Quién fue… Alice Coachman: oro sobre ébano (por primera vez)

Alice Coachman, con el uniforme del equipo olímpico (YOUTUBE).

Alice Coachman, con el uniforme del equipo olímpico (YOUTUBE).

Cada vez me quedan menos mujeres pioneras por sacar, la verdad. También he hecho muchos artículos sobre deportistas que rompieron barreras raciales. Y unos cuantos sobre hitos olímpicos. Pues bien, el artículo de hoy une las tres cosas. Su protagonista es Alice Coachman.

Nacida el 9 de noviembre de 1923 en Albany, Georgia, Alice Marie Coachman creció en una familia de diez hijos. Desde muy niña mostró interés por el atletismo, pese a las reticencias de sus padres. A pesar de ello, pudo formarse como atleta, pero siempre por su cuenta: corriendo por carreteras y zonas verdes, ya que por ser negra no podía acceder a las pistas de atletismo. Pero ya tenía una modalidad favorita: el salto de altura.

El entrenador de atletismo de su instituto se dio cuenta de sus cualidades y la ayudó a mejorar sus condiciones. Gracias a ello, le ofrecieron entrar en la Universidad de Tuskegee, en Alabama. Sus padres accedieron y al poco, Coachman batió el récord de salto de altura de la Universidad. Lo curioso es que lo hizo descalza, que era como entrenaba en su infancia en Albany.

Alice Coachman, en su vejez (YOUTUBE).

Alice Coachman, en su vejez (YOUTUBE).

Como parte de la Unión de Atletas Amateurs, se convirtió en campeona nacional de 50, 100, 400 metros y salto de altura. Por desgracia para ella, en su mejor momento de forma estalló la II Guerra Mundial, por lo que no se celebraron citas olímpicas ni en 1940 ni en 1944.

Sí pudo llegar a los Juegos de Londres de 1948, los primeros tras la guerra. Allí, con un salto de 1,68 metros, logró la medalla de oro, por delante de la británica Odam y de la alemana Ostermeyer. El rey Jorge VI le hizo entrega la medalla, acompañado de la futura Isabel II. Era la primera vez que una mujer de raza negra se colgaba un oro olímpico.

De regreso a Estados Unidos, fue recibida por el presidente Harry S. Truman. Curiosamente, en su pueblo, regido todavía por la segregación racial, recibió un tibio homenaje, hasta el punto de que el alcalde ni siquiera le dio la mano. Sea como fuere, Coachman acabó sus estudios en Alabama y dejó el atletismo. Dicen los expertos que, de haber habido citas olímpicas en 1940 y 1944, estaríamos hablando de una de las mejores atletas de todos los tiempos.

En 1952 empezó a trabajar para Coca-Cola como portavoz de la compañía, siendo la primera mujer negra en ocupar un cargo semejante. Años después, creó una fundación con su nombre, para apoyar a jóvenes atletas en sus inicios.

El pasado 14 de julio, Alice Coachman falleció a los 90 años en su Albany natal. A día de hoy, su legado sigue vivo, ya que uno de los colegios de su localidad lleva su nombre.

Os dejo con imágenes de Coachman en los Juegos de Londres:

Buen fin de semana.

8 comentarios

  1. Dice ser Antonio Larrosa

    Fué un ejemplo de superación merecedora de mayores premios de los que tuvo.

    Clica sobre mi nombre

    14 noviembre 2014 | 08:38

  2. Dice ser AreaEstudiantis

    Buenísima historia, un gran ejemplo. Increíble que pudiera saltar tanto descalza.

    http://areaestudiantis.com

    14 noviembre 2014 | 09:13

  3. Dice ser PEDRALBES

    Hola a todos

    Gran historia la de hoy, no sabía nada acerca de ella. Edu, me ha encantado lo de «oro sobre ébano»

    Saludos y buen finde

    14 noviembre 2014 | 10:13

  4. Dice ser Loshovic

    Muy interesante la entrada de hoy. Un servidor no conocía a la prota del post.
    Por cierto, esa mención de que la suspensión de los juegos del 40 y del 44 la cogieron en su mejor estado de forma me ha hecho preguntarme a qué edad se alcanza la plenitud física en esta especialidad de salto de altura. Un servidor habría dicho que mejor con 24 años que tenía en 1948 que con 20 que tendría en 1944 o que los 16 de 1940. Bueno pues si los datos de la güiquipedia son fiables resulta que sí, pero no. O sea, la edad media de las campeonas olímpicas de salto de altura está más cerca de los 24 años, en concreto 25,26 (si mis cálculos no son erróneos) pero también es verdad que la amplitud de los registros de edad es muy grande. Hay una campeona con 31 años (la checa Kostadinava en Atlanta 96) y varias con 30, pero también las hay con 20, 18 ¡y, efectivamente, una con 16! (la alemana Ulrike Meyfarth en Múnich 72) curiosamente esta misma atleta volvió a ser campeona 12 años después, con 28 años en Los Ángeles 84.
    Así que ¿cuál es la edad ideal para hacer salto de altura? depende. ¿Podría haber ganado el oro la prota de hoy en los juegos no celebrados en 1940 y 1944? parece que sí.

    14 noviembre 2014 | 11:45

  5. Dice ser Cris

    Muy buena historia de viernes. No conocía a la protagonista de nada.

    14 noviembre 2014 | 12:27

  6. Dice ser lLuis Alzado

    Con lo fácil que es amarse los unos a los otros, sobre todo sino entendemos de colores. Otro Alcalde que miraba para ver si distinguía el blanco del negro. Saludos.

    14 noviembre 2014 | 19:07

  7. Dice ser igesar75

    Interesante saber quién fue la primera mujer de raza negra en ganar un oro, sinceramente nunca me lo había preguntado jejeje, y en el caso de esta mujer con muchísimo mérito ya solo contando con la escasez de medios técnicos de los que dispuso. Una campeona con letras mayúsculas.

    Buen análisis, amigo Loshovic jejeje. Bueno, me da la impresión que en esta especialidad se puede rendir a un grandísimo nivel hasta una edad ya ciertamente avanzada y que el carnet de identidad no importa demasiado, no hay más que mirar el caso de nuestra Ruth Beitia. Actualmente está en el punto cumbre de su carrera deportiva (solo en el 2014, campeona de Europa, bronce en el mundial de pista cubierta, etc) a unos fantásticos 35 años. O sea que todo hace indicar que salvo lesiones u otros imprevistos, todavía le quedan un par de años (es decir, que a los juegos de Rio 2016 debería llegar sin problemas) al máximo nivel.

    17 noviembre 2014 | 09:09

  8. Dice ser ruomalg

    Otra deportista rompiendo barreras, esta sección no defrauda. Lo del «homenaje» recibido me recuerda el trato que recibió Jesse Owens a su regreso de Berlín (de donde venía de humillar a los «superhombres» arios promocionados por el III Reich), al que ni siquiera el presidente Franklin Roosevelt felicitó, preocupado de la reacción de sus votantes del sur si daba sus felicitaciones a un negro. Afortunadamente, la gente (en su mayoría) evoluciona, y hoy estas escenas de discriminación no son ya tan comunes como antes.

    17 noviembre 2014 | 09:20

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