Conocemos como ‘cuneta’ a la parte más externa de las carreteras o caminos, la cual hace algo de pendiente.
Es habitual que, erróneamente, sea denominada como arcén, pero ambas cosas (arcén y cuneta) son partes diferentes de los márgenes de las vías de tránsito. El primero es el que está más pegado a la calzada y está destinado (entre otras cosas) para estacionar de emergencia un vehículo en caso de necesidad, avería o accidente. Por su parte, la cuneta es la parte que se encuentra más hacia el exterior y la cual se distingue por tener una pendiente, debido a que se trata de una zanja destinada a recoger las aguas de la lluvia.
También cabe destacar que algunas vías tienen un margen muy estrecho en el que no cabe un arcén y directamente el exterior da a la cuneta. De ahí la popularización de expresiones del tipo ‘Quedarse tirado en la cuneta’.
Etimológicamente el término ‘cuneta’ lo recibimos de italiano ‘cunetta’ (de exacto significado) y éste a su vez es la aféresis del vocablo ‘lacunetta’ que hacía referencia a una laguna pequeña (diminutivo de ‘lacus’: lago, estanque).
El término ‘cuneta’ (cunetta) originalmente no fue utilizado para hacer referencia a los márgenes u orillas de los caminos o carreteras, sino a una parte de los fosos de los castillos y fortificaciones destinada a contención y expulsión de las aguas sobrantes de una fortaleza.
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