Libro (GTRES)
Este domingo se celebra el Día del Libro (y Sant Jordi para los catalanes), una excusa perfecta para una práctica maravillosa: regalar libros a la gente que se quiere (bueno, o la que no, cada uno decide). Así que en XX Siglos me pongo las gafas recomendar y hago una pequeña selección de sugerencias de novelas históricas para regalar. El año pasado, si lo recordáis, os propuse libros de historia.
Pero claro, regalar libros depende tanto del que regala como del que recibe el presente y elegir el libro adecuado se torna un ejercicio interesante. Así que os lo intento poner fácil…
Para lectores exigentes…
Soy un gran defensor de la ficción histórica como género popular, sin embargo, eso no excluye que haya obras capaces de satisfacer a los lectores que exigen lo máximo en materia literaria. Buenos ejemplos pueden ser En la corte del lobo (traducción de José Manuel Álvarez Flórez, Destino, 2011), de Hillary Mantel, una excelente novela sobre la corte de Enrique VIII; o El hijo, de Philipp Meyer, (traducción de Eduardo Uriarte, Literatura Random House, 2015), una fascinante y cruda saga familiar que se se enfanga en los mitos fundacionales de Texas y, por ende, de EE UU.
Y ya que hablamos de sagas familiares en Norteamérica resulta bastante sugerente la eco-histórica que se ha marcado Annie Proulx en El bosque infinito (traducción de Carlos Milla Soler, Tusquets, 2016) y que arranca con la llegada de dos emigrantes franceses al Canadá.
Mi cuarta opción es: Morir en primavera, de Ralf Rothman (traducción de Carles Andreu, Libros del Asteroide, 2016), un relato desde la óptica alemana de los últimos meses de la Segunda Guerra Mundial. Estas dos últimas novelas las incluí entre lo mejore del año pasado.
Y si los anteriores os suenan demasiado contemporáneos para vuestro regalado o regalada, El hijo de César, de John Williams (traducción de Christine Monteleone, Pàmies, 2016) es una grandísima opción para viajar a la antigua Roma y adentrarte en el alma de un animal político como Augusto.
Best-sellers para no fallar…
Es verdad que, en ocasiones, es mejor recurrir a los grandes éxitos de ventas ya sea porque no conocemos lo suficiente a quien regalamos o porque así sea su gusto, o simplemente porque busca un libro atractivo para las vacaciones. El último fenómeno del género es, sin muchas dudas, Las ventanas del cielo (Planeta, 2017), sobre el que charlaba no hace mucho con su autor Gonzalo Giner: aventuras históricas y muy viajeras en el siglo XV y con el mundo de las vidrieras de las catedrales como eje.
Otra buena opción es viajar al siglo XVIII y seguir las peripecias de Jorge Juan en su faceta como espía al servicio del Marqués de la Ensenada que narra José Calvo Poyato en El espía del rey (Ediciones B, 2017). Otra que no ha tardado más que unas semanas en entrar entre lo más vendido.
¿Una de misterio?
O quizá, a la persona a la que vais a homenajear le guste la mezcla de géneros o que le queráis introducir en el género histórico a través de una historia más afín. La mezcla entre género histórico y negro siempre es efectiva. Así que os lanzo tres apuestas muy diferentes y también recientes: Las monedas de los 24, de Juan Pedro Cosano (Martínez Roca, 2017), tercera entrega de el abogado de los pobres (aunque se puede leer independientemente sin problema), y que se erige como un estupendo thriller judicial en el siglo XVIII… Y además con asesino en serie.
Mi otra opción nos llevaría a la Hispalis del siglo I. Con Muerte y cenizas (Edhasa, 2017) Teo Palacios ha logrado algo que parece mezclar agua y sal: un novela de Agatha Christie en la época romana. Lo cierto es que resulta una novela muy entretenida y bien urdida con algunos personajes ciertamente divertidos.
Y para cerrar un trepidante thriller en pleno siglo XIII: La ciudad, de Luis Zueco (Ediciones B). Tensión, misterios, ocultismo, trama política, asesinos en serie a un ritmo eléctrico, difícil de encontrar en el género histórico.
Emperadores, caballeros y artistas
Si vuestro ‘objetivo’ es de los que le gustan la épica y las batallas hay dos apuestas seguras: Santiago Posteguillo y Sebastián Roa. Sus respectivas últimas novelas La legión perdida (Planeta, 2016), sobre los últimos años de Trajano, o Las cadenas del destino (Ediciones B, 2016) son fiables apuestas seguras. No decepcionan.
Que tiene la sensibilidad totalmente contraria. Nada mejor que una novela histórica sobre genios del arte: Leonardo y Miguel Ángel, de Stephanie Storey (traducción de Pedro Santamaría, Pàmies 2016) sobre la rivalidad entre dos de los grandes del Renacimiento. Una novela apasionante.
Un plus: No ficción que se lee como una novela
El tópico entre los tópicos de la no ficción que muchos autores se empeñan en desmentir. Algunos novelistas, por malos. Y algunos historiadores por su arte a la hora de narrar. Es el caso de Tom Holland con su recientemente recuperado Rubicón, sobre la caída de la República romana, (Ático de los Libros, 2016) o su recientísimo Dinastía (misma editorial, 2017), sobre los primeros emperadores. Fascinantes y de una lectura absorbente ambos.
No nos vamos muy lejos (en la historia, se entiende) para recomendar otra de romanos, pero esta vez sobre un enemigo brillante de Roma: el rey Mitrídates del Ponto. Mitrídates el grande, de Adrienne Mayor (Desperta Ferro, 2017) es un ensayo fascinante sobre un personaje aún más fascinante. El defecto, quizá sea un tamaño de letra algo pequeño.
Y para terminar una de extraña curiosidad de la Segunda Guerra Mundial: con Japón ha ganado la guerra (Melusina, 2016), Jesús Hernández nos cuenta el surgimiento de una sangrienta secta que trataba de hacer creer a los numerosos japoneses residentes en Brasil que su patria había ganado la guerra. Una historia sorprendente, donde Hernández añade un punto de su vena periodística a la que ya nos tenía acostumbrados de historiador y divulgador.
Ahora es vuestro turno, ¿qué novelas históricas me recomendáis para regalar este domingo?
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