La aventura de los anónimos constructores del castillo de Loarre

Castillo de Loarre (Wikipedia)

Los castillos, al menos al que escribe, siempre le produjeron una cierta fascinación infantil. Un castillo, aunque fuera en la lejanía, desde la carretera camino al pueblo de tus abuelos o a las vacaciones, era una espacio mítico que conectaba con los cuentos, con las aventuras que leías y, según iba creciendo, con la Historia. Sus sillares, torres, almenas, sus diferentes estilos y arquitecturas… Hoy, nos vamos de excursión a uno de ellos y con un auténtico amante de estas fortificaciones.

Resulta difícil no acercarse con cierta excitación a la novela El castillo (Ediciones B, 2015) que ha escrito Luis Zueco (Borja, Zaragoza, 1979). El autor se ha marcado una novela ejemplar sobre la construcción del castillo de Loarre, en Huesca. Es una de las novelas históricas con más enganche y para públicos más amplios que he leído este año. Sencillo, directo y a triunfar. Una historia medieval con aventuras, amores, guerras, religión… protagonizada no por reyes y señores poderosos, sino por gente anónima para la Historia: un maestro de obras, un carpintero, un sacerdote, etc. Todo en línea con esa pasión ‘constructora’ (catedrales, ciudades, puentes…) que en las últimas décadas ha dado un buen puñado de best-sellers al género.

Al repasar la biografía de Luis, no extraña ni el título, ni el tema de la novela. Ingeniero y licenciado en Historia, miembro de la Asociación Española de Amigos de los Castillos (y vicepresidente de la asociación aragonesa), trabaja como director del castillo de Grisel (reconvertido actualmente en hotel)… «Las cosas parecen encauzarte hacia ahí», me responde sin darle más importancia. «En mi pueblo, Borja, había un castillo, y de pequeño jugábamos por allí. A mí siempre me ha gustado la Historia y sobre todo la Edad Media. Y el mejor símbolo de esa época son los castillos». Parece un niño que soñó de pequeño con vivir en castillos y cumplió sus sueños estudiándolos y levantándolos en la ficción.

Al final la cosa tiene más enjundia y pasión. «Es algo curioso, los castillos no están suficientemente tratados en España. Muchas veces me han llamado para recrear y buscar castillos para películas, porque no hay mucho dónde buscar. Fíjate que no había una novela sobre la construcción de un castillo. A mí eso me chocaba y llevaba muchos años con la idea en la cabeza».


¿Por qué Loarre? No hay otro castillo igual


Orlando Bloom, extasiado con Loarre, en 'El reino de los cielos'

Orlando Bloom, extasiado con Loarre, en ‘El reino de los cielos’

Y, ¿por qué el castillo de Loarre en concreto? Zueco me responde tajante: «No hay otro castillo igual, lo dice mucha gente del cine. Por mucho que veas fotografías, cuando vas allí y lo ves por primera vez, su impronta supera a cualquier imagen. La primera pregunta que te haces es por qué lo construyeron allí. ¿No había otro lugar peor? Del mismo modo, es uno de los más grandes, por eso se ha utilizado muchas veces como plató». Una de esas, quizá la más famosa, cuando Ridley Scott lo utilizó para su irregular El reino de los cielos.

«Es un caso especial», pasa ahora el escritor a la Historia. «Hay otros castillos con vida militar efímera que luego se reconvierten. Loarre tarda casi 70 años, llenos de problemas, en construirse y luego sólo funciona militarmente durante diez. Después se ha conservado muy bien y sólo tiene un estilo arquitectónico, lo que le convierte en un emblema del siglo XI».

«Es el antecedente de los grandes castillos-convento de las órdenes militares, salvo que está construido antes de que éstas existieran. En Loarre convivían monjes y soldados. Es la primera gran fortaleza que se construye en la Península», afirma.

En El castillo, Zueco describe la Reconquista como una especie de Lejano Oeste medieval, donde gentes valientes se lanzan a repoblar los nuevos y peligrosos territorios. Es una novela de frontera, donde personas especiales, como los protagonistas, arriesgan para conseguir las oportunidades que se les negarían en las más apacibles tierras de donde provienen.


La llegada de los francos es clave para que la Reconquista comience a funcionar; los reinos hispánicos no tenían capacidad para ello


No solo hispanos son esos valientes colonos. «No se suele decir mucho, pero la llegada de francos es clave para que la Reconquista comience a funcionar, porque los reinos hispánicos no tenían capacidad ni económica ni militar para ello. Cuando en la época nos empezamos a europeizar, nos abrimos a través del camino de Santiago. Ahí empiezan a recibir población y a prosperar. Eso nos debe indicar que la relación con Europa siempre ha sido esencial. Aislados no somos nadie, cuando nos ponemos de acuerdo con nuestros vecinos somos capaces de grandes gestas«. Al final, aunque muchos se empeñen en creer que la novela histórica es puramente escapista, siempre hay algún resorte que dialoga con nuestro presente.

Zueco, que tras cuatro novelas históricas parece haberle cogido el gusto, promete otra y medieval, aunque esta vez dejará los castillos y se trasladará a los espacios urbanos. «Me gustaría mostrar cómo era la vida en la Edad Media, no como nos la contaron en los colegios, sino como realmente fue con sus claros y oscuros», explica.

Le tomo la palabra. Al tiempo que miro el calendario pensando ¿cuándo podré visitar Loarre?

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2 comentarios

  1. Dice ser Rubén

    Pues el que dice que es de Borja…..ahí hay una restauradora famosa en el mundo entero. Eso sí, si deja el castillo como el Ecce Hommo igual termina pareciendose a un cuadro de Munt.

    23 diciembre 2015 | 11:17

  2. Dice ser Maria del Mar

    En Borja tenemos mas obras de arte aparte del Eccehomo, aunque gracias a Cecilia nos conocen mas.

    23 diciembre 2015 | 12:43

Los comentarios están cerrados.