La televisión ha creado un mundo esquizofrénico en el que entre el individuo y lo global no hay nada. Alain Touraine

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Elfriede Jelinek… y yo

Kjell Espmark, responsable del Comité de Literatura de la Academia Nobel, presentó a José Saramago el 7 de diciembre de 1998 ante el rey Carlos Gustavo de Suecia como un narrador que ha producido «una ingeniosa versión de la historia que no se deja aprisionar«, que «ha creado un cosmos que no pretende ser una imagen coherente del universo» (y menos mal, queridos, menos mal…)

El 17 de diciembre de 2004, Horace Engdahl, secretario de la Academia Nobel, en una ceremonia privada celebrada en la residencia de la embajadora sueca en Viena, ante Kjell Espmark y la embajadora de Suecia en Austria, Gabriella Lindholm, le dijo a Elfriede Jelinek, «usted ha ampliado el arte literario» (incluso lo ha desgarrado analmente, me atrevería a decir yo…)

Así, entre una cosa y otra, entre Estocolmo y Viena, entre el trago de ver a la mujer de Saramago en la cena de los Nobel con un vestido que llevaba bordado uno de los párrafos de «El evangelio según Jesucristo»(Miraré a tu sombra si no quisieras que te mire. Quiero estar donde estará mi sombra, si allí estuvieran tus ojos) – suceso de corte y confección verídico, lo juro – , y el trago de viajar a compartir velada y cena breve con esa psicópata de la literatura – y el maquillaje – que es la Jelinek, yo escribía…

1 de febrero de 2003,

Ayer tarde, antes del masaje, entré en un bar a tomarme un vino y José Saramago se sentó detrás de mí. En la barra, dos camareros hablaron entre sí sobre él y uno dijo que su novela favorita había sido El año de la muerte de Ricardo Reis, porque le encantaba Pessoa. Una situación fantástica (en el más amplio sentido de la palabra).

Entonces me acordé de los versos de Pessoa que pueden leerse en el Monasterio de los Jerónimos de Lisboa, donde descansan sus restos, unos versos que firmó Ricardo Reis:

Para ser grande, sé entero; nada

tuyo exagera o excluye.

Sé todo en cada cosa. Pon cuanto eres

en lo mínimo que hagas.

Así en cada lago la luna toda

brilla, porque alta vive.

Jelinek Kjell EspmarkSaramago… y yo

Grados: 3º

QueRidísimo JavieR MaRías,

ante todo enhorabuena, por ese sillón de segunda mano tan bueno que te han dado en la Academia y que antes ocupara Don Fernando – a cuya hija tengo el placer de conocer y querer, y con quien comparto el disgusto tras el cierre del Balmoral, donde nos hemos chuzado (yo muchísimo más que ella) en memorables tardes de invierno.

Queridísimo Javier, ya eres académico y ya he podido leer por aquí bonitos comentarios de cenutrios que ni siquiera han sostenido en la mano un libro tuyo, pero se atreven a juzgarte sin conocimiento, sin cerebro y sin criterio:

¿Maricón de mierda? ¿Te lo puedes creer, Javier? Qué poquito te conocen, qué bien…

Da lo mismo. Yo me he puesto muy contento, y me he alegrado por ti. Y he estado a punto de salir a la calle con tus libros al grito de «¡Por ellos, oeeeee!», que es bastante más correcto.

Pero no lo he hecho. Sin embargo, para demostrarte mi aprecio y mi respeto, para tratar de compensarte un poco, solo un poco, todas las horas de placer inmenso que me han dado tus novelas, he decidido hacer algo que sé que me vas a agradecer: decirte qué se lleva este verano, queridísimo Javier, por si acaso quieres recibir hoy prensa en casa y dejar claro que, además de ser el mejor escritor español vivo, eres un tipo moderno.

Te doy dos claves: las camisetas con escote en V mayúscula (pero enorme) para chicos y chicas son lo último este verano.

American Apparel ha sacado una línea limitada y – hazme caso – van a arrasar. Ya sé que a lo mejor te resultan un pelín atrevidas, pero qué coño, Javier, la Academia está aburrida y estás cosas, quieras que no, animan.

¿Que no? Bueno… no te preocupes. Porque si no te ves con las fuerzas necesarias para lucir escote en V mayúscula (que, por cierto, es el sillón de Cebrián, qué gracia, a él si que no le va nada este escote…), te tengo preparada una propuesta de estilismo que no puedes rechazar: vuelven los zapatos naúticos… PERO EN COLORES FLÚOR. ¿No te encanta? ¿No te ves?

Jo, Javier. ¿Y yo qué hago? Porque ayudarte con el discurso, para qué. ¿Decirte que te respeto, te admiro, te venero y que lo flipo contigo? Bueno, vaaaaaaaaale. Eso haré. Maestro (COMPLETAMENTE EN SERIO: enhorabuena – modesta y mamarracha – a Javier Marías por su sillón en la Real Academia de la Lengua Española).

John Cameron Mitchell

Pasó sin pena ni gloria el estreno en Cannes de la última película del protagonista, guionista y director de una de las películas que más me han emocionado y más veces he visto en un cine, muchas en sesión de madrugada: ‘Hedwig and the angry inch

We are freaks we follow the code of freaks

We are freaks stand back and that’s that

We are freaks we fuck who we please and do what we choose

We’re not bad we’re not diseased or confused

John Cameron Mitchell – protagonista, guionista y director de ‘Hedwig and the angry inch’ – estrenó en Cannes su última película: ‘Shortbus‘, una comedia con sexo real, homo y heterosexual, orgasmos reales y gente real. Una película condenada – probablemente – al desastre comercial en los EEUU y a una mala distribución en Europa (a juzgar por la tibia acogida que ha tenido en Cannes).

Una lástima. Porque John Cameron Mitchell es un tipo con un talento innegable como guionista, capaz de tramas espléndidas y brillantes diálogos que recuerdan los de Woody Allen:

[de fondo, alguien canta «I Will Always Love You«]

Tommy: ¿Crees que el amor dura para siempre?

Hedwig: No, pero esta canción sí.

Hedwig: Me expulsaron de la universidad después de que entregara una brillante tesis sobre la agresiva influencia de la Filosofía alemana sobre el rock and roll, titulada «You, Kant, Always Get What You Want«.

Ojalá podamos ver pronto ‘Shortbus‘ en el cine. Sobre la que su director ha dicho:

«Siempre pensé también en el sexo como un lenguaje. Es como leerle la mano a alguien. Si uno ve a alguien manteniendo relaciones sexuales, puede decir mucho sobre esa persona. ¿Entonces por qué no usar ese lenguaje metafórico?»

John Cameron Mitchell, que además fue productor – junto a Gus van Sant – de un documental del que oí hablar por primera vez a mi amigo Javier el sábado pasado y tiene una pinta fabulosa: ‘Tarnation‘ – la autobiografía filmada de un muchacho de Texas y su madre esquizofrénica. La vida en imágenes de Jonathan Caouette, que tuvo un mal viaje en drogas y quedó tocado neurológicamente; su madre que fue sometida a electroshocks y abusos por el abuelo, y el abuelo. Y el novio de Jonathan, con el que ahora vive en Nueva York: el bailarín colombiano David Sanín; sobrino de la embajadora de Colombia en España, Noemí Sanín que – cómo son las cosas – el viernes pasado presentó la última novela de Alfonso Ussía en Madrid.

Quién me iba a decir a mí que acabaría enlazando a Cameron Mitchell con Ussía a través de tan pocos grados de separación.

We are freaks we follow the code of freaks

We are freaks stand back and that’s that

We are freaks we fuck who we please and do what we choose

We’re not bad we’re not diseased or confused

Janice Dickinson, súpermodelo y megaperraca

La Dickinson vuelve hoy a la tele USA con su propio show: The Janice Dickinson Modeling Agency, lo que hace que hoy sea uno de esos días en que lamento no vivir en Manhattan y estar suscrito a la tele por cable.

¿Por qué? ¿Por qué? ¿Por qué?

¡BASTA! Os cuento:

La Dickinson apareció en el panorama del modeleo en los 70, cuando arrasaban muchachas delicadas, como la Hutton, y decidió convencer al mundo de que su físico contundente y sus rasgos exóticos también merecían un lugar en las revistas y las pasarelas. Y lo logró. Y en los 80 ya era una SÚPERMODELO. Según ella, la primera.

Claro, que también logró llevarse al huerto a Stallone y a Jack Nicholson (y, por supuesto, contarlo), ponerse hasta arriba de cocaína, champán y pastillas, montar numeritos fa-bu-lo-sos (como aquella vez que le gritó a Armani desde la pasarela: ¡VERSACE! – que era lo peor que le podías llamar a Armani entonces).

Y así continuó hasta que le dio un jamacuco (precedido de varios microjamacucos) y decidió 1. someterse a un programa de desintoxicación 2. contar toda su vida en varios libros 3. operarse viva (de ahí el título del libro cuya portada ilustra este artículo: «Todo en mí es falso… y ¡soy perfecta!»)

A partir de ese momento, y aparentemente sobria, ella empezó a conceder jugosísimas entrevistas y deliciosos extractos de sus óperas magnas, del tipo:

«La modelos no somos tan tontas: podemos caminar, hablar y esnifar coca al mismo tiempo.»

Yo he vivido las cosas que Jackie Collins ha escrito.

Y, por fin, hace un par de años, recuperó el estrellato gracias a su participación en el programa America’s Next Top Model, del que fue despedida por sus constantes ataques verbales a las aspirantes (algo así como la Nina Mala de OT), pero gracias al cual ahora regresa, en versión diva, con este nuevo programa que estrena hoy. Justo hoy. Que es el Día de la Bestia. Un gran día para Janice Dickinson.

No le perdáis la pista: esta señora es total. Y, lo mismo, consigo que acepte un puesto como profesora honoraria de mi Escuela de Malas. Ya os contaré.

El (otro) secreto de Joe Gould I

Joe Gould fue un mendigo que había estudiado en Harvard y callejeaba por el Village neoyorquino, el único lugar que sintió como suyo:

In New York City , especially in Greenwich Village, down among the cranks and the misfits and the one-lungers and the has-beens and the might’ve-beens and the would-bes and the never-wills and the God-knows-whats, I have always felt at home.

Joe Gould se hizo conocido cuando en 1942 Joseph Mitchell escribió sobre él en The New Yorker un perfil titulado «El profesor gaviota«, donde contaba que Gould aseguraba conocer el lenguaje de las gaviotas, e incluso traducía poemas del inglés a ese idioma. Mitchell también contó el magno proyecto literario de Gould: La Historia Oral, miles de páginas con conversaciones escuchadas a lo largo de los años en la ciudad de Nueva York y que Gould aseguraba que llegarían a ser el mayor libro de historia sobre la época.

En 1964, Joseph Mitchell escribió otro reportaje, «El secreto de Joe Gould» que The New Yorker publicó en dos partes el 19 y el 24 de septiembre de 1964, y donde Mitchell revelaba – después de algunos años de la muerte de Gould – la verdad sobre su obra magna.

Pero ése no es el asunto de este post, aunque os recomiendo que léais la obra de Mitchell, «El secreto de Joe Gould«, en Anagrama.

El asunto de este post es otro: la gran obra de Joe Gould que, sin saberlo, contribuyó con su historia a escribir otra, revelada en los textos publicitarios que aparecieron en las páginas del New Yorker donde Mitchell contaba su secreto.

Esta es la gran lección de Historia de Joe Gould: los anuncios que acompañaron el relato de su secreto. Un auténtico fresco de Nueva York en 1964:

  • Cordelia seguiría viva si hubiese podido alfombrar el Castillo del Rey Lear con Alfombras Magee.
  • Las nuevas lanas Rooster son tan obviamente masculinas que todo lo demás le parecerá apocadito, cual corderito.
  • Zafiro Estrella. 12,15 kilates. Con dos originales diamantes de medialuna sobre un engarce de platino hecho a mano. Cinco mil doscientos dólares. Impuesto federal incluído. C. D. Peacock.
  • ¡Vamos! ¡Dése un capricho! Se merece el lujo práctico que los Imperial proporcionan. Lo mejor de lo mejor, creados para durar y convertirse en el mejor zapato que usted haya calzado nunca. ¡Vamos! ¡Viva un poco… o viva mucho en los incomparables Imperial! ¡Soberbios! En la ilustración: YUMA en piel cordobesa, 31,95$
  • ELEGANTE PLUMAJE DE MODA. El nuevo y exclusivo broche Pájaro de Cartier de oro de 18 kt., plumas preciosas realizadas con diamantes, esmeraldas, rubíes y zafiros. 2.500$. Tamaño real. Impuesto Federal incluído.
  • Para un caballero que visita lugares, sugerimos este elegante kit de viaje gris, que contiene todo lo esencial para un buen cuidado, de Arden for Men: Crema para el afeitado, Loción para después del afeitado, Crema ocho horas, Agua de colonia, gomina, Pasta de dientes, desodorante en spray, jabón de manos, peine, lima de uñas, cepillo de dientes e incluso un kit de costura para emergencias. 10 $ + impuestos en Arden for Men.
  • En Jamaica, en el Sheraton-Kingston, las cosas son tan excitantemente bellas que usted podría, muy posiblemente, enamorarse. Así de bueno es, de verdad. 9,75$ por persona y día en habitación doble.
  • La nueva TV portátil Sony de 4″. Sintoniza hasta 82 canales. 199,95$.
  • ¿Debería un hombre tener su propio jabón? ¡Por supuesto que debería! ¿Qué hombre quiere oler a crema de señora? Él debería tener su propio jabón St. Johns de lima india oriental. En pastilla grande, tamaño viril. Tres pastillas envueltas individualmente en bolsas cosidas a mano por nativos. Cuatro dólares cincuenta centavos más tasas.
  • Un cargo en la puerta… merece una Bigelow en el suelo. P.D. Cuando el destino sonría a su negocio, ¡no lo mantenga en secreto! Deje que todo el mundo comparta las buenas noticias para que puedan sonreir juntos. Y nada extiende la felicidad de manera más hermosa que la discreción, el comfort y las distinción de las alfombras Bigelow sobre su suelo. La gente que sabe… compra BIGELOW.
  • ¿Por qué no se toma algo más de tiempo con Heineken? Nosotros lo hacemos. Seis copas de Heineken por 4$. Importada de Holanda.
  • Mantilla, de la Colección España de Callaway. La belleza del encaje español… la riqueza colorista de la «fiesta»… la delicadeza de una rosa. Estas toallas están disponibles en 9 brillantes colores en Bloomigdale’s, Nueva York, y otros establecimientos selectos del país.
  • Gardenia de la jungla, el perfume favorito de la mujer más hermosa del mundo.
  • COPPER… la esencia que agrada cuando se siente y es parte del aura placentera de… Countess Mara. Higiene Masculina.
  • Un hermoso engaño, que parece cocodrillo pero es cuero, por Newton Elkin. En verde, marrón y negro – 30$
  • NO NECESITA LICENCIA. ¡Salga a cazar con estilo! Elija la nueva POUR UN HOMME «Champagne» o «Lavanda Francesa» y su presa no tendrá ninguna oportunidad. Colonia o After Shave. En tamaños de 3$ y 5$. Caron, Paris.
  • Los anillos de compromiso de Tiffany han sido lucidos por cinco generaciones de chicas americanas.
  • Ahora NK trae a la Exposición Universal los mejores productos de los creativos suecos, artistas, diseñadores y fabricantes. ¿Por qué no seleccionar sus sofisticados regalos de navidad y boda en la tienda NK del Pabellón Sueco?

    [Textos de los anuncios publicitarios aparecidos junto a la primera parte de ‘The secret of Joe Gould‘, el 19 de septiembre de 1964. Fascinante muestra de literatura comercial norteamericana que tanto fascinaba a Camba, y que resulta aún más fascinante cuando se lee a la vez que se lee la amarga historia de un mendigo escritor. Próximamente, los anuncios publicitarios aparecidos junto a la segunda parte de ‘The secret of Joe Gould‘, el 26 de septiembre de 1964.]

  • Jacqueline Stallone

    Debido a las extrañas leyes que gobiernan mi maltrecho cerebro, y tras unos cuantos giros de 360º de mi cabeza que ya habría querido para sí Linda Blair en sus mejores exorcismos, ayer pensé: Jackie Susann + Tita Cervera… mmmm… Jackie Susann + Tita Cervera + la madre de Tita Cervera… ñamñam… JACQUELINE STALLONE.

    Así, de sopetón. Y sin psicotrópicos, ni Bombay Saphire, ni Dominio del Cuco. Ni siquiera un triste pimiento de padrón.

    Sí, sí, sí, la madre de Sylvester (a quien adoro). La mujer que huyó de su casa a los 15 años para hacerse trapecista en el Circo Ringling, que tuvo el primer programa de fitness de la televisión, que creó un show de peleas femeninas (con mucho barro, imagino) para Las Vegas, parió al divino Sylvester y además tuvo tiempo de licenciarse en química y dedicarse a la astrología con gran éxito. A la Astrología y a la Rumpología; el viejo arte de conocer nuestra personalidad y destino a través de la forma del culo. Apasionante.

    Cuánto dicen nuestras nalgas de nosotros y qué barato (125 dólares + gastos de envío) resulta que Jacqueline nos lo diga, tras recibir una fotografía digital de nuestro trasero en su correo electrónico.

    ¿Qué destino le espera a este chulángano de Hollywood?

    ¿Y cuál a este exitoso CEO?

    ¿Y a Angela Merkel? ¿Y a Eduardo Noriega?

    ¿O acaso preferís conocer el vuestro? Pedídselo a Jacqueline a través de su web.

    Ella ha entendido que el culo es el espejo del alma. Porque la cara, de sobra lo sabe, llega un momento en que deja de ser nuestro reflejo para pasar a convertirse en nuestra propiedad. En su caso, una propiedad sometida a las leyes inmobiliarias marbellís para la edificación de plantas de colágeno activo…

    Jacqueline Susann

    Jackie siempre quiso ser una estrella. Desde pequeña, cuando su padre le mandaba al cine para que él pudiera refocilarse tranquilamente con la criada y a la salida le pedía que le contara la película que acababa de ver para después contársela a su mujer, que había visto marchar a padre e hija juntos al cine.

    Pero la carrera de Jackie como actriz, a pesar de haberse casado con el agente de prensa, promotor y productor (nadie sabe de qué), Irving Mansfield, nunca llegó a despegar.

    [«Cuando estábamos en la casa de Essex y tenía servicio de habitaciones, y podía comprarme vestidos de Florence Lustig, descubrí lo mucho que te quería. Pero ahora que estás en el ejército y cobras 56 dólares al mes, siento que mi amor se ha extinguido».

    Carta enviada por Jackie a su marido Irving, entonces en el frente]

    Jackie se pasó 20 años tratando de conseguir mejores papeles, protagonizando anuncios o – como mucho – presentando una sección de moda en la televisión; algo que hoy sería el sueño de cualquier starlette de pacotilla, pero que no lo era en aquellos años.

    [Jacqueline Susann combinó su matrimonio con Mansfield con affaires con Joe E. Lewis, George Jessel, Eddie Cantor, Walter Pidgeon, Carole Landis e incluso se rumoreaba que con Coco Chanel]

    Hasta que en 1963 Jackie conoció a Josephine, una caniche a quien convirtió en protagonista de su primer libro «Todas las noches, Josephine» y en compañera de estampados, cuando salían a pasear las dos vestidas a juego.

    Jacqueline Susann parece un camionero travestido, con todos mis respetos hacia los camioneros», Truman Capote]

    Entonces fue cuando Jackie se hizo escritora, publicó su segundo libro y arrasó. Porque «El valle de las muñecas» arrasó. Arrasó e inauguró una nueva manera de vender libros, según cuenta Michael Korda en su excelente «Editar la vida«:

    «Jackie e Irving crearon una nueva manera de ‘vender’ una novela, que incluía una desvergonzada mezcla de noticias fabricadas en la prensa del corazón, apariciones de la celebridad y cotilleo propio de Hollywood.»

    Después vinieron «La máquina del amor» y «Una vez no basta«.

    [Cuando Jacqueline Susann envió un ejemplar de «Una vez no basta» a Simon & Schuster, que había publicado su anterior novela «La máquina del amor«, recibió un telegrama de uno de los directores de la editorial que decía «Para nosotros, una vez fue suficiente«.]

    Todos fueron número 1 durante meses en las listas de bestseller en USA con posteriores exitosas adaptaciones cinematográficas.

    Jacqueline Susann cumplió su sueño: se convirtió en una estrella.

    [Cuando Diane Arbus publicó esta fotografía de Jackie e Irving en la revista Harpers en octubre de 1969, Jackie montó en cólera. La fotógrafa les había propuesto que posaran así, pero había asegurado que nunca la publicaría, que iría a parar a su colección privada.]

    Jacqueline Susann murió en 1974. Tenía 56 años.

    [Sus últimas palabras a Irving fueron: «Let’s get the hell outa here, doll.«]

    Alison Jackson supera la realidad con fotos de ficción

    Me fascina el trabajo de esta interesantísima fotógrafa británica, que utiliza la fotografía como otros usamos la literatura, el cine o la ginebra – para inventarse la realidad – , que elabora instantáneas imposibles de personajes famosos y hace arte con la mentira de unas imágenes que, de no estar protagonizadas por sosias, serían sensacionalismo.

    Alison Jackson posee la intuición para crear fotografías que son imágenes mentales del deseo de muchos, y ese es su mayor mérito: haber sido capaz de interpretar la parte más obscena de nuestra imaginación pop.

    Pornografía pop protagonizada por dobles casi perfectos. Situaciones verosímiles que no veríamos jamás de no ser por sus recreaciones, espléndidos retratos del inconsciente televisivo tomados con mucho humor. Leyendas urbanas en blanco y negro o en color.

    Como si Alison Jackson hubiera entendido de Magritte algún mensaje en clave y nos quisiera decir: «Este no es el culo de Beckham«, «Estas no son las tetas de Marilyn«, «Estos no son Lady Di, Camila y Carlos«, «Estos no son Lady Di y Dodi Al Fahyed con su bebé», «Este no es el príncipe Guillermo«, «Estos no son Bill Clinton y Monica Lewinski«.

    Aunque probablemente el mensaje vaya más allá, y debamos preguntarnos si el propio Beckham es real, si la imagen que proyectan los medios de comunicación de la enorme pléyade que nos rodea no es, del mismo modo que la obra de Alison Jackson, una interpretación de nuestros propios deseos hechos – de alguna manera – realidad.

    Jean Seberg

    En 1957, Jean Seberg protagonizó su primera película, ‘Saint Joan‘, en la que interpretaba a Juana de Arco, dirigida por Otto Preminger y con un guión de Graham Greene, basado en la obra de teatro de George Bernard Shaw.

    En 1958 volvería a trabajar con Preminger en la conocidísima ‘ Bonjour Tristesse‘.

    En 1959 se convertiría en la musa de la Nouvelle Vague gracias a su papel en la mítica ‘ A Bout de Souffle‘, de Goddard.

    A finales de los años 60, Seberg era un icono en Francia y una delicada estrella de Hollywood que cometió la imprudencia de entrar en política y apoyar la causa del grupo radical antirracista Panteras Negras (el mismo que apoyó también Jane Fonda).

    Lo pagó muy caro.

    En 1970, ese siniestro personaje que fue el director del FBI John Edgar Hoover, decidió hundir su reputación y puso en marcha una campaña de desprestigio, que consistió en extender el rumor de que el hijo que Jean Seberg estaba esperando no era de su marido, el escritor Romain Gary, sino de uno de los miembros de las Panteras Negras.

    Aquí podéis leer el infame documento:

    Tras extenderse el rumor, Seberg sufrió un adelanto del parto y dio a luz a un bebé muerto. Al día siguiente ofreció una rueda de prensa, donde estaba presente el cadáver del niño. Blanco.

    A partir de entonces, cada aniversario del nacimiento muerte de su hijo, Jean Seberg intentó suicidarse. Hasta que el 7 de septiembre de 1979 lo consiguió.

    Aterrador.

    El músico de jazz

    Mi novio y yo volvemos a casa en autobús desde la Plaza de Cataluña. Cargo a mi espalda la mochila, con mi ordenador portátil, un par de libros, la agenda donde apunto los movimientos del sospechoso a quien sigo la pista por Barcelona,… tantas cosas que prefiero no descargar en el suelo. Viajo de pie, junto a él, que se sienta frente a un obeso anciano con gruesas gafas a través de las que mira por la ventana donde apoya su muleta, mientras la mano de mi novio acaricia la mía, que me aferra a la barra vertical del autobús.

    Cuando pasamos frente a la Fundación Caja Madrid, le digo a mi novio que acaba de empezar un ciclo de flamenco allí, que esta semana actuará Chano Lobato, el cantaor. Entonces, el anciano nos mira y nos dice que acaban de inaugurar un ciclo de flamenco ahí. Separo mi mano de la de mi novio, y le digo que sí, que esta semana actuará Chano Lobato, y le digo que el ciclo tiene una pinta estupenda…

    – No, no… si a mí el flamenco no me gusta, no pienso ir a verlo; pero es que acaba de terminar un ciclo de jazz y después del ciclo de jazz sé que empezaba uno de flamenco…

    – Ya…

    – Es que me daban un homenaje, porque yo tuve una embolia, que me paralizó medio cuerpo; el saxofón ya no, pero el clarinete he podido volverlo a tocar. Y la gente aplaudía como loca y decía «mira el viejo,cómo les da caña a los jóvenes», porque yo me sentía muy fuerte y les di caña. Lo que pasa es que me empezó a doler la mano y les dije que me perdonaran, pero que había sufrido una embolia y me dolía la mano, y no podía tocar más. Y la gente aplaudía como loca.

    – ¿Era usted músico de jazz?

    – Me dio una embolia que me paralizó medio cuerpo, estuve dos meses en coma, con la boca paralizada aquí en un lado, comiendo con tubos, pero me recuperé, y pude volver a tocar el clarinete.

    – Increíble,… ¿y cómo? ¿con rehabilitación?

    – Y con mucha fuerza de voluntad, y claro, con rehabilitación. Y que tengo un organismo muy fuerte. Trece horas de operación. El cirujano me dijo que chavales con traumatismos craneoencefálicos, que se habían dado un golpe con el coche y se habían abierto la cabeza, a la hora de estarles operando les había tenido que tapar y ya, porque el corazón no había aguantado y yo, ya ve, trece horas de operación.

    – Qué maravilla…

    – Yo creo que la embolia me dio del disgusto. De perder a mi mujer y a mis hijos. Mi mujer y mis hijos se mataron en el coche, un viernes yendo a Salou, un camión se los llevó por delante, un trailer, giró la parte de atrás y los estampó. En el funeral me dio un infarto y al mes la embolia.

    – Qué horror…

    – Todavía siento el disgusto. Y he vuelto a andar, con esta muleta, y a tocar el clarinete, y me visto solo, me baño solo… siempre con mucho cuidado, pero ya ve, me puedo valer. Aunque me quedan secuelas de la embolia: la soledad y la tristeza me quedan. Vivo solo y ya ve. Las mujeres viudas y divorciadas se han pasado todas a la otra acera y no quieren saber nada de los hombres…

    – Estarán escarmentadas.

    – El otro día se lo dije a una, aquí, que casi me pega: «ustedes son inferiores a nosotros», y ella que no, que no. ¿Qué no? El marido que la explotaba, ¡QUE LA EXPLOTABA!, pero bien que anda ella viviendo de la pensión del muerto y gastándoselo todo con las amigas, que son todas unas alcahuetas…

    – Jajajajaja…

    – Escarmentadas, pero viviendo a costa del muerto… Yo tengo una señora que me cuida. Más bruta que un arao, que no le veo la cara… todo el día encerrada en su cuarto, pero el día que le tengo que pagar sí que me mira a la cara. ¿Ustedes están casados?

    Y en ese momento, mi novio, en un arranque de fantasía ecuménica, interviene con expresión tierna, mira al anciano, me mira y espeta: «Todavía no.» Momento que yo aprovecho para dejar bien claro que NO, que esto no es una entrañable escena de telefilme. «No, no estamos casados.»

    – Pues háganme caso, y picoteen con unas y con otras, eso es lo mejor, Hoy en día, los negocios de relax son los mejores negocios y las señoras que trabajan allí ganan una millonada. Y los hombres, que tienen mujeres tan ocupadas que no hacen el amor con ellos, van allí.

    – Claro, es como llamar al fontanero: el buen trabajo lo hace un buen profesional.

    – Sí, sí… como el fontanero… y la gente mayor que puede, también va.

    – Claro, por qué no… ¿es nuestra parada ya? Que le vaya muy bien, señor.

    – Que tengan buena noche.

    – Igualmente.

    «Yo creo que la música ayuda a saber. No a entender, porque en realidad no entiendo nada.» EL PERSEGUIDOR, Julio Cortázar