Es curioso observar cómo los pájaros se colocan sobre las ramas (e incluso cables de alta tensión) y que, por mucho viento que pueda hacer o cuando se supone que están dormidos, no se mueven ni caen.
Eso es gracias a un preciso mecanismo de sujeción que las aves paseriformes tienen en sus patas. Consiste en, tras posar sobre la rama o cable, flexionar la parte trasera de la planta de la pata y automáticamente los tendones (llamados ‘flexores‘) hacen que los dedos se replieguen quedando aferrados fuertemente a esa superficie.
A pesar de la aparente fragilidad de esas patas la sujeción es sólida y segura, motivo por el que no pierden el equilibrio y no se precipitan al suelo cuando están dormidos. Del mismo modo que se ha agarrado se libera de la sujeción automáticamente cuando quiere echar a volar.
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Fuente de la imagen: pexels
Es un motivo parecido al que tienen los murciélagos para no caerse, aunque en ese caso un ligamento fija al tendón para que no se mueva.
20 mayo 2018 | 21:46