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Entradas etiquetadas como ‘engaño’

Carta a Rosario, la madre cuyo hijo, Alejandro, no ha sido indultado

Por Natalia

Alejandro consuela a su madre durante la concentración celebrada en su apoyo (Pepe Torres/EFE).

Alejandro consuela a su madre durante la concentración celebrada en su apoyo (Pepe Torres/EFE).

Querida Rosario, he leído su desgarradora carta en la que solicita el indulto para su hijo. Ojalá tenga usted suerte y si sirve de algo, sepa que tiene todo mi apoyo.

Me siento muy identificada con usted, porque mi marido firmó un cheque de 250€ hace seis años, en 2011, y está cumpliendo 21 meses de cárcel. Solicité igual que usted el indulto, y después de 15 meses siguen sin contestarme.

La justicia, ¿usted cree que esto es justicia, con cuatro hijos y mi madre enferma a mi cargo, el destruir la unidad familiar como me la han destruido? ¿A quién le importa?

Se asombraría al ver la cantidad de casos que hay como el de mi marido y el de su hijo, pero, ¿a quién le importa? No somos hijos de nadie importante, ni banqueros, ni políticos.

Solo deseo que usted tenga más suerte que yo y consiga que le hagan caso. Todo el mundo se merece una segunda oportunidad, y más cuando ya ha rehecho su vida.

Reciba un cordial saludo y todo nuestro apoyo. Mucha suerte.

Señora Carmena, urge una poda en Ciudad de los Ángeles

Por I.D.S.

La alcaldesa de Madrid, Manuela Carmena, durante un pleno en el Ayuntamiento (EUROPA PRESS).

La alcaldesa de Madrid, Manuela Carmena, durante un pleno en el Ayuntamiento (EUROPA PRESS).

Los vecinos del barrio de Ciudad de los Ángeles [en el distrito de Villaverde de Madrid] llevamos casi dos años rogando que nos poden los árboles: hemos llamado en numerosas ocasiones al Ayuntamiento, hemos puesto quejas múltiples, e incluso nos hemos personado en el mismo y nuestras súplicas siempre han quedado en terreno de nadie.

Nuestro barrio siempre ha estado olvidado por los denominados viejos partidos políticos y nos quedaba la esperanza de que Ahora Madrid, un partido que prometía velar por el bienestar de los barrios trabajadores no nos iba a defraudar y esta vez sí que íbamos a poder gozar del mismo mimo y cuidado que tienen los barrios de renta más alta.

¡Éramos unos pobres ilusos! Seguimos olvidados, los árboles siguen creciendo y nosotros no podemos seguir así. Los insectos y las ramas llegan a nuestras ventanas, por lo que no podemos abrirlas y pasear se hace imposible entre tanta vegetación.

Déjense de demagogia, déjense de engaños, basta ya de votos baratos. Todo es muy bonito sin las sillas del poder, pero en cuanto empiezan a sentarse hacen lo mismo que tanto critican. ¡Pónganse a trabajar por los ciudadanos y dejen de engañarnos!

Casta política, basta ya

Por Rafael Bueno

El Congreso de los Diputados (Europa Press).

El Congreso de los Diputados (Europa Press).

Señores políticos, basta ya de abusar y engañar. Ustedes saben muy bien que no representan al pueblo, sino a los partidos que os imponen en esas listas cerradas y bloqueadas. Ustedes saben igualmente, que esto nunca ha sido una Democracia, sino una Partitocracia pura y dura, que mantuvo la oligarquía de poder del franquismo.

Ahora hay que repetir elecciones, porque ustedes no se han puesto de acuerdo en la defensa de vuestros intereses particulares, sin importar los del pueblo. No hay derecho a que vivan ustedes como dioses a costa de un pueblo pobre y sin futuro, por vuestra culpa.

Ni hay derecho a que las cárceles estén llenas de pobres robagallinas, mientras que los grandes saqueadores permanecen impunes, al no haber la imprescindible separación de poderes que garantice una mínima justicia. ¡Basta ya!

¿Van a esperar ustedes a que el pueblo reviente?

Viviríamos en ‘jauja’ si se cumplieran todas las promesas electorales

Por María Olga Santisteban Otegui

Se dice que se puede vivir en «jauja» en un país soberbio e imaginario donde fluye la felicidad, donde todos y cada uno de nosotros viviríamos sin miedo a enfrentarnos a nuestras obligaciones y preocupaciones de cada día. Esto parece ser que sucedería si se cumpliesen todas y cada una de las promesas que escuchamos decir estos días a los políticos, ya sean «viejos» o «nuevos», en esta interminable pelea electoral.

Imagen del debate a cuatro el pasado 7 de diciembre (GTRES).

Tenemos tanto donde escoger como en un mercado del alfombras persa, desde las ya repetidas hasta la saciedad promesas de creación masiva de empleo, de un futuro maravilloso para nuestra juventud, mejor educación y sanidad pública y de calidad, lucha contra las desigualdades y un larguísimo e interminable etcétera.

Sería interesante que ya por ley u otro mecanismo oficial, los partidos políticos se viesen obligados a cumplir mínimamente sus programas electorales, y que los ciudadanos no nos sintiésemos estafados después de éstas o aquellas elecciones. No nos olvidemos también de que tenemos ahí siempre a la vieja Europa vigilante, así que, que nadie se pase de la raya prometiendo,  porque luego hay que rendirle cuentas.

A partir del día 21 de diciembre,  ¿seguirá habiendo el mismo número de parados? ¿Podrán regresar los miles de emigrantes que se fueron en busca de un porvenir que aquí no tenían? ¿Se resolverán acaso todos y cada uno de los grandes retos que han prometido solucionar? En definitiva, ¿viviremos en ese ‘país de jauja’ maravilloso y feliz? ¿O nos daremos de nuevo de bruces con la dura y para algunos triste realidad?

Carta a los políticos que están en campaña

Por Jaime Pinto Rodríguez

Señores políticos:

Perdonen si me siento como un tonto, pero cada vez que llegan las elecciones pienso que me están vendiendo una moto que no funciona. Hace cuatro años Mariano Rajoy me mintió, como supongo que mintió a mucha gente, prometiendo muchas cosas que al final no cumplió. Me siento traicionado, y siento que este tipo de personas ha traicionado la confianza que podamos tener en cualquier político; y digo bien, en cualquier político,  de izquierdas, de derechas o de centro.

El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy (EFE/J.M. García)

El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy (EFE/J.M. García)

Si este país sigue funcionando, si sigue avanzando pase lo que pase, es gracias a todos los ciudadanos que lo componen y  que día a día se levantan para ir a trabajar, ganen o no ganen dinero, a estudiar, a soñar o a buscar la mejor manera de sacar un resquicio de esperanza para seguir adelante, cueste lo que cueste.

Por favor, dejen de engañarme; ni los vascos antes, ni los catalanes ahora, son mis enemigos. Mis enemigos son la desesperanza, los mentirosos, los ladrones y todos aquellos que minan con su desden y su falta de escrúpulos el futuro de todos nosotros.

Señores políticos, si de verdad quieren hacer algo por todos nosotros, dejen de soltar falsas promesas, cuentos imposibles de cumplir, de construir mesas de cuatro patas, cada una de diferente tamaño. Sean responsables ahora. Hagan pactos ahora que aún no se sabe quién va a ganar. Firmen para que las palabras no se las lleve el viento. Formen alianzas, no para ganar las elecciones, sino para que este país gane de verdad. Pacten por la sanidad, la educación y la justicia.

Dejen de meter políticos o parásitos en la administración y engordarla, porque son estos los que hacen que la administración deje de funcionar. Ayuden ahora y después para que nos sintamos orgullosos de pertenecer a esta gran nación, que es grande por sus gentes y no por sus dirigentes.

 

Todo era mentira

Por Ángel Villegas Bravo

La atleta palentina, Marta Domínguez, durante su participación en Londres 2012 (EFE).

La atleta palentina, Marta Domínguez, durante su participación en Londres 2012 (EFE).

En mi casa, cuando competía, todos nos reuníamos alrededor del televisor, ilusionados, seguros de presenciar un derroche de esfuerzo, de pundonor, de entrega. A medida que la prueba avanzaba, empezábamos a ponernos en pie, a lanzar exclamaciones, a animar, como si estuviéramos en el estadio: ¡Vamos, Marta, vamos, Marta!

Al final, el júbilo, los abrazos y los elogios; la celebración, como si Marta fuera de la familia; era de la familia, de la familia de los que amamos el deporte y admiramos a los que lo dan todo, triunfen o no, pero dejándose la piel. Y Marta era así, creíamos que era así.

Ahora sabemos que todo era mentira, que Marta nos ha engañado, ha engañado a todos los que la seguíamos con devoción, ha engañado a sus compañeros atletas y les ha robado prestigio y, tal vez, la oportunidad de algún triunfo a los que competían limpiamente, sin trampas.

En lugar de recurrir (otra vez más)  debería pedir perdón a todos los que nos sentimos engañados, a todos sus compañeros deportistas, y darnos, al menos, la oportunidad de perdonarla, de sentir que está arrepentida. Y debería tener un gesto: devolver todo el dinero que se ha embolsado injustamente, incluido su sueldo de senadora.

 

Cobros abusivos a las personas mayores

Por Charo Díaz Romero

Mi padre ha fallecido recientemente a los 87 años. Mi madre de 81 años de edad, bajo nivel cultural y escasos conocimientos de lectoescritura, necesita ayuda para enfrentarse a todo el maremágnum de facturas, papeles del banco, etc.

En unos días he tenido conocimiento de su situación:

Un grupo de jubilados (Archivo)

Un grupo de jubilados (Archivo)

En Bankia, donde tenían la cuenta con sus ahorros y domiciliadas sus pensiones, les estaban cobrando anualmente 40€ por una tarjeta Visa que he anulado. Posteriormente le han emitido una con las mismas utilidades y que resulta totalmente gratuita para los pensionistas.
El teléfono lo tenían contratado con Telefónica y pagaban cerca de 50€ al mes y sólo disponían de tarifa plana a números fijos nacionales. Les he gestionado con otra operadora una tarifa por la que abonan 12€ al mes con los mismos servicios.
Asimismo, reembolsaban todos los meses 3€ en concepto de alquiler por el aparato de teléfono, desde hacía más de 20 años. Cuando he preguntado a Telefónica por este aparato me han informado que su coste es de 9.95€. ¡Y ellos han pagado más de 500€ por él!

Y respecto a los suministros de luz y gas, tienen varios contratos firmados, en los que apenas se encuentran rellenas las casillas con los datos, difícilmente legibles por estar en papel autocopiativo, por lo que es imposible deducir qué tienen contratado. Preguntándole a mi madre a este respecto, sólo sabe que se han presentado en varias ocasiones de la compañía y les decían que era necesario que firmaran para actualizar su situación.
Del gas he podido conocer llamando a la compañía que tienen contratado un servicio de mantenimiento de la caldera por el que le cobran 18€ en cada factura, cuando el total de la misma ronda los 37€. Su caldera tiene un valor de aproximadamente 100€ y abonan anualmente 108€ por este servicio de mantenimiento, que también he anulado.

Además, he cancelado un servicio de «cuota fija mensual», que tenían contratado y por el cual pagaban de gas cada dos meses 60€, aunque su consumo fuera menor (como he indicado, de unos 37€), anualmente les devolvían el resto cobrado y no consumido.
Ahora estoy con el suministro de electricidad, ya que tienen contratada una potencia fija, que creo resulta innecesaria para satisfacer sus necesidades y por el que le cobran otra cantidad desorbitada.

Mi padre era un hombre muy honesto y como tal, creía que lo eran el resto de los mortales; este exceso de confianza en el prójimo y los desmanes que esta sociedad nuestra permite a bancos, operadores de telefónica, compañías eléctricas, y demás, generan en nuestros mayores una auténtica situación de indefensión, de la que muchos se aprovechan.

Todo esto me ha llevado a pensar en lo necesario que es acercarnos a nuestros padres con tacto y con cariño, y ofrecerles nuestra ayuda en todas aquellas cosas que pensamos que «aún controlan» y de las que están siendo objeto de engaño por tantos indeseables, con el beneplácito de la sociedad.

 

Seguros médicos que deciden por ti dónde dar a luz

Por A. Bardina

Imagen de una mujer embarazada. (ARCHIVO)

Imagen de una mujer embarazada. (ARCHIVO)

Hoy en día, cuando una mujer está embarazada, se le informa de que el parto es suyo, de que no está enferma y que, por tanto, no está supeditada a la decisión de otros en lo referente a cómo desea que sea su embarazo y parto.

Si decide dar a luz en un hospital, se realiza un plan de parto en el que constan todos los detalles por escrito para garantizar que se respetan sus decisiones en un momento tan delicado e íntimo.

Tengo un seguro privado. Lo escogí con cierta compañía nacional, hace más de un año, mirando expresamente que trabajase con un médico en concreto, de mi máxima confianza, y con su equipo de la clínica El Pilar.

Sin embargo, a pocas semanas de salir de cuentas se me informa de que a partir de junio tendré que parir en el hospital Cima (Barcelona) y si bien podré contar con mi ginecólogo, no con su equipo, pese a que mi aseguradora sigue trabajando con otros ginecólogos que llevan partos en El Pilar.

¿No sería más razonable que implantasen este cambio progresivamente a las futuras mamás? De esta manera, ellas podrían escoger.

Me siento engañada y traicionada, y me indigna profundamente que crean que pueden decidir dónde voy a parir y con quién, como si eso no tuviese ninguna trascendencia.

También me decepciona mucho que a día de hoy mi aseguradora no me haya contestado a la petición que les hice, informándoles de la situación y solicitándoles que respeten las condiciones bajo las que contraté la póliza, permitiéndome dar a luz en la clínica El Pilar, con mi médico y su equipo de confianza.

Ni siquiera enviándoles un burofax a Madrid he conseguido respuesta alguna. Siento tristeza cuando le doy vueltas a la situación y me doy cuenta que desearía que se adelantase la fecha de parto para dar a luz en mayo y no tener este problema en el que parece que sólo puedo patalear a merced de las grandes compañías, que nos hacen creer con hermosos anuncios que tienen interés real por sus clientes, cuando lo único que quieren es ganar dinero.

Historia de un timo (o la angustia por conseguir un trabajo)

Por Álvaro

Antes de contar mi historia, me gustaría ponerles en antecedentes para comprender un poco el origen de todo; tengo 27 años, y hace tres años acabé la carrera de comunicación audiovisual pero como a tantos jóvenes hoy en día es difícil encontrar un trabajo estable y en más aun relacionado con nuestros estudios, y llevo desempleado desde finales de noviembre de 2012 sin tener suerte en encontrar trabajo desde entonces. Explico esto porque muchas veces la desesperación o las ganas por conseguir un empleo nos ciega de alguna manera. El pasado día 30 de julio recibo a las 9 de la mañana una llamada de un allegado mío que me comunica que me va a pasar con alguien que está buscando gente para trabajar; Esta persona dice llamarse José Luis y trabajar en una empresa que se encarga del mantenimiento del metro y, tras unas breves preguntas sobre mí, me ofrece un trabajo bien remunerado como ayudante suyo. Este individuo queda en llamarme más adelante para seguir la conversación.

Un par de horas más tarde recibo una nueva llamada de esta persona, que tras contarme algún otro detalle sobre el trabajo, me ofrece reunirme con él para vernos cara a cara y me cita en una calle cercana a Sol donde, se suponía, estaba trabajando en una avería. Un rato más tarde, llego al sitio indicado y tal como me había dicho allí estaba; Un hombre de unos 60-64 años, de unos 1,75 metros de altura, complexión media y pelo canoso que vestía un mono azul y amarillo de mantenimiento.

El hombre insistía en disculparse por el lugar y la premura del encuentro pero se excusaba diciendo que llevaba toda la noche trabajando en una avería y que le urgía encontrar a alguien para trabajar. Con un tono afable y cercano y en muchos momentos mencionando a mi allegado y aportando datos suyos me cuenta en qué consiste el trabajo y las condiciones laborales del mismo. El hecho de que me hablase con tanta cercanía sobre mi allegado me hizo, en cierto modo, bajar la guardia y confiar en esta persona más de lo que debería haberlo hecho.

Del mismo modo, aunque el trabajo no estaba relacionado con mis estudios y aún siendo yo un negado en temas de electricidad y mantenimiento, las ganas de trabajar y ver tan cerca un empleo que parecía estable y bien remunerado sirvieron también para cegarme ante lo que estaba ocurriendo.60167 El hombre no hacía sino meter una gran cantidad de datos en mi cabeza y de forma continuada para no dejarme pensar con claridad ni que me diera tiempo a asimilar la información. Él me llevaba a su antojo a donde quería y a cada consulta que pudiera hacerle o a cada cosa que decía o hacía, él sabía como responder.

En un momento dado de la conversación, me comenta la idea de empezar esa misma tarde, para que así me fuera enseñando en qué consistía nuestra labor y para poder empezar a pleno rendimiento el 1 de agosto. Me explica también que, para realizar dichas labores, me haría falta un material especial consistente en unas botas de alta tensión y unos guantes específicos para trabajar con corriente y que dicho material me lo tendría que costear yo en un primer momento pero que, a la firma del contrato, se me abonaría todo el importe.

El hombre se ofrece a acompañarme en todo momento a comprar dicho material pero me indica que el pago debe ser en efectivo pues en esas tiendas no aceptan tarjeta por lo que, mientras el hombre se queda atendiendo unas llamadas, me acerco a un cajero próximo para sacar efectivo.

Un vez reunido nuevamente con él, realiza varias llamadas a supuestos compañeros de trabajo preguntando sobre la tienda más cercana donde comprar ese material. El hombre me comenta que uno de los supuestos compañeros se ha ofrecido a comprarme las cosas al encontrarse cerca de una de las tienda y de ese modo, al ser ya cerca de las 12:30 del mediodía, me daría tiempo a volver a casa a comer y volver de nuevo a Sol para reunirme con él a las 14:30 y comenzar a trabajar.

En ese momento, le entrego la cantidad de 200€ que era lo que aproximadamente me había dicho que costaba el nombrado material.

Quedamos entonces en volver a encontrarnos a las 14:30 en la estación de Sol y me facilita un número de móvil para ponerme en contacto con él una vez me encontrase en el lugar. No es hasta encontrarme allí y tras llamarle repetidas veces pues eran ya cerca de las 15:00, cuando caigo en la posibilidad del engaño, que se confirma tras llamar a mi allegado y comentarme que había conocido al tal José Luis pocos días antes en la galería comercial donde trabaja.

Obviamente en frío y analizando todos los detalles, hay muchos puntos en los que, normalmente, hubiera saltado en mi cabeza una alarma avisándome del peligro y de la posibilidad de que ese hombre me estuviera engañando.

El hecho de entregar en mano una cantidad tan importante de dinero a un hombre desconocido es inconcebible si no fuera porque este hombre viene a través de una persona de confianza mía que te hace a su vez bajar las defensas y confiar en él, pues no entra en tu cabeza la idea de que tu allegado te haya puesto en contacto con un estafador, el cual llevaba unos días labrándose la confianza de gente como mi allegado que le pudieran facilitar de forma inconsciente “presas” en la misma situación que la mía.

Ese es otro punto importante y, como he explicado al principio, la situación laboral que atravesamos muchas personas actualmente nos hace muchas veces lanzarnos de forma alocada ante cualquier trabajo sin pararnos a recapacitar y analizar todos los puntos importantes que requiere la situación.

Desgraciadamente, hay muchos personajes que no dudan en aprovecharse de los momentos de debilidad de las personas y los explotan para beneficiarse sin ningún tipo de miramiento.

Por último, decir que este escrito no tiene otro objetivo que el de alertar a esa gran masa que se encuentra en la misma situación que yo y que, por lo tanto puede ser objetivo de estos seres sin escrúpulos. Si consigo que una sola persona lo lea y con ello, la evite pasar por el mismo trago por el que he pasado yo, habrá merecido la pena.

Por mi parte, creo que estas experiencias aportan a quienes le ocurren, un aprendizaje o lección difícil de olvidar. No obstante, no es necesario ir con miedo por el mundo y con la psicosis de que todo el mundo quiera hacerte un mal, pero sí prevenido ante posibles obstáculos que se puedan presentar en el camino.