¿Por qué nos besamos en la boca?

Es difícil determinar exactamente cuándo se originó la práctica de besarse en la boca, ya que esto sucedió hace miles de años y no hay registros escritos de la época. Sin embargo, se sabe que los besos en la boca se han practicado en todas las culturas desde la antigüedad, llegando a encontrarse numerosas representaciones de parejas besándose en las tumbas y templos de la antigüedad.

¿Por qué nos besamos en la boca?

Aunque hay muchas teorías diferentes sobre por qué nos besamos en la boca, no hay una respuesta definitiva; algunas de ellas son:

La hipótesis más respaldada es la que sugiere que besarse en la boca es una forma de aumentar la excitación sexual y preparar el cuerpo para el acto sexual, debido a que los besos pueden aumentar los niveles de oxitocina (hormona que se asocia con el afecto y la intimidad), la cual puede mejorar el estado de ánimo y reducir el estrés, lo que ayuda a aumentar el deseo sexual.

Una teoría popular es que los besos en la boca se originaron como una forma de intercambiar información química sobre nuestros posibles compañeros. Cuando nos besamos en la boca, nuestros cuerpos intercambian información sobre nuestro sistema inmunológico y nuestros niveles hormonales. Esta información puede ayudar a determinar si somos genéticamente compatibles con nuestro compañero potencial.

Otros argumentan que besarse en la boca es simplemente en una práctica social y culturalmente aceptada. Los besos son una forma de mostrar afecto y amor hacia alguien, y es una parte esencial en la mayoría de las relaciones románticas.

Cabe destacar que desde hace algunos años se comparte a través de blogs y redes sociales una absurda leyenda urbana sobre el origen de besarse en la boca que dice lo siguiente:

El beso, contra todo lo que pueda suponerse, no nació como expresión de amor, sino a raíz de una ley romana que prohibía tomar vino a las mujeres: al llegar a casa, cada marido obligaba a su esposa a exhalar su aliento, mientras acercaba sus labios a los de ella, para cerciorarse de que no hubiera bebido.

 

 

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Fuente de la imagen: freesvg

2 comentarios

  1. Dice ser Más besos y menos mordidas.

    Todos compartimos química cuando estamos cerca de otras personas. La COVID ya lo dejó claro. Las partículas de saliva en suspensión viajan varios metros y las compartimos, además de otras cosas. Si viviésemos en una burbuja aséptica nuestro sistema de defensas acabaría sucumbiendo por sí mismo.
    Los besos, para entregar la generosa voluntad que se les presupone que en ellos habita, deben ser siempre consentidos.

    26 septiembre 2023 | 11:28

  2. Dice ser emigrante

    Otra teoría dice que el origen del beso pudo estar en la alimentación de los bebés, ancianos desdentados y otros seres queridos incapaces de masticar los alimentos por sí mismos. En una época en la que no existían ni las papillas ni los potitos ni los biberones la única forma de alimentar a un niño pequeño es que la madre mastique primero la comida y luego se la dé como hacen los pajaritos. El beso sería un recuerdo simbólico de este acto de amor y entrega.

    26 septiembre 2023 | 11:34

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