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Entradas etiquetadas como ‘radio’

Homenaje a Gaspar Rosety

Por Javier Prieto Pérez

La noticia del fallecimiento de Gaspar Rosety ha teñido de luto el mundo del periodismo deportivo y a mí me ha causado una profunda consternación. Rosety nos ha dejado con apenas 57 años, aunque nos ha donado un legado profesional impresionante.

Gaspar Rosety, en la entrega de los premios Antena de Oro 2013 (Gtres).

Gaspar Rosety, en la entrega de los premios Antena de Oro 2013 (Gtres).

Gaspar fue una de las mejores voces radiofónicas, sobre todo en la década de los 80 y 90, cuando trabajó para las principales emisoras españolas. En aquellos años, que fueron una época dorada para ese género periodístico, nos regaló infinidad de lecciones magistrales. Contaba con una voz profunda y personalísima que ponía al servicio de unas retransmisiones espectaculares, especialmente de partidos de fútbol. En ellas combinaba lirismo, épica e intensidad. Su talento, su extraordinaria dicción y su riqueza de vocabulario convertían en mágicas sus alocuciones. Siempre huyó de convencionalismos y desarrolló un estilo genuino, propio y auténtico, aglutinando en el ejercicio de su profesión todas las características del buen periodista. Sus palabras a través de las ondas conseguían el milagro de hacernos ‘ver en color’ el fútbol en la radio. Al mismo tiempo, poseía una gran personalidad.

Recuerdo sus frecuentes encontronazos con José María García en directo en el programa SuperGarcía de Antena 3 Radio. Pero su mayor virtud era la pasión por el deporte y por el periodismo que transmitía cada vez que se ponía delante de un micrófono. Con su marcha, perdemos a uno de los grandes iconos de la ‘vieja escuela’ del periodismo en estado puro. Sólo puedo decir que sin conocerle era un integrante más de mi familia, puesto que su voz me acompañó durante toda mi juventud.

Fue, es y será un referente para una generación completa de periodistas. Ahora, junto a Juanma Gozalo y Andrés Montes, organizará unas maravillosas tertulias en el cielo. Gracias maestro y hasta siempre.

 

 

Son ya muchos meses presenciando el dolor de los refugiados sin poder hacer nada

Por Amparo Domínguez

Patera.

Patera rescatada frente a las costas de Gran Canaria. (SALVAMENTO MARÍTIMO)

Después de la entrevista a miembros de Reporteros Sin Fronteras en la presentación de un manual de autoprotección, me han venido a la cabeza las imágenes que me llenaron de preocupación. Primero presencié el desastre de una embarcación de refugiados yéndose a pique, con varios muertos, padres gritando desgarradoramente y niños empapados con agua helada a estas alturas del invierno y llorando sin comprender nada. Acto seguido salieron imágenes de niños felices jugando con sus padres, con sus trineos en la nieve tan esperada.

Hiladas las imágenes sentí como un choque brutal. Como de culpabilidad de esa felicidad, tan legítima por otra parte. Y al oír la entrevista y los problemas de estos reporteros y fotógrafos, he pensado si no habrá ya media humanidad en su situación: con síndrome postraumático. Con posibles enfermedades mentales sin darnos cuenta. Yo tengo que retirar mi vista, cambiar de canal si me da tiempo. Y me queda algo extraño en el cuerpo. Como un vacío, como una incomprensión, como un asomo de culpabilidad al no poder hacer nada, absolutamente nada, por remediar tanta violencia. Y a esos bomberos voluntarios, detenidos por ayudar, quizá presa también ellos de ese mismo estrés, sin poder medir milla más, milla menos, en su afán de salvar vidas.

Imagino que todo eso se nos quedará en el subconsciente y algún día dirá «aquí estoy». Son ya muchos meses, muchos años, presenciando el dolor humano sin poder hacer nada. Desayunamos, comemos, cenamos, nos despertamos, nos dormimos y, si en medio de la noche ponemos la radio por saber qué hora es, siempre hay un ser humano que sufre. La sensibilidad es tan grande que he ido desterrando, por insoportable, toda escena de violencia. Se me saltan las lágrimas al ver un animalito maltratado, me da igual un toro que un galgo. Ya no tolero ni una película donde se desaten esos instintos bárbaros. Aún sabiendo su mentira. Pero me delata la verdad, me recuerda la realidad. Ya no soportamos tanto dolor. ¿No sería posible, por lo menos, acudir a una terapia donde se nos cure este síndrome constantemente lacerando nuestras vidas? ¿Nuestras almas? ¿Que a la vez que nos pasan esas imágenes se nos den pautas para asimilarlas? Si es que es posible que lleguemos a conseguirlo.

No quiero renunciar a mi derecho a estar informada, a disfrutar de mi tiempo como yo quiera. Conozco personas que han decidido no poner televisión ni radio, retiradas desde hace tiempo de la prensa escrita. Pero es tal el bombardeo que ya no te puedes evadir. Porque es demasiado dura la realidad y demasiado abundante el dolor. Quizá todos debamos comprar el libro de auto protección editado por Reporteros Sin Fronteras buscando alguna ayuda. Y favoreciendo la suya.

Que la voz nos acompañe

Por Samuel García

Constantino RomeroSe apagó la voz, la gran voz de los medios. El icono del doblaje español, actor, locutor, presentador y un profesional de oro: Constantino Romero. Un adiós a la voz que dejamos entrar en casa en películas con cara de Mufasa, Clint Eastwood, Terminator o el mismísimo Darth Vader.  La voz de muchos anuncios. La voz que ha escuchado y escucharán muchas generaciones. La voz única, excepcional y probablemente irrepetible. Un adiós que a nadie ha dejado indiferente. Gracias por tu trabajo, gracias por tu voz.  Descanse en paz.