
El triunfo dela muerte, de Pieter Brueghel el Viejo (WIKIPEDIA)
¡Saludos lectores! Tras repasar hace unos días, como viene siendo habitual, las novedades de novela histórica del mes, es turno ahora de las novedades de no ficción. Como cada mes, las novedades son abundantes y variadas en este campo, pero yo os selecciono las siete siguientes…

La Guerra de los Treinta Años desgarró el corazón de Europa entre 1618 y 1648: una cuarta parte de la población alemana murió entre violencias, hambrunas y pestes, regiones enteras de Europa central fueron devastadas en un incesante recorrer de ejércitos, y muchas tardaron décadas en recuperarse. Todas las grandes potencias europeas del momento estuvieron involucradas en un conflicto que desbordó las líneas marcadas por la fe, con la pugna entre los Habsburgo y los Borbones dirimiendo el comienzo del ocaso de una gran potencia, la España imperial, contestada por la pujante Francia. El libro de Peter Wilson es la primera historia completa de la Guerra de los Treinta Años que se alumbra desde hace más de una generación, en un relato brillante y fascinante, de unos años de acero que definieron después de la Paz de Westfalia el escenario europeo hasta la Revolución francesa. La gran fortaleza de La Guerra de los Treinta Años. Una tragedia europea es que permite aprehender los motivos que empujaron a los diferentes gobernantes a apostar el futuro de sus países con tan catastróficos resultados. Wallenstein, Fernando II, Gustavo Adolfo, Richelieu u Olivares, personajes fascinantes, están aquí presentes, como también lo está la terrible experiencia de los soldados y civiles anónimos, que trataron desesperadamente de mantener vida y dignidad en circunstancias imposibles. La Guerra de los Treinta Años. Una tragedia europea se divide, dada su enjundia y su amplitud, en dos partes, la primera dedicada a las conocidas como fases bohemia y danesa del conflicto, hasta 1630; y la segunda, de próxima aparición, que arranca con la irrupción sueca y culmina con la postrera intervención francesa. En esta primera parte conocemos los antecedentes y los orígenes del conflicto, que comienza con la revuelta bohemia y el efímero Rey de Invierno, el elector palatino Federico V, vencido en la Montaña Blanca, frente a Praga, y cuyas tierras en Alemania serán conquistadas por los ejércitos de España y de la Liga Católica alemana. Vencido y exiliado el palatino, la obra de Wilson se adentra en los orígenes de la rivalidad entre Richelieu y Olivares, germen de la ulterior intervención gala, y plasma la fracasada intervención danesa en el norte del Sacro Imperio, sellada con una paz de Lübeck que deja a Fernando II como gran triunfador, para abordar por último la amenaza inminente de una guerra general en el continente, que no tardaría en hacerse realidad.
La vida de Stalin antes de la Revolución fue siempre un enigma, que él mismo ocultaba con silencios y falsedades. Lo mismo podría decirse de los antecedentes de la propia Revolución, convertida en una leyenda épica tras el triunfo de los bolcheviques. Gracias a una impresionante aportación de nuevos documentos, Simon Sebag Montefiore, el autor de aquella obra maestra que es La corte del zar rojo, nos descubre un joven Stalin hasta ahora desconocido, que cobra una sorprendente dimensión humana en estas páginas, y nos da una visión por dentro de la forma en que se preparó y triunfó la Revolución: “una prehistoria de la URSS”.

Nunca en la historia de la humanidad un régimen político se ensañó tanto con la inteligencia y la creación artística como el totalitarismo soviético. Fueron miles los escritores, artistas, científicos, investigadores, profesores universitarios, represaliados por el régimen, silenciados o asesinados. Y millones, las personas castigadas sin crimen. Este libro se centra en ocho de los mejores escritores rusos del siglo xx, víctimas del estalinismo. Su autor, Vitali Shentalinski, fue uno de los pocos investigadores que tuvo acceso a los archivos hasta entonces secretos de la KGB y la Oficina de la Fiscalía de la URSS, durante los años en que permanecieron abiertos a la consulta pública. Hoy vuelven a estar inaccesibles por decisión gubernamental. A través de los documentos policiales, interrogatorios, cartas y manuscritos, el presente volumen reconstruye el intento de destrucción de la persona y la obra de Bábel, Mandelstam, Bulgákov, Tsvietáieva, Platónov, Ajmátova, Gorki y Pasternak, convirtiéndose así en un documento imprescindible y valiosísimo para comprender lo que ocurrió y preservar la memoria de un terror de Estado que todavía no ha sido declarado como crimen contra la humanidad.

Tras el horror nazi, la historia alemana fue sometida a un drástico proceso de revisión. Según la historiografía dominante, las causas de la tragedia recaerían en la propia Alemania, en su militarismo y en sus ambiciones expansionistas, en su marcado autoritarismo, nacionalismo y antisemitismo. Pero ¿pueden imputarse los horrores del nazismo a una «predisposición» alemana o cabría más bien entenderlos como el resultado de una trágica concatenación de acontecimientos? Es esta segunda interpretación la que sostiene este libro. Alejado de posiciones revisionistas o germanófilas, esta obra es tal vez una de las primeras iniciativas intelectuales europeas que pone de manifiesto que el expansionismo y el militarismo, el racismo y la falta de consolidación democrática fueron atributos no solo exclusivos de la historia alemana que va de Bismarck a Hitler, sino comunes a otras importantes naciones europeas. La tragedia alemana no sería tanto resultado de sus deficiencias estructurales como de una perversa combinación de acontecimientos inesperados y de decisiones con consecuencias insospechadas.

Tras la pista de un héroe perdido de la ciencia, este libro nos desvela el truculento mundo de la cirugía victoriana conjurando el ambiente de las primeras salas de operaciones y sus admirados «matasanos»: hombres sin miramiento elogiados por su habilidad y fuerza bruta al operar, antes de la invención de la anestesia.
En vísperas de una profunda transformación de la medicina, estos pioneros, conscientes de que las secuelas de la cirugía eran más peligrosas que las dolencias mismas, estaban desconcertados por las recurrentes infecciones que se producían tras las intervenciones y que mantenían las tasas de mortalidad obstinadamente altas. Pero, en un momento en que la cirugía no podría haber sido más peligrosa, una figura emergió inesperadamente de las sombras: un joven médico, un cuáquero de talante melancólico llamado Joseph Lister, que resolvería el mortal enigma de la causa de las infecciones y cambiaría el curso de la historia de la medicina.
A lo largo de estas páginas, Fitzharris nos retrata el siniestro período comprendido entre 1850 y 1875, presentándonos a un elenco de personajes -algunos de ellos brillantes, otros directamente criminales- que frecuentaron las sucias escuelas de medicina y lúgubres hospitales donde aprendieron su oficio, las macabras morgues donde estudiaron anatomía, y los cementerios ocasionalmente saqueados en búsqueda de cadáveres que diseccionar.

En el verano de 1903, una ola de criminalidad conmocionó a los habitantes de Nueva York. Se sucedían los secuestros de hijos de inmigrantes italianos, víctimas inocentes aparecían con un tiro en la cabeza, estallaban bombas que destruían edificios, y jueces, senadores, miembros de la buena sociedad, incluida la familia Rockefeller, recibían terribles amenazas de muerte. Los crímenes daban alas a la prensa amarilla y acrecentaban los conflictos étnicos hasta extremos inimaginables, mientras los responsables de todo ello parecían a un tiempo omnipresentes e invisibles, y la única pista sobre su origen era la mano negra con la que firmaban sus comunicados. Inmune al caos generado por lo que estaba ocurriendo, un policía de Nueva York, Joe Petrosino, empezó a buscar a los culpables. Llamado el «Sherlock Holmes italiano», Petrosino era conocido por su tenacidad, su ingenio detectivesco y por ser un maestro del disfraz. Pese a sus esfuerzos, los crímenes eran cada vez más audaces y estremecedores, y empezaban a extenderse fuera de los límites de Nueva York, dejando un rastro que parecía tener su origen en Sicilia. Hacia allí acabó dirigiéndose Petrosino, decidido a detener a los capitostes de una mafia incipiente y peligrosa que no tenía previsto dejarle escapar con vida…

Una ciudad con tres nombres —Bizancio, Constantinopla, Estambul— que en sus seis mil años de historia ha sido capital de cuatro imperios distintos (el de Roma, el bizantino, el imperio latino de los cruzados y el otomano) y sede tanto del patriarcado cristiano como del califato islámico. Un punto de encuentro entre oriente y occidente donde se han establecido, en diversas épocas, fenicios, griegos, venecianos o vikingos. Bettany Hughes ha conseguido transformar esta historia en un relato «enormemente entretenido y basado en una impecable investigación», en palabras de Peter Frankopan, por donde desfilan los más diversos personajes, desde Pausanias hasta Mustafá Kemal Atatürk, pasando por Constantino, Justiniano, Teodora o Suleimán el Magnífico, y donde la narración de los grandes acontecimientos históricos y de las más fascinantes anécdotas configura lo que la crítica ha calificado como «una magistral biografía colectiva».
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Coño! que no es Stalin, es Sergio Ramos marcando tendencia….ja, ja, ja,ja
05 marzo 2018 | 13:23