El sexo no es tan importante. ¿De veras? Durante mi adolescencia, recuerdo una conversación sobre sexualidad con mi madre en la que me decía algo como, «bueno el sexo realmente no es tan importante. A veces es más gozoso una caricia o una muestra de ternura que el sexo en sí». La escuché tomando nota, diciéndome que vale pero que lo averiguaría por mi misma.
En Occidente, se mezclan una visión de la sexualidad que convierte los cuerpos en objetos y la práctica sexual en un mero deporte, con un poso de menosprecio por el cuerpo y lo sexual de raíces religiosas. En cambio en otras concepciones como la del Budismo o del Taoísmo el sexo se considera una dimensión sagrada que nos conecta profundamente a la vida, y a la que acercarse con respeto y devoción.
En mi acompañamiento de coach integral, la sexualidad es una dimensión más a explorar y a menudo a trabajar. Las personas que están desconectadas de su sexualidad, están desconectadas de su deseo: no saben lo que quieren y por tanto no pueden crearlo.
Recientemente acompañaba a través del coaching a una persona preocupada por cómo se había deteriorado su relación de pareja. Me explicaba como los encuentros sexuales se habían, sin quererlo, caído de la agenda. «Bueno, yo me voy a dormir más tarde, mi pareja más pronto y mira, no nos encontramos», me decía. Ninguno de los dos se responsabilizaba del estado de las cosas.
CUANDO EL SEXO CAE DE LA AGENDA
Aunque común en muchas parejas – yo caigo en él de forma periódica – olvidar la práctica sexual es un error garrafal. Las relaciones sexuales no son algo que ocurren y ya, como en las películas. Son algo a cultivar. A nutrir. A explorar. Una dimensión de la pareja en constante evolución y que la mantiene en contacto íntimo más allá de los encuentros en si. Aunque en la pareja, el sexo no lo es todo, sin él, la pareja no prospera.
TRES PAUTAS PARA ACTIVAR TU DESEO
Por ello te doy tres pautas para activar tu deseo sexual y compartirlo con tu pareja como la más sublime de las invitaciones:
- Conecta con tu deseo e intención. Siéntelo en tu cuerpo. Expándelo a todas tus células a través de la respiración. Lleva el deseo en tu piel como la mejor ropa.
- Quítale a tu mente las llaves de tu sexualidad y dáselas a tu cuerpo. Deja que él sea tu embajador y hable por ti. Goza de los gestos, las caricias, las miradas…son el camino que, sabio, tu cuerpo está trazando.
- Recibe aquello que viene a ti. Es tan importante desear, como darnos permiso para recibir aquello deseado. Tu deseo ha generado una respuesta en tu pareja que ahora viene a ti. Recíbela abierto: sin juicios ni comparaciones.
El deseo sexual no es deseo sin más. Es la misma fuerza del universo del que formamos parte, pulsando a través nuestro. Por ello, honrar esta fuerza dándole el lugar en que se merece en nuestro día a día es honrar la vida.
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Esto es peor que la basura de artículos del lameculos gus hernandez. Qué rabia que te paguen por esto. Seguro que tienes un libro de coaching y esas mierdas.
14 mayo 2021 | 9:04 am
Yo diría que el primer error es restringir al sexo al dormitorio y a las horas nocturnas…
14 mayo 2021 | 9:42 am
Chica no se pueden decir mas tonterías en menos espacio, eso si si así te ganas la vida Ole por ti.
14 mayo 2021 | 10:20 am
Una cultura reprimida, donde el pezón de la mujer es estigma y donde no se pueden ver ni siquiera imágenes de desnudos humanos en común porque les asusta, el sexo queda sumido en la tenebrura. Ya se podrán escribir millones de artículos, que la vergüenza, la represión y el oscurantismo no deja la mente despierta y clara ante lo normal que debería ser. 2021… recuerdo que hubo una tal Doctora Ochoa en la tele hablando de sexo… y mira, aún en las mismas o peor.
16 mayo 2021 | 2:20 pm