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Entradas etiquetadas como ‘consumo’

¿A quién beneficia el nuevo certificado de eficiencia energética para viviendas?

Por Enrique G Blanco

Certificación energética viviendasRecientemente he escuchado en un medio de comunicación una noticia en la que se hablaba de la entrada en vigor este mes de junio de una exigencia para todas las viviendas que se pongan en venta o alquiler, consistente en la realización de un certificado de consumo eficiente de energía. Según una persona experta que explicaba la importancia del mismo, va a servir, entre otras cosas, para hacer unas recomendaciones sobre las pequeñas obras necesarias para que en cada vivienda consumamos menos energía y emitamos menos contaminación al medio ambiente. Este certificado, al parecer, va a tener un coste en torno a 250 euros y, según la noticia, será realizado por una empresa privada homologada.

En mi opinión, todo lo que contribuya a que ahorremos energía y emitamos menos contaminación al medio ambiente me parece bien y cualquier consejo que se pueda dar a los ciudadanos para que ahorremos energía o contaminemos menos también es bueno e incluso necesario. Lo que no veo tan bien es que el ciudadano tenga que pagar a una empresa particular por la realización de ese certificado. Me pregunto si no podría realizarlo por un módico precio personal especializado contratado por la misma administración pública con competencia en materia de energía y medio ambiente y hacerlo extensible a todas las viviendas en general.

Como ciudadano, lo que más me preocupa e indigna es que los nuevos impuestos que nos exigen puedan terminar llenando los cajones privados, en vez de los de la administración que al menos beneficia a todos.

El lado más humano… o cómo una persona importante detiene la rueda del tener más

Por Juan (Jaén)

Hay acontecimientos en la vida que te despiertan del letargo, como el de ayer en el maternoinfantil de Jaén donde vio la luz por primera vez mi sobrina, y aunque el nacimiento de una nueva vida siempre es un acontecimiento y una alegría inmensa, el de ayer fue algo excepcional porque la niña tiene síndrome de Down.

Y digo que es excepcional porque en un solo día de vida ya ha cambiado mi forma de pensar y de percibir lo que acontece en mi entorno. En una sociedad cada día más alejada de lo que nos acerca a lo humano, donde el prestigio, el poder, la posición o el dinero son las metas que todos queremos alcanzar y que deseamos para los nuestros, no nos damos cuenta de lo que realmente es importante.

No nos damos cuenta que el ser humano necesita de personas como mi sobrina que nos acerquen a lo más valioso, lo que nos proporciona mayor satisfacción y nos realiza como personas. Sin duda necesitamos a estas personas que nos recuerdan que no estamos en esta vida para conducir buenos coches, lucir buena ropa o tener un piso en el centro. Desde que nacemos nos metemos en una rueda y como los ratones corremos y corremos con el único propósito de conseguir más. Y no nos paramos a pensar hasta que esta rueda la detiene una persona que no quiere, ni va a querer lo mismo que nosotros.

Puede que mi sobrina haya venido a nuestras vidas para darnos la sensatez que necesitábamos y así volvamos al lado más humano.

 

Sobre el consumo y sus consecuencias

Por Ignacio Caballero Botica

Corría el año 2008 cuando vi en televisión que los Juegos Olímpicos de Pekín se inauguraban repletos de fuegos más que artificiales. En aquel momento pensé que de nada habían servido las denuncias sobre los derechos humanos, laborales y políticos en el gigante asiático; lo importante es que tienen más de mil quinientos millones de consumidores y frente a eso, nada se cuestiona.

Durante muchos años, hemos invertido en las tiendas de los chinos o de los veinte duros; lugares insalubres, oscuros, cutres, malolientes y de nula calidad en la atención al cliente. Ahora vivimos en una sociedad que cada vez se parece más a esa descripción. Porque cada producto consumido configura la sociedad en la que vivimos; es una forma de votar ante las enormes carencias de un sistema democrático que se nutre de cheques en blanco cada cuatro años.

Si compras productos fabricados mediante la explotación de otros seres humanos, tarde o temprano el explotado serás tú porque todos estamos conectados. El día que decidimos consumir productos chinos en comercios infames, comenzaron a quebrar los comercios españoles; un reflejo de la economía de ambos países en nuestros días, donde somos deudores de aquellos a los que tanta bagatela hemos comprado.

Lo peor de todo es que Europa ha decidido que en lugar de forzar al gigante asiático a cumplir con unos mínimos derechos humanos, sociales, civiles y laborales para permitir que sus productos se vendan en nuestros países, ha tomado el camino de equipararnos a nosotros para que trabajemos como chinos y poder competir con ellos. Para que en nombre de la competitividad, cada vez sean menos los que tengan más y más los que tengan menos. Despierta.