Es uno de esos actores terciarios de serie B, cuyo nombre no había leído hasta que alguno de vosotros lo escribió en los comentarios y me pidió que me enlazara a él por menos de seis grados de separación.

Veamos, Anthony Michael Hall (ese desconocido),

– tuvo problemas con la bebida y con las drogas, pero no se rehabilitó en la misma clínica que yo – por ahí, no

– padece un trastorno bi-polar, pero no, tampoco nos ha diagnosticado el mismo psiquiatra – vayapordios

– tiene una madre que es cantante de cabaret, y no soy yo

– AHÁ, pero su único papel en una película buena fue al lado de Johnny Depp en «Eduardo Manostijeras«

… y Johnny Depp, junto a su mujer Vanessa Paradís y a Jean Rochefort estaban en el reparto de la película de Terry Gilliam ‘The Man Who Killed Don Quixote‘, donde actuaba Diego – íntimo amigo de mi amiga Lola.

La película costó 30 millones de euros, nunca se terminó de rodar (debido a la enfermedad de Rochefort) y jamás se estrenó. Cuando se suspendió el rodaje, Diego aún no había grabado ninguna de sus escenas.

La película pasará a la historia de los proyectos míticos y los grandes blufs.

Grados: 4º

¿La hija lesbiana de Dick Cheney, el Vicepresidente de EEUU? Muy fácil: mi amigo D. y ella trabajaron juntos en varios proyectos de ayuda a enfermos de sida en los años 90.

Gracias por preguntarme, hacía muchísimo tiempo que no me acordaba de D. La última vez que supe de él fue hace cuatro años, cuando me escribió una carta para comunicarme la muerte de su novio, J. – con quien había convivido 20 años:

Some of you may have known J., others of you only knew of him. In the shower this morning, I took an inventory of the years I’ve known him and was grateful to observe that we somehow managed to resolve all conflicts and old hurts before he went. We spent ten years together and another ten learning how to become friends. We shared much including two now-grown boys, Braden and Glenn, who are each married and have children of their own. I always wondered which of us would go first. Now I know. He still holds, and always will hold, a very special place in my heart. I’m glad that he heard me tell him this many times before he passed. And I heard the same from him.

Grados: 2º

Es vecino de Lolo Rico (ambos viven en un par de casoplones estupendos en Madrid, uno al lado del otro).

Mi amiga Luzdivina trabajó, hace muchos años, como cuidadora de los hijos de Lolo Rico (la que fue creadora y directora de «La bola de cristal«).

Mi amiga Luzdivina descubrió entonces que se puede ser a la vez muy progre, muy intelectual y muy moderna, y una auténtica tirana con el servicio doméstico.

Grados: 3º

La vida insiste en ponerme a dos grados de Letizia Ortiz; imposible escapar:

– Letizia Ortiz era compañera de clase en la Universidad de mi amigo JQ (que la conoce, cariñosamente, como «la diente», en recuerdo al abandono odontológico de aquel entonces de la hoy Princesa de Asturias).

– El portal ya.com me pidió que retransmitiera vía blog – en riguroso directo – la boda de Letizia en La Almudena. Por supuesto, lo hice. Y fue una gran fiesta para monárquicos de pro que pudieron soltarse la melena regia y ponerme de puta p’arriba. Una monada.

– Letizia Ortiz, ya casada con Felipe, coincidió una navidades en el mismo resort de lujo para esquiadores con mi amiga Tracy, en Canadá.

– Y por último, bailé en una boda con una de las hermanas Ortiz y le tiré – a propósito – mi copa de champán sobre su echarpe (si sirve como disculpa, puedo excusarme diciendo que estaba muy borracho. Tanto que volví a mi casa sin pantalones).

Grados: 2º (pero por muchos lados)

Mi amigo Juan juega ajedrez online y a veces conmigo, en mi casa.

En el blog de José Antonio Millán leí que Bobby Fischer «está jugando partidas rápidas por la Red».

Puede que mi amigo Juan haya jugado una partida con Fischer sin saberlo.

En el mismo blog de Millán, una maravillosa partida de ¿Fischer? que podéis recrear jugada a jugada pulsando ‘>’ bajo el tablero.

Grados: 3º (o no)

En agosto de 1989, con 17 años, me fui con mi amiga Arantxa I. a Santiago de Compostela. Íbamos como voluntarios para preparar la visita que haría el Papa Juan Pablo II para encontrarse con los jóvenes en el Monte del Gozo compostelano.

A ver, ni Arantxa ni yo fuimos por devoción, sino porque no teníamos ni un duro (de los antiguos duros) para nuestras vacaciones de verano y nos pareció que pasarnos 15 días en Santiago por el poco dinero que costaba la excursión que había organizado nuestro colegio, no era una opción nada mala. Pero lo fue. «Lo barato sale caro».

Salimos de Madrid de madrugada, en un autobús donde los demás pasajeros, que rezaban el Rosario con pasión, nos miraron con cara de espanto cuando uno de los voluntarios se acercó hasta nuestro asiento para pedirnos, por favor, que cambiásemos de postura para dormir (yo sentado y Arantxa con su cara en mi regazo), «¡pero NO se la estoy chupando!», me temo que no fue la mejor respuesta que mi amiga pudo darle a aquel seminarista que temía por nuestra incierta salvación.

Llegamos a Santiago de Compostela de noche cerrada. Enorme tormenta. Imposible montar las tiendas de campaña y todos a dormir al interior del seminario más cercano. Por supuesto, los chicos con los chicos, las chicas con las chicas. Por supuesto, me pareció un comienzo de lo más feliz.

Desgraciadamente, el resto de los días que pasamos allí no fueron tan divertidos: todo el mundo nos odiaba por:

a. fumar en misa

b. desayunar con cerveza y pasarnos el resto del día borrachos

c. escaparnos por las noches y regresar en compañía de marineros de permiso casi tan chuzados como nosotros (lo juro; suena de lo más Fassbinder, pero es verdad)

d. comportarnos como frikis agnósticos, en esa convención de frikis beatos

y por supuesto, aborrecían mis atuendos, mis anillos, mis gafas de sol constantes y mis turbantes.

Todo el mundo nos odiaba: la filipina del Opus Dei, el estudiante de derecho que compartía conmigo la tienda de campaña, y veía al Señor detrás de cada eventualidad (una tienda caída, una inundación en el campamento, una letrina atascada, era «voluntad del Señor»… ¿tu polla en mi boca, querido, era TAMBIÉN «voluntad del Señor»?)… Todo el mundo.

Y todos estuvieron junto al Papa el 19 de Agosto de 1989. Mi amiga Arantxa y yo no; nos habían expulsado tres días antes. Normal.

Grados: 2º

He conocido a personas encantadoras que lucían en su salón una fotografía – habitualmente enmarcada en plata de ley y dispuesta sobre un aparador de madera noble – donde aparecían dándole la mano al Rey Don Juan Carlos.

Me acuerdo especialmente de uno de ellos, que me llevó a su casa una noche y me mostró, muy orgulloso, su instantánea con el monarca Borbón. Recuerdo que al rato pensaba: «todo un honor que me estén cascando una paja con la misma mano que apretó Su Majestad».

Grados: 1º

Hace años, la revista Cosmopolitan, Calvin Klein y la Universidad de Barcelona convocaron la primera edición de un premio de relato autobiográfico para mujeres. La convocatoria coincidió con la fecha de cumpleaños de mi amiga Arantza y, como regalo, le escribí un texto para que ella enviara firmado con su nombre. No ganó, pero al cabo de unos meses llamaron a su casa para decirle que habían seleccionado su/mi texto para publicarlo en un libro que se titularía MI VIDA ES MÍA con una recopilación de los mejores.

La presentación del libro se hizo en la sede de Círculo de Lectores en Madrid y participaron algunos de los miembros del jurado: Arcadi Espada, Carlos Castilla del Pino, Ana María Matute, Anna Caballé y Mercedes Milá, que se enfadó muchísimo cuando Arcadi Espada afirmó estar seguro de que algún relato de aquellos lo podría haber escrito un hombre; Mercedes Milá, vehemente, lo negó, «me habría dado cuenta», zanjó.

Me faltó muy poco para ponerme en pie y quitarle la razón a la Milá. Si lo hubiese hecho entonces, ahora nos separaría solamente 1 grado.

Grados: 2º

Leo en el FASCINANTE currículum de Yola que ella estudió interpretación – glups – con Cristina Rota.

Cristina Rota fue la señora que les alquiló su teatro – Sala Mirador – a mis amigos de AyAyAy Teatro cuando vinieron a Madrid a montar una obra de Rivas Cheriff (mis amigos no quedaron demasiado contentos del trato de la «casera»). Fue entonces cuando empecé a colaborar con ellos como «asesor literario».

[Yola Berrocal es un personaje de quien siempre hablo a mis amigos extranjeros para explicarles el mundo de las celebridades españolas: Yola Berrocal, una señora que se hizo famosa porque un cura – con más pluma que un concierto de Kylie Minogue en el LoroPark – le metió mano por debajo de la mesa en un VIPS, y que se mantuvo en el candelero gracias a variados «jitazos», del tipo: ponerse dos tetas como dos carretas, montar un grupo musical de tetonas o hacerle una paja a un cubano en un programa de TV.

Lo cierto es que me separan 3º – mínimo – de Yola Berrocal, pero no me preocupa demasiado; porque a quien yo quiero conocer no es a Yola, sino a su guionista, que es GENIAL.

Porque detrás de Yola Berrocal hay un guionista, ¿verdad? ¿VERDAD?]

Grados: 3º

Ha dirigido en varias películas a Johnny Depp («Eduardo Manostijeras», «Ed Wood», «Sleepy Hollow», «Charlie y la fábrica de chocolate»).

Yo descubrí a Johnny Depp gracias a «Cry Baby» de John Waters.

John Waters es amigo de mi amiga C. S. – aka La Señora Estupenda.

(John Waters podría ser un personaje de un Tim Burton futuro, un Ed Wood de otro Burton.

John Waters es un genio – o a mí me lo parece – que, como Ed Wood, nunca ha hecho una película buena. Se puede ser un genio, se puede tener talento, y a la vez, no ser capaz de crear nada especialmente bueno. Como John Waters, igual que Ed Wood.

Igual que se puede estar muy cerca de todo el mundo y no ser nadie. Conocer a mucha gente y ser un completo desconocido).

Grados: 4º

Miguel Joven trabajó en «Verano Azul» con Pancho de «Verano Azul» (el que corría por la playa y gritaba ¡Chanquete ha muerto, Chanquete ha Muerto!)

Y claro tras el shock, Pancho no tuvo más remedio que entregarse a las drogas duras, que acabó costeándose con acciones delictivas de baja intensidad: A mí, Pancho me pidió dinero hace unos años bajo el puente de Nuevos Ministerios, el que está junto a El Corte Inglés de Castellana.

Fue entonces cuando supe que era cierto, que Chanquete había muerto.

Grados: 2º

Seguro que Fernando Torres ha coincidido con Guti en esos famosos cumpleaños de futbolistas de los que todo el mundo habla y nadie sabe nada. Seguro que Fernando Torres se ha tomado una copa con Guti en esos bares que ponen de moda los futbolistas y a los que acuden muchachas de las que todo el mundo habla, aunque no saben nada (si acaso, alguna cifra).

Pues Guti, el que ha ido a sitios divertidos con Torres, es el sobrino de la que fue durante muchísimos años cocinera del restaurante de mi cuñado.

Grados: 4º

Una noche de domingo, mis amigos Ibón y Arantza me invitaron a cenar al Jai Alai para probar los nuevos platos que Ibón pensaba introducir en la carta.

Nos sentamos en una de las mesas de la entrada, hasta donde llegó Miguel, padre de Arantza y dueño del restaurante, a decirnos que llegaba alguien muy importante a cenar, porque la acera se había llenado de limusinas y señores con pinganillo.

Seguimos cenando. Estaba todo buenísimo.

Nos quedamos estupefactos cuando vimos en la puerta a Bono y al resto de los componentes de U2.

Un dato: les encantaron los pimientos de Guernica y repitieron ración.

Grados: 1º

Es hija de la productora de cine Allison Owen.

Allison Owen produjo en 1993 ‘The young americans‘ donde actuaba Vigo Mortensen.

Vigo Mortensen, mientras estuvo rodando en España «El Capitán Alatriste,» iba al mismo gimnasio que mi amigo JQ (que, por cierto, me dijo que Mortensen en las duchas, rodeado de tanto cachas de Chueca, pasaba casi desapercibido).

Grados: 4º

Maruja Torres fue una gran amiga de Terenci Moix, con quien compartió pasión cinéfila y literaria de lletraferits cuando los tiempos no daban para más.

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[Pero Maruja Torres y Terenci Moix no son sólo un primer grado de separación. Aquí toca detenerse: Torres y Moix son dos ejemplos de personajes que llegaron a destacar pese a lo cicatera que la vida se les prometía. Dos autodidactas famélicos de cultura (alta y baja, lo mismo daba: cultura, como apasionante construcción artificial), que no se hicieron con ella con fines esnobs ni ‘pour épater la galerie‘, sino que devoraron pantallas y páginas con el sagrado afán del escapismo y la dulce posibilidad de un destino distinto al que les esperaba. Un destino en paralelo a la izquierda más divina.

Lo lograron.

Pero además lograron con sus nombres algo muy importante: Terenci, el disparate de catalanizar un clásico nombre imperial. Maruja, el de dignificar el suyo, convertido en epíteto despectivo.

Os recomiendo leer sus espléndidas memorias, «El peso de la paja«, de Moix (la única de sus obras que me interesa) y «Mujer en guerra«, de Maruja Torres. Y por supuesto, las crónicas desde Beirut que ha publicado en estos días Maruja Torres en El País.]

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Terenci Moix compartió amistad y viajes con Antonio Gala.

Antonio Gala, allá en los años 60, cuando era un treintañero que había ganado en 1959 un accésit de poesía al premio Adonais y un Lope de Vega de Teatro en 1963 – es decir, aún no era nadie – daba ánimos (y consejos de maquillaje) a una joven viuda colombiana que había llegado a Madrid con sus hijos, dispuesta a aprender pintura y a vivir lo mejor posible con la renta en dólares que su padre le enviaba desde Bogotá (su padre, que además de dólares, enviaba a yernos al infierno. A balazos).

Esa joven colombiana era Gloria Mejía. Es Gloria Mejía: una fantástica pintora colombiana que conocí en Bogotá hace unos años y con quien pasé un par de deliciosas tardes muy etílicas. Gloria Mejía, que nada más conocerme y escuchar que era español, me dijo, «Yo conocí a un chico encantador que escribía teatro: Antonio Gala se llamaba. ¿Sabes si triunfó» Triunfó. Y hasta después de muerto, como El Cid, sospecho.

Grados: 4º

Tiene un hijo llamado Estile con la cantante Lisa Moorish.

Lisa Moorish tiene otro hijo con Liam Gallagher.

Liam Gallagher pasó una noche loca con una amiga mía – española – cuyo nombre no puedo desvelar.

Grados: 3º

Lydia Lozano – la mujer mechada – ha colaborado en numerosos programas con Karmele Marchante.

Karmele Marchante era amiga y compañera de cócteles (o tés, o infusiones,… no sé) de Vampirella.

Vampirella y yo coincidimos en varias deliciosas ocasiones cuando ambos trabajábamos para la Guía del Ocio de Madrid (Vampirella, por cierto, es una señora divina; un amor)

Grados: 3º

Actuó en Basquiat de Julian Schnabel – una película donde se demostró lo que Andy Warhol supo siempre: que cualquiera con peluca podría ser Andy Warhol. Que hasta David Bowie con peluca podía ser Andy Warhol.

Yo compartí alguna multitudinaria cena en los 90 con Julian Schnabel y su amante; una famosa actriz española, que por aquel entonces él venía a visitar de vez en cuando.

Grados: 2º

Tamara Falcó Preysler es hija de Isabel Preysler.

Isabel Preysler es amiga íntima de Boris Izaguirre.

Boris Izaguirre presenta Chanel nº4, donde colabora – una vez por semana – Vicky Martín Berrocal.

El sábado pasado estuve en una Garden Party donde compartí mesa con Vicky Martín Berrocal (que es monísima).

Grados: 4º

(Aunque he de admitir que realmente existe solamente UN GRADO de separación entre Tamara Falcó y yo. Pero tengo terminantemente prohibido revelarlo aquí. Los amigos son los amigos).

[Continuará…]