Mientras la igualdad real sea un espejismo, necesitamos el 8 de marzo

Por Concha Roldán (CSIC)*

La alemana Clara Zetkin propuso en 1910 la celebración del Día Internacional de la Mujer Trabajadora / Wikipedia

En 1975 la Asamblea General de las Naciones Unidas estableció el 8 de marzo como Día Internacional de la Mujer. Hasta entonces ya llevaba más de 50 años (desde 1911) celebrándose bajo la denominación de Día Internacional de la Mujer Trabajadora: la propuesta había sido realizada por la maestra alemana Clara Zetkin (1857-1933) en la II Internacional de Mujeres Socialistas celebrada en Copenhague en 1910, y fue aceptada por unanimidad.

Pero ¿por qué elegir el 8 de marzo para esta celebración? En 1857 y en 1908 se produjeron en Nueva York dos huelgas de trabajadoras textiles (los operarios textiles eran ya entonces en su mayoría mujeres muy mal remuneradas). Al parecer, ambas tuvieron lugar un 8 de marzo y la segunda de ellas ha pasado a la historia de la lucha por la igualdad de derechos de las mujeres, dramáticamente recordada por la muerte de 120 mujeres en el incendio de la fábrica, donde habían sido encerradas por los dueños.

Clara Zetkin luchó toda su vida por los derechos fundamentales de las mujeres y sus convicciones feministas fueron de la mano de un socialismo que para ella rimaba con el pacifismo. Por eso, cuando el partido socialdemócrata alemán secundó la entrada de Alemania en la Primera Guerra Mundial, tanto ella como su amiga Rosa Luxemburgo (1871-1919) y su discípula Alejandra Kollontai (1872-1952) se refugiaron en las filas del comunismo ruso, que criticaba la familia patriarcal burguesa y quería “trasladar el hogar a la sociedad instaurando guarderías y casas-cuna”. Pero el verdadero rostro del patriarcado asomó tras las filas progresistas cuando Kollontai empezó a hablar de liberación sexual, como explica Ana de Miguel. Las ideologías patriarcales cosificaban y siguen cosificando los cuerpos de las mujeres, y detrás de ello emerge continuamente la violencia de género, que incluye la mutilación genital, la prostitución, la violencia obstétrica, los vientres de alquiler, las granjas de mujeres, etc. Algunos refranes castellanos son ilustrativos de lo que digo: “la maté porque era mía”, “la mujer, la pata quebrada y en casa”, etc.

Las mujeres estaban vinculadas “por naturaleza” a las tareas domésticas y de cuidado, destinadas al servicio y goce de los varones. Esto es algo que subrayan la mayoría de los filósofos occidentales, desde Aristóteles hasta Nietzsche, pasando por Kant, Kierkegaard o Schopenhauer. Las mujeres eran excluidas del estudio, del desempeño de tareas en la vida pública, de los derechos, de la ciudadanía, sencillamente porque eran consideradas inferiores a los varones: el “sexo débil” o “segundo sexo”, como denunciara Simone de Beauvoir (1908-1986) en su conocido libro. De ahí que las economías y políticas capitalistas sigan teniendo un trato desigual con las mujeres: me refiero a la precariedad de los empleos, la brecha salarial o al denominado techo de cristal, que se ha convertido en techo de acero impenetrable para la mayoría de las mujeres.

‘Escritos sobre la igualdad y en defensa de las mujeres’, de Marie de Gournay, es uno de los títulos de la colección Clásicos del Pensamiento del CSIC

Como ya puso de manifiesto en nuestro país Celia Amorós (Hacia una crítica de la razón patriarcal), el tejido social –tanto en las sociedades occidentales como en las orientales– se nutre de un humus androcéntrico. Y la vuelta de las políticas conservadoras lleva aparejado el retorno de una ideología patriarcal, de forma que la igualdad real sigue siendo un espejismo (Amelia Valcárcel, Feminismo en un mundo global), a pesar de los aparentes avances jurídicos. En este sentido, he denominado al patriarcado en algunos de mis escritos como “Alien, el octavo pasajero”. A pesar de creernos que lo hemos erradicado, siempre resurge pregnante y viscoso a través de rejillas y hendiduras para terminar anidando dentro de nosotros/as mismos/as…

Desde la filosofía queremos reivindicar a las mujeres como sujetos autónomos e independientes, defender que #lasMujeresTambiénPiensan. Por eso la actual presidenta de la Red Española de Filosofía, María José Guerra, ha lanzado una campaña para dar a conocer a las pensadoras, para combatir la invisibilidad, la falta de reconocimiento y hasta de legitimidad de las mujeres filósofas, a las que se ha hurtado un lugar en las historias de la filosofía durante siglos. Además, las filósofas que nos consideramos feministas queremos reivindicar nuestra propia genealogía, denunciar la masculinización de la filosofía y construir un “canon feminista”. Sin duda, son muchos los feminismos y está bien que prolifere esa pluralidad, siempre y cuando –a mi entender – todas sigamos defendiendo “un feminismo”, en singular, en el sentido de Alisson Jaggar: “Lo común a las diversas formulaciones de la teoría feminista es su compromiso por terminar con la subordinación, marginación y dominación de las mujeres”.  Acaso esta sea la razón última por la que diferentes mujeres de 177 países hemos decidido secundar una huelga general.

 

*Concha Roldán es investigadora y directora del Instituto de Filosofía del CSIC.

6 comentarios

  1. Dice ser Realista

    Cada dia que pasa en España, dan más ganas de convertirse al Islam, vender todo, montar un negocio en Marrakech, y casarse con una buena mujer Marroquí. Tengo amigos Franceses que, así lo han hecho, y son tremendamente felices. Ni que España fuese un país Talibán JODERRRRR.

    07 marzo 2018 | 14:00

  2. Dice ser respeto y aprecio a la diversidad sexual

    Noticia preciosa:

    Mágica pedida de mano de dos jugadoras de fútbol sala

    Dos jugadoras se declaran amor en un deporte antes reservado a lso hombres. Qué potente evolución.
    La sexualidad humana es variada, siempre lo ha sido. Y ya va siendo hora de que el ser humano se diferencie de veras del resto de las especies, como decían en el cole, por usar la razón. Nadie tiene derecho a imponer la sexualidad de los demás y sí el deber de reconocer positivamene esa realidad humana.

    07 marzo 2018 | 19:51

  3. Dice ser Paridad

    Desde que las mujeres decidieron incorporarse al mundo laboral y se inventaron lo de trabajar solo media jornada para no romperse las uñas debemos ignorar todas las reivindicaciones feministas.

    Currad 18 horas y dejaos de tonterías.

    07 marzo 2018 | 20:16

  4. Dice ser David

    ¿Qué es eso de que se refugiaron en las filas del comunismo ruso? Rigor, por favor.
    Clara Zetkin era comunista, una de las fundadoras del partido comunista aleman (KPD) y anteriormente, junto con Rosa Luxemburgo, una de las fundadoras de la Liga Espartaquista, que protagonizó el malogrado intento revolucionario en Alemania en 1918 en el cual fué asesinada Rosa de Luxemburgo. Antes de exiliarse en Rusia por el triunfó del nazismo, Clara Zetkin fué durante trece años diputada en el Reichtag por KPD.

    Alejandra Kollontai fue la primera mujer ministra en la historia. Ello sucedió en la URSS, donde fueron los primeros en crear guarderias públicas y legalizar el divorcio y el aborto.

    Clara Zetkin, Kollontai, Rosa Luxemburgo. Feministas y comunistas.

    08 marzo 2018 | 01:54

  5. Dice ser Bastian.Sevilla

    TENEMOS QUE SER FEMINISTAS.
    Aun podéis visualizar y votar en el concurso de cortos, convocado por la Embajada de Japón, con motivo de sus 150 aniversario en España. Si os gusta votad pulsando en la manita que tiene el dedo hacia arriba. Y pasarlo a vuestros contactos. El CORTO- 2.092-con un presupuesto mínimo, es el mejor en cuanto a técnica, efectos, argumento,trabajo…y sin embargo por la decisión arbitraria de un jurado que desconocemos lo que valora le priva de la fase final, en beneficio de otros cortos documentales,..https://www.youtube.com/watch?v=Ad5hDBG9zrY

    15 marzo 2018 | 09:00

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