Quién fue… Vera Caslavska, la número 1 que desafió al régimen comunista

Caslavska, en 1967 (WIKIPEDIA).

Caslavska, en 1967 (WIKIPEDIA).

La protagonista femenina de esta semana es una gimnasta. Su valor es doble: es una de las más destacadas deportistas de su disciplina y encima, supo rebelarse ante lo que le rodeaba. OS presento a Vera Caslavska.

Nacida el 3 de mayo de 1942 en Praga, Checoslovaquia, Vera Caslavska empezó de joven siendo patinadora sobre hielo y bailarina de ballet clásico, pero pronto se decantó por la gimnasia. Con 16 años, debutó en los Mundiales de Moscú de 1958, donde consiguió su primera medalla: una plata.

Dos años después, Caslavska, junto a sus compañeras del equipo checo, se colgó la plata en la competición por equipos. Y en los Mundiales de 1962, logró un oro, dos platas y un bronce. Una de las platas fue el concurso general, donde sólo pudo ser derrotada por otra leyenda de la gimnasia, la mítica Larisa Latynina.

Pero lo mejor estaba por llegar. En los Juegos Olímpicos de Tokio 1964, Caslavska explotó logrando tres oros y una plata, entre ellos el del concurso general. Dos años después, comandó el equipo checoslovaco que logró batir al soviético en la final por equipos del Mundial, en Dortmund.

Caslavska llegó a los Juegos de México 68 como la mejor gimnasta del Mundo, y en la cita olímpica confirmó este hecho. Sumó cuatro oros y dos platas más, proclamándose de nuevo campeona olímpica del concurso general.

En total, Vera Caslavska acumuló siete oros y cuatro platas olímpicas, lo que la convierte en la decimoquinta atleta (tercera mujer) en el medallero global de la historia de las Olimpiadas, la decimocuarta en la clasificación de atletas con más medallas e unos únicos juegos y en la segunda mejor gimnasta olímpica de todos los tiempos (en cuanto a medallas), superada sólo por Latynina. Además, es la única gimnasta (de los dos sexos) que ha logrado un oro olímpico en todas y cada una de sus pruebas. Y por supuesto, es la olimpista checa más laureada.

Caslavska, en un ejercicio en 1967 (WIKIPEDIA).

Caslavska, en un ejercicio en 1967 (WIKIPEDIA).

Pero Vera Caslavska no ha pasado a la historia sólo por sus méritos deportivos, sino por su compromiso político. 1968 fue un año comprometido para Checoslovaquia. Fue el año de la Primavera de Praga, de las protestas de la ciudadanía contra los influencia de la Unión Soviética. Vera Caslavska no fue ajena a ello y mostró públicamente su rechazo al régimen pro soviética y a la invasión de la URSS. Firmó un manifiesto contra el régimen y debido a ello, estuvo casi recluida antes de los Juegos para evitar represalias. Hasta el última día, su presencia en México no estaba garantizada.

Su actitud le costó un oro en México, ya que se produjeron ciertas decisiones por parte de una miembro del jurado, soviética, que perjudicaron injustamente a Caslavska y beneficiaron a una gimnasta de la URSS. En el podio, la checa reaccionó agachando la cabeza notoriamente cuando sonaba el himno soviético.

De vuelta en Checoslovaquia, su apoyo a la resistencia motivó a las autoridades a retirarle el pasaporte y a impedirle participar en pruebas deportivas, por lo que acabó su carrera. Vivió como una paria hasta que, a finales de los 80, el presidente del COI, Juan Antonio Samaranch, logró que las autoridades checoslovacas le permitieran a Caslavska ser juez y entrenadora.

En cuanto a su vida privada, Caslavska tuvo serios problemas a principios de los 90. Su hijo, Martin (fruto de su relación con el atleta Josef Odlozil), fue encarcelado con 19 años de edad por matar a su propio padre en una discusión. Esto llevó a Caslavska a una profunda depresión. Fue saliendo poco a poco y llegó a ser consejera del presidente checo Vaclav Havel y presidenta del Comité Olímpico Checo. Además, está en el Salón de la Fama de la Gimnasia, en el Salón de la Fama del Deporte Femenino y fue condecorada por el emperador de Japón. A sus 72 años sigue residiendo en Praga.

Os dejo con el ejercicio de suelo de Caslavska en México 68. Obsérvese que la elección de la música no fue casual; de hecho, fue toda una estrategia para ganarse al público:

Buen fin de semana.

14 comentarios

  1. Dice ser AreaEstudiantis

    Fenomenal historia, gran deportista. Qué duro es este deporte!!

    http://areaestudiantis.com

    06 junio 2014 | 08:53

  2. Dice ser PEDRALBES

    Hola a todos

    No conozco a la prota de hoy, así que poco puedo aportar a parte de alabar su valentía personal rebelándose contra el invasor.

    Edu, una duda que tengo (no puedo ver el video y con las fotos no me queda claro): ¿era gimnasta de rítmica o de deportiva?

    Saludos y buen finde

    06 junio 2014 | 10:39

  3. Dice ser Mónica

    Gracias por dedicarnos estos artículos a las mujeres deportistas http://goo.gl/FfW3OF

    06 junio 2014 | 11:21

  4. Dice ser ruomalg

    Grande la biografía de hoy. Le echó mucho valor oponiéndose al régimen de su país, aunque le supuso no poder ampliar un medallero que ya era bastante destacado. Repito, grande.

    Respondiendo a la pregunta de Pedralbes, estoy completamente seguro de que el ejercicio de la segunda foto es de gimnasia artística. He visto también el vídeo y no me cabe duda. Lo cual resulta curioso, ya que el período de vida deportiva de una gimnasta en el apartado artístico es mucho más corto que en lo referente a gimnasia rítmica, y en México tenía ya 26 años

    Vamos a ver, que nos estamos haciendo un lío con los años y las ciudades. Párrafo sobre la invasión soviética y siguiente. No sé si se disputó alguna prueba en Tokio en 1968, pero definitivamente no era olímpica; el resto del artículo deja claro dónde se jugaron cada una de las citas. Cuidado con esos fallos de redacción.

    06 junio 2014 | 11:31

  5. Dice ser ruomalg

    «Es», bueno, suele ser, que no es lo mismo.

    06 junio 2014 | 11:33

  6. Dice ser PEDRALBES

    Muchas gracias, ruomalg

    06 junio 2014 | 11:34

  7. Dice ser igesar75

    Bueno, partiendo de la base que la gimnasia rítmica entró en el programa olímpico en Los Ángeles 84 (fuente:güikipedia) parece claro que a lo que se dedicaba esta señora era a la gimnasia artística, sí. Por lo que veo era del prototipo de gimnastas «forrondoscas y jaquetonas» a las que hacía referencia Nadia Comaneci en la parodia de la Hora Chanante, «hasta que llegué yo, la niña de cuerpo grácil y mirada triste, petándolo» jejeje.

    Bueno ruomalg, no te enfades jejejeje, está claro que donde dice Tokyo quería decir México DF. Errores sin importancia los cometemos todos.

    Gran deportista y muy valiente, había que tenerlos muy cuadraos para plantarle cara a la apisonadora soviética y toda su maquinaria. Bien por ella.

    06 junio 2014 | 13:06

  8. Dice ser Cris

    Con lo que me gusta a mi la gimnasia rítmica, artística, deportiva…toda 🙂

    Muy buen artículo.

    06 junio 2014 | 13:08

  9. Dice ser manuel

    Bellísima e impresionante!

    06 junio 2014 | 13:09

  10. Dice ser Gorpik

    A la protagonista de hoy sí la conocía, pero no tenía ni idea de todos los problemas que ha tenido en su vida. Pobre chica. Por lo demás, una de las grandes de la gimnasia, desde luego.

    06 junio 2014 | 22:00

  11. Dice ser ruomalg

    Tranqui, si no me he enfadado. Sólo estaba repeliendo a los trolls que dirán lo mismo que yo pero con malas palabras, malos modos y peor ortografía.

    07 junio 2014 | 00:30

  12. «¿Hasta dónde llega el desprestigio de las ideologías? Trinidad Noguera defiende que la ideología es consustancial a la política, lo que choca directamente con la fascinación actual por la política «no ideológica», un populismo que presume de apoyarse en la teórica objetividad de los datos.

    Fin de las ideologías

    La ideología tiene mala fama. Hay mucha gente que afirma convencidísima no tener “de eso”, con el mismo gesto que pondría para decir que no tiene piojos o tratos con la mafia. Pues bien: si está usted entre esas personas, sepa que en realidad sí tiene ideología, por poco articulada que esté y por escaso que sea el tiempo que dedique a pensar en ella. La tiene usted y la tiene todo el mundo. ¿Por qué? Porque todos contamos con una escala de valores, una noción de cómo deberían ser las cosas y unos planteamientos más o menos elaborados sobre la sociedad en la que vivimos. Este conglomerado nos orienta a la hora de opinar y, aunque sea en un sentido muy básico, tiene contenido político.

    Además de este concepto difuso de ideología, existe otro más concreto, que se refiere al conjunto de principios, valores e ideas que estructuran la visión del mundo de una determinada corriente política y ordenan el comportamiento y decisiones de los actores –partidos, representantes, militantes y simpatizantes- que se identifican con esa corriente. No se trata, como algunos sostienen, de una forma vulgarizada de filosofía, sino de una herramienta distinta, que posee un cuerpo doctrinal y una orientación esencialmente práctica, que evoluciona a través de su acción sobre la realidad en una interacción constante, y en la cual juegan un papel no despreciable los marcos narrativos y las emociones.

    La ideología –difusa y concreta- es consustancial a la política. Por eso resulta chocante la recurrencia con la que muchos representantes públicos tachan de “ideológica” una determinada acción o afirmación, abonando así la idea de que la ideología es per se una cosa rechazable. Es cierto que a menudo los motivos técnicos o económicos esgrimidos para defender ciertas decisiones son simples accesorios, concebidos para adornar lo que en realidad es fruto directo de un posicionamiento ideológico. La cuestión es que quien denuncia algo por ideológico, lanza su denuncia también desde una ideología, de signo contrario o como mínimo discrepante en ese punto. En lugar de calificar algo de ideológico sin más, sería clarificador señalar que lo que se agazapa tras ese algo es la ideología fulanita o menganita, con sus nombres y apellidos; que al denunciante esa ideología no le convence ni le gusta y por qué. Es cierto que estas clarificaciones se omiten por mor de la brevedad o porque se consideran obvias, pero cada vez resulta más necesario especificar lo obvio, no sea que se nos olvide.

    Expresar las propias convicciones nunca es baladí, menos aún en un contexto donde proliferan opinadores, representantes públicos y hasta partidos que se postulan como “no ideológicos” y dicen no ser “ni de derechas ni de izquierdas”, credencial con la cual parecen querer situarse por encima del bien y del mal. Esta tendencia se da en España y fuera de España; no es una rareza patria. Los portavoces de la misma a menudo insisten en proclamar la superioridad de la técnica sobre la política –o de los técnicos sobre los políticos- y en presentarse como adalides de la racionalidad y el sentido común. Esta última pretensión denota una cierta altanería; es como si insinuaran que todos aquellos que se autoubican abiertamente en la derecha o en la izquierda son unos descerebrados. Sin embargo, en realidad quien se posiciona con nitidez en el espectro político hace un servicio a la transparencia, y a los demás nos ahorra el esfuerzo de ubicarle a base de hermenéutica. Tampoco sobra recordar, por cierto, que quienes dicen estar por encima de las ideologías suelen mostrar una persistente tendencia a alinearse con posiciones propias de una de ellas: la derecha.

    La fascinación por la política “no ideológica” –es decir, “no política”, si tal cosa es posible- florece con singular exuberancia en ese populismo que navega cómodamente de babor a estribor según sople el viento, presumiendo incluso de apoyarse en la objetividad de los datos. Sin embargo, la selección misma de los datos implica ya una preferencia, y tras cada preferencia hay un juicio de valor, una visión del ser y el deber ser que nunca es ideológicamente neutra. Los ladrillos de este populismo new age son tan ideológicos como los del más vetusto de los partidos tradicionales, sólo que resulta más arduo verlos bajo las luces de neón y el decorado de diseño.

    Para mucha gente, vacunada por las historias de terror que el fanatismo escribió durante el siglo XX, la palabra ideología se asocia automáticamente con sectarismo e intransigencia. Esa experiencia lúgubre ha ocultado, sin embargo, que en esos mismos cien años y también en nombre de ideologías, miles de hombres y mujeres lograron con gran esfuerzo romper las cadenas que les ataban o ataban a otras personas, ampliar los derechos humanos, civiles y políticos, poner en marcha el motor del progreso y el bienestar en muchos países. Claro que se puede tener ideología de forma consciente, convencida y activa sin ser un descerebrado, un fanático o un sectario, y mucho menos un criminal; lo que resulta cada vez más difícil es tenerla y no verse en la obligación de explicarse y justificarse todo el rato.

    Entre otras razones porque, para terminar de emborronar el panorama, el siglo XX se cerró con la eufórica proclama del fin de las ideologías por parte de una derecha que veía en la caída del muro de Berlín la demostración de su triunfo definitivo sobre cualquier otra interpretación del mundo. No es que estuviera en lo cierto, pero en la práctica tampoco parece que le saliera del todo mal la jugada. A fin de cuentas, las ideologías han acabado bastante desprestigiadas y el marcador de la valoración ciudadana se aproxima al política 0, tecnocracia 1. Un tablero de resultados que perjudica especialmente a la izquierda, porque a la derecha no le disgusta el escenario tecnocrático postpolítico. Pero ojo: el partido no ha terminado, y el marcador puede darse la vuelta si los jugadores -es decir, los ciudadanos- no abandonamos el terreno de juego».

    por Trinidad Noguera
    Follow @TriniNGM
    19/10/2013 Agenda Pública

    07 junio 2014 | 02:31

  13. Dice ser Esterchu

    Muy bueno el artículo, pero me gustaría recalcar lo que comentas de Checoslovaquia, sería en todo caso la antigua Checoslovaquia y actual República Checa. Eslovaquia y la República Checa se separaron en 1993 cuando finalizó el periodo comunista. Por lo demás, buena información.

    07 junio 2014 | 02:36

  14. Dice ser Esterchu

    Perdón, corrijo, Checoslovaquia se separó dando lugar a Eslovaquia y Rep Checa.

    07 junio 2014 | 02:38

Los comentarios están cerrados.