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Entradas etiquetadas como ‘humano’

Humanos contra tecnología

Por María José Viz Blanco

Imagen promocional de la tecnología LiFi (PURE LIFI).

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Necesitamos de la tecnología para prácticamente todo en este siglo XXI en el que vivimos. Pero, cuando la máquina falla… ¿es posible encontrar soluciones?

El factor humano parece quedar relegado ante la preponderancia de lo tecnológico, aunque, paradójicamente, haya sido el propio hombre quien la haya creado para hacer la vida más fácil de sus congéneres.

Si pensamos en un coche de los que acaban de salir a la venta, sea cual sea la gama, podemos ver que tienen la mayoría de sus funciones automatizadas. Cuando todo funciona, es maravilloso, pero cuando falla alguno de esos mecanismos, manualmente no se puede conseguir que funcione prácticamente nada. Y quien dice coches dice, por ejemplo, las persianas eléctricas en nuestros hogares que, si tenemos la mala suerte de que se vaya la luz, sin haberlas subido seguimos estando a oscuras, en pleno día.
Más importancia tienen los fallos en maquinarias industriales que suponen un parón en la cadena de producción y grandes pérdidas económicas.
Es necesaria e imprescindible la mecanización en determinadas tareas y ámbitos, pero todo ello no tiene sentido sin la mano de personas físicas que sepan, por un lado, sacarles el máximo partido y, por otro, solventar posibles anomalías. No existe, pues, enfrentamiento, sino una necesidad mutua.  Estamos todos en el mismo barco, con un objetivo común: hacer la vida más cómoda y fácil.

Son ya muchos meses presenciando el dolor de los refugiados sin poder hacer nada

Por Amparo Domínguez

Patera.

Patera rescatada frente a las costas de Gran Canaria. (SALVAMENTO MARÍTIMO)

Después de la entrevista a miembros de Reporteros Sin Fronteras en la presentación de un manual de autoprotección, me han venido a la cabeza las imágenes que me llenaron de preocupación. Primero presencié el desastre de una embarcación de refugiados yéndose a pique, con varios muertos, padres gritando desgarradoramente y niños empapados con agua helada a estas alturas del invierno y llorando sin comprender nada. Acto seguido salieron imágenes de niños felices jugando con sus padres, con sus trineos en la nieve tan esperada.

Hiladas las imágenes sentí como un choque brutal. Como de culpabilidad de esa felicidad, tan legítima por otra parte. Y al oír la entrevista y los problemas de estos reporteros y fotógrafos, he pensado si no habrá ya media humanidad en su situación: con síndrome postraumático. Con posibles enfermedades mentales sin darnos cuenta. Yo tengo que retirar mi vista, cambiar de canal si me da tiempo. Y me queda algo extraño en el cuerpo. Como un vacío, como una incomprensión, como un asomo de culpabilidad al no poder hacer nada, absolutamente nada, por remediar tanta violencia. Y a esos bomberos voluntarios, detenidos por ayudar, quizá presa también ellos de ese mismo estrés, sin poder medir milla más, milla menos, en su afán de salvar vidas.

Imagino que todo eso se nos quedará en el subconsciente y algún día dirá «aquí estoy». Son ya muchos meses, muchos años, presenciando el dolor humano sin poder hacer nada. Desayunamos, comemos, cenamos, nos despertamos, nos dormimos y, si en medio de la noche ponemos la radio por saber qué hora es, siempre hay un ser humano que sufre. La sensibilidad es tan grande que he ido desterrando, por insoportable, toda escena de violencia. Se me saltan las lágrimas al ver un animalito maltratado, me da igual un toro que un galgo. Ya no tolero ni una película donde se desaten esos instintos bárbaros. Aún sabiendo su mentira. Pero me delata la verdad, me recuerda la realidad. Ya no soportamos tanto dolor. ¿No sería posible, por lo menos, acudir a una terapia donde se nos cure este síndrome constantemente lacerando nuestras vidas? ¿Nuestras almas? ¿Que a la vez que nos pasan esas imágenes se nos den pautas para asimilarlas? Si es que es posible que lleguemos a conseguirlo.

No quiero renunciar a mi derecho a estar informada, a disfrutar de mi tiempo como yo quiera. Conozco personas que han decidido no poner televisión ni radio, retiradas desde hace tiempo de la prensa escrita. Pero es tal el bombardeo que ya no te puedes evadir. Porque es demasiado dura la realidad y demasiado abundante el dolor. Quizá todos debamos comprar el libro de auto protección editado por Reporteros Sin Fronteras buscando alguna ayuda. Y favoreciendo la suya.

¡El agua es vida…y guerra!

Por Silvina Calvo Lamas

El agua es indispensable para la vida y debería ser reconocida como un Derecho Humano. El acceso al agua es básico, primordial e indispensable para el cumplimiento de los demás derechos  (a la vida, a la alimentación, a la salud, a la educación, a la igualdad de género), y para el  cumplimiento de los ODM (Objetivos de Desarrollo del Milenio).

Según la OMS (Organización Mundial de la Salud), 785 millones de personas no tienen acceso al agua y 2.500 millones no poseen saneamientos. En África, la realidad es alarmante, para el 40% de la población. En Burundi (el cuarto país más pobre del mundo), la escasez de agua es la más grande del planeta (7 de cada 10 habitantes no tienen agua potable). Ello provoca un enorme coste humano y socioeconómico. Miles de mujeres caminan muchos kilómetros diarios en su búsqueda. El agua no saneada transmite enfermedades fácilmente evitables (cólera, fiebre tifoidea, hepatitis  A, diarrea, dengue, polio, etc.). Diez mil personas mueren al día por esta causa. La mitad son niños menores de 5 años. Los más afectados, como siempre los más pobres. Hay organizaciones que in situ y en silencio, ayudan mucho para revertir esta dolorosa situación (Water Aid, Cruz Roja, Manos Unidas), pero no es suficiente…

Grifo abierto (ARCHIVO)

Grifo abierto (ARCHIVO)

El derecho al agua, para una gran parte de la humanidad  es un espejismo. Para quienes vivimos en ciudades y sólo tenemos que abrir un grifo, despilfarrando su uso, la realidad es muy diferente. En Europa se consumen más de 200 litros diarios. En USA, más de 400 litros diarios. En las regiones más pobres, no llegan a 5 litros diarios.

Las grandes potencias son plenamente  conscientes de la escasez mundial de los recursos hídricos y de la gravedad de la situación. Los países más ricos tienen sus recursos acuíferos en vías de agotamiento por la sobreexplotación y contaminados por la industria, que no cuida el medio ambiente. Depredaron sus recursos naturales, padecen sequías,  y hoy los buscan fuera. Miran hacia aquellas regiones que aún los conservan. En Sudamérica el agua dulce abunda. La región posee la cuenca del río Amazonas, del Orinoco,  de la Plata y el Acuífero Guaraní. Por lo tanto generará conflictos y  guerras…

El agua potable, a diferencia del petróleo, no tiene sustituto. Si se agota, se pierde. Si se contamina, se pierde. El agua es vida. Sin ella el planeta y los seres vivos no existirían Quien controle el agua potable, controlará la vida y la economía del mundo. El agua en este sentido, es al mismo tiempo una bendición y una maldición.

El gran desafío, será conservar este valiosísimo recurso natural que no es infinito y es condición sine qua non para la vida misma. Benedicto XVI señalaba que: “es necesario una conciencia solidaria que considere la alimentación y el acceso al agua como derechos universales de todos los seres humanos sin distinciones ni discriminaciones”. Para evitar futuras guerras, y tener una gota de esperanza… hay que reconocer el derecho humano al agua como un bien común  y no como una mercancía.