El escritor Luis Zueco, en Albarracín (Ediciones B)
Lo he dicho desde que arranqué este blog hace año y pico: atentos a Luis Zueco y la trilogía medieval que está pariendo. Si la primera El castillo (Ediciones B) estuvo entre mis novelas históricas del 2015, la segunda La ciudad se quedó a punto (y todavía sigo dudando) de colarse entre las de 2016.
Este escritor aragonés (una especie de hombre del Renacimiento: ingeniero, historiador, fotógrafo, novelista…) está creando una trilogía de novelas independientes que ocurren en tres espacios históricos reseñables ( y visitables en la actualidad) y en tres momentos diferentes. Su intención es mostrar la vida en la Edad Media peninsular sin recurrir a la muy manida Reconquista, aunque ésta esté presente. Muy bien pensado, ¿verdad? Pues no sólo eso, sino que además el acercamiento narrativo que hace en cada una de ellas es estudio y bien diferenciado.
Si en El castillo teníamos una obra más épica y con una estructura más tradicional en la narrativa histórica, vinculando la historia de sus protagonistas a una construcción (en este caso la del castillo de Loarre), en La ciudad nos sorprende con un trepidante thriller histórico, muy coral, vinculado a la ciudad de Albarracín y su peculiar estatus independiente entre las coronas de Castilla y Aragón.
En esta novela, Zueco hace un alarde de virtudes narrativas en el manejo del suspense y cómo utilizar las características históricas de la época como vehículos para una trama trepidante que engancha. Así entre espías, asesinos en serie, conspiraciones políticas y agentes dobles (elementos del thriller más contemporáneo) tenemos el secretismo de los gremios medievales, las rivalidades entre los reinos peninsulares, disputas religiosas e incluso la situación de la mujer en el siglo XIII. Como os dije en su momento, y el autor corroboró en un artículo hace poco, es un auténtico thriller histórico: la Historia aquí no es mero paisaje, sino es elemento de suspense.
Y lo hace bien. Zueco nos lleva con la lengua fuera, atrapados en su maraña, hasta el final, dando pocos momentos al descanso.Es verdad que, en ocasiones, esa velocidad puede resultar extrema o incluso favorecer algún elemento demasiado causal, pero el resultado resulta notable. ¿Comparamos La ciudad con El castillo? Quizá habría que decir que la de Loarre como novela es más redonda, pero la del Albarracín engancha más. Y atentos, que resulta un tanto impredecible saber qué personajes acabarán con vida.
¿Cómo concluirá su trilogía? Ya sabemos, el autor ya lo ha contado, que se ambientará en un monasterio y, por lo que me ha contado, volverá a innovar en momento histórico y mezclas de género narrativos. Lo que os decía al principio, atentos.
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