Novela histórica y thriller, ¿un matrimonio posible?

El escritor Luis Zueco, en Albarracín (Ediciones B)

Luis Zueco, autor de la estupenda El castillo, ha regresado a nuestras librerías con un apasionante thriller histórico (de los de verdad, no tipo Dan Brown) titulado La ciudad (Ediciones B, 2016). Continúa así el autor aragonés esta apasionante idea suya de hacer una trilogía de novelas independientes ambientadas en lugares señalados de la Edad Media de la Península Ibérica y que, además, sean visitables a día de hoy ( en El castillo era Loarre, en La ciudad es Albarracín y en la próxima, El monasterio, será… bueno, que sea el autor quien lo cuente más adelante). No sólo eso, si no que el autor además de variar de escenario y siglo en cada novela, está innovando en elementos narrativos: si El castillo era una novela histórica más clásica, situando el eje narrativo en una construcción; La ciudad se erige como un trepidante thriller urbano donde hay asesinatos en serie, conspiraciones políticas, secretos y personajes que no son lo que parecen. Y en el tercero, ya lo comentó el autor en su presentación en Madrid, utilizará otros elementos y estructura diferentes. Un cóctel que funciona como un tiro, realizado por uno de esos escritores que hay que seguir sí o sí ahora y en los próximos años.

Y precisamente sobre ese maridaje entre novela histórica y thriller escribe Luis este interesante artículo para XX Siglos. Que lo disfrutéis.


Novela histórica y thriller, ¿un matrimonio posible?

Por Luis Zueco | Escritor | @luiszueco

La mayoría de lectores tenemos una idea más o menos clara de lo qué es una novela histórica, podemos resumirla en que se trata de una acción ficticia en un pasado real más o menos lejano. A lo que deberíamos añadir que la novela histórica debe reconstruir, o al menos intentarlo, la época en que sitúa su acción con la mayor veracidad y rigor posible. Este sea quizá el aspecto más complejo, el que separa la calidad de las novelas históricas.

¿Y que es un thriller? Un genero para el que ni siquiera existe un termino en castellano. A grandes rasgos podemos decir que es una mezcla de suspense, misterio, a veces hasta miedo, y sobre todo acción. El thriller utiliza todos los elementos a su disposición para lograr esa mencionada acción, para que tengamos la necesidad pasar una página detrás de otra, con un ritmo siempre alto, que no de descanso al lector.

Mientras que una novela histórica necesita espacio para reconstruir la época en la que se ubica, el thriller a veces llega incluso a transcurrir en una ciudad o tiempo sin definir.

Y llega la gran pregunta, ¿puede una novela ser histórica y a la vez un thriller?

El nombre de la Rosa

Desde luego que sí, siempre que mantengamos la principal premisa del thriller, la acción. Porque como ya hemos dicho, este género es capaz de utilizar cualquier recurso para lograr esa acción, no le importa los medios, sino los resultados. Y a la vez en estas novelas también siga firme la convicción de recrear una época pasada con rigor. El unir ambos principios nos daría un verdadero thriller histórico como El nombre de la rosa de Umberto Eco.

En un thriller los personajes son sometidos a situaciones extremas para mantener al lector agarrado a las páginas. En una novela historia o incluso en una trama clásica de misterio, la trama necesita de un tiempo para sentar las bases y evolucionar, mientras que en un thriller se desarrolla todo como si fuera una carrera a contrarreloj.

Llegados a este punto, es probable que nos salte una duda. Si el thriller se apodera de la trama de una novela, ¿puede seguir considerándose histórica? ¿O las características mencionadas de este género quedan ya tan difusas y supeditadas a la acción que ya no podemos englobarla dentro de la novela histórica?

Por suerte, la ficción histórica posee una clara personalidad y una enorme flexibilidad y posibilidades. En ella puede haber acción, amor, misterio, terror, incluso fantasía. Los pilares de la novela histórica son muy firmes, precisamente por recrear de forma concisa un momento histórico. Una vez que este pasado ha sido revivido, en él podemos crear cualquier tipo de trama, y por supuesto también un thriller.

La buena novela histórica agrada tanto al lector precisamente porque es capaz de trasportarlo a un pasado real. Tiene el peso de la historia de su lado, la fuerza de una realidad que existió pero que nos parece tan lejana que al imaginarnos en ella nos obliga a viajar en el tiempo.

Para que novela histórica y thriller convivan bien hay que darle a cada genero su espacio, alternando esa acción y suspense, con la necesidad de conocer el periodo histórico, sus personajes, sus peculiaridades y sus formas de vida.

Un thriller histórico es una composición heterogénea, compleja de crear ya que es fácil dejar descompensado uno de los dos géneros. Pero este riesgo sucede siempre en la ficción histórica, donde también tenemos el peligro de crear en vez un relato de historia novelada, si le damos excesivo peso a la recreación de la época. O una biografía si nos centramos exclusivamente en un personaje histórico del que poseemos enorme información.

La novela histórica es el genero más difícil de escribir, plantea problemáticas y limites que muchos escritores no están dispuestos a asumir. Incluso que muchos periodistas y críticos rehúsan enfocar. Para poder hacer una buena critica de una novela histórica, el critico debe conocer la época en la que transcurre la época, lo cual le obliga a tener que informarse anteriormente de ese periodo histórico. Esa es la principal razón de que muchos de ellos huyan de reseñar novelas históricas.

Algo parecido sucede con los thriller históricos, en muchas ocasiones se consideran como tales novelas que no lo son.  El código Da Vinci no lo es, por mucho que se empeñen en decirlo. No hay absolutamente nada de histórico en esa novela, es un thriller sin más. Nos engañan cuando nos dicen que es histórico, pretenden dotarle con ello de una veracidad falsa, pretenden engañar al lector y nosotros lo permitimos.

La indudable ventaja de un thriller histórico, y que es la clave de su prometedor futuro, es que atesora lo mejor de dos exitosos géneros: la acción imparable con la fiel recreación de una época pasada fascinante.

Los thriller históricos tienen la dificultad de asignarles una etiqueta en las estanterías de las librerías, pero yo voy a sugerirles una sencilla solución. Señores libreros, no se compliquen la vida. Sitúen estas novelas tanto en la sección de ficción histórica como en la de novelas de misterio. Ocuparan más espacio, pero sus lectores lo agradecerán.

*Las negritas son del bloguero, no del autor del texto.

Os recuerdo que estamos eligiendo la mejor novela histórica del 2016. ¡Votad!

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