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Entradas etiquetadas como ‘consumo’

¿La clase media se ha empobrecido?

Por Fidel Vela García

Atasco (Europa Press).

Atasco (Europa Press).

Según la época del año, veo a la gente zampando y bebiendo a lo grande en terrazas, bares y restaurantes llenos a rebosar; playas y piscinas donde es necesario entrar de perfil; campos de fútbol y macro-conciertos donde no cabe un alfiler.

Sólo en agosto, más de 81 millones de desplazamientos por carretera; en los puentes largos, atascos kilométricos; para acceder a museos o edificios emblemáticos hay que permanecer horas y horas en colas interminables; las ventas de coches se disparan, igual que el consumo de las familias: los aeropuertos y las estaciones del AVE, colapsados; de los supermercados salen miles de carritos cargados hasta los topes; cientos de personas paseando sus perritos o ensimismadas en toquetear sus teléfonos móviles de última generación

Esto es lo que yo veo en la calle y en los medios de difusión. ¿Será verdad que la clase media se ha empobrecido?

Cuando nadie te ayuda desde ‘Atención al cliente’ y solo te queda rezar

Por Ángel Villegas Bravo

A primera hora de la mañana compruebo que no tengo línea para mi ordenador, no funciona el teléfono móvil, ni el fijo, ni la televisión, contratado todo en un paquete con el mismo operador. Se me informa, cuando llamo a través de otro teléfono de distinta compañía, de que «hay una avería masiva» y me comunican que se me avisará cuando esté reparada.

Doce horas después, y tras varias llamadas telefónicas en las que me pasan de un departamento a otro, sin que en ninguno de ellos me den solución alguna, consigo que alguien me diga que me pasan con ‘Atención al Cliente’.

Imagen de archivo de una oficina de Atención al Cliente.

Imagen de archivo de una oficina de Atención al Cliente.

‘Atención al Cliente’ es un disco (otro más) que me lanza un mensaje diciéndome que «toman nota de mi reclamación» y adiós, muy buenas. No he podido, en todas las llamadas realizadas, conseguir que se me indique un correo al que dirigirme o unas oficinas de esa operadora. Puedo ir a una tienda (ya he ido en otras ocasiones) y en la tienda me dicen que ellos no son esa compañía, que solo venden el producto y que no pueden hacer nada.

No es la primera vez que pasa algo así. En otra ocasión y con otra empresa, me costó un triunfo dar de baja un teléfono que llevaba varios meses sin usar.

¿Hay alguien que no pueda contar algo semejante? Estamos en manos de unas pocas empresas que hacen con el cliente lo que les viene en gana y no solo para la telefonía. En esta sociedad ‘de los mercados’ en la que vivimos, si tienes una avería, un problema, sea el que sea, te ves totalmente indefenso. Solo te queda, si eres creyente, rezar.

Falta de educación financiera

Por Yacine Roumane

Un alumno toma notas en un instituto. (JORGE PARÍS/ARCHIVO)

Un alumno toma notas en clase. (JORGE PARÍS)

Lamentablemente, en los centros educativos no nos enseñan sobre educación financiera y la ignorancia nos lleva a cometer errores.

Cada vez más son los padres víctimas de un consumismo incesante, débiles para resistir los embates del consumo excesivo. ¿Por qué en las escuelas no se enseña educación financiera?

La necesidad de preparar a nuestros jóvenes para que puedan manejar el dinero con éxito en su vida adulta está a la vista. Espero que las autoridades pertinentes tomen conciencia y hagan algo para solucionar esta situación.

Compremos en el pequeño comercio

Por Manuel Gozalo

Pequeño comercio en el centro de Madrid. (ARCHIVO)

Pequeño comercio en el centro de Madrid. (ARCHIVO)

Ante el desastre económico en que está sumido este país, la falta de trabajo, y el problema que están pasando las pequeñas empresas, lo suyo es que compremos en esas empresas.

Yo soy un vendedor de seguros de una aseguradora muy conocida, como otros vendedores de telefonías que tienen sus oficinas o su representación en personas autónomas. Ahora el personal suele comprar los seguros por Internet a las grandes empresas o bien contratar o comprar móviles a las operadoras telefónicas directamente, en vez de ir a una oficina local del barrio que es de un autónomo que ha puesto una oficina de venta de representación colaboradora de esa operadora. Lo mismo pasa con el consumo comestible de la gente que compra en grandes superficies en lugar de comprar al carnicero, frutero o pescadero, es decir, a los pequeños autónomos del barrio. Y lo peor de todo son aquellos que compran a través de páginas de compra y venta en Internet, que se proveen de los artículos desde otros países como China u otros países donde la renta per cápita es más baja, y por eso pueden vender los artículos de consumo más baratos. Con esas compras el mercado de España está muy achuchado y será difícil que crezca el empleo.

Por eso, el consumidor ha de saber que comprando a los pequeños vendedores hará que se vaya recuperando esta economía que cada vez está más por los suelos. En esta España mía, en esta España nuestra -como decía la canción- que está cada vez más parada y más paupérrima.

El tabaco en el cine y la televisión

Por Fernando Guerrero Barrio

Adriana Ugarte como Sara Quiroga en 'El tiempo entre costuras'. (ATRESMEDIA)

Adriana Ugarte como Sira Quiroga en ‘El tiempo entre costuras’. (ATRESMEDIA)

El tabaco se ha convertido en un componente más de cualquier serie de TV y del cine. Es normal ver cómo en una serie de TV o película se fuma de una forma indiscriminada, con actores jóvenes donde según el guión el fumar se hace necesario, supongo que debido al patrocinio de las empresas tabaqueras y la pasividad del Gobierno.

Así, mientras la publicidad está prohibida en cualquier medio, se permite fumar incluyendo primeros planos de la toma. Es bueno recordar que la Ley 42/2010 en su artículo 9, apartado 3, dice que «se prohíbe en todos los medios de comunicación, incluidos los servicios de la sociedad de la información, la emisión de programas o de imágenes en los que los presentadores, colaboradores o invitados aparezcan fumando o mencionen o muestren, directa o indirectamente, marcas, nombres comerciales, logotipos u otros signos identificativos o asociados a productos del tabaco».

De hecho, en reportajes en directo se obliga a pixelar la imagen del cigarrillo y no se pueden entrevistar a personas ejerciendo este hábito, pero esto tampoco se cumple.

Creo que la no aplicación de la ley antitabaco en estos medios está induciendo a los jóvenes al consumo de tabaco mostrándolo como una acción natural y por lo tanto pediría al Gobierno que tome medidas sobre este uso indiscriminado del tabaco en la TV y el cine y que conciencien a los directores de la necesidad de colaborar en la erradicación del tabaquismo

¿Dónde está la sensibilidad de este Gobierno a la hora de proteger la salud de los ciudadanos y evitar 50.000 muertes evitables al año?

¿Luz, agua, gas? Hago lo que puedo

Por Ángel Villegas

Tantas veces he oído decir a los miembros del Gobierno, a los dirigentes del PP y a los medios afectos al movimiento popular que «hemos vivido por encima de nuestras posibilidades» que he llegado a pensar que no les falta algo de razón.

Luz

Una bombilla incandescente (EUROPA PRESS)

No tengo hipotecas, no pido créditos, he gastado siempre en consonancia con mis ingresos, pero estos señores me hacen dudar y me he puesto a revisar mis gastos; concretamente, en lo que a luz, gas y agua se refiere. Hace ya mucho tiempo que instalé lámparas de bajo consumo y en mi casa jamás hay una luz encendida en una habitación en la que no haya nadie; he desenchufado los aparatos de radio y uso uno de pilas; la televisión apenas la conectó, ¿para qué?; paso de los «entre todos», los «imparciales» informativos de TVE, los debates en los que han ido apareciendo las caras que antes andaban por la TDT y, por supuesto, de los programas del higadillo de los famosillos de medio pelo, y también de esa emisora del incienso arzobispal que pasa gran parte del día atizando leña al mono socialista o poniéndonos cine religioso.

Para mi sorpresa, he podido comprobar que, en efecto, gasto menos luz, menos gas y menos agua, ¿cómo es posible, pues, que el importe de mis recibos sea cada vez mayor? Y claro, he podido darme cuenta que estos recibos se componen de dos partes fundamentales: el término fijo y el consumo; como el primero aumenta de forma estrepitosa, ya puedo alumbrarme con velas, ahorrar cuanta agua puedo y poner bombillas de bajo consumo que el resultado es siempre el mismo: una factura más cara.

No obstante me queda una bala en la recámara, que es intentar ducharme con la rapidez que lo hace ese alcalde, creo que de Málaga, que, al parecer, gasta en cada ducha una cantidad increíblemente baja del líquido elemento. Me llevará tiempo, pero, si él puede yo puedo. Cuando haya llegado a los quince litros por ducha, tendré mucho gusto en comunicarlo.

 

 

Es Navidad, ¡consumid, consumid, malditos!

Por Luis Fernando Crespo Zorita

El precio oficial del dinero en la UE está en mínimos históricos, vamos a ser capaces de orquestar la unión bancaria europea. El capitalismo es ya una cultura, con valores y una visión del mundo propios, enraizada en la mentalidad de los ciudadanos y que determina su comportamiento como una segunda naturaleza. Se ha conseguido la confluencia de intereses entre capitalistas y consumidores eclipsando la figura del trabajador sobre la que se sustenta realmente el sistema económico internacional. El “capitalismo popular”, desarrollado ideológicamente como “democracia económica”, predica que cualquiera podemos convertirnos en accionista de macroempresas anónimas y, con poco esfuerzo, participar efectivamente de los beneficios generados en ellas, por muy especulativos que estos sean.

Navidad, época de compras (Archivo)

Navidad, época de compras (Archivo)

La gran coartada, el bálsamo mágico que ha permitido que las cosas hayan sido  así hasta ahora, fue el consumo; en esta parte del planeta todavía hay casi para todos, en una oferta extensa e intensa a la vez, con un único requisito: tener poder adquisitivo previo. Pero es precisamente aquí donde radica la incapacidad funcional del mercado capitalista para vertebrar a la comunidad internacional en su conjunto; cada vez hay más clientes excluidos, aquellos que recibimos la oferta pero dado nuestro nivel de rentas no podremos acceder a ella nunca.

Además, el entorno natural no puede soportar el riesgo que significaría la extensión del consumismo occidental universalmente; los costes ambientales serían insoportables para el planeta. La única alternativa racional posible es reducir el consumo y que todos podamos acceder a ese bienestar mínimo imprescindible que, garantizando universalmente la dignidad humana, no ponga en riesgo la sostenibilidad del planeta como entramado vital en equilibrio. ¡Que consuman ellos!

Pagar por todo lo que se menea

Por Antonio Llera Felipe

cartaParece ser que ahora el Gobierno va a cobrar una cuota anual a aquellos que instalen placas solares fotovoltaicas en su vivienda como apoyo al consumo eléctrico tradicional. Menuda gracia. Y menudo peaje. ¿La justificación del mismo? Es absurda de cualquier forma que se mire. Porque para eso han pasado a engrosar la lista de parásitos en las empresas eléctricas de nuestro país, gente como Felipe González, José María Aznar, Ángel Acebes, Elena Salgado, Luis María Atienza, José Folgado, Arantxa Mendizábal, María de los Ángeles Amador, José Luis Olivas Martínez u otros. Tanto del PP como del PSOE. Y qué curioso, con lo mal que se llevan en el ‘Circo de los Payasos‘.

Siempre me he preguntado por qué no hay peajes en «sentido contrario». Por ejemplo: ¿por qué no me pagan a mí, ciudadano de a pie, un peaje anual por dar la materia prima a las empresas de reciclado de papel, de plástico o de vidrio?

La política agresiva del sistema aflora en lo más estúpido e irracional, hasta el punto de hacer tragar a la inerme masa social cualquier argumento banal. Como para permitir que el sistema se resquebraje.

El efecto Canarias

Por Ignacio Caballero

C:UserslbelenguerPicturesTU BLOGpla0001.JPGNo es el posible cambio de hora de la península el que motiva esta carta. Es más bien esa tendencia que desde algunos sectores se está proponiendo como parte de solución a la crisis. Se trata de comprar productos de proximidad como forma de enriquecer el entorno socioeconómico en el que vivimos y de paso reducir las emisiones de CO2.

Pasado a limpio: el consumo responsable como fuerza transformadora de nuestra realidad. Si compramos siempre en tiendas que pertenecen a multinacionales, una parte mínima de ese dinero se quedará en nuestro barrio, provincia, comunidad autónoma o país. Otro síntoma es el dinero invertido en tanta tienda de ‘todo a cien’, cuyos empleados-dueños no se caracterizan por consumir demasiado en el lugar donde viven, sino que gran parte de esa riqueza se convierte en remesas a lugares lejanos sin retorno.

Sin embargo, hay un producto que desde que tengo memoria la gente que me rodea y yo mismo somos fieles a su procedencia: el plátano de Canarias. Tan sencillo como aplicar el mismo criterio a todo y consumir pensando que la calidad de vida de todos dependerá de que consumamos productos de calidad que hayan sido producidos de forma ética y responsable.

¿Quién elige al presidente de la CEOE?

Por Ángel Villegas Bravo

¿Quién elige a estos directivos de la CEOE para que todos digan las mismas barbaridades? Porque no quiero creerme que todos los empresarios son como sus representantes. Unos que dicen que hay que trabajar más y cobrar menos en un país donde los salarios son más bajos que en los países de nuestro entorno (como se dice ahora) y donde el poder adquisitivo de los mismos no hace más que mermar —por cierto, alguno de esos arruinó todas sus empresas, dejó un buen número de empleados en la calle y ahora está en la cárcel—. Juan Rosell

Otros que nos quieren enviar a Laponia. Otros que deben dinero a raudales a Hacienda o a la Seguridad Social (es decir, a todos los ciudadanos). Y, ahora, su jefe supremo que dice que hay que eliminar privilegios de los contratos indefinidos. ¿Qué privilegios? ¿Qué contratos indefinidos, si la inmensa mayoría de los que hacen son parciales o de obra?

Y el colmo de lo increíble: que los parados deberían recibir lo mínimo para subsistir. Pero ¿sabe este señor lo que cobra un parado y por cuánto tiempo?

Verdaderamente hay que tener paciencia de santo para aguantar tanta estupidez, ignorancia o falta de sensibilidad. Y además hay que ser ciego y torpe para defender tan mal los intereses de los propios empresarios. ¿De dónde creen que van a salir los recursos para consumir sus productos si la gente gana cada vez menos, si las pensiones son, cada vez, peores, si tienen que afrontar repagos en medicinas, si las matrículas de la Universidad son más caras y si suben continuamente gas, electricidad y gasolina?

¿Por qué creen que han cerrado tantos negocios? Sencillamente, porque el ciudadano no puede permitirse consumir, en muchas ocasiones, ni lo más necesario. No sé dónde dan los «permisos» para ser directivo de empresarios, no sé quién los elige, no sé dónde aprenden su «carrera», pero la verdad es que sus opiniones, sus métodos y sus maneras, dejan mucho, muchísimo que desear.