La televisión ha creado un mundo esquizofrénico en el que entre el individuo y lo global no hay nada. Alain Touraine

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La Noria se hace ‘eurofan’

Anoche lo pasamos estupendamente en mi casa viendo el Festival de Eurovisión. Aunque me tocara trabajar. Fue divertidísimo. Y a todos nos encantó la actuación de Rodolfo Chiquilicuatre, nos reímos muchísimo con su numerito y nos pareció genial su inteligentísimo uso del humor gestual para hacer más entendible la broma a todos los públicos incapaces de captar la grandeza de su

UNO, el brikindans. DOS, el cruzaíto. TRES, el maiqueljacson. CUATRO, el robocó

En cuanto supimos que había ganado el ruso con patinador, nos pusimos a hacer zapping. Pero poco. Porque fue aterrizar en Tele5 y ser golpeados por una ola de espuma de rabia que salía por la pantalla del televisor. Literalmente anegados. Y así, claro, no había forma de encontrar el mando a distancia. Tuvimos que dejarlo ahí – no sin antes quedarnos en calzoncillos y aprovechar la ocasión para montar nuestra propia fiesta de la espuma. Lo normal. Y una preciosidad, todo sea dicho.

«¡Vente Jordi González! ¡Apúntate Antonio Albert! ¡Quítate ese traje Urdaci!» – gritábamos ante la pantalla del televisor mientras nos liberábamos de las ataduras de la lycra y nos revolcábamos felices. Pero no hubo manera. Ellos, ni caso.

Jordi, Antonio, Alfredo y Jimmy estaban demasiado ocupados expulsando espuma por sus bocas como para disfrutar de un baño en ella. Qué enfadados, cuánta rabia. Y todo porque Rodolfo Chiquilicuatre había llegado hasta Eurovisión, porque la genial ideal de El Terrat, elegida gracias a MySpace y a los votos telefónicos de los espectadores, se había convertido en un bombazo en toda regla y gente distinta a ellos se estaba forrando.

Anoche, La Noria se aplicó y siguió la consigna: Telecinco y PRISA en modo pinza para acabar con La Sexta. Más claro, el agua.

¡Es una vergüenza que con dinero público se esté apoyando la iniciativa de una productora privada! ¡TVE! ¡EL INSTITUTO CERVANTES DE BELGRADO!

(Exactamente el mismo argumento que El País había desarrollado esa misma mañana en una doble página).

¡SE ESTÁN REPARTIENDO LOS PINGÜES BENEFICIOS!

(Léase en el clásico tono de La Noria, capaz de convertir estupideces en asuntos de estado y de transformar en eventos palomiteros crímenes, violaciones o cualquier otro suceso chorreante).

Más tarde llegó el momento de la reivindicación del buen gusto:

¡El Chiki-Chiki es una mamarrachada! ¡Es cutre! ¡Es casposo! ¡Hemos dado una imagen de España de pandereta! ¡He sentido vergüenza ajena!

Y de la defensa de los verdaderos cantantes frente a ese ‘cómico’ que acababa de actuar en Belgrado. De la gente seria, que se tomaba a pecho el festival. A saber:

Las Supremas de Móstoles (en la mesa de debate, de tinte presente), que pudieron haber representado a España en Eurovisión hace unos años con el aria ‘Eres un enfermo del cibersexo’

Malena Gracia, al teléfono. Dolidísima porque sus hermanas y ella no pararon de votar por su candidatura a Eurovisión en MySpace y ni siquiera llegaron a la final. Un drama.

Gisela, desde Belgrado. La gran soprano que cayó en las semifinales junto a un pavo de trapo.

o

Basty, de D’Nash. Abatido porque Eurovisión ya no es lo que era. O al menos desde el año pasado, cuando su grupo tuvo aquella memorable intervención en el festival (¿por qué Jordi González no se planteó durante su charla con el Dnashito lo que nos había costado a todos los españoles el trabajo de peluquería y maquillaje de su show eurovisivo en 2007?)

Aunque no quedó ahí la cosa. NO. Faltaba por escuchar la opinión de los eurofans, que desde Belgrado dejaban claro que en los euroclubs apenas sonaba la eurocanción española y era una eurovergüenza lo que habían eurohecho este año enviando al freak de Chiquilicuatre (ahí fue cuando me euriné de la risa… menos mal que la densa espuma lo disimulaba todo).

Lo dicho: que Telecinco cree que lo del Chiki Chiki ha sido una vergüenza. Que no se puede uno forrar a costa de un freak, que hay que tomarse en serio la música, y un asco… y tal. Y qué mal gusto.

UN MOMENTO… NO SE VAYAN… A CONTINUACIÓN

¡Una entrevista con la última expulsada de OT! ¡Esther junto con su padre!

Jimmy Giménez Arnau, ese gran intelectual antifranquista, tiene algo que decirle a la muchacha que aguantó varias semanas dentro del programa sólo porque sus desafines y su escaso nivel intelectual provocaban la hilaridad en la audiencia. ATENCIÓN, que viene Jimmy:

Te voy a escribir una canción, y vas a vender millones de discos. De momento tengo sólo el título, que ya es algo: «Me he puesto un DIU para ti.»

Risas en el plató. Esther y su padre se ríen.

Ah… y no se olviden amigos: lo del Chiki Chiki ha sido una vergüenza. Que no se puede uno forrar a costa de un freak, que hay que tomarse en serio la música, y un asco… y tal. Y qué mal gusto.

(Nos fuimos a dormir. La caspa que soltaba en ese momento la pantalla nos dejó sin espuma. Un rollo).

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NOTA Para los aficionados a las cifras:

Casi catorce millones de personas sintonizaron la primera cadena de Televisión Española cuando actuaba el representante español Rodolfo Chikilicuatre en el Festival de Eurovisión 2008, el programa emitido por una sola cadena más visto en los últimos seis años.

La audiencia media durante las votaciones del festival, desde las 23:15 hasta las 00:16, fue de 10.619.000 espectadores y 62,8% de «share». El conjunto del Festival, que se desarrolló en Belgrado desde las 21:00 horas hasta las 00:17, fue visto por 9.336.000 espectadores con un 59,3% de cuota.

El minuto de oro fue la actuación de Rodolfo Chikilicuatre, a las 22:35 horas, con 13.873.000 espectadores y un 78,1% de «share».

(FUENTE: EFE 26/05/2009)

Grandes momentos de estupidez televisiva 2007 (I)

Cuando hace unas semanas escuché a Giménez Arnau en La Noria hablar acerca de la deuda histórica que tiene Latinoamérica con España me quedé de piedra pómez.

Ojo, a las sabias palabras del tipo:

«Vamos a ver. Este habla de las atrocidades que hicieron los españoles hace 500 años. Muy bien. Lo que él no ha dicho es que está expresándose en un idioma que los llevaron allí los españoles y que da 400 millones de hispanohablantes. Que si no, que tendría que hablar por señas».

Y el Borbón bastardo, vestido como el dependiente de una frutería de lujo, asiente con entusiasmo.

Y ahí nadie menciona el naualth, el guaraní, el quechua, el chibcha o todas esas lenguas que se hablaban en América antes de que llegara allí el español. Idiomas que siguen utilizándose en algunas zonas y que enriquecen con sus vocablos el idioma español de muchos americanos.

Lo terrible es que sé que alguien vio esto en La Noria y, lo mismo que el Borbón bastardo, pensó que Giménez Arnau había dado un argumento buenísimo contra Chávez o contra quien corresponda en según qué momento. Y no lo es. Es una enorme estupidez y demuestra la enorme incultura de un tipo que se ha posicionado como colaborador mediático «semiculto». Y una mierda. Es un gañán.

Vacas en la noria

UNO

Desde que soy un caballero de mediana edad y vuelvo a casa a una hora decente los sábados, mis noches son mucho más locas. En serio. Gracias a Jordi González.

El sábado pasado, por ejemplo, creí descubrir la esencia de la televisión en un momento final de la entrevista al Presidente de Cantabria y colaborador de Buenafuente, Miguel Angel Revilla.

Os cuento:

según se acercaba el final de la entrevista, un mensaje sobreimpreso en la pantalla nos anunciaba que el señor Revilla iba a revivir momentos de su infancia. Y al cabo de unos momentos, González le invitó a levantarse de la butaca y acompañarle, al tiempo que veíamos a un par de señores meter en el plató a una vaca que no estaba nada feliz ni convencida de su papel en ese programa (sensata la vaca, todo hay que decirlo). Nada más ver al animal, el presidente cántabro advirtió «no pienso ordeñarla», Jordi estuvo de acuerdo, y ambos volvieron a sus asientos. La vaca se fue por donde había venido.

Y eso fue todo. El equipo de producción llevó una vaca hasta los estudios de Telecinco, consigueron meterla en un plató a trancas y barrancas, le debieron de provocar un par de infartos y varios ataques de estrés, y todo para nada.

Eso es la televisión. Un «tanto para nada». Un obsceno despliegue de medios cada vez mayor que sirve solo para generar la expectativa que rara vez se cumple. El instante que se tarda en exclamar ¡coño, una vaca!, y lo que tarda la vaca en desaparecer.

DOS

Al cabo de un rato, después de la publicidad, en la «mesa de debate» aparecía sentada otra vaca. Sagrada. Ernesto Ekaizer, uno de los popes de El País, que estaba allí para hablar de su reportaje acerca de la conversación Aguirre/Rey sobre Jiménez Losantos. Frente a él, Alfredo Urdaci y Miguel Angel Rodríguez (MAR, ese señor que fue ayuda de cámara de los Aznar, después portavoz de su gobierno y más tarde presidente de una agencia publicitaria que llevaba la cuenta de Telefonica en los gloriosos tiempos Villalonga, además de propietario de una productora televisiva que, por supuesto, le vendía programas a la televisión pública. Yo coincidí un par de veces con MAR durante la grabación de una serie de programas. Y tengo que decir que su imagen pública no le hace justicia: al natural me pareció muchísimo peor).

Junto a Ernesto Ekaizer, Pilar Rahola (como dice mi amigo Antonio: «Bin Laden vive. Y ahora es el peluquero de Pilar Rahola«).

Ahí estaba la vaca sagrada. Lamentablemente lo vimos ya sentado en su silla, y no sabemos si entró en el plató como la otra; empujado y reticente. Ni si su intervención en un programa de tanto nivel periodístico era parte de la nueva campaña publicitaria de su periódico global: la noria, la gloria, la historia…

«Confidencial S.A.» en Antena 3

El nuevo programa de Antena 3 es una Noria. Pero no como la de Tele5, que para el caso podría ser la del Milenio de Londres o la del Parque de Atracciones de Madrid. La noria de «Confidencial S.A.» es una noria de feria de pueblo, de esas que se montan y se desmontan, con herrumbre en la estructura, asientos quemados por cigarrillos y un operario que la pone en marcha mientras se lía un porro y escucha a los Camela a todo volumen en un radiocassette.

Si hace unos meses la Noria de Jordi González inauguraba emisiones con una entrevista en exclusiva a los padres de Madeleine Desaparecida, el «Confidencial S.A.» de Santi Acosta de anoche lo hacía con otra a los abuelos.

Si «La Noria» juega con la nostalgia a partir de las sobras de las «Hormigas Blancas«, «Confidencial S.A.» lo hizo a partir de los archivos de la cadena, y recuperó en vivo a las chicas y a los chicos Hermida.

Si en el maratón sabatino nocturno de Tele5 hay «periodismo de investigación» sobre famosas putas, curas homófobos, paraisos fiscales o el boicot a Alonso en McLaren, en «Confidencial S.A.» rastrean la sombra de esa pobre señora que se hizo pasar por víctima del 11S.

Vamos, lo que algunos malpensados podrían considerar como un plagio. Lo que incluso yo podría considerar una vil copia versión low-cost. Menos mal que yo pienso más allá y sé que no hay tal. Lo que pasa – os lo explico – es que en el acuerdo entre Antena 3 y Tele5 sobre «Aquí no hay quien viva» también se repartieron los derechos de «radio-patio». Y una parte los explotan en «La Noria» y otra en «Confidencial S.A.«. Es eso. Seguro.

¿Y qué tal el programa? Pues un bodrio. Aunque tuvo sus cosillas. Por ejemplo, el regreso de esas dos grandes damas del periodismo que son Paloma García Pelayo y Angela Portero. Un retorno que, sin duda, ha supuesto la supervivencia de varias boutiques de barrio. O la colaboración de ese pisiquiatra forense superstar, José Cabrera, a quien yo ya he visto como colaborador en «La Noria» de Tele5, en «Cuarto Milenio» de Cuatro y en el programa de ayer. Un hombre del renacimiento, sí señor.

Y, por supuesto, la entrevista a los padres de Kate, que fue buenísima. Que parecía hecha para un falso documental detectivesco y en la que aparecían elementos extrañísimos que, seguro, eran mensajes en clave para los secuestradores. Por ejemplo:

«A Madeleine le encantaba jugar con todos los dólares rusos que tenemos ahí»

o

«Maddie iba a ir al colegio con su amiguita Sofía, pero ahora Sofía tendrá que ir sola».

¿Dólares rusos? ¿Sofía? ¿No es de lo más inquietante?

Los expertos del plató pasaron por alto estos detalles, y hasta la experta en comunicación no verbal que el programa fichó para la ocasión los ignoró. Y es una pena, porque yo creo que ahí había mucha tela que cortar.

En resumen, y sin ironía, «Confidencial S.A.» es un tostón, una noria de barraca. Y la entrevista con los abuelos de Madeleine no fue tal, sino un publirreportaje acerca del sector sentimental de la familia. Con respuestas calculadísimas («Kate no paraba de gritar, estaba muy afectada», «Madeleine le dijo a Kate ‘Mami eres una persona muy especial») que a García Pelayo y a Portero – grandes conocedoras de lo peor de la especie humana – les hicieron sospechar que los abuelos ocultaban algo o no tenían toda la información. ¡Toma ya!

Aunque lo peor del programa fue pensar que, a su lado, «La Noria» de Tele5 me parece hasta digno. No os digo más…

‘Torchwood’ en Cuatro

Ayer a medianoche vimos un par de episodios de Torchwood. Y está muy bien. Es una buena serie inglesa de ciencia ficción de actores y personajes bastante más complejos que los de cualquiera de sus hermanas norteamericanas, un spin-off del clásico pop Doctor Who – que alguna cadena española podría programar para nuestra alegría -, donde sus protagonistas, además de vigilar la fisura en el tiempo y mantener a raya a los alienígenas, sufren el dolor de los amores perdidos y los clásicos conflictos de conciliación de vida familiar con un trabajo absorbente.

Torchwood es buena. Y cada uno de sus episodios – como en las clásicas series de terror o ciencia ficción norteamericanas de los 50 – es de autor. Y eso se nota.

(Lo que viene es un spoilón…)

Y claro, nos encantó el episodio en el que el Capitán Harkness conoce al auténtico Jack Harkness de 1941. Y se comen la boca después de media hora de miradas y roces de enorme tensión sexual…

Y Terelu, ¿qué pensará de esto? – es nuestra nueva frase favorita, que se añade al «¿A quién dedicas este casting?» Y se la debo a mi amigo A.

Y Terelu, ¿qué pensará de esto? ¿Le parecerá que besarse con un capitán del ejército aprovechando un viaje en el tiempo no forma parte de la normalización gay que ella postula con entusiasmo en ese gran programa debate(r) que es La Noria, donde el sábado el asunto a discutir fue «¿Tiene cura la homosexualidad?» (¿cura? ¡coño; y obispos, y cardenales..!)?

La verdad es que ahora que lo pienso, ha sido un fin de semana televisivo muy de viajes en el tiempo: el dewate(r) sobre la homosexualidad en La Noria y anoche, Torchwood. Menos mal que no vimos el Eurovisión bailable. Menos mal. Si lo hubiéramos hecho, yo ahora estaría escribiendo esto ataviado con una gola isabelina. Por lo menos.

Torchwood: los domingos en Cuatro a medianoche.

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Por cierto, me encanta este anuncio de Ikea pagado por Movistar:
















LA NORIA

Planazo sabatino, cuatro horas y cuarto de LA NORIA en Tele5. Un programa que producen los mismos de HORMIGAS BLANCAS, que han puesto a rodar los retales que les fueron sobrando cuando revisaban hemerotecas y archivos televisivos en busca de las jugosas bobadas de famosos pasados por la memoria de HB. Pero eso es el final. Y no es lo peor. Vayamos al principio…

Jordi González da la cara y Gloria Serra pone la voz a un programa que empieza con una mesa de debate sobre los anuncios de prostitución en los periódicos españoles. Sentados a la mesa, grandes pensadores españoles como Terelu Campos, Miguel Angel Rodríguez y Alfredo Urdaci, entre otros [y los otros son el subdirector de Interviú, la directora de la revista donde trabaja Bea en la ficción o un paparazzi marbellí de reconocido prestigio internacional]. Cómo será la cosa que la más sensata de la mesa parece Terelu. No os digo más.

Mesa de debate alimentada por un gran reportaje de investigación, en el que uno de los redactores llama a un prostíbulo y pregunta por las famosas que tienen en plantilla, según su anuncio en el periódico. Después se persona en el lugar y graba con su móvil los nombres que le dan; la clásica nómina de famosas que algunos dicen que son putas de lujo. Pues muy bien.

Es un excelente comienzo para un programa que, claramente, apuesta por el periodismo riguroso y los asuntos de gran interés social. Y es un gran debate ‘puterío sí o no’. En el que se intercalan los desmentidos de las famosas supuestamente fulanas y algún extracto de la entrevista de Jordi a los padres de la niña desaparecida en el Algarve. Una entrevista que también será forraje para los prestigiosos analistas sociales allí presentes.

Todo muy bien, la verdad. Muy serio, muy interesante. Aunque yo hubiera añadido algunos elementos más televisivos para quitarle aridez al programa, que con tantas reflexiones profundísimas y transgresores análisis tal vez es demasiado sesudo para un sábado a la noche.

POR EJEMPLO:

1. en lugar de limitarse a darle voz a las famosas que no se prostituyen, deberían haber hecho que alguna de ellas llamara a la casa de putas que supuestamente la tiene en plantilla y hablara con la Madame. Algo así como:

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FAMOSA QUE NO ES PUTA: Hola, soy Fulanita y te llamaba porque no sé si tenéis algún servicio para mí. Es que he estado de vacaciones y no tenía cobertura en el móvil y quería saber si me habíais llamado…

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Y a ver, ¿no? Yo creo que como impacto hubiera quedado fenomenal.

2. en los debates sobre la publicidad de sexo de pago en periódicos y los comentarios a la entrevista de Jordi con los padres de Madeleine hubiera incluído un rótulo sobreimpreso que dijera: ¡ANUNCIOS DE PUTAS EN LOS PERIÓDICOS SERIOS, LOS MISMOS QUE HAN MACHACADO A ESTOS POBRES PADRES… Y LUEGO NOS LLAMAN BASURA A NOSOTROS! Y así quedaba más clarito el subtexto.

3. en la parte final de archivo nostalgia de 1974 – comentado por Mila Ximénez, Paloma Gómez Borrero, el subdirector de Interviú y Urdaci otra vez – hubiera incluído algunas imágenes de Miguel Angel Rodríguez en esos momentos, por ver en qué barricadas andaba él entonces luchando por la democracia y tal…

¿Que el post os ha parecido largo? Pues imaginaos el programa… cuatro horas y cuarto. De diez de la noche a dos y cuarto de la madrugada. Y ahí estuve yo, aguantando como un jabato. Así es que no os quejéis…

[NOTA ACLARATORIA. El uso de adverbios y adjetivos tales como »gran», »excelente», »riguroso», »serio», «prestigioso» e »interesante» es irónico… POR FAVOR…]