Mira Caballos: «Pizarro fue el arquetipo de conquistador, pero perdió la batalla de la propaganda frente a Hernán Cortés»

Retrato de Francisco Pizarro (WIKIPEDIA)

Esteban Mira Caballos, doctor en Historia de América por la Universidad de Sevilla y especialista en las relaciones entre España y América en el siglo XVI, ha escrito la que cree que puede ser la obra sobre Francisco Pizarro «más completa publicada»: Francisco Pizarro. Una nueva visión sobre la conquista del Perú (Crítica, 2018). «No pega que yo lo diga», confiesa, «pero así como sobre Cortés -del que también ha escrito él- hay mucho escrito y algunas son obras insuperables, Pizarro no tenía ningún equivalente».

(Prueba tus conocimientos sobre Pizarro y la conquista del Perú con este trivial realizado por el profesor Mira Caballos)

Esteban Mira Caballos, doctor en Historia de América.

¿A qué achaca ese aparente desinterés?

Pizarro fue el arquetipo de conquistador, pero perdió la batalla de la propaganda con Hernán Cortés. El primero era más guerrero y el conquistador de México, más político. Y ganó el político. Él y su entorno crearon su propio mito y denigraron la figura de Pizarro. Afirmaron que Cortés era el prototipo de conquistador, que Pizarro se miraba en él y hasta la leyenda porcina que dice que el conquistador del Perú se crió entre cerdos. Yo me preguntaba ¿quién se pudo inventar eso? Tirando del hilo llegas a Francisco López de Gómara, a Cortés y su entorno. Su triunfo fue tal que llega hasta el siglo XXI y hasta historiadores pizarristas afirman que tenía en cuenta a Cortés en todo. Es falso. La conquista de México fue una década antes de la del Perú, sí, pero Pizarro llevaba pegando tiros en Centroamérica desde 1510, cuando Cortés no había hecho nada. Fue una guerra de propaganda intencionada y que dura hasta el siglo XXI, aunque ya el propio Garcilaso dijo que todo eran patrañas.

¿Pizarro y Cortés se llegaron a conocer?

He tratado de casar las fechas y creo que personalmente nunca se conocieron, aunque eran tío y sobrino. Cortés era sobrino de Pizarro, descendían de un bisabuelo común. Eran primos terceros Pizarro y la madre de Cortés.

¿En qué podríamos fijar ese arquetipo de conquistador que mencionabas antes?

Pizarro encarna ese arquetipo. Cortés era político, no tenía antecedentes bélicos hasta llegar a América, se estaba formando como escribano. Cortés destaca por los pactos y los discursos. En cambio, Pizarro destaca por lo militar, es un conquistador. Es una persona ruda, sin formación académica. Todos los conquistadores, ante estímulos similares, tienen reacciones similares.  Hernando de Soto, Núñez de Balboa, De Soto, Pizarro, respondían todos de la misma manera… Un conquistador se sonrojaría si dijeran de él que era pacifista o defendía los derechos humanos. Un conquistador era alguien dispuesto a matar o morir. Además, estaban las tácticas de la  guerra en las Américas basadas en el uso de la caballería y en la captura del líder, entre otros elementos.

Eran personajes de su tiempo. Pasó lo que tenía que pasar, porque los conquistadores hacían eso, conquistaban y daban palos porque si no, no habrían conquistado todo aquel continente. Y por decir eso no me siento antipatriota. Los admiro, pero como personajes de su tiempo.

En tu libro explicas que aunque el imperio inca sufría fuertes tensiones internas, los españoles lo habrían conquistado de todas maneras…

Claro. El enfrentamiento entre los incas y los españoles estaba predestinado. Aunque muchas veces la historiografía tradicional ha apuntado en esa dirección, las fuerzas no estaban igualadas. Pensar eso es absurdo ¿Estaban igualadas y los españoles arrasaban a los incas sin casi muertos? Los españoles morían más por enfermedades que a manos de los incas. ¿Es que los españoles eran muy valientes? No, es que las fuerzas no estaban igualadas. Los españoles tenían armas de fuego y caballos. Y había también diferencias tácticas: las tácticas de combate de los incas eran absolutamente ingenuas. El más capaz de los generales incas no se podía comparar con el más ingenuo de los generales europeos.  Los españoles sabían que con capturar al líder, los demás salían huyendo. Y una y otra vez, los incas se presentaban con su líder destacado. No tenían capacidad de reaccionar. Los españoles estaban convencidos de que su Dios les apoyaba, de que era una guerra justa; tenían mucho que ganar y poco que perder. Los incas tampoco tenían su capacidad psicológica: se hundieron muy pronto cuando vieron lo que se les venía encima.

Y también se aprovecharon del mal momento que vivía el imperio inca, claro: sufría una guerra civil que, además, había sido causada por la llegada de una enfermedad europea como la viruela. Y recibieron ayuda de algunos pueblos sometidos por los incas, porque como le pasó a Cortés contra los aztecas, veían Pizarro como un libertador.

A pesar de esa superioridad, de esa victoria militar aplastante, los españoles no tardaron en enzarzarse en su propia guerra civil…

La compañía que conquistó Perú estaba muy descompensada: Pizarro asumía el liderazgo militar, Almagro operaba como auxiliar de apoyo y De Luque era como un socio capitalista. Pero el reparto económico era a partes iguales a pesar de la desigualdad de responsabilidades. Así que el reparto de cargos traerá muchas tensiones que se van agravando. Y hubo muchos errores: tras la batalla de las Salinas, los pizarristas, vencedores, podrían haber acabado con aquello. Sin embargo, ejecutaron a Almagro y deciden perseguir con saña a sus seguidores. El resquemor y la desconfianza de los de Almagro conducirá a la muerte de Pizarro en 1541 y a la batalla más sangrienta de aquel conflicto, la de Chupas, donde murieron unas 500 personas. Allí fueron a muerte todos: sabían que el que perdiera, sería masacrado.

Era auténticos hombres de fortuna…

Por supuesto. La coartada ideológica era la expansión de la civilización y la fe, pero los conquistadores lo tenían claro. Ellos no tenían soldada, su salario era el botín. Aunque Pizarro más que fortuna, buscaba honra. Pero en general, estaban obsesionados por el oro y la plata. Y no podemos olvidar el botín carnal: se repartían a las mujeres incas siempre que conquistaban unas ciudades. Se repartían las más guapas, ellos decían que eran para servicio, pero es obvio que no. Los incas tenían mucha manía a los españoles porque les quitaban a sus mujeres.

Antes me comentabas que esta obra es exhaustiva y seguramente el más completo trabajo sobre Pizarro…

Por la parte de investigación he revisado todas las fuentes primarias, he visitado decenas de archivos internacionales, nacionales y regionales. Hago divulgación desde la investigación. Trato de seguir a los historiadores ingleses como Elliot o Kamen, que son grandes maestros. En España lo habitual es que haya grandes investigadores de fondo que hacen obras infumables que solo leemos los investigadores y divulgadores de medio pelo. Este libro esta organizado con un texto de unas 200 páginas donde está la historia contada de corrido y de una manera asequible para todo el mundo. Y al final, hay mil y pico notas donde explico por qué digo lo que digo.

También decías que iba a ser polémico…

Lo es porque Pizarro es uno de los pilares de la leyenda apologética de la patria española, junto con Viriato, Pelayo, El Cid, Cortés… Hay una historia muy hagiográfica en España sobre ellos. Y mi libro, desde la portada, ya es muy explícito. Antes de salir ya habido gente en Perú que ha criticado muchísimo la imagen de portada, donde aparece Pizarro a caballo viendo como los indios cargan el oro robado. El libro es duro porque lo que ocurrió fue un drama, fue una conquista, murió gente, hubo un saqueo brutal… Lo cuento con pelos en señales. Hay gente que se toma muy a pecho estas cosas y se lo toman como un ataque contra España. Pero yo no trato el tema en términos patrióticos. Será polémico aquí en España y en Perú, que allí están los apologéticos que defienden el gran legado que dio al país Pizarro y después están los del lamento de la destrucción de idealizado mundo inca.

¿No son posturas algo infantiloides?

Creo que sí. Yo me soy considero español y a mucha honra, y voy por toda América como español. Yo no me averngüenzo de los conquistadores, porque ellos eran lo que eran, vivían en la época en la que vivieron y pasó lo que pasó. Pero el juego de si los ingleses o los franceses fueron peores no me gusta, fuimos más o menos similares: un conquistador se comportaba igual fuera del país que fuera; todos los imperios expansivos crearon grandes horrores para lograr sus objetivos. Si hubieran ido en plan de buenas personas, no habrían conquistado América. Se enfrentaron a otros imperios. No hay que tener complejos. Yo los admiro: no los habría estudiado durante 30 años si no los admirara. Pero soy consciente de lo que hacían.

Ya en el siglo XXI  podemos asumir que un conquistador no podía ser un pacifista. Pero tampoco hubo genocidio, porque los conquistadores y Pizarro querían gobernar y necesitaban que tuvieran población para gobernar. Pero mataban a quien se les oponía.

¡Buenas lecturas!

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1 comentario

  1. Dice ser Tomás Parra Pérez

    Ni con la perspectiva y la logica de su epoca se puede aceptar y perdonar a estos dos asesinos sedientos de poder y dinero, merecen el mismo desprecio que Hitler. Como español me avergüenzo de ellos.

    15 febrero 2018 | 02:44

Los comentarios están cerrados.