Se nos ve el plumero Se nos ve el plumero

"La libertad produce monstruos, pero la falta de libertad produce infinitamente más monstruos"

Entradas etiquetadas como ‘eta’

¿»ETA reaparece» o «Batasuna desafía»?

¡Qué poco dura la alegría en la casa del pobre! Pasa lo mismo con las vacaciones. Ya se nota: las calles de Madrid se llenan de coches y de gente bronceada en las playas… y, naturalmente, con jerseys.

Yo he dormido, en algunas noches de este agosto madrileño, cubierto por una manta. Estamos pasando el agosto más frío del siglo. Pero eso no es noticia. Más bien es considerada como «no noticia», pues contradice la sabiduría convencional sobre los nuevos dogmas de una especie de religión emergente que atribuye el calentamiento global a la acción del hombre sobre la Tierra. También volvemos a la vieja y rabiosa rutina de los asesinos de ETA poniendo bombas, afortunadamente sin víctimas mortales.

Y, con el fin de las vacaciones, los diarios también vuelven por donde solían:

El País le echa una mano al Gobierno y a las Fuerzas de Seguridad del Estado en su gran titular informativo de primera:

ETA reaparece (…) tras cuatro intentos fallidos

El Mundo prefiere a Batasuna como sujeto de su gran titular interpretativo y le atribuye un verbo («desafiar«) reservado para gente valiente y aguerrida:

Batasuna desafía a Zapatero (…)

El titular editorializante de El Mundo está pidiendo una coletilla implícita de este tipo:

¿Por qué no responde Zapatero a este desafío?

Si alguien te moja la oreja (te desafía) y tu no respondes, puedes quedar, cuando menos, como un cobarde… o prisionero de algo inconfesable.

Hay demasiados juicios de intenciones implícitos en los titulares de ambos diarios, ya sean a favor o en contra del Gobierno.

¿Por qué no separamos un poco mejor los hechos de las opiniones?

Lo mismo ocurre con la «guerra de las banderas«.

Para El Mundo, con la vuelta a las armas, vuelve la «la guerra de los símbolos».

En su portada destaca este sumario:

El Ayuntamiento de Bilbao iza la bandera española durante 27 minutos y la arría

En su página editorial lleva un comentario con este titular, esta vez, sí, en cursiva:

La pantomima de Bilbao con la bandera española

En página interior, El Mundo le dedica cuatro columnas a «la guerra de los símbolos» con foto de la bandera española, naturalmente arriada.

El País no lleva nada de esta «guerra» en portada y en su interior lleva sólo una foto noticia, naturalmente con la bandera española izada, y con este titular:

Ni rastro de la «guerra de las banderas»

O sea, como la noche y el día.

«Cae el jefe» o «la policía destroza»
El Vaticano juega con fuego

ETA «abandona», la Guardia Civil «halla» y Zapatero «felicita»

Para El Mundo se trata de una noticia menor. Por eso, Pedro Jota le da la categoría de un simple sumario:

Dos etarras abandonan un coche con 130 kilos de explosivos cerca de la frontera de Portugal

En páginas interiores, esta noticia, que tanto alivio produce en los ciudadanos, va a cuatro columnas y en página par:

«ETA abandona un coche…»

El País manda con ella en su portada a cuatro columnas, arriba, y con foto del coche que llevaba los explosivos. En su interior, amplía esta información con dos páginas completas.

El País prefiere a la Guardia Civil como sujeto principal de la noticia y le atribuye el verbo «hallar«:

«La Guardia Civil halla en Ayamonte un coche…»

En su segunda página titula a tres columnas:

Zapatero felicita a las fuerzas de seguridad por su «magnífico trabajo»

Es imposible encontrar la felicitación de Zapatero entre las noticias de El Mundo. Es una noticia de Agencia, que llega a todo el mundo excepto al de Pedro Jota. Descansará en su papelera.

Yo sí quiero felicitar también a la Guardia Civil por haber montado esos controles de carretera tan molestos, a veces, cuando vas con prisas, y tan eficientes como se demostraron ayer. ¡Enhorabuena!

Como vemos por los titulares de portada, El País no se anda con chiquitas a la hora de informar sobre los obispos que «proclaman la guerra total».

El Mundo, mucho más suave con los jerarcas eclesiásticos, prefiere atribuirles el verbo «recurrirán» sin utilizar el lenguaje bélico sino el legalista más reverente.

En páginas interiores, se mantiene la preferencia belicista en El País que pone a los obispos la voz del lobo feroz:

«Los obispos batallarán sin tregua…»

En cambio, El Mundo atribuye a los obispos la vocecita dulce de Caperucita Roja :

«Los obispos instan a usar «todos los medios legítimos » contra…»

Zapatero «elude» o Zapatero «planta cara»

Los verbos son el espejo del alma de los periódicos. Entiendo por alma lo que llaman «cultura corporativa«, la salsa que se obtiene al mezclar intereses e ideales en la proporción que suelen decidir los dueños del medio.

A menudo, basta con dar un vistazo rápido a los verbos de la portada para saber de que pie cojea el periódico. Es más fácil hacer un disgnóstico cuando, como ocurre hoy, los verbos de ambos diarios atribuyen distinta acción o intención al mismo sujeto.

Para El País, Zapatero, no cabe duda, es un valiente:

«Zapatero planta cara a Blair…»

El Mundo elige, en cambio, un verbo muy de su agrado que suele atribuir a los cobardicas:

«Zapatero elude hablar…»

Este titular va a tres columnas bajo una gran foto en la que Zapatero muestra una enorme sonrisa mientras estrecha la mano al rey-dictador de Arabía Saudí, que preside uno de los regímenes políticos más despreciables del planeta. El invitado tiene petróleo y es un gran aliado de EE.UU. Faltaría más.

Víctimas de la AVT: enreda que algo queda

Cualquier extranjero razonable que aterrice en España, y lea las portadas de nuestros dos principales diarios de pago, puede pensar que aquí estamos todos locos. Y no le faltará razón, si se dedica a leer en lugar de viajar y hablar con la gente normal.

Las portadas de hoy son de espanto en lo que se refiere a la sucia campaña de lavado de cara del trío Pinocho (Aznar-Acebes-Zaplana) por haber intentado engañar sin éxito a todos los españoles, atribuyendo (sin datos) la autoría de la masacre del 11-M a ETA para raspar unos votos espurios en el 14-M.

Sólo estudiando las encuestas en las que un alto porcentaje de norteamericanos acusan Bush, a la CIA, al FBI e incluso al Estado de Israel de estar implicados en el atentado del 11-S contra las Torres Gemelas , podemos comprender la persistencia de los conspiranoicos españoles en atribuir el atentado del 11-M a ETA sin ningún dato real que lo avale. Claro que los informes que El Mundo lanza a sus creyentes sobre ETA y 11-M sólo pueden basarse en la fe y no en la razón.

En su primera página, El Mundo premia hoy a la AVT (la «Asociación de Víctimas del Terrorismo» de Alcaraz y el PP)y le da tres columnas, arriba, de salida. En el sumario dice que:

hubo un «intento deliberado de ocultar las pruebas que apuntaban a ETA»

En El País, el jucio del 11-M de ayer no dio más que para un pequeño sumario, dentro de otras noticias, abajo, en la columnita de entrada:

Un abogado de la AVT exculpa a la trama que facilitó los explosivos y al supuesto autor material Jamal Zougam

Ni calvo ni con tres pelucas.

Ambos diarios son, hoy, como la noche y el día en lo que se refiere al juicio del 11-M. En su vano intento de exculpar a Aznar de la mentira masiva que le ha expulsado por la gatera de la historia, Pedro Jota y sus predicadores olvidan, a veces, que los mandos policiales que había en España en el 11-M y meses siguientes había sido nombrados por el Gobienro del PP y estuvieron a las órdenes del ministro Acebes hasta que el nuevo Gobierno de Zapatero tomó el mando. Pero su máxima parece ser «enreda que algo queda».

Me aburren. Pero no podemos perderlos de vista porque nos pueden meter en un lío.

Me ha sorprendido la foto de tantos sabios reunidos en Valencia pidiendo a la ONU acciones contra el calentamiento global.

Ahora tengo que salir a hacer un recado, pero en cuanto pueda me gustaría comentar una conversación perturbadora que, sobre este asunto del cambio climático, escuché el viernes en la cena que siguió a la boda de mis amigos en Cabo de Gata

Oí preguntas como éstas:

¿Y si el calentamiento global que parece amenazarnos fuera una maravilla para el ser humano como fue en ocasiones anteriores?

¿Acaso usaban abrigos durante el calentamiento global que ocurrió en el Imperio romano?

¿Qué tiene de malo que vuelvan a cultivar viñas en Gran Bretaña?

(Continuará…)

¿»Apoyan» contra ETA o «escenifican»? ¿En qué quedamos?

El País y El Mundo difieren un poco en el sujeto de portada de hoy («Todos los partidos…» y «Zapatero y todos los grupos…») pero difieren completamente en el verbo («apoyan» y «escenifican«) y en los complementos («con firmeza» y «sin concretar nada«).

¿En qué quedamos?

¿Apoyan todos los grupos, de verdad, a Zapatero contra ETA, como dice El País, o lo hacen de boquilla, y «sin concretar nada», como dice El Mundo?

.

Teniendo en cuenta que El Mundo y la muy católica COPE funcionan, a menudo, como correa de transmisión del Partido Popular , me echo a temblar. Si la información sobre la que se apoya Pedro Jota para meter la cuchara en su titular de portada (falsamente informativo) es de buena fuente, podemos pensar que la tregua «escenificada» por Rajoy al salir de La Moncloa y en el Congreso es una tregua trampa. Y eso no es bueno para nadie, salvo para ETA.

Ojalá los hechos desmientan, como tantas veces ocurre, a Pedro Jota y la tregua anunciada por Rajoy, para apoyar al Gobierno en su lucha contra ETA, sea sincera. No olvidemos que, aunque le deba obediencia, Rajoy no es Aznar. Que sepamos, Rajoy no mintió del 11 al 14-M, como sí lo hicieron Aznar, Acebes y Zaplana sobre ETA en el 11-M, para ganar tiempo y votos. En esa tropelía, Rajoy me parece que está limpio y algún día podría gobernar España sin que la gente legal tuviera que avergonzarse de él.

Desde luego, si Rajoy no apoya, de verdad, a Zapatero en su lucha para derrotar a ETA -y sólo «escenifica» ese apoyo como sugiere El Mundo– vamos listos.

Me gustaría que lo de El Mundo de hoy fuera, simplemente, otra mentira más…

No sería tan raro.

¿Quién les dijo que si era ETA ganaban?

LUIS ARROYO en El País

14/06/2007

Aquella mañana del 11-M alguien en Génova predijo que si la autora del atentado era ETA, el PP ganaría tres días después. Por eso las llamadas a los directores de periódico y a los embajadores para decirles que era ETA, la exigencia de una condena explícita de la ONU, programas en televisión sobre ETA, y la insistencia de Acebes en la «línea prioritaria» que, según decía, era ETA. Aún hoy sentimos los efectos de aquel error primigenio: los estrategas mediáticos siguen buscando conexiones, cada vez más pintorescas, entre ETA y los yihadistas; Acebes y los «peones negros» dicen que quieren saber «la verdad», y Rajoy les da la razón con ambigüedad. Y cuando los fiscales fulminan, como hicieron el lunes y el martes en el juicio del 11-M, la «teoría de la conspiración» derivada de aquella obsesión original con ETA, al día siguiente se les acusa de vilipendiar a la prensa y a los políticos que la promovieron. El beneficio para los promotores es que dos o tres de cada diez ciudadanos dudan y desconfían. Pero el coste de poner en solfa a la Justicia, a los fiscales, a los policías, a parte de la prensa, a parte de las víctimas, a los servicios secretos, al Gobierno…, es demasiado elevado para justificar un pecado original que quienes nos dedicamos a la comunicación detectamos hace tiempo.

El error originario fue dar más importancia a los hechos que a las percepciones y a lo racional que a lo emocional. No es el huracán Katrina lo que hace descender la aprobación de Bush, sino la torpeza de su respuesta inicial. Y a la inversa: no son los recursos desplegados por Schroeder para resolver los efectos de las inundaciones en Alemania en 2002 lo que le ayuda en la reelección, sino que calzara unas botas de lluvia, se pusiera al mando y visitara zonas afectadas. No fue la dirección de los bomberos de Nueva York -muy controvertida, por cierto- lo que convirtió a Giuliani en el «alcalde de América», sino su dominio de los símbolos del liderazgo y su valiente presencia en la Zona Cero a los pocos minutos del ataque.

La puesta en escena no es sólo marketing. Consiste en ofrecer a los ciudadanos el marco adecuado, la metáfora necesaria, como nos pide Lakoff, el pensador de moda entre los progresistas, en su librito No pienses en un elefante. En crisis exógenas los ciudadanos recurren a la narrativa de héroes y villanos. En los ataques terroristas, en principio, el villano es el terrorista y el héroe el Gobierno. La necesidad de una guía se hace apremiante, e incluso en casos como el de Beslán, cuando Putin responde brutalmente a los secuestradores y niños mueren en la «liberación», el villano es el terrorista y no el Gobierno.

Este fenómeno se llama «rally ‘round the flag»: cuando hay amenaza nacional, los ciudadanos se unen en torno a sus líderes, adoptan un «patriotismo de emergencia», aplazan las disputas ideológicas y apoyan (en principio) a quien les gobierna. El marco del padre -estricto o protector, en la descripción de Lakoff- se aplica al instante. El efecto suele generar, si se gestiona bien, un incremento en los índices de aprobación de los líderes.

El atentado del 11-M, por tanto, no tenía por qué influir por definición en el resultado electoral en una dirección negativa para el Gobierno del PP. La dirección contraria era tan probable o más que la que finalmente tomaron los acontecimientos. Lo que los ciudadanos esperaban era coraje y sensibilidad. El Gobierno de Aznar y Rajoy apareció acobardado y arrogante ante los ciudadanos. Empeñado en que si eran los islamistas los ciudadanos les castigaríamos por el apoyo a la guerra de Irak, la comunicación fue marrullera y engañosa.

Veamos qué podría haberse hecho. Primero, aprovechar el caudal de apoyo público que nace naturalmente en esas situaciones: Aznar lo despreció y estuvo solo. Rechazó reunir el Pacto Antiterrorista, cortó la comunicación con la oposición y forzó un eslogan en la manifestación que los demás tuvieron que aceptar.

Segundo, mostrar fuerza, cercanía y confianza. En la fase de eclosión de la crisis, se observa el carácter. Aznar y Rajoy resultaron débiles, lejanos y mentirosos; a la defensiva. Basta recordar aquella sorpresa en la noche de reflexión. Ese hombre que entraba a la hora del Telediario, y que al tiempo que intentaba transmitir la potencia y la solvencia de un líder («Me llamo Mariano Rajoy y soy candidato a la presidencia del Gobierno…»), denunciaba las manifestaciones «gravemente antidemocráticas» a la puerta de sus sedes. La imagen era tristemente coherente con la de sus compañeros de partido, que últimamente tenían que entrar en los auditorios por la puerta de atrás.

Tercero, al comenzar una crisis se exige buena disposición. Habría bastado algún guiño: por ejemplo, aplazar el debate sobre responsabilidades y ofrecer una comparecencia parlamentaria. Es cierto que los líderes que apoyaron la guerra de Irak cayeron en aprobación (Blair, Bush, Durão), o en elecciones (Berlusconi, Santana Lopes), pero del 11 al 14 no se dirimía una decisión política, sino una cuestión de carácter.

Cuarto, durante una crisis se dice lo que se sabe, sin enredar. Acebes tardó nueve horas y media en informar de la aparición de la furgoneta en Alcalá, doce en hablar sobre la bolsa con el artefacto desactivado, seis para contarnos la detención de los sospechosos y cinco para la aparición del vídeo reivindicativo. Sólo dos horas tardó en llamar mentiroso a Otegi, y diez minutos en desacreditar la llamada de ETA. Y mientras Acebes se aferraba a lo inverosímil (ETA), otras fuentes avanzaban lo verosímil (los yihadistas). En ausencia de información oficial creíble, los medios desplazaron su atención hacia la propia actitud del Gobierno. Y cuanto más hablaba Acebes, peor para él, paradójicamente.

Y quinto, la arrogancia se paga. Puedes ser tenaz, pero no arrogante. No debes situarte contra las víctimas. Ni siquiera cuando te gritan en la calle o cuando se manifiestan frente a tu casa. Las maniobras de autoexculpación se penalizan y se premian la buena disposición y la humildad.

Es dudoso que con una comunicación de crisis responsable y limpia el PP hubiera ganado las elecciones (los sondeos de aquellos días indicaban empate y una mejora del PSOE durante la campaña), pero se empeñaron en demostrar lo mismo que durante años, a propósito del Prestige, del Tireless, del Yakovlev o de la guerra de Irak: arrogancia y opacidad. Los ciudadanos perdonan uno y cien errores, pero cuando hay que demostrar carácter exigen líderes fuertes, cercanos y fiables. Justo lo contrario de lo que vimos aquellos cuatro días.

Luis Arroyo es sociólogo, autor de Los cien errores de la comunicación de las organizaciones, y director del Gabinete del secretario de Estado de Comunicación.

FIN

Me entristece tanto ver lo bajo que están cayendo algunos colegas y algunos periódicos, en el tratamiento desinformativo y en sus opiniones sobre la catástrofe y el juicio del 11-M, que me cuesta hacer comentarios sobre el asunto sin enfurecerme… o sin avergonzarme de mi antigua profesión.

¡Qué lástima!

Unidos contra ETA (en El País) o desunidos (en El Mundo)

¿Quién confunde deseos con realidad? ¿Quién contribuye a unir o a desunir a los demócratas contra ETA? ¿Quién an¡ma o desanima con su contabilidad sesgada al alza o a la baja?

Ya sabemos que no hay noticia gratis ni titular inocuo. Pero, a veces, las diferencias de tratamiento en cada diario son tan clamorosas que escandalizan, con razón, al lector más confiado.

Titular de El País:

Gesto por la Paz aúna a los partidos políticos contra el terrorismo

Titular de El Mundo:

Los partidos vascos evitan dar una imagen de unidad en la marcha de Gesto por la Paz

El País suma Bilbao con Pamplona en este sumario:

Cerca de 5.000 personas marcharon en Bilbao y Pamplona en defensa de la paz y la libertad

Sumario de El Mundo:

Unos 2.000 manifestantes exigen a la banda en Bilbao «que no pongan las manos encima de nadie»

El corte de la foto tampoco resulta inocuo. El País ilustra la información con un plano general, que incluye desde la pancarta completa de la cabecera hasta casi la cola de la manifestación. El Mundo, en cambio, da una foto de plano medio en la que sólo puede leerse media pancarta de cabecera.

El arranque de las dos informaciones no puede ser más clarificador acerca de las habilidades contables de ambos diarios.

El Mundo comienza así:

«Cerca de 2.000 personas se manifestaron ayer en Bilbao convocadas por Gesto por la Paz…»

El País, que debe tener otro aparato de medir, comienza así:

«Más de 3.000 personas convocadas por Gesto por la Paz marcharon ayer en silencio por las calles de Bilbao…»

El País completa la información, que va a a toda página, con una entrevista a Fabián Laespada, portavoz de Gesto por la Paz que lleva este titular:

«No pierdo la esperanza de que Batasuna alce su voz contra ETA»

Por ahora, yo tampoco la pierdo.

Las portadas de ambos diarios (que llevan -¡menos mal!- la palabra «implacable«) tampoco defraudarán a sus lectores habituales. Abren con el mismo sujeto (Zapatero) pero le atribuyen un verbo muy distinto-

Para El País:

Zapatero afirma…

Para El Mundo:

Zapatero cambia…

Ahí una interesante visión del presidente del PNV, Jose Jon Imaz, a quien no debemos perder de vista. La publica El País:

Y un análisis muy acertado de Sol Gallego, también el El País:i

No crean que me olvidé de incluir la información que El País da en su portada sobre el presunto tráfico de influencias del ex presidente Aznar a favor de Centaurus , «uno de los fondos especulativos más activos y agresivos». Simplemente, la copié y la pegué en un post anterior y me puse a ver por la tele el partidazo de Rafa Nadal. Emocionante.

«Prisión», en El Mundo; «fulminante detención», en El País

Ya se que, con frecuencia, confundimos deseos o sueños con realidades. Otras veces, gracias precisamente a la persistente persecución de nuestros deseos, anticipamos realidades de ensueño. Y así algunos sueños se hacen realidad.

Ahora me pasa algo parecido con estos terroristas descerebrados de ETA. Pienso, deseo y sueño con que más de uno de ellos, o de quienes les justifican y/o apoyan, se habrá sentido decepcionado con la vuelta a las sucias armas, al asesinato cobarde, a la extorsión vil, al terror fascista de la minoría que quiere imponer sus ideas (¿ideas?) metiendo el miedo en el cuerpo a los demócratas.

Mis amigos demócratas vascos gozaron de un enorme alivio con la tregua de ETA («se notaba la alegría por las calles») hasta que estalló la bomba de Barajas. Tan grande fue su gozo hace un año como ahora lo es su decepción.

Conozco algunos que rozan las posiciones de Batasuna y que creían llegado el momento de integrarse pacíficamente en la vida política. Ahora pueden pensar que ETA les ha traicionado, les ha quebrado una ilusión, les ha cerrado una salida. Josu Jon Imaz, el presidente del PNV más alejado de Sabino Arana, el racista que lo fundó, lo ha explicado muy bien. El el Pais Vasco se conocen todos.

El año pasado se miraban a la cara de una forma y, a partir de ahora, de van a mirar de otra.

¿Quién, en el seno de cada familia vasca, va a pestañear primero?

La policía es importante, fundametnal para detener a los criminales, pero no basta para acabar con ETA. Eso lo sabe hasta el mismísimo José María Aznar. Por lo tanto también lo sabrá Rajoy.

Sólo cuando los terroristas (sector «militar» y sector «político») empiecen a perder apoyo social -o sea, votos y botas, en las urnas y en las calles- entonces se plantearán seriamente el abandono del terror. Creo que, en esta ocasión, con la ruptura d ela tregua, ETA se ha dejado muchos pelos en la gatera. Ojalá.

Esta tarde, algún terrorista de ETA, de esos eternos adolescentes inmaduros, captados por el poder que les da sentir una «pipa» en la mano, habrá estado pendiente de las noticias para saber si «La Real» baja o no a Segunda División. Serán capaces hasta de echar alguna lágrima de rabia si pierde o de alegría si gana.

Esas bestias, incapaces de defender sus ideas con palabras y sin recurrir el ventajismo tahur de las armas, tienen momentos en los que pueden parecernos seres humanos que tienen madres y padres. Si lloran porque «La Real» baja a Segunda, aún nos queda alguna esperanza.

Más de un etarra o batasuno estará jodido por la ruptura de la tregua. Lo sienten, pero aún no lo dicen. Les puede costar muy caro y no tienen tanto valor como les suponemos, a veces, cuando comenten sus fechorías por la espalda.

¿Quien será el primero de Batasuna que se atreva a robar el polvorín de ETA para rendirlo y entrar pacíficamente en la vida política en igualdad de condiciones que los demás seres humanos?

Otegui no tuvo agallas -siempre se quedó en un cobarde quiero y no puedo- y ya se le ha pasado el arroz.

¿Quien sustituirá a Otegui con capacidad y valentía para entregar el polvorín de ETA?

Atentos.

Las cuatro columnas de ambos diarios van dedicadas a Otegui y a Batasuna. Esta es la tercera noticia de primera página de El Mundo:

Alierta tendrá que sentarse en el banquillo al anular el TS el archivo del caso

Por más que busco la noticia del presidente de la Telefónica, no la veo por ninguna parte en la portada de El País.

¿Se les habrá escapado? No, porque la dieron las agencias. Está en la página 85 de El País, a una columna. El Mundo, en cambio, amplia su noticia de primera a cuatro columnas en la página 43 y con foto.

¿A qué se deberá esta diferencia tan notable en el tratamiento de la misma noticia de Alierta en el banquillo por el diario de Pedro Jota y el de Polanco?

Hoy, en la portada del International Herald Tribune salen dos españoles fotografiados: Nadal y Alonso. Lo nunca visto. Sin caer en el nacionalismo facilón, ¿no es para estar orgullosos de estos paisanos deportistas?

Recuerdo cuando viajábamos al extranjero, en tiempos de la ominosa dictadura franquista, y no sabíamos cómo explicar muy bien por qué el aliado de Hitler y de Mussolini se mantenía tantos años y tan ricamente en el poder oprimiendo a todos los demócratas mediante el terror.

A mi me daba vergüenza ser español, en el extranjero, durante la dictadura. En cambio, el otro día, en París, me noté envidiado por ser español. Hasta por el taxista. Lo nunca visto. Claro que Nadal había ganado esa tarde un partidazo de tenis en el Roland Garros.

Mañana será otro gran día para el tenis español. Gane o pierda, Nadal es el nº 2 del mundo. Y Alonso el número 1 en Fórmula 1.

Con estos embajadores en la portada del Herald Tribune, no es extraño que el siquiatra Rojas Marcos destaque la autoestima española en su articulo de hoy en El País.

Autoestima española

LUIS ROJAS MARCOS en El País

09/06/2007

En un vuelo reciente a España desde Nueva York, me tocó de compañera de asiento una señora muy cordial que antes de abrocharnos los cinturones ya me había interrogado sobre el motivo del viaje. Al mencionarle que iba a dar una conferencia sobre la autoestima, la inquisitiva mujer exclamó: «¡Pues de eso en España andamos fatal!». Quise indagar en qué basaba tan contundente afirmación y me dijo sin vacilar: «Mire, vivimos rodeados de maltratadores y terroristas». Sorprendido, le pregunté si conocía a muchos de estos desalmados. La afable señora deliberó unos minutos y respondió con extrañeza: «Ahora que me paro a pensar, la verdad es que a mi alrededor no hay maltratadores, y tampoco conozco a ningún terrorista». Seguidamente, los dos guardamos silencio.

Mi compañera de viaje había reaccionado con lo que llamamos en psiquiatría pensamientos automáticos. Estos pensamientos se forjan con prejuicios o generalizaciones irreflexivas y suelen derivar en juicios tan negativos como desacertados. Para hacerle justicia a mi interlocutora, explicaré que al despedirnos me comunicó con emoción: «¡La culpa de lo que le dije la tienen los telediarios!». Deduje que después de razonar se percató de que había confundido la noticia o lo aberrante con la vida normal o lo habitual.

La realidad es que la autoestima de los españoles, hombres y mujeres, mayores y pequeños, se sitúa actualmente entre las más saludables y elevadas del planeta. Ésta es la conclusión a la que llegan, con singular consistencia estadística, estudio tras estudio. Expertos como Michael Argyle y Ruut Veenhoven, de las universidades de Oxford y Erasmus de Rotterdam respectivamente, ya revelaron esta tendencia positiva en los años noventa. En 2000, un sondeo Demoscopia elaborado mediante entrevistas a domicilio señalaba que seis de cada diez españoles decían sentirse bien consigo mismos, además de confiar en un mundo cada vez más sano, libre y feliz. Dos años más tarde, la agencia oficial Eurobarómetro mostraba que la población española, junto con la holandesa, obtenía la cota más alta en bienestar psicológico. En 2006 este mismo organismo documentó que el 84% de los españoles afirmaba estar muy o bastante satisfechos con su vida, cuatro puntos por encima del resto de los europeos. Entre los jóvenes, el termómetro de la autoestima también marca niveles superiores a la mayoría de los países de la UE, como reflejó el informe Juventud en España 2004 y confirmó recientemente Unicef.

Es verdad que todos conocemos paisanos que viven hundidos en el autodesprecio y hasta piensan que no merecen vivir. Pero incluso si usamos la tasa de suicidios como indicador del estado emocional de un pueblo -algo que propuso el respetable sociólogo francés Émile Durkheim-, la proporción de estas trágicas despedidas en España se encuentra entre las más bajas de Occidente (según Eurostat, en 2005 se contabilizaron 6,6 suicidios por cada 100.000 habitantes en este país, mientras que la media en el resto de Europa y Estados Unidos rozaba 11 muertes).

Es cierto también que una alta autovaloración no es siempre un dato beneficioso. Como ocurre con el colesterol, existe una autoestima «buena» o socialmente constructiva y otra «mala», o narcisista, que se basa en el dominio sobre los demás. ¿Quién no se ha topado con algún déspota de ego inflado que practica el abuso de poder? Estos verdugos prepotentes son minoría, pero mantienen su capital de amor propio a costa de robárselo a otros, y hacen estragos en el ámbito social, laboral, escolar o familiar.

La autoestima, entendida por la valoración que hacemos de la idea de nosotros mismos, es subjetiva. No podemos medirla como el pulso o la temperatura del cuerpo. El único método para estudiarla es preguntar. Además es personal; a la hora de autovalorarnos no distinguimos entre mí y mío, y, de acuerdo con nuestras prioridades, ponemos en la balanza desde la habilidad para relacionarnos hasta nuestras posesiones, pasando por el físico, la aptitud para el trabajo o para desempeñar nuestro papel familiar o social, los talentos, los logros o los fracasos. También sopesamos el grupo social al que pertenecemos y las opiniones que creemos tienen de nosotros los demás. Al autovalorarnos, casi todos nos protegemos excluyendo del cómputo los problemas que consideramos fuera de nuestro control o los infortunios inevitables.

La buena autoestima de los ciudadanos es un dato de gran relevancia que debemos celebrar. Pocas cosas son más determinantes en la vida de las personas que cómo se sienten consigo mismas. Una autoestima sana suele ir de la mano de la participación constructiva en la sociedad, de la capacidad para adaptarnos a los cambios y superar la adversidad y de la satisfacción con la vida en general.

Siempre me ha llamado la atención el hecho de que mientras los estadounidenses tienden a presumir sin reparos de autovalorarse generosamente, mis paisanos españoles no suelen hablar, y mucho menos vanagloriarse, de su probada autoestima. Creo que esta actitud se debe, en parte, a que en España, tradicionalmente, la percepción favorable de uno mismo se ha teñido de ignorancia o de egocentrismo. Otro condicionante es la exaltación de la modestia, bien como virtud espiritual o por aquello de que «la uña que sobresale es la que recibe los golpes». Finalmente, no puedo evitar volver a la anécdota del principio para expresar mi convencimiento de que los pensamientos automáticos derrotistas, que tanto abundan en este Reino, nos roban continuamente la conciencia de nuestro alto y saludable bienestar emocional.

Luis Rojas Marcos es profesor de psiquiatría de la Universidad de Nueva York.

FIN

ETA NO.¿Por qué no abrazamos su cola y cortamos su cabeza?

La serpiente ataca de nuevo. Aunque ya recibimos el fin del «alto el fuego» de ETA con el bombazo de la T-4 de Barajas, el recordatorio que nos vuelve a hacer hoy la banda terrorista es descorazonador.

Y el mensaje de respuesta del presidente Zapatero me ha parecido poca cosa, bastante inconcreto, dada la gravedad de la situación. Me ha faltado oirle algo así como «se acabó» o «a por ellos».

Pero entiendo que un presidente debe medir mucho sus palabras y sus gestos, sobretodo teniendo en cuenta lo poco que la oposición del PP ayuda en la lucha contra ETA. Espero y deseo que el PP deje de ser el altavoz oportunista de ETA y se sume generosamente al Gobierno en la lucha contra el terrorismo.

Al oir esta mañana la noticia de la banda, he recordado los terribles tiempos pasados, cuando era rara la semana, o el mes, que no teníamos a uno de los nuestros asesinado cobardemente por los terroristas de ETA.

También he recordado una reflexión que el entonces vicepresidente del Gobierno de Suarez, Fernando Abril Martorell, nos solía hacer a su equipo de colaboradores, en los peores momentos: frialdad y eficacia.

Nos decía que el mundo de los radicales nacionalistas, independentistas, simpatizantes de ETA, semiterroristas, terroristas, asesinos enloquecidos, etc., no era una masa uniforme. Ni mucho menos. Y aunque parezca una obviedad, conviene recordarlo ahora, antes de vernos ante un nuevo cadaver, con todas las pasiones desatadas.

Si la serpiente del mundo que rodea y alimenta a ETA no es igual de venenosa en todas sus partes, ¿por qué no atraemos hacia la democracia y la paz a la parte más blanda (abrazamos la cola) mientras perseguimos duramente, con todo el peso de la Ley, a la parte más violenta y dura de la banda (cortamos de un tajo su cabeza)?

El comunicado de ETA abre una nueva etapa: frialdad y eficacia para acabar de una vez con los terroristas y, al vez, recibir generosamente, con los brazos abiertos, a quienes decidan abandonar para siempre la violencia. Amén

«Maniobrar» y «sonsacar»…¡qué finura de verbos!