La Espada, expuesta (WIKIPEDIA).

Pues lo que empezó siendo una sección de camisetas y/o uniformes va evolucionando. Si en anteriores ocasiones hemos hablado de máscaras o botas, ahora damos un pasito más y hablamos de bicis. Sí, amigos, hoy os voy a hablar de una bicicleta que fue muy famosa allá por los 90 y lo fue gracias al mejor ciclista español de todos los tiempos, don Miguel Indurain Larraya.

En 1994, Indurain decidió acometer el récord de la hora. Para los profanos en ciclismo quizá quepa recordar que el récord consiste en realizar el mayor número de kilómetros posibles en 60 minutos. En 1993, un peculiar escocés llamado Graeme Obree decidió intentar romper una marca marcada en 1984 por el italiano Francesco Moser. Con una bici fabricada por él mismo, batió el récord de Moser en el velódromo noruego de Hamar. Otro británico, este inglés, Chris Boardman, batió en Burdeos el récord apenas unos días después que Obree, que volvió a conseguir la mejor marca en 1994.

Como os decía, Indurain decidió acometer este reto, habida cuenta de su extraordinario dominio de la contrarreloj y aprovechando el ruido mediático renacido en torno al récord de la hora. Pinarello, la marca italiana fabricante de bicicletas que proveía al equipo Banesto y a Indurain, se puso manos a la obra para presentar una revolucionaria bici que, basada en la tecnología y la aerodinámica, ayudara al campeón navarro a batir el récord, contando incluso con la ayuda de un ingeniero con experiencia en la Fórmula 1.

Y así, nació la Espada, nombre que se le dio a la bici. Estaba hecha a medida de Indurain en ligerísima fibra de carbono. El peso total de la bici era de 7,2 kilos. El cuadro era lo más característico y revolucionario. Estaba fabricado en una sola pieza, conun espesor mínimo de 1,5 milímetros. Los pedales estaban concebidos para que encajaran en unas zapatillas especiales, creadas ad hoc, que permitían mejorar la sensación de que pierna y pedal eran uno solo. El sistema de enganche, por cierto, fue adaptado por todos los fabricantes poco después. Las ruedas eran lenticulares, también fabricadas en fibra de carbono (ya la trasera tenía un diámetro mayor que la delantera). Por último, tras un estudio de la aerodinámica y del propio cuerpo de Indurain, el sillín estaba colocado a más altura de la normal para mejorar la posición del ciclista navarro.

El 2 de septiembre de 1994, Miguel Indurain se subió a la Espada para intentar batir el récord de la hora, y lo logró, con una distancia de 53,04 kilómetros, más que los 52,713 de Graeme Obree.

La marca no duró mucho, porque el 22 de octubre de ese mismo año, Tony Rominger conseguía una marca de 53,832 y el 5 de noviembre, 55,291 kilómetros, en ambos casos en el velódromo de Burdeos.

Pinarello creó una versión de la Espada para carretera, e Induráin la utilizó en los siguientes Tours de Francia. La marca de Treviso también proveía de bicis al Telekom alemán, por lo que ciclistas como Jan Ullrich y Bjarne Rijs también usaron nuevas versiones de la Espada.

Pero todo esto pasó a la historia cuando la UCI prohibió las bicicletas modificadas en 2000 y anuló los récords de la hora.

Os dejo con cómo se retransmitió la hazaña:

Mañana más.