‘En tiempo de halcones’: los indignados que tomaron Santiago de Compostela… en el siglo XV

Catedral de Santiago de Compostela (GTRES)

Catedral de Santiago de Compostela (GTRES)

Compostela no se desvaneció en el aire. Permaneció indiferente a los sortilegios, un bosque de campanarios, torres y tejados rodeado por una muralla recubierta de hiedra y musgo. Sobre ella destacaba la mole inverosímil de la catedral: una verdadera montaña de granito, una obra tan sólida y poderosa que solo gigantes podían haberla construido.

La ciudad era tan portentosa de lejos como fétida y caótica de cerca. Muy pronto se había dado cuenta de que Santiago era una cloaca, una madriguera de callejas de barro, paja podrida, estiércol y miseria.

Bienvenidos a Santiago de Compostela, año 1458. Hoy nuestro viaje temporal nos lo ofrece Fran Zabaleta, autor de En tiempo de halcones (Grijalbo, 2016). Para mí, una de las grandes sorpresas de lo que llevamos de año (junto con las novelas de Álvaro Arbina y Cecilia Ekbäck). Zabaleta se marca un novelón que conjuga con gracia y precisión los elementos de un best-seller (épica, batallas, amores imposibles, intrigas) con profundidad histórica y un estilo cuidado. Y no es fácil.

En tiempo de halcones, nos lleva a un revuelta popular que hubo en la ciudad de Santiago durante el reinado de Enrique IV, que unió a campesinos, burgueses, religiosos y algunos nobles contra los grandes nobles de la tierra.  Zabaleta me confiesa que comenzó con la idea de escribir una novela sobre la revuelta Irmandiña — «todos los gallegos han oído hablar de ella; otra cosa es que sepamos qué fue o cómo se desarrolló; que la mayoría, no»— .


La Irmandiña fue la primera revuelta moderna, 300 años antes que la francesa. Y nadie lo valora, porque Galicia sigue estando en el extremo del mundo


«La Irmandiña fue la primera revuelta moderna, burguesa y campensina contra la nobleza, 300 años antes que la francesa. Y nadie lo valora, porque Galicia sigue estando en el extremo del mundo. Cuando ni nosotros mismos somos capaces de darnos valor…», asegura este escritor e historiador.

EGR54144Sin embargo, la documentación sobre la revuelta que tuvo lugar años antes en Santiago cambió su dirección. «Para todos los historiadores la rebelión Irmandiña fue en 1467, duró dos años y, en ella, 80.000 campesinos expulsaron en dos meses a toda la nobleza. Según me iba documentando, eso me parecía cada vez más difícil de creer. Hablamos del siglo XV, la distancia entre Vigo y Ribadeo era de días o semanas andando. ¡Y de repente 80.000 campesinos se levantan por toda Galicia y toman en dos meses castillos y echan a la nobleza! Descubrí que nueve años antes hubo dos hermandades en Santiago y Betanzos y había personajes comunes en las dos revueltas. Me pareció bastante claro que la gran revuelta se había gestado antes, en aquellos años y que esa experiencia fue creando lazos y puentes para la posterior y mayor revuelta», me explica Zabaleta. ¿Escribirá algún día la novela sobre la Irmandiña? Ahora no está en ello, pero no lo descarta.

Desde luego, tras leer esta gran novela coral sobre la ciudad de Santiago, con decenas de personajes de todos los estratos sociales, se percibe que el autor ha acertado. La novela te arrastra como un torbellino, te adentra en su juego y te hace viajar al pasado. Viajamos desde los palacios hasta los miserables suburbios y el autor sabe dotar de personalidad y lenguaje a cada personaje. Hay vida en sus ambientes y personajes. Pero también hay un trama fuerte que atrapa al lector.


Escribí la novela en plena crisis. Recuerdo una manifestación contra los recortes en Santiago. Había tal sensación de esperanza que emocionó y quise plasmarlo en la novela


En esa época histórica, la gran nobleza está dando sus últimos estertores antes de que la llegada de los Reyes Católicos y después Carlos I los relegue a posiciones más humildes. «Eso era así, pero lo sabemos ahora. La Galicia del siglo XV era una época muy dura que a nadie le hubiera gustado vivir. Cuando Enrique Trastámara derrota a Pedro el Cruel, suprime la nobleza gallega tradicional que había apoyado a su rival y trajo nuevos nobles. Estos (los Trastámara, los Pimentel, Salvatierra, Osorio…) tenían que asentarse y eso significaba guerras, matanzas, saqueos…», asegura Zabaleta. «A eso le sumas, malas cosechas y hambrunas, y la gente estaba hasta el gorro». En la novela, hasta la ciudad de Santiago parece vivir una crisis por la bajada de peregrinos.

Un momento, un momento… Gente hasta el gorro, crisis,… ¿Seguro que estamos hablando del siglo XV? «Todo nos lleva a lo que estamos viviendo. Escribí esta novela en plena crisis. Veía todos los días noticias de recortes, abusos, corrupción… Recuerdo una manifestación a la que había ido en Santiago, era por los recortes. Había un montón de gente y tal sensación de esperanza que me emocionó. Quise reflejarlo en la novela: no hay revolución si no hay esperanza», rememora.

Si hasta hay dos titiriteros que van por los pueblos despertando conciencias. A Zabaleta esa coincidencia le hace reír: ¡Claro que me recuerdan los titiriteros de Madrid a los míos! ¡Su misión es despertar conciencias! Los de Madrid tendrían esa misma intención, pero aprovecharon un espectáculo infantil para armar jaleo», dice.

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2 comentarios

  1. Dice ser Paulo

    Me alegro de que haya una novela ambientada en uno de los momentos históricos cruciales de la historia de Galicia y de la península Ibérica, en general. En efecto, la revuelta irmandiña no sólo fue la primera revolución moderna, sino también la primera revolución moderna que triunfó, y que durante dos años puso en manos de las clases medias el gobierno de las ciudades de Galicia (hasta la contraofensiva nobiliaria, con el apoyo de la monarquía). Lamentablemente,los libros de texto sólo hablan de las guerras «comuneras» de Castilla, o como mucho de las «Germanías» de Valencia. Irmandiños? Qué es eso? Esa ignorancia interesada se transmite también a productos audiovisuales que buscan «revalorizar» la Historia, pero que sólo acaban reproduciendo los relatos historiográficos de siempre («Isabel», «Carlos», «El ministerio del tiempo»). Aunque bueno, qué se les va a pedir si los propios creadores gallegos se dedican a explotar esos mismos relatos (recuerdo una película de animación gallega sobre «El Cid», otra sobre «El Quijote»… pero ninguna sobre acontecimientos históricos propios y tan relevantes como fueron las guerras irmandiñas).
    Por cierto, la primera guerra irmandiña se produjo en la década de los 30 del siglo Xv (la llamada «Irmandade Fusquenlha», con líderes como Roi Xordo). Fracasó, pero sin duda creó el caldo de cultivo para la revuelta de 1467.

    03 marzo 2016 | 14:23

  2. Dice ser RayozZz

    Es muy interesante esto de las revoluciones irmandiñas, así como otras muchas que espero que vayan apareciendo a medida que se profundice en los hechos históricos, así como se vayan encontrando libros que no hayan sido quemados y aporten documentación…

    Aprovecho el tema de las crisis, la rebelión, las revoluciones y demás, para comentar sobre la noticia de los abusos a los traductores y correctores. Pero yo voy más allá, porque hace tiempo, comunicándome con un autor de un libro fantástico de ésos esotéricos (que si lo nombro, ya deja de ser esotérico y misterioso y por tanto no diré más, ni siquiera del tema en que trata para respetar el anonimato del escritor), me comentó que su libro no se editaba más, que la editorial se lo había quedado, y él como autor no tenía derecho a nada. Intentó comprarle a la editorial sus derechos de autor, y le subieron el precio tanto por las nubes, que le fue imposible comprarlo, y perdió casi el motivo de su vida, porque él vivía prácticamente para eso, con lo cual le robaron su vida, su libro.

    Y por eso me preocupa mucho los abusos del sistema español de editoriales y derechos de autor, y creo que la normativa inglesa es infinitamente mejor, porque jamás se discute la autoría de ninguna obra si tiene datos para demostrar que la obra es suya. Por eso creo que no se debería de permitir que las editoriales hicieran eso de bloquear libros: ni volverlos a imprimir, ni traducirlos (yo mismo me ofrecí a ello), ni devolvérselo a su autor genuino. Es como matar a los autores por las razones que sean, o publicar sólo por capricho a este o a otro autor, y una movida impresionante de corrupción, amiguismo y en definitiva de caciquismo y cretinismo.

    Por eso entiendo que, si en España se pretende cultivar la escritura y la lectura, está claro que todos los autores ha de auto-publicarse siempre, al menos hasta que tengan el suficiente nombre como para que sean tratados con un mínimo de respeto. Pero no sólo se trata mal a los correctores, traductores y editores, sino que se maltrata mucho más a los autores y a sus obras.

    Y esto es muy triste, porque eso no ayuda a fomentar la lectura, y que se escriban más cosas, que la gente pueda vivir de sus obras, que la gente se interese por ellas, por la lectura, la cultura y se convierta en una industria fuerte y sana. Por eso creo que la autoría debería de pertenecer siempre al autor, y que las editoriales sólo pudieran poseer un máximo del 49% de los derechos de autor, los demás, todos deberían de pertenecer al autor.

    Es una vergüenza que de un libro publicado, un autor sólo gane entre un 2 y un 15% como máximo…

    En fin, un comentario muy largo del tipo protesta, para llamar la atención, en un blog literario, en el que se comenta sobre rebeliones y crisis de hace 500 años… Pero no, hubo muchas rebeliones más en el mundo, una de las primeras fue en Egipto por causa de escasez de cebollas, ajos y cerveza por parte de los trabajadores de un monumento egipcio, y vaya uno a saber cuáles y cuántas y dónde revueltas más se habrán producido… Por favor, no me coman, jajaja…

    09 marzo 2016 | 09:21

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