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Casi enteros: un blog sobre los medios de comunicación, la publicidad, su papel en la financiación de los medios, la investigación y otros temas relacionados con todo esto

Robots y fraude en Internet

Internet, donde todo se puede medir, donde todo deja huella, habría podido ser el medio más transparente del mundo pero (como escribió Paul Virilio, todo avance tecnológico nace al mismo tiempo que su accidente) no lo es.

Es también un buen campo para los tramposos que, aunque relativamente no sean muchos, hacen mucho daño.

Leía hace pocos días en Bez, un diario que cada vez me gusta más, que

Las cifras de lectores (también conocidos como usuarios únicos) que se atribuyen algunos medios de comunicación son incompatibles con la realidad que dibuja el Centro de Investigaciones Sociológicas.

Después de analizar las cifras del CIS (un 60% de los españoles no lee ningún diario y el 60,5% de los que sí lo hacen, leen diarios en papel) el articulista se preguntaba ¿de dónde salen las abultadas cifras que algunos digitales se atribuyen?

Su respuesta: De máquinas que generan irrealidad y mentira.

Desgraciadamente es así. Hace ya muchos años que conocemos la existencia de granjas de likes, de seguidores, de servidores…y de robots.

Imagen con la que Mediatics ilustra su artículo

Imagen con la que Mediatics ilustra su artículo

Un robot puede visitar cientos de sitios en un segundo, inflando así las cifras de lectores de una manera desaforada. Pero aunque esas visitas aumenten mucho el número de usuarios únicos, esos robots no son lectores y los anunciantes no deberían pagar por ellos. No sé si siempre lo saben.

Yo soy bastante activo en Twitter; tengo poco más de dos mil seguidores, espero que la mayoría de ellos interesados en (al menos algunas de) las cosas que publico. Cada poco tiempo recibo un mensaje que me ofrece comprar mil seguidores por diez euros. Es fácil y barato pero ¿para que me serviría aparte de para engañarme a mí mismo? (Hacerme trampas en el solitario, decía uno de mis mejores jefes).

A un medio, inflar su número de visitas le sirve para aumentar sus ingresos publicitarios si la compra-venta no se hace con rigor.

En el pasado julio, Miguel Ángel Ossorio Vega denunciaba este hecho en Mediatics, otra publicación que me parece sumamente interesante:

Millones de robots visitan páginas web de manera masiva para aumentar las visitas y revalorizar los espacios publicitarios por los que las marcas invierten millones de dólares al año… confiando en que sean humanos quienes vean sus anuncios.

No es nada nuevo; existe desde los primeros tiempos de la Internet comercial pero con el paso del tiempo va adquiriendo una importancia cada vez mayor. En el artículo se refleja una estimación del volumen que puede llega a representar ese fraude: 50.000 millones de dólares en el año 2025.

Los robots son cada vez más sofisticados para simular un comportamiento humano, así que se vuelven más difíciles de detectar, aunque la tecnología de detección también avanza. Pero creo que esa no es la mayor dimensión del problema; el mayor problema es que ni siquiera se intenten detectar y los editores sigan intentando aprovecharse de ese fraude.

4 comentarios

  1. Dice ser Antonio Larrosa

    A mi humilde web van cada més unos cuarenta mil lectores y no tengo publicidad, pero ahora pienso que eso no importa nada si solo leen mis novelas menos del 1 por ciento de es cantidad. ¿Serán robots?

    Clica sobre mi nombre

    08 octubre 2016 | 17:34

  2. Dice ser está todo inventado

    Es lo mismo que generar contenido basura y sin rigor para lograr que haters & cia paseen por la web de turno, dígase 20minutos.

    09 octubre 2016 | 00:38

  3. Dice ser parte interesada

    Lo que dice ese en marketingnews es un sentido lamento, la única solución para que sea feliz y se encuentre a gusto pasa por que el anonimato en internet solo sea un recuerdo, ya van y están las cosas en esa dirección, pero parece que no es suficiente. La ética y la publicidad nunca irán de la mano, obviamente la publicidad no es un ente abstracto, detrás de esa palabra hay personas, algunas falacia en mano lloran, lloran y vuelven a llorar. Y ya se sabe que hay quien es sensible al llanto y viendo llanto se pone a consolar sin saber ni preguntar.

    12 octubre 2016 | 00:45

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