Entradas etiquetadas como ‘intimidad’

El coraje de mostrarse vulnerable, curioso y auténtico

Estoy en el hospital para que me saquen sangre. Ya en la consulta, me saluda sin mirarme una joven a rozar de la treintena, de apariencia andrógina, pelo corto y mechas blancas. Su tono es amable. Como te llamas le digo, Lucía, me responde sorprendida, como si esta pregunta no entrara en el guión de la obra. ¿A ver tus venas? Sí, están bien, me dice. Me ata la goma al brazo y me dice de apretar el puño. No, no tengo miedo al pinchazo, pero transpiro vulnerabilidad.

Mientras sus manos me preparan para el pinchazo, sus tatuajes en el brazo me llaman a gritos. Ambos contienen letras pero no consigo leerlas. Te puedo preguntar qué dicen los tatuajes, le digo a media voz. Claro, uno es el nombre mi hermana, Iris, la persona a quien más quiero en el mundo. La intensidad de su expresión y la fuerza de sus palabras me conmueven. Me cuenta que fue su hermana la que por sorpresa, se tatuó primero el nombre de ella. A raíz de eso, decidió imitarla grabándose para siempre su nombre en la piel.  El otro dice deseo de libertad en inglés, me relata. En inglés porque le gustaba cómo sonaba. El tatuaje no necesita explicación, dice la mirada de complicidad que nos junta: ¿Quién no desea ser libre?

(Armand Khoury, UNSPLASH)

Su compartir honesto, a raíz de mi curiosidad han creado un espacio íntimo entre nosotras. Ya no somos dos extrañas, realizando procedimientos anodinos e impersonales. Somos dos seres humanos que han coincidido unos minutos en este planeta, durante su única y efímera vida. Y en ese encuentro, hemos visto la humanidad en la otra.

¿Qué facilitó esta experiencia? Varios factores y todos tienen un denominador común: el coraje. El coraje de mostrarse vulnerable, sabiéndonos frágiles y mortales. El coraje de dejarse guiar por la curiosidad genuina más allá de guiones sociales preestablecidos. Y el coraje de compartirse auténticamente, sin caretas ni filtros.

Si te preguntas para qué sirve hacerlo, ponlo en práctica y lo descubrirás.

Te puede interesar:

Encuéntrame en FacebookInstagram y Twitter.

Cristóbal Colón y por qué consolidarte en el trabajo es clave para ser feliz

“Soy Cristóbal Colón, vengo del manicomio con catorce enfermos mentales y queremos montar una empresa” No, no es un chiste, es un caso real que se estudia desde hace años, en las principales escuelas de negocios. Cristóbal Colón es psicólogo y cofundador de La Fageda, la empresa que fabrica y vende 100 millones de deliciosos yogures al año. Cuando uno asiste a una conferencia de Cristóbal Colón es fácil dejarse cautivar por la sabiduría, pragmatismo y audacia del orador. Una de las conceptualizaciones más interesantes es su perspectiva sobre el trabajo: “El trabajo podría ser una herramienta fundamental de rehabilitación para personas con discapacidad psíquica”. Más allá de la capacidad rehabilitadora del trabajo, según constato cada día en mi práctica de coaching, el trabajo es una dimensión que no solamente nos mantiene cuerdos, sino como demuestran estudios de desarrollo adulto es una de las claves para llegar a la madurez en plena forma, junto con la capacidad de intimidad y el sentido de identidad.

CONSOLIDARSE ES LA CUESTIÓN

Según estudios de desarrollo adulto, es tan importante trabajar, como consolidarse en el trabajo. Consolidarse, tiene que ver con mantener un hilo conductor coherente en relación al trabajo durante la mayor parte de la vida adulta. Para consolidarse en el trabajo hacen falta , según Vaillant1, cuatro requisitos: comprometerse, contentarse, compensación y competencia. Vamos a verlos:

(Oppo find x5, UNSPLASH)

COMPROMETERSE

Cuando doy charlas sobre propósito personal, una pregunta frecuente es cómo estar seguro que uno ha dado con la actividad que responde a su propósito, como si dar con el propósito se tratase de descubrir el Santo Grial. Aunque aquello en lo que trabajamos es relevante, lo es más el cómo trabajamos y nuestro grado de compromiso con el mismo.

En la vida tienes que elegir, mojarte, también en el trabajo. Lo contrario es dudar todo el tiempo y cambiar a menudo de trabajo rompiendo el hilo conductor entre un trabajo y otro. Para comprometerse en el trabajo es necesario sacrificar alternativas posibles y dar el cien por cien de uno mismo allí donde estés.

CONTENTARSE

Todos los trabajos tienen periodos más difíciles, otros más monótonos, algunos enriquecedores. Contentarse consiste en aceptar los altos y bajos de cualquier trabajo y esforzarse en lo que uno hace como si de ello dependiese la salvación de la humanidad porque créeme, de ello depende parafraseando a Joan Maragall2.

COMPENSACIÓN

La compensación por trabajar tiene muchas formas. La compensación económica es relevante pero no la más importante, como demuestra el trabajo de voluntariado. El trabajo nos da una rutina que ordena nuestra vida. El trabajo enriquece nuestro sentido de identidad a través de una profesión y/o por pertenecer a una organización con un fin más allá de nosotros mismos. Y fundamental, trabajar nos entreteje en una matriz de relaciones significativas con otras personas.

COMPETENCIA

Ser competente tiene que ver con un buen desempeño en el trabajo. Significa aprender «el cómo» desempeñar cierto trabajo y esforzarse en la mejora constante. Da igual que seas conductor de autobús, comercial, o músico, es la práctica la que hace la excelencia. La práctica sostenida nos permite conocer en profundidad una organización, una profesión, un sector, un cliente. Y esa profundidad tiene valor. Es esa profundidad la que te permite consolidarte en tu trabajo, y más adelante ser generativo, es decir, “guiar de forma altruista a las generaciones venideras”3.

Cristóbal Colón y las personas que trabajan en La Fageda lo tienen claro: su trabajo es mucho mucho más que un trabajo. Si eres del género humano, no te engañes, estás en el mismo club. Por esta razón, consolidarte en el trabajo no es solamente la solución a muchos de tus males, sino también una de las claves para ser feliz.

Te puede interesar:

Encuéntrame en FacebookInstagram y Twitter.

(1) “Aging Well” (2002) de George E. Vaillant

(2) Poema «Elogio del vivir»

(3) “Outliving the Self: Generativity and the Interpretation of Lives” (1984), John Kotre

 

¿Empiezas una relación íntima estable? Asúmelo, discutir es vuestra tarea fundamental

En el universo no existen dos planetas de igual masa, diámetro y composición. Los planetas están en movimiento entre sí y es la tensión  gravitacional lo que los mantiene en órbita. Los humanos, como cuerpos terrestres – y cósmicos- que somos, también funcionamos de una guisa similar. Cuando entramos en relación, la distinta naturaleza y estadio evolutivo de cada uno determinan la forma y el tipo de la dinámica de la relación.

Pablo, a quien acompaño a través del coaching, me comentaba en sesión: “desde que empezamos a salir hace dos años me dejado llevar bastante por Luis – su pareja-, pero ahora con la paternidad a la vista, siento que no puedo seguir así y que tengo que empezar a expresar más mis deseos y necesidades. El problema es que cuando lo hago, Luis se enfada” me decía contrariado.

INTIMIDAD

Entablar una relación íntima – de pareja o de amistad – solo es posible cuando hemos desarrollado una identidad mínimamente autónoma, es decir, saber quién soy, mis valores y lo que quiero. Con la intimidad, al reconocernos como un ser diferente, nos abrimos a otra persona. En este abrirnos pueden suceder dos cosas contrapuestas. La primera es que uno de los dos, afloje su identidad para fundirse en el otro, lo que resulta, por muchos motivos, un grave error. La segunda opción y la deseable, es que el sentido de identidad de ambos se expanda y transforme para incluir a la relación.

Hombre y mujer discutiéndose

(Afif Kusuma, UNSPLASH)

DISCUTIR PARA CRECER

¿Pero cómo ocurre esta expansión de identidad? Pues a través de la confrontación y la tensión. Cada persona es un planeta con una particular forma de funcionar o cultura familiar. Para expandir el propio sentido de identidad es necesario confrontar y explorar conjuntamente la cultura familiar de cada uno para crear una que funcione para la relación.

Al comentario de Pablo en referencia al enfado de Luis le dije “Me parece normal que se enfade. Discutiros es vuestra tarea principal ahora que la relación se ha vuelto estable. Pelear sin dejar de amaros”. Cuando hablo de discutir, me refiero al proceso de crear la propia cultura de pareja/familia a través de conversaciones. Este proceso, que en parejas que funcionan está siempre vivo, no es un proceso fácil, ni relajado, pero es imprescindible para que la relación funcione y sus miembros florezcan en ella.

CUIDADO CON EL CORTOCIRCUITO

El problema de la necesidad de discutir para generar una nueva cultura familiar es que nos pilla desprevenidos. Nadie nos avisa que esta va a ser una de nuestras tareas al entrar en una relación comprometida y que está bien que así sea. Por esta razón, cuando surgen las peleas, y sube la tensión en relación, nos atacan todo tipo de pensamientos del estilo: “esto no a funcionar”, “si fuese el amor de mi vida no sería tan difícil”, “otra vez una pelea…vamos de mal en peor”…que pueden cortocircuitar el proceso.

Cuando te encuentres en esta situación, te animo a soltar cualquiera de los pensamientos anteriores y en su lugar tomar la perspectiva: “estamos frente a una oportunidad de crecimiento mutuo, que sentará las bases para todo lo que vendrá. Voy a hacerlo lo mejor que pueda.” Porque así es. Encarar las diferencias y tensiones cuando es el momento es como tener a la relación en el gimnasio haciendo pesas: la intimidad se os dará cada vez mejor. Además, contar con una relación sólida y auténtica es de las cosas que más sentido dan a la vida y un ingrediente básico para llegar a la madurez de forma generativa.

Te puede interesar:

 

Encuéntrame en FacebookInstagram y Twitter.

Cuando el sexo lo es todo: activa tu deseo con estas tres pautas

El sexo no es tan importante. ¿De veras? Durante mi adolescencia, recuerdo una conversación sobre sexualidad con mi madre en la que me decía algo como, «bueno el sexo realmente no es tan importante. A veces es más gozoso una caricia o una muestra de ternura que el sexo en sí». La escuché tomando nota, diciéndome que vale pero que lo averiguaría por mi misma.

En Occidente, se mezclan una visión de la sexualidad que convierte los cuerpos en objetos y la práctica sexual en un mero deporte, con un poso de menosprecio por el cuerpo y lo sexual de raíces religiosas. En cambio en otras concepciones como la del Budismo o del Taoísmo el sexo se considera una dimensión sagrada que nos conecta profundamente a la vida, y a la que acercarse con respeto y devoción.

En mi acompañamiento de coach integral, la sexualidad es una dimensión más a explorar y a menudo a trabajar. Las personas que están desconectadas de su sexualidad, están desconectadas de su deseo: no saben lo que quieren y por tanto no pueden crearlo.

Recientemente acompañaba a través del coaching a una persona preocupada por cómo se había deteriorado su relación de pareja. Me explicaba como los encuentros sexuales se habían, sin quererlo, caído de la agenda. «Bueno, yo me voy a dormir más tarde, mi pareja más pronto y mira, no nos encontramos», me decía. Ninguno de los dos se responsabilizaba del estado de las cosas.

Pies en la cama

(Womanizer WOW tech, UNSPLASH)

CUANDO EL SEXO CAE DE LA AGENDA

Aunque común en muchas parejas – yo caigo en él de forma periódica – olvidar la práctica sexual es un error garrafal. Las relaciones sexuales no son algo que ocurren y ya, como en las películas. Son algo a cultivar. A nutrir. A explorar. Una dimensión de la pareja en constante evolución y que la mantiene en contacto íntimo más allá de los encuentros en si. Aunque en la pareja, el sexo no lo es todo, sin él, la pareja no prospera.

TRES PAUTAS PARA ACTIVAR TU DESEO

Por ello te doy tres pautas para activar tu deseo sexual y compartirlo con tu pareja como la más sublime de las invitaciones:

  • Conecta con tu deseo e intención. Siéntelo en tu cuerpo. Expándelo a todas tus células a través de la respiración. Lleva el deseo en tu piel como la mejor ropa.
  • Quítale a tu mente las llaves de tu sexualidad y dáselas a tu cuerpo. Deja que él sea tu embajador y hable por ti. Goza de los gestos, las caricias, las miradas…son el camino que, sabio, tu cuerpo está trazando.
  • Recibe aquello que viene a ti. Es tan importante desear, como darnos permiso para recibir aquello deseado. Tu deseo ha generado una respuesta en tu pareja que ahora viene a ti. Recíbela abierto: sin juicios ni comparaciones.

El deseo sexual no es deseo sin más. Es la misma fuerza del universo del que formamos parte, pulsando a través nuestro. Por ello, honrar esta fuerza dándole el lugar en que se merece en nuestro día a día es honrar la vida.

TE PUEDE INTERESAR

Encuéntrame en  Facebook y en Instagram.