coincidencia está ahí, incluso podríamos añadir otra cuarta novela, El color del imperio (Ediciones B), de Ignasi Serrahima, ambientada en la etapa final de Bizancio y cuya parte final transcurre en Constantinopla.

Lo cierto es que nunca ha sido la bizantina, un marco ajeno al género histórico. Ahí claros ejemplos como El conde Belisario, de Robert Graves, las celebradas Púrpura imperial, El faro de Alejandría y Teodora de Gilian Bradshaw, Juan el Peregrino y La caída de Constantinopla, de Mika Waltari, o, más recientemente, la novela Constantinopla, la trepidante novela histórica ambientada en tiempos de Heraclio del francés Baptiste Touverey.

Aquí en España también hemos tenido una interesante producción, más allá del los ejemplos de este año. El propio Jesús Maeso, ya mostró su interés por esa ambientación en su primer gran éxito con Al-Gazal, el viajero de los dos orientes. También las primeras novelas del historiador y reciente ganador del premio Edhasa, José Soto Chica estaba ambientadas en el imperio bizantino en tiempos de Heraclio con títulos como Tiempo de leones y Los caballeros del estandarte sagrado. Tampoco podríamos dejar de mencionar la novela de León Arsenal, Última Roma, que tenía como eje los estertores de los últimos restos del imperio en una Península Ibérica ya controlada por los visigodos.

Obviamente dejo fuera muchas novelas tanto internacionales como nacionales, pero creo que son una buena muestra de que el tema no estaba olvidado. Aún así, parece que la búsqueda de ambientaciones y personajes menos trilladas está volviendo a atraer la atención de los novelistas hacia bizancio. Y es, sin duda alguna, una buena noticia.

Resulta ilógico que ese imperio, continuación inequívoca, del romano de occidente que tantas y tantas novelas ha protagonizado, y tantos éxitos acumulan, no despierte un interés ya no similar, sino parecido.

De ellos depende que logren grandes novelas. De los lectores y su gusto dependerá que funcionen y que la corriente siga creciendo y explorando nuevos territorios.

Y vosotros, ¿cuál es vuestra novela de ambientación bizantina favorita?

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