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"Sin música, la vida sería un error". (Friedrich Nietzsche).

Canciones para empezar bien la semana: «No one does it like you», de Department of Eagles

«Hace un frío que pela», me dice mi chica esta mañana, al volver de sacar a los perros. El más friolero de ellos temblaba como una hoja.

Cuando el aire arrecia, me doy el homenaje de ir a trabajar en coche, bien acompañado por la música. Antes de arrancar, con el iPod en la mano, ya tenía muy claro qué disco quería escuchar hoy.

Descubrí a Department of Eagles indagando en los proyectos paralelos de los miembros de esa banda fundamental e inclasificable que es Grizzly Bear. Su guitarrista y cantante, el inquieto Daniel Rossen, formó Department of Eagles junto a Fred Nicolaus en 2000, cuatro años antes de unirse a Grizzly Bear. Debutaron en largo en 2003 con The White and the Moon, al que siguió, en 2007, The Cold Nose. Es, sin embargo, su tercer y último trabajo hasta la fecha, el sobrecogedor In ear park (2008), el que más hondo me ha llegado. También uno de los que más vueltas ha dado en mi cabeza en los últimos tiempos. En él, Rossen da rienda suelta a lo que ya desarrolla en Grizzly Bear, aunque aportándole un aura por momentos más cálida y accesible. Por momentos llega incluso a recordar a Beatles y Beach Boys, aunque siempre manteniendo intacta su afición por los desarrollos impredecibles, sorprendentes, únicos.

Hoy arrancamos la semana con uno de los temas más luminosos del álbum, No one does it like you. Una auténtica maravilla a la que acompaña, además, un vídeo mágico.

Out in the morning come
You don’t need to ask an alibi
And in the morning comes
You don’t need to be so honest

And in the morning come
You don’t need to ask an alibi
And in the morning comes
You don’t need to breathe so easy

I laughed so hard I fell down
I cursed these lanes I walked on

No one does it like you
No one does it like you
I tried so hard
But no one does it like you
No one does it like you
But I tried so hard

I tried so hard
I tried so hard


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Courtney, Dave y el circo rosa del rock

Hay ocasiones en que la frontera entre la información relacionada con el mundo de la música y la referente al del corazón se desdibuja casi completamente. Ayer, infinidad de medios digitales se hicieron eco de la nueva y delirante polémica entre la viuda del desaparecido Kurt Cobain, la siempre desequilibrada Courtney Love, y el líder de Foo Fighters y ex batería de Nirvana, Dave Grohl. A través de su cuenta en Twitter -una cuenta, por cierto, privada a la que ha tenido acceso el sitio web gawker.com-, Love ha acusado a Grohl de haber intentado seducir a su hija, Frances Bean Cobian, de 19 años. La líder de Hole asegura, además, que Grohl padece algún tipo de «patología» obsesiva con Kurt, y deduce que es él con quien realmente le hubiera gustado acostarse, de ahí que, por ejemplo, fichara en su día para tocara Foo Fighters a un batería que guarda un gran parecido con el propio Cobain.

No, no se ha confundido el astuto lector. Este no es un nuevo post de mi compañera Rosy Runrún y su blog sigue esteando en el mismo sitio de este mismo diario. Pero hay que saber hacer de todo: quién sabe qué tipo de habilidades requerirá el periodismo del mañana.

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Spotify habilita el ‘embed’

Ya tocaba. Spotify ha puesto hoy en marcha una de las opciones más demandadas por sus usuarios: bajo el nombre de Spotify Play Button, la plataforma sueca permitirá colgar directamente en webs o blogs toda su música. Vamos, lo que viene a ser el embed de toda la vida. ¿Tiene eso algo de especial? Sí, lo tiene.  La noticia es especialmente relevante porque significa un paso de gigante en la expansión de Spotify.  Pensad, por ejemplo, en lo importante que es para Youtube la posibilidad de que sus vídeos puedan verse en cualquier web. Teniendo en cuenta que Spotify ha aterrizado recientemente en mercado tan gigantesco como EE UU, todo indica que se trata de una apuesta en la dirección correcta.

La noticia se suma a la alianza, el pasado mes de septiembre, de la plataforma del círculo verde con Facebook. Aquella integración desató no pocas quejas, pues implicó que para difrutar de la vertiente social de Spotify había que darse obligatoriamente de alta en Facebook. Muchos usuarios se quejaron también de la falta de privacidad, ya que la red social publicaba sí o sí todo lo que el usuario escuchaba. Pocos días después, y ante el aluvión de quejas, Spotify  habilitó la posibilidad de «escucha privada».

Todo parece indicar que Spotify se está llevando el gato al agua en la trepidante carrera por dominar el mercado de la música en streaming. Mientras dicha competencia sea en beneficio del usuario, bienvenido sea. Ahora sólo queda exigir un reparto justo de los beneficios con los verdaderos responsables de que haya música en el mundo: los artistas. Pero esa es otra historia.

Como muestra, un botón. Aprovechando que mañana arranca gira en Madrid, os dejo con lo nuevo de Maika Makovski, Thank you for the boots.

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Canciones para empezar bien la semana: «Turn it around», de The Men

Desde Brooklyn, Nueva York, llega uno de los cuartetos que más está dando que hablar en las últimas semanas: The Men. Lo hacen con un tercer álbum, Open your heart, en el que han dejado de lado los sonidos más duros y hardcore de su anterior trabajo, Leave home -que presentaron en nuestro país el pasado mes de febrero-, en favor de una propuesta mucho más orientada al rock noventero. Rock fiero, cargado de ruido y guitarras poderosas, pero infinitamente más asequible y plagado de melodías que el de su anterior referencia, publicada apenas hace unos meses, y en el que recuerdan más que nunca a las propuestas de bandas como Sonic Youth, Jesus Lizard o incluso The Thermals. Eso sí, que no se asuste ninguno de sus fans de su anterior faceta: En Open your heart sigue habiendo numerosos arrebatos de furia (¿un par de ejemplos? escucha Animal o Cube, dos de los temas más sobresalientes del álbum), pero también hay sitio para ejercicios de lo más variado, como la serpenteante, instrumental y reposada Country song, cuyo título habla por sí misma, las muy psicodélicas y de aires kraut Oscillation y Presence (los corte más largos del álbum) o los momentos abiertamente power pop de Open your heart o Please Don’t Go Away.  Un álbum de rock sin concesiones, que engancha desde la primera escucha y cuyo primer corte, este Turn it around, nos sirve para arrancar la semana con la energía necesaria:

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Canciones para empezar bien la semana: «Transylvania», de Creature with the Atom Brain

A lo largo de mi vida, he descubierto bandas de las formas más dispares. En mi niñez, mi hermano mayor me transmitió su amor por The Cure, Pixies o Guns n’ Roses. En la adolescencia, la fuente principal eran los amigos del barrio, que me pasaban aquellas cintas decoradas de los grupos de punk del momento. Unas cintas que no tardaron en convertirse en cds vírgenes tostados. Todo cambió con la estrepitosa llegada de Internet, que abrió un nuevo universo se abrió ante nuestros ojos: cualquier disco estaba al alcance de un clic. Pero por encima de todo, me doy cuenta de que una de las principales maneras que he tenido de conocer nuevas bandas ha sido al verlas en directo como teloneros de otros grupos.

El caso de la banda que hoy nos ocupa, los belgas Creature With the Atom Brain, no es exactamente ese, pues di con su espectacular Transylvania buceando por Spotify. Y sin embargo, estoy convencido de que muchos son los nuevos fans que, estos días, nuestros protagonistas recaban gracias a su condición de teloneros en la gira de Mark Lanegan, al que muchos (muchos) tuvimos ocasión de ver anoche en Madrid. Ellos fueron los encargados de abrir un concierto sobresaliente, sobrio pero hipnótico, que sirvió de perfecto aperitivo para la posterior salida al escenario de Lanegan, al que acompañaron varios de los músicos de CWTAB como parte de su banda.

La música de Creature With the Atom Brain es oscura y adictiva. Lo suyo es el rock sucio y ruidoso, plagado de referencias a la psicodelia, con puntuales concesiones a la experimentación pero siempre teniendo en mente las canciones. Formados en Amberes en 2004, hasta la fecha han publicado dos discos, I am the Golden Gate Bridge, en 2008, y el citado y más que recomendable Transylvania (2009), además de los EPs previos (y más salvajes) The Snake y Kill the Snake. Ahora ultiman los detalles de su inminente nuevo trabajo, The birds fly low, que ve la luz este recién estrenado mes de abril.

Transylvania, el tema que dio título a su anterior álbum, fue uno de los que más brilló en su repertorio de ayer. Hoy nos sirve para arrancar esta semana tan corta. Que la empecéis con buen pie:

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Los músicos y la huelga

Hace unos días, la revista Rolling Stone publicaba un artículo en el que preguntaba a varios músicos sobre su postura de cara a la huelga general de ayer. Entre los más entusiastas defensores del paro, Ramoncín, Love of Lesbian, Depdro o Joaquín Sabina. Y, sin embargo, quienes realmente daban en el clavo eran los legendarios Obús: «Si los músicos tuviéramos que protestar, haríamos huelga todos los días del año», apuntaba su líder, Fortu. No exagera: trabajar en este mundo es sinónimo de precariedad. Los músicos actúan por cantidades de dinero que no llegan siquiera a la categoría de miserable. Conozco técnicos de sonido de salas de renombre que no tienen ni han tenido jamás un contrato ni tienen a nadie que defienda sus derechos laborales. Y sacar adelante una banda conlleva, salvo en contadas ocasiones, perder bastante más dinero del que se ingresa. Esa es la cruda realidad del día a día del músico.

Canciones para empezar bien la semana: ‘Dragonfly’, de Paul Weller

Vuelve uno de los auténticos pesos pesados de la música británico. Y por extensión, de la música internacional. Vuelve un hombre que, misterios del cuerpo humano, cada vez canta mejor. Un artista que sigue teniendo muchas cosas que decir en lo musical y que, afortunadamente para sus fans, no falta a su cita con ellos cada poco tiempo. Paul Weller, el modfather, está de vuelta y tiene nuevo disco: Sonik Kicks, que verá la luz mañana en nuestro país .

Los que estén familiarizados con la carrera del señor Weller se sorprenderán con un disco en el que ha llevado su sonido un paso más allá. A sus 53 años, el ex líder de The Jam y The Still Council ha decidido reinventarse, dejando de lado la vena más folk y soul de discos como As is now o el rock psicodélico de otros como Wake up the nation para adentrarse en los terrenos del kraut y la electrónica. Pero que nadie se asuste: las melodías marca de la casa y sus raíces musicales siguen presentes en todas las composiciones de Sonik Kicks, un álbum que desde su salida se situó en el primer puesto de las listas británicas y que se ha llevado de calle a la crítica. Y es que es de agradecer la apuesta por el riesgo a cargo de un tipo que se podía haber acomodado en una fórmula que funciona. No lo hizo en The Jam -banda que abandonó en su momento cumbre de popularidad- y no lo hizo en The Still Councill grabando aquel controvertido Modernism: A New Decade de inspiración house que le valió la expulsión fulminante de su discográfica, Polydoor. Así que, ¿por qué lo iba a hacer ahora?

El primer videoclip de Sonik Kicks, el que nos sirve para empezar este lunes como dios manda, se trata de uno de esos vídeo calificados con el acrónimo como NSFW (No safe for work). Es decir, que no lo veas en el curro porque sale una tipa en cueros.



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Ardor Destómago, el rey y Barbara Streisand

La historia es todo un clásico de los tiempos que corren: grupo punk escribe una canción poniendo de vuelta y media a nuestro campechano monarca. El Ayuntamiento de su ciudad (Segovia, en este caso) la incluye en un recopilatorio de jóvenes talentos locales. La oposición (del PP) lo denuncia y lleva el caso ante la fiscalía. Los medios se hacen eco de la polémica y la recogen, divulgan y amplifican hasta el infinito y más allá. Muchos diarios, como este mismo, recogen incluso la letra íntegra para que todo el mundo pueda juzgar por sí mismo si la cosa es o no para tanto. Y al final, todo hijo de vecino acaba escuchando la canción, leyendo la letra que se pretendía censurar y opinando al respecto en foros o barras de bar a lo largo y ancho de España. E incluso más allá de nuestras fronteras. Es entonces cuando a don Juan Carlos le pitan los oídos mucho más que hace sólo unos días, cuando seguramente ni se hubiera enterado de la existencia de la tonadilla de marras. Sí, el de hoy es uno de los ejemplos más claros que se recuerdan del conocido como efecto Streisand.

Para quien no conozca el término, una breve introducción al mismo. En 2003, la cantante Barbara Streisand denunció a un fotógrafo por publicar en una web una imagen de su mansión en la costa de California. Streisand exigía que la fotografía fuera retirada de inmediato, pero logró exactamente el efecto contrario: varios medios se hicieron eco de la polémica y todo el mundo acabó por conocer la ubicación exacta de su humilde morada. Lo que popularmente se llama que te salga el tiro por la culata o hacer un pan con unas tortas, que diría mi madre.

Precisamente aquel año, 2003, comencé a hacer un programa musical en una radio libre madrileña. Eran tiempos en los que la administración aún no habían declarado la guerra a una manera independiente y sin ánimo de lucro de emitir en las ondas. Libre, tal y como su propio nombre indica, salvo en determinadas materias: poco antes de empezar a hacer el primer programa, el responsable del espacio anterior me dio un consejo: «puedes hablar de lo que te dé la gana, con una sola condición: no nombres al Rey». Aquella advertencia, medio en broma medio en serio, se convirtió inevitablemente en una incitación para recordar la figura del rey de cuando en cuando mientras estábamos en el aire. Afortunadamente, nuestra audiencia no debía superar la media docena de oyentes, y ninguno de ellos debía ser miembro de Manos Limpias  o tener el suficiente tiempo libre y mala baba como para denunciar nuestros inofensivos chascarrillos.

Como bien explica mi compañera Clara Hernández en un reportaje en esta misma web en el que también repasa casos similares (algunos tan épicos y ridículos como el secuestro de El Jueves por parte de la Audiencia Nacional), el artículo 490 del Código Penal establece penas de prisión de seis meses a dos años para las personas que cometan injurias o calumnias consideradas «graves» contra el rey o sus descendientes, y una multa de varios meses (entre cuatro y 20) si la calumnia es «leve». Hay quien, como Izquierda Unida, ha pedido reiteradamente que se derogue dicho artículo, pero por el momento sigue ahí, amenazando a cualquier que, como Ardor Destómago, ose faltar al respeto a nuestro jefe de estado. Ahora, el grupo se enfrenta a 1.800 euros de multa. Muchos pagarían mucho más por una publicidad semejante. Bravo.

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Canciones para empezar bien la semana: ‘I’m the One’, de Descendents

Cualquier excusa es buena para traer a colación a uno de los grupos clave de mi adolescencia. Los californianos Descendents jugaron un papel fundamental en la década de los 80 como grandes pioneros (con permiso de Bad Religion) en mezclar la potencia y crudeza del punk con las melodías más asequibles y pegadizas del pop. No en vano, bandas que más adelante darían el salto al estrellato como Green Day o Blink 182 deben gran parte de su sonido al grupo de Hermosa Beach.

¿Y por qué dedicamos este post a Descendents? Pues porque son uno de los grupos que acaban de ser confirmados para la próxima edición del Resurrection Fest, que tendrá lugar en del 2 al 4 de agosto en la localidad gallega de Viveiro, por donde también pasatán Suicidal Tendencies, Good Riddance, At the Gates, Blood For Blood, Converge, Unearth o Hatebreed, entre otros. Una cita imprescindible para los amantes del punk y el hardcore y que ya se ha convertido en un clásico de nuestro calendario festivalero.

Para arrancar esta semana, y dado que a algunos nos ha tocado trabajar, nada mejor que la energía de «Im the one», perteneciente a uno de mis discos preferidos del grupo, Everything sucks.

Milo, la carismática mascota del grupo, y un servidor os deseamos buen lunes.

i’m the one
i’ve been here for you all along
i’m the one
who’s shoulder you’ve been cryin on
nice guys finish last
no one knows as good as me
we’re just good friends
and you come to me for sympathy
you tell me that i’m not your type
still you call me late at night
everytime he picks a fight
after all he’s said and all he’s done
i’m the one
i’ve been here for you all along
i’m the one
who’s shoulder you’ve been cryin on
he’s a total dick
that’s the truth and you know i’m right
from everything you say
theres no way he’ll ever do you right
you love a man who treats you wrong
you think you’ll change him
but you’re wrong
he’ll use you he’ll say so long
after all he’s said and all he’s done
i’m the one
i’ve been here for you all along
i’m the one
who’s shoulder you’ve been cryin on
i’m the one who wants you more than anything
you don’t feel the same way you made it clear to me
but i’ll stand my ground and maybe
you’ll hear what i’ve been sayin
after all i’ve said and all i’ve done
i’m the one
i’ve been here for you all along
i’m the one
who’s shoulder you’ve been cryin on
i’m the one
i’ve been here for you all along
i’m the one
who’s shoulder you’ve been cryin on
i’m the one

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The Hives están de vuelta

Y aunque aún tardemos un poco en poder escuchar las canciones de su nuevo disco, Lex Hives, que verá la luz el 21 de junio, la banda ya ha adelantado el que será primer single, Go Right Ahead, que se puede escuchar a través de la edición americana de la revista Rolling Stone. Además, ha puesto en circulación cinco pequeños y singulares videos en los que cada miembro del grupo toca el comienzo del tema con su respectivo instrumento, como puedes ver al final de este post.

Han pasado cinco largos años tras el último trabajo de The Hives, aquel Black and White. Un tiempo no exento de problemas, en palabras de su propio vocalista, Howlin Pelle Almqvist, según reconoció recientemente en una entrevista para el semanario británico NME:  «Fueron años terribles para la banda. Ahora igual salimos de la oscuridad, pero tuvimos muchos problemas. Problemas de todo tipo. Problemas del rock, pero por suerte ahora desaparecieron». «Problemas del rock» probablemente sea un bonito eufemismo para hablar de drogas. Y sin embargo, poco nos importa, pues la banda sueca parece mantener intacto su punch y sus ganas de diversión, como ya demostró en la última edición del festival Dcode, de Madrid, donde hicieron menear al bullarengue a 13.000 fans enloquecidos.

Lex Hives parece mantener intacto el característico estilo de la banda, a mitad de camino entre el garage, el punk y el rock, con esos temas de tres minutos y esos cavernarios riffs marca de la casa. El álbum ha sido producido por los propios Hives y mezclado por Andrew Scheps (Adele, Red Hot Chili Peppers), con dos temas adicionales mezclados por D. Sardy (Marilyn Manson, Slayer) y Joe Zook (Weezer, Modest Mouse). La edición de lujo del álbum de Lex Hives contiene varios temas a modo de bonus producidos por Josh Homme, líder de Queens of the Stone Age. Right Ahead se publicará en vinilo de 7 pulgadas coincidiendo con la próxima edición del Record Store Day, el próximo 21 de abril.



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