Quién fue… Alberto Spencer: el olvidado crack que aún es el máximo goleador de la historia de la Libertadores

Alberto Spencer (WIKIPEDIA).

Si a cualquier aficionado al fútbol le preguntamos por los 10 o incluso 20 mejores jugadores sudamericanos de la historia, apuesto a que poquísimos incluirían al protagonista de hoy. Y eso que lo merecería con creces. Es Alberto Spencer.

Alberto Pedro Spencer Herrera nació el 6 de diciembre de 1937 en Ancón, Santa Elena (Ecuador). Su padre era un jamaicano de origen británico. A los 15 años ya jugaba como delantero en el Everest, un club de Guayaquil. En 1958 fue cedido al Barcelona de esa misma ciudad para jugar un cuadrangular amistoso en el que también participaba uno de los grandes del continente: el Peñarol uruguayo.

Los técnicos aurinegros se quedaron prendados de Spencer y empezaron a trabajar para ficharlo antes de que acabara incluso el torneo. Ambidiestro, gran cabeceador (le llamaban ‘Cabeza Mágica’), con buena técnica y buen movimiento sin balón, Spencer estaba llamado a marcar una época en el conjunto de Montevideo.

Debutó con Peñarol en 1959, el mismo año en el que fue convocado por primera vez por la selección ecuatoriana. En su primer año ya ganó la liga uruguaya. Y en el segundo. Ese 1960, además, logró su primera Libertadores de América, de la que fue máximo goleador. Peñarol volvió a ganarla al año siguiente, en 1961, al igual que la liga uruguaya. En total, ganó ocho campeonatos locales en diez temporadas, más tres Libertadores, porque además de las de 1960 y 1961, los manyas ganaron también la de 1966.

La Libertadores era la competición fetiche de Spencer: en 87 partidos (también la disputó con el Barcelona de Guayaquil antes de retirarse) marcó 54 goles. Aún hoy es el indiscutido máximo goleador de la historia de esta competición.

Pelé y Spencer en un Santos vs Peñarol de la Libertadores de 1962 (WIKIPEDIA).

A estos títulos hay que sumarles dos Intercontinentales, las de 1961 (Peñarol derrotó al Benfica con dos goles de Spencer en la vuelta) y la de 1966 (Peñarol derrotó al Real Madrid y en esta ocasión dos en la ida y uno en la vuelta en el Bernabéu).

¿Cómo puede ser que un jugador así no se fuera a Europa? Evidentemente era otra época, pero aun así, estuvo muy cerca de irse al Inter de Milán, si bien Peñarol no lo dejó escapar. En 1971 firmó por el Barcelona de Guayaquil de su país y se retiró en 1972.

Curiosamente, Spencer no solo jugó con la selección de Ecuador, sino que también lo hizo con la de Uruguay. Como sabéis, en aquella época las normas para las internacionalidades no eran tan estrictas como ahora, pero el caso de Spencer es aún más curioso, porque él simultaneó ambas selecciones. Con Ecuador jugó 11 partidos y marcó cuatro goles y con Uruguay jugó 5 encuentros y metió un tanto, curiosamente en un amistoso en Wembley ante Inglaterra, convirtiéndose así en el primer jugador nacido en Ecuador en marcar un tanto en tan selecto escenario.

Tras una breve experiencia como entrenador en su país, Spencer se estableció en Montevideo y fue elegido cónsul de Ecuador en Uruguay.

Ya en el siglo XXI, en concreto en septiembre de 2006, Spencer sufrió un infarto de miocardio mientras se hacía un chequeo cardiaco y dos meses después, ingresado en un hospital de Cleveland, Estados Unidos, moría. Era el 3 de noviembre de 2006 y tenía 68 años.

Como os decía, Alberto Spencer está considerado como uno de los grandes olvidados del fútbol mundial, con un palmarés que no lo justifica. Dos años antes de su muerte, fue elegido por la IFFHS como 20º mejor jugador sudamericano del siglo XX y ese mismo año, Pelé fue muy criticado por no incluirlo en la lista de los 100 mejores jugadores vivos. No haber jugado en Europa y no haber disputado nunca ningún Mundial fue, según los historiadores de fútbol, su principal hándicap para tener el reconocimiento que merece.

Así que espero que por mi parte y la de los lectores de este blog, el señor Alberto Spencer sí pueda ser reconocido. Hasta la semana que viene.

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