Aunque optara por no aplastarme la identidad bajo este regio pelucón jamás arremetería contra quienes firman bajo un alias, o dos, o catorce.
Pero el destino, que es muy suyo, siempre improvisa alguna nota discordante en el pentagrama donde ordeno mis ideas, desarmonizándome toda la melodía mental. Y claro, no pudo dejar pasar el momento seudónimo cuando lo tuvo a tiro.
Fue en pleno montaje reginaexlibrislandiano. Me afanaba yo en colocar por riguroso orden alfabético de autor la sección de Intriga y Novela Negra cuando me topé con una de esas gloriosas signaturas bicéfalas: la de Francisco González Ledesma que, a veces, firma como Enrique Moriel.
Total, que allí estaba yo hace meses, dudando si poner las novelas de González Ledesma en la ‘G’ y las de Enrique Moriel en la ‘M’, o si por el contrario hacer que el nombre fagocitara el seudónimo sin más, y colocar todas en la G.
Como tampoco hubo quórum tras mi colsulta al resto de libreros opté por respetar la bipolaridad artística del escritor y las coloqué separadas.
Regina, cielo, me dije, no te me pongas arístotélica justo ahora. En esto de los seudónimos ni ‘en potencia’ ni ‘en acto’ ni duplicidades varias. Que la kantiana que llevas también dentro te ampare: racionaliza y simplifica, nena. Si en la portada pone Moriel, a la M; si reza González, a la G
Pero ayer un cliente me puso en jaque de nuevo:
– Cliente: Disculpe, ¿tiene novelas de González Ledesma? – Regina: Sí, caballero, tenemos todo su fondo. Yo le indico… Aquí, en la G.
– C.: Esto…, ¿pero no me dijo que lo tenía todo de él? ¡Faltan cosas!
– R.: Veamos, ¿qué título busca?
– C.: El candidato de Dios, o algo así. Acaba de salir.
– R.: ¡Ah, claro! Disculpe, entonces tenemos que ir a la M, porque firma Enrique Moriel.
– C.: ¿Y es el mismo?
– R.: Si, pero esa serie la publica bajo seudónimo. ¿Ve?
– C.: Pues debería tener colocada todo su obra junta, firme como la firme. ¡Que así no hay quien se aclare, se-ño-ri-ta! ¡Adiós!
Y se fue. Se llevó el libro, pero su arrebato me turbó toda, aunque dejé los libros como estaban.
Decidme vosotros, reginaexlibrislandianos de pro, ¿qué demonios hago con los seudónimos?
¿Os ha despistado alguna vez el alias al tratar de localizar un libro en una librería o bliblioteca? Y en vuestra casa, ¿cómo lo resolvéis?
Nota de Regina: El nombre de Enrique Moriel era también el del protagonista de Sombras viejas, primera novela de González Ledesma que estuvo décadas sin ver la luz bajo el yugo de la censura franquista. El escritor y periodista barcelonés ha utilizado ese alias en La ciudad sin tiempo (2007) y en la muy reciente El candidato de Dios, mientras que como Francisco González Ledesma firma el resto de su fondo, incluida su serie del genial comisario Méndez, cuya última aventura, Una novela de barrrio, le valió el I Premio Internacional de Novela Negra RBA y que aprovecho para recomendaros sin titubeos desde este mi púlpito librero.
Y no es sòlo por lo alfabético del asunto, querida, tù elegiste, como buena criatura flotante entre ficciones, no obligar al autor verdadero a devorar a su otro Yo.En el mundo «real» las personas sòlo podemos ser una porque acabamos topando con el cuerpo y sus lìmites; en el mundo «surreal» podemos ser dos y màs, como Billy Milligan, que subvirtiò el orden còsmico al vivir en distintas personas. Un ser profundo eligiò por él, transformando su realidad para siempre, y los médicos lo llaman locura. Otras esquizofrenias identitarias se conforman con llamarse literatura y no por ello debemos creérnoslas menos.Imagina, Regina, que tuvieras que clasificar volùmenes entre autor femenino y masculino, qué harìas con tod@s aquell@s que han jugado a travestirse, o que incluso han pasado por el quiròfano? Dònde pondrìas a semejantes seudònimos y seudònimas? Qué pasarìa, por ejemplo, con Yasmina Khadra (por citar a alguien actual)? Para los que entiendan francés, ella (o él) (o ello) explica la necesidad de forjarse un pseudo para escribir, en su site: http://www.yasmina-khadra.com/index.php?link=pseudoSi jugamos entre ficciones, es normal que respetemos a l@s seudònim@s, porque al fin y al cabo son ell@s quienes han querido escribir las obras que firman.
30 noviembre -0001 | 0:00
bueno, yo creo que tu, como capitana de tu barco, debes clasificar los libros donde sepas que vas a encontrarlos. el problema es cuando el cliente busca sólo, y no conoce el pseudónimo, claro…me encanta tu blog, en serio!
03 julio 2008 | 15:23
Cada apellido con su inicial… uno no tiene por qué saber que uno de los dos es seudónimo del otro.
03 julio 2008 | 15:38
Soluciones:1. Imprime una lista de pseudónimos y colócala a la puerta de la librería (lo tienes claro con Bioy Casares).2. Dibuja flechas de una parte de la librería a otra.Dudas:1. y cuando es un libro compartido por dos autores, ¿de que forma alfabética se ordena?¿y si es una compilación de varios autores?Yo los colocaría por colores, para que quede bonita la librería. Eso sí no pongas juntos naranj as y verdes porque no pegan.
03 julio 2008 | 15:41
Regina,lo que te diga el corazón yo creo que lo has hecho bien cada uno con su letra no te preocupes y ánimo guapa.Espero haberte ayudado.S.R.:)
03 julio 2008 | 16:06
Cuando voy a una librería me gusta buscar por mí misma para ver qué más cosas me encuentro. Pero cuando me canso pregunto al librero, y punto; es lo más fácil, rápido y práctico si te pierdes. Por eso creo que tú eres la primera que debe localizarse en tu librería.Ese señor ni siquiera se había enterado bien de qué quería, o habría sabido que el libro lo firmaba el seudónimo.Seguro que tu librería está genial, ¿cómo va a venir cualquier lectorucho a decirte cómo ponerla?
03 julio 2008 | 16:31
Heliminto, en una biblioteca cuando un libro es compartido por 2 autores se ordena por el apellido del primer autor y en el catalogo se hacen entradas por el otro autor tb.Cuando tiene mas de 3 autores se suele catalogar por el título, al menos su entrada principal y se hacen entradas secundarias para todos sus autores y poder recuperar ese libro por todos los autores.En una libreria supongo que dependre de la politica de empresa, pero personalmente, la opcion que has elegido es la correcta.
03 julio 2008 | 16:32
Cuando un autor elige usa un pseudónimo entiendo que es para diferenciarse. Si soy seco, no quiero ser rancio, mis comentarios secos no tienen nada que ver con mis comentarios rancios y mucho menos con los amargados!!!Así que pienso que has hecho bien… M de Muriel y G de González
03 julio 2008 | 18:28
Si el autor firma con seudónimo, digo yo que una de las razones será para diferenciar a una serie de sus obras de otra y, por tanto, ponerlos todos juntos sería un poco absurdo. ¿Para qué, entonces, el seudónimo? Creo que has hecho lo más normal, Regina.Y el que quiera más información, que se dirija de buena manera al amable librero, que para eso está.
03 julio 2008 | 21:26
Es evidente que si el autor las ha firmado con nombres diferentes, es que no quiere que se las junte. Además, ese energúmeno ¿A dónde habría ido a buscar primero, a la G o a la M? ¡Igual podría haberse quejado si estuvieran juntas de que no encontraba la que buscaba porque no estaba en su letra!
04 julio 2008 | 7:24
Yo tambiên creo que hiciste bien, Regina mîa. Si un autor firma bajo pseudônimo algunas de sus obras, es normal que se clasifique los libros por ese nombre.Hay dos casos de pseudônimos literarios que me encantan. El primero es el de Stephen King. La editorial en la que trabajaba le habîa impuesto publicar un ûnico libro al anyo. Al parecer, el escritor no estaba muy de acuerdo con la idea y empezô a generar novelas bajo el pseudônimo de Richard Bachman. En parte, King querîa demostrarse a sî mismo si estaba en la palestra de grandes êxitos por pura suerte o porque realmente tenîa talento. Por suerte para êl, se demostrô lo segundo, ya que las novelas de Bachman empezaron a venderse como rosquillas. Cabe decir que actualmente muchos de los libros firmados por Bachman se publican bajo la tutorîa de Stephen King, pero siempre se aclara que la primera ediciôn salîa bajo el nombre de Bachman.El segundo caso es el de Charlotte Brönte. Sus primeras novelas fueron firmadas bajo el pseudônimo masculino de Currer Bell, hasta que se desvelô quiên era (creo que previa publicaciôn de Shirley, pero no estoy segura). En este caso, el uso de pseudônimo estaba justificado, porque de haberse sabido de buen principio que la novelista era mujer las novelas no habrîan encontrado editor (algo parecido a lo que le pasô al principio a JK Rowling, aunque la comparaciôn es odiosa, en detrimento de Brönte).
04 julio 2008 | 9:42
Armstrongfl respetaría el orden alfabético en ambos casos, y tendría la G y la M. Sin más.Así respetaría la intención del pseudónimo.
04 julio 2008 | 10:56
Pues cuando te enteres de que González Ledesma también es Silver Kane…Era el seudónimo que utilizaba para escribir «bolsilibros», pero creo que ha sacado un libro nuevo «Recuérdame al morir», firmado como Silver Kane. Así que prepara también la «K». ;-P
04 julio 2008 | 11:42
Mujer, tratándose de una librería… si se tratase de un usuario normal, lo tendría más difícil para colocar EL UNICO EJEMPLAR COMPRADO según un orden, pero seguro que al menos tienes DOS ejemplares de cada obra del autor en la tienda.Pues… uno con pseudonimo y otro con el nombre del autor: que en AMBOS estén TODOS sus libros. Y a ver qué se les ocurre a los visitantes de tu librería, porque SEGURO que se les ocurre algo para incordiar…Es como yo en la tienda de informática en la trabajo: si pones los ratones como ratones, te preguntan que donde están los «mouses» (y se enfadan cuando se dan cuenta de que me han hecho la pregunta CON EL EXPOSITOR DE LOS RATONES/MOUSES JUSTO AL LADO)En fin… no te preocupes como lo pongas, porque lo hagas como lo hagas, alguien estará disconforme. Al fin y al cabo, PARA ESO ESTAS TU, para servir al cliente… Una librería sin librero sería… un carrefour. Y eso no «mola» nada.Un saludo!
04 julio 2008 | 18:08
Estos escritores …. como lo tienen de crecidito, y todo por molestar a los libreros!
04 julio 2008 | 22:29
buenoooo , yo pienso que no le puedes hacer caso a todos los comentarios de los clientes, hoy lo cambias y mañana aparece otra persona que le parece mal….a mi personalmente me encantaria encontrarme la obra de ese autor separada , como si de dos personas diferentes se tratara….y si tubiera que ser yo la que organizara los libros , utilizaría un orden más simbólico que alfabético..pero bueno sería divertido pero poco prácticogracias regina por tus comentarios…me encastas y animas…yo vendo muebles y me identifico con tus sentimientos muchas veces…y hoy me ha apetecido escribirte….me disculpo por las faltas de ortografía que he cometido y pueda cometer…la dislexia me tronza …pero no dejo de expresarme…
05 julio 2008 | 20:43
Creo que si tienes varios ejemplares de cada uno, no estaría mal poner alguno del seudónimo junto a los del nombre real, y viceversa, pero mantener los autores disociados, por si hay alguien que no sabe que se trata de la misma persona. Es lo más salomónico que se me ocurre.Un saludo!
08 julio 2008 | 17:18
Yo no haría caso de ese cliente. Porque sinceramente, hay gente que sabrá que Enrique Moriel es un seudónimo, pero la mayoría de la gente que ve el libro anunciado en alguna propaganda, biblioteca o lo que sea, se va a la librería a buscarlo por el nombre de autor que han visto.Yo creo que la cosa funciona así, cada cosa por su nombre y no quiera tener la razón un cliente «sabelotodo».Por cierto, estuve a punto de comprarme la novela «El candidato de Dios» que tal está??P.D: Por cierto, «Una novela de barrio» me gustó mucho. Es entretenida y muy facil de leer.
03 agosto 2008 | 21:53