Archivo de la categoría ‘Salud’

Las marchadoras del pañuelo blanco

Por María Gobern María Gobern

Hace unos cuantos fines de semana tuvo lugar la 5º edición del Oxfam Intermón Trailwalker en Girona, una marcha solidaria de 100 km para acabar con la pobreza. Empezaba a las 10:00h del sábado en Olot, los tambores animaban el pistoletazo de salida a 376 equipos, un total de 1.424 personas390 mujeres, dispuestos a marchar con la misma meta común: construir un mundo más justo.

Cada una de las personas que participan es probablemente un misterio que merece la pena conocer. Hace un año, mi compañera Sandra Cava compartía con nosotros la historia llena de emoción de Carme Colomo, marchadora del equipo de las Aloges, que en 2014 no pudo participar a pesar de haber entrenado junto a sus compañeras, meses antes de la carrera le diagnosticaron un cáncer de mama. Hace un año, Carme nos contaba que seguía entrenando, que poco a poco podía “subir una montañita” y sonreía deseando poder participar otro año.

Las Aloges, en su imagen del Trailwalker 2014.

Las Aloges, en su imagen del Trailwalker 2014.

Y el año ha llegado. Carme Colomo encabezaba feliz este equipo de mujeres, las Aloges, que participaban por tercera vez, con su ya característico pañuelo blanco en la cabeza que han establecido como nuevo símbolo en su indumentaria. Carme pudo caminar durante 100 kilómetros después de haber ganado su particular lucha contra el cáncer. ‘El año pasado fui equipo de apoyo porque estaba en plena quimioterapia y no podía salir a caminar. Estoy mejor aunque no en mis plenas facultades porque cuesta mucho recuperar musculación después del tratamiento, pero con muchas ganas. Mi objetivo es llegar. Lo único que quiero es ponerme a prueba otra vez y llegar al otro lado, es lo único que busco. Para mí es muy importante estar aquí’, explicaba preparada en la salida.

20 horas y 25 minutos después, llegaba llorando Carme Colomo a la meta en Sant Feliu de Guixols, emocionada por haber superado otro reto personal que había quedado pendiente. ‘Sentí una mezcla de emociones alucinante, me saqué esa espina del año anterior, esa impotencia de no poder caminar junto a mis compañeras y me dije a mi misma: olé, aquí estoy yo otra vez, por mis cojones’.

Las Aloges, en su imagen de 2015, con su pañuelo blanco a la cabeza.

Las Aloges, en su imagen de 2015, con su pañuelo blanco a la cabeza.

Carme tiene 35 años y es madre de un niño de 7 años. Una mujer que transmite energía y dulzura a borbotones. Cuando la llamo para la entrevista me dice que la pillo de excursión en la montaña, 6 meses después de su lucha contra el cáncer Carme rebosa vitalidad y se esfuerza por recuperar su forma física.

Cuando habla del Trailwalker del sábado 18 de abril se emociona y me emociona a mí. La suya es una historia de superación y fuerza, “Nunca dejé de andar, aunque fuera solo para dar unos pasos acompañada de amigos, en las últimas sesiones de quimioterapia me cansaba subiendo escaleras pero lo primero que hice cuando acabé el tratamiento es volver al gimnasio”. Carme dice recordar su enfermedad como si fuera ayer, ‘el cáncer me vino de repente, fue duro, hacen falta muchas ganas y una mente dura’.

Como Carme, las cerca de 1500 personas que corrieron los 100 km estaban repletas de ilusión. Tras meses de esfuerzo, entrenamiento y búsqueda de recaudación llegaron a la meta felices de saber que su ilusión estaría reflejada en las sonrisas de miles de personas que reciben los donativos recogidos en otras partes del mundo.

 

La próxima edición del Oxfam Intermón Trailwalker se celebra el 20 de junio en la sierra de Madrid. Las inscripciones están abiertas hasta el 8 de junio. 

María Gobern es periodista. Preocupada por este mundo y por los Derechos Humanos. Ahora en  Goldman Sachs is not an aftershave,  y pronto en .

Cáncer de mama: nuevas formas de mirar

Por Cecilia Ramos Coronil Cecilia Ramos Delfo

Un día como otro cualquiera, allá por enero de 2014, mi trabajo me brindó uno de esos regalos que, con el paso del tiempo, valoro más y más. Aquel día supe que tenía que coordinar un proyecto para mejorar la calidad de vida de las mujeres con cáncer de mama. Sólo el nombre ya impacta, pues la palabra cáncer sigue generando inquietud y respeto solo con oírla.

Cartel para la prevención del cáncer de mama.

Cartel para la prevención del cáncer de mama.

Lo primero que pensé es ‘tiene que ser bonito y enriquecedor ese programa’, ‘un nuevo reto que abordar’, pero ¡uff!,  la pregunta era ¿será tan duro emocionalmente como parece?. Las reflexiones iniciales estaban llenas de interrogantes: ¿por qué un programa para trabajar con mujeres con cáncer de mama se aborda desde una perspectiva de género?

Tocaba ponerse al día sobre la enfermedad: ¿qué es?, ¿qué implica?, incidencia en la población, tratamientos, consecuencias etc.., es decir, conocer en profundidad para poder entender a una mujer cuando te habla de su enfermedad. Como bien saben las personas que lo padecen, todas tienen cáncer, pero cada una con apellidos diferentes.

Una vez conocidos los aspectos médicos, me centré  en el componente emocional y psicológico de la enfermedad, y ahí es donde adquirí plena conciencia de la importancia de los condicionantes de género a la hora de afrontar el cáncer de mama.
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No son mercancía, son víctimas

Flor de TorresPor Flor de Torres 

El jueves pasado tuve la ocasión de asistir a un estremecedor y magnifico estreno en el Festival de cine de  Málaga que nos dejó a todos los asistentes sin palabras. El documental se llama ‘Chicas nuevas 24 horas’, y me conmovió e indignó a partes iguales. Al terminar, sólo pude abrazarme a Mabel Lozano, su directora, y darle las gracias por  compartir las historias de Yandy, Sofía, Ana Ramona o Estela. Las dos primeras son menores de edad, y todas ellas son víctimas de trata con fines de explotación sexual desde sus propios países. Un largometraje rodado en cinco países (Argentina, Paraguay, Colombia, Perú y  España) y que se  adentra en la selva del alto andino de Paraguay, que es triple frontera donde las mujeres son la misma mercancía que las drogas o las armas.

Fotograma de la película 'Chicas nuevas 24 horas' presentada por Mabel Lozano en el Festival de Málaga.

Fotograma de la película ‘Chicas nuevas 24 horas’ presentada por Mabel Lozano en el Festival de Málaga.

Cualquier víctima ha de ser oída  siempre en primera persona,  con la atención, empatía y sensibilidad que nos expresa Mabel  a través de sus voces. Son las palabras de estas cuatro supervivientes de la trata  la guía  del documental.  Mabel nos sitúa frente a frente a las víctimas invisibles de la trata de mujeres con fines de explotación sexual. Desnudas también en derechos.

Y lo hace con la perspectiva de un negocio mundial que mueve 32 millones de dólares al año, de los cuales una buena parte se inyecta con la connivencia de Europa, sólo por publicitar y ofrecer víctimas bajo títulos como el de la película que inspiró a su directora: “Chicas nuevas 24 horas”, recogido precisamente de las ofertas publicitarias. Y es que España tiene el vergonzoso honor de ser el tercer país consumidor  de este producto, precedido solo por  Tailandia y Puerto Rico.

Las dos terceras partes de víctimas de trata en el mundo son mujeres y de ellas el 79% lo son o lo serán con fin de explotación sexual. Son datos oficiales de Naciones Unidas. Por ello la trata es un crimen contra la mujer y con marcado componente de género. Exige un compromiso de los Estados de llevar la protección de las mujeres tratadas a todos sus extremos, al igual que se hace hoy ya  con las víctimas de violencia de género.
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La insoportable vulnerabilidad

Por Alejandra Luengo Alejandra Luengo

Hace unos días distintos medios de comunicación se hicieron eco de la presentación del décimo Boletín sobre vulnerabilidad Social de Cruz Roja Española que tenía como protagonistas a las mujeres en edad activa que se habían atendido por la organización en el programa de vulnerabilidad social (40.304 mujeres). Para el estudio se tomó una muestra de 1.051 de esas mujeres, de entre 18 y 65 años de edad, de las que casi la mitad eran españolas y más de un 57% extranjeras.

 

Día de lluvia en Madrid. Imagen de Sergio Perea.

Día de lluvia en Madrid. Imagen de Sergio Perea.

Como todos los datos estadísticos se pueden ver en el vídeo adjunto y en el informe, no me voy a centrar en dicho aspecto, sino en las madres, hijas, hermanas, amigas, compañeras, ciudadanas que se encuentran en una situación inquietante de vulnerabilidad social. Si ya de por sí el ser mujer supone enfrentarse a numerosos obstáculos sociales, culturales y económicos cotidianos, las mujeres que son atendidas por parte de dichos programas en Cruz Roja se encuentran ya habiendo rebasado la línea de vulnerabilidad, y por qué no decirlo, de la marginación, que como me decía un día un trabajador social: “es una rueda donde es fácil caer y muy difícil salir”.

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Madres a ritmo de ayatolás

 Por Carmen López Carmen López AI

150 ó 200 millones es la cifra de población que deben alcanzar los iraníes. Una cifra que fue buena para Jomeini, una cifra correcta para Sayed Alí Jamenei, el actual líder supremo de Irán. En 2012 cuando hizo pública su intención de crecimiento de población, Irán contaba con 78’5 millones de habitantes. Desde entonces la maquinaria se ha puesto en marcha para mermar los derechos de las mujeres y las niñas.

Manifestación en Teherán por los derechos de las mujeres. 8 de marzo de 2006. © Arash Ashoorinia, www.kosoof.com

Manifestación en Teherán por los derechos de las mujeres. 8 de marzo de 2006. © Arash Ashoorinia, www.kosoof.com

El Parlamento debe decidir si aprueba o no el Proyecto de Ley para incrementar los índices de Fertilidad y Prevenir el Descenso de la Natalidad (Proyecto de Ley 446) y el Proyecto de Ley 315. De aprobarse, se dificultaría el acceso a anticonceptivos, se declararía ilegal la esterilización voluntaria, se restringiría más el acceso al aborto seguro, y se desmantelaría el programa estatal de planificación familiar. Un programa, a día de hoy, vacío de presupuesto. Los líderes religiosos quieren que Irán se convierta en una potencia regional dominante.

La idea de población como fuerza militar y de seguridad nacional no es nueva. Justo después de la revolución en 1979, en pleno conflicto con Irak y con necesidad de soldados, se pusieron en marcha políticas de fomento de la natalidad. En sólo 10 años, la población creció en 14 millones de personas. Pero a finales de la década de los 80, con una economía devastada por la guerra y sin capacidad para cubrir las necesidades de la población, se pusieron en marcha políticas para el control de la natalidad. Se pasó de 7 nacimientos por mujer en 1980 a 1,85 en 2014.

Con los nuevos Proyectos de Ley, la mujer sólo puede ser madre y esposa. Para ello se potenciarán los matrimonios tempranos, las mujeres sólo trabajarán como maestras o cuidadoras, habrá exenciones fiscales para las familias, se apostará por la jubilación anticipada de las mujeres, y se las formará en la gestión de la casa y la familia.

Con leyes como éstas, ¿cuáles habrían sido las posibilidades de mujeres como Shirin Ebadi, abogada y Nobel de la Paz, Maryan Mirzakhari, la primera mujer en recibir el Fields Medal, considerado el Nobel de matemáticas, Pardis Sabeti, la investigadora que ha cercado al Ébola, o Masih Alinejad, periodista y defensora de los derechos de las mujeres que acaba de recibir el Premio de Naciones Unidas sobre los derechos de las mujeres?

Pero son muchas las leyes que ahondan en la discriminación de las mujeres. Irán es uno de los países con menos participación femenina en el trabajo, según datos del Foro Económico Mundial, ocupa el puesto 139 de un total de 142. Y no dejan de salir leyes que prohíben a las mujeres trabajar de cara al público en oficinas, en hostelería, e incluso cantar. También son muchas las que por ley se han quedado fuera de la universidad. Se les ha cerrado las puertas de carreras como minería, agricultura, ingeniería, contabilidad, química, inglés, literatura, ciencias políticas, administración de empresas o administración pública. Pero se les han abierto las de estudios femeninos, gestión familiar o valores tradicionales.

No olvidamos otras leyes que las dejan indefensas frente al divorcio o los malos tratos, que les penaliza por no vestir como marcan los líderes supremos, o que les prohíbe ver un espectáculo deportivo.

Amnistía Internacional alerta sobre esta situación en el informe Procrearás y recuerda a las autoridades iraníes que deben respetarse y promoverse los derechos de las mujeres, y que no pueden refugiarse en la costumbre, la tradición o la religión para no hacerlo. No podemos permitirnos que mujeres como Maryam, Pardis, Shirin o Masih no existan. Ellas son la única receta frente a la irracionalidad.

Carmen López es periodista de Amnistía Internacional

Cuerpos sin normas

Por Mayte Mederos Mayte

Llevo semanas oyendo, en radio y en la red, noticias sobre la campaña ‘La guinda del pastel’, una campaña de crowdfunding que ha puesto en marcha el colectivo Despechadas. Esta asociación trabaja para traer a España a un médico estadounidense que al parecer es una eminencia tatuando pezones y areolas en mujeres que han perdido el pecho en su lucha contra el cáncer de mama. Aquí haría cuatro reconstrucciones, y además daría clases magistrales a profesionales del sector médico y del tatuaje terapéutico para que su técnica quede en nuestro país.

'Pase lo que pase, mírame a los ojos'. Esta camiseta es una de las recompensas para participantes en el proyecto de crowdfunding 'La guinda del pastel', en MyMajorCompany, lanzado por el colectivo 'Despechadas'.

‘Pase lo que pase, mírame a los ojos’. Esta camiseta es una de las recompensas para participantes en el proyecto de crowdfunding ‘La guinda del pastel’, en MyMajorCompany, lanzado por el colectivo ‘Despechadas’.

No puedo sino estar de acuerdo con esta iniciativa. En su momento pasé por el trance de perder un pecho de forma radical, y cuando me reconstruyeron fui a una tatuadora especializada. Esa noche al regresar a casa después de la primera sesión (fueron tres), el trampantojo del pezón dibujado me hizo sentir una mujer completa por primera vez desde la mastectomía.

Lo que ocurre es que el cáncer no sólo me trajo cambios físicos y operaciones, sino también mucho tiempo para pensar. Ahí germinó mi activismo feminista, además del lésbico, y el sentido crítico que fui desarrollando me llevaba a hacerme muchas preguntas. Por ejemplo, la de por qué ejerciendo como voluntaria de una asociación contra el cáncer, en el hospital tranquilizaba a las mujeres diciéndoles que gracias a la cirugía volverían a ser ellas mismas. ¿Es que dejamos de ser mujeres por perder un pezón, o un pecho o los dos? ¿Y el único camino para recuperar la autoestima es la reconstrucción?

Mi conclusión al final del proceso es la misma que con el aborto: cuando estuve embarazada supe que no lo hubiera elegido en el supuesto de malformaciones de mi bebé, pero lucharé siempre por el derecho femenino a decidir sobre nuestro cuerpo. En este caso aplaudo cualquier iniciativa que nos permita optar a las mujeres entre el mayor abanico de posibilidades, pero también creo que el mensaje que estamos dando es equivocado.

Porque reconstruirse el pecho no es la única manera de estar bien psicológicamente, ni de sentirse deseada. Igual que el ideal de belleza delgada es una trampa malévola para millones de mujeres. Y que la tiranía de entrar en la norma hace que durante décadas se haya mutilado de forma arbitraria a quienes nacen con genitales de ambos sexos, las personas intersexuales (o hermafroditas de toda la vida).

Esa misma normatividad de los cuerpos hace que la sociedad necesite que las personas transexuales se operen, para entrar en el binarismo que algunas mentes oxidadas necesitan para entender el mundo. Por eso aplaudo con entusiasmo la visibilización que hizo en su día en Vogue la top model brasileña transexual Lea T, con un desnudo artístico que abrió puertas a quienes se oponen a la dictadura genital de la reasignación. De nuevo, defiendo que la sanidad cubra las operaciones y los tratamientos de reasignación de sexo a quien así lo desee y lo necesite para su proceso personal. Es fundamental. Pero creo que, por encima de todo, necesitamos educación y apertura de miras para entender que el mundo es plural y diverso, y que no todo el mundo tiene las mismas necesidades ni enfoques.

La semana pasada, al salir de la ducha, me dí cuenta en el espejo de que la tinta de mi pezón dibujado ha palidecido. Ya me habían advertido de que hay que renovarlo cada cuatro o cinco años. Mientras me secaba le pregunté a mi novia si para ella era un problema que lo perdiera del todo. Creo que su beso de tornillo fue suficientemente elocuente. Así que no creo que vuelva a pasar por la aguja, y tengo claro que no me sentiré menos mujer por ello.

Mayte Mederos es madre de familia numerosa y autora del blog Avatares de una amazona.

Dolor, fronteras y ley

Por Flor de Torres Flor de Torres

Cuando José Luis Sampedro ingresó en la Academia de la Lengua, en su maravilloso discurso de ingreso del 2 de Junio de 1991 hablaba ‘Desde la Frontera’. Y lo hacía con esta visión:

‘Mis fronteras son todas trascendibles, como lo es la membrana de la célula, sin cuya permeabilidad no sería posible la vida, que es dar y recibir, intercambio, cruce de barreras. Y más aún que trascendible la frontera es provocadora, alzándose como un reto, amorosa invitación a ser franqueada, a ser poseída, a entregarse para darnos con su vencimiento nuestra superación: ese es el encanto profundo del vivir fronterizo. Encanto compuesto de ambivalencia, de ambigüedad —no son lo mismo—, de interpenetración, de vivir a la vez aquí y allá sin borrar diferencias.

Hablar y opinar de otros Derechos, de otras culturas, exige lo que el Maestro Sampedro exponía: acercarse a esa frontera lejana para estar más cerca de lo que hay detrás, de los límites culturales que nos hacen diferentes.

Un grupo de mujeres en el cauce de un río en Chad. Foto: Belén de la Banda.

Un grupo de mujeres en el cauce de un río. Foto: Belén de la Banda.

Desde la frontera donde nos hemos aproximado a las otras culturas y tras observar podremos hablar del concepto de ‘las otras’, y del respeto a la diversidad cultural desde una perspectiva no europeísta que con tanto énfasis propone la Antropología. Pero todo este proceso de empatizacion tiene ciertos límites jurídicos, Y es que no se puede dar la espalda o cerrar los ojos ante la ablación genital femenina como violación de derechos humanos, argumentando que es solo un tema cultural. Es un acto de auténtica violencia a la mujer en el nuevo concepto amplio de violencia de género que proponen el Parlamento Europeo y el Consejo desde el año 2012.

El Parlamente Europeo nos dice que la violencia de género abarca también actos de violencia ejercidos al género femenino por el sólo hecho de ser mujer y no solo en el ámbito de la pareja. La mutilación genital femenina es un crimen ejercido a las mujeres por el hecho de ser mujeres.
Y así es como habla el Parlamento Europeo (en la Directiva 2012/29/UE del Parlamento Europeo y del Consejo de 25 de octubre de 2012 ) por la que se establecen normas mínimas sobre los derechos, el apoyo y la protección de las víctimas de delitos:

‘La violencia por motivos de género se entiende como una forma de discriminación y una violación de las libertades fundamentales de la víctima y comprende, sin limitarse a ellas, la violencia en las relaciones personales, la violencia sexual (incluida la violación, la agresión sexual y el acoso sexual), la trata de personas, la esclavitud y diferentes formas de prácticas nocivas, como los matrimonios forzosos, la mutilación genital femenina y los denominados «delitos relacionados con el honor».’

La OMS alerta sobre el hecho de que la ablación genital femenina nada aporta a la salud, todo lo contrario: produce efectos nefastos en la mujer que lo padece. Efectos físicos y psicológicos perversos.

Las leyes son instrumentos de libertades y herramientas de lucha contra los atropellos físicos y psíquicos. Contra la violación de cualquier derecho humano. Y cómo no, a las consentidas culturalmente que afectan a las mujeres: A ‘las otras’ que cierran los ojos y el alma ante tan nefastos actos.

Apliquemos la Justicia Universal y lo que el Tribunal Europeo mantiene: es un crimen perseguible de forma universal. Es violencia de género.

Y es que solo hace falta contemplarlo y aplicarlo como tal. No, no es solo un delito de lesiones graves a la mujer. Es más. Mucho más. Es violencia de género. Es violencia a la mujer. Contemplando este atentado a la salud física y psíquica de la mujer como un acto de violencia de género podremos atacarlo con las mismas armas legales y protocolarias con las que actuamos contra cualquier acto de violencia de género.

Y así, solo así, entenderíamos las palabras de la somalí Abdi-Noor H. Mohamed en su poema contra la ablación. Y así, solo así, lo combatiríamos con todas nuestras armas legales y nuestro compromiso en su erradicación.

‘El nacimiento de un bebé debe ser una bendición
Pero el mío fue poco menos que una maldición
El rostro de papá no se iluminó Los tambores no hicieron ruido
No hubo disparos. Ninguna ceremonia se llevó a cabo
El recién nacido era yo. Soy una chica
En mi cultura, el género cuenta.
Una chica no es tan bienvenida como un niño
Aumentar los camellos en los pastizales
es la más alta prioridad de la familia
Ellos creen que una chica no tiene manos
ásperas que combatan contra los enemigos
es la más alta prioridad de la familia
Ellos creen que una chica no tiene corazón para
La reconciliación tras un conflicto
Es la más alta prioridad de la familia
Ellos creen que una chica no tiene cabeza
A los cinco años tuve que enfrentar lo peor
Un corte de cuchillo en mis genitales
Una partera me circuncidó
Me cosió, me infibuló.
Donde yo tenía un clítoris
Tengo una cicatriz negra ahora
¿Por qué me causaron ese dolor?
Este verdadero dolor de las culturas primitivas
Llorando estoy, en cada etapa de mi vida
Mamá y papá, ¿no soy una hija?
Querido hermano, ¿no soy una hermana?
Querida humanidad, donde quiera que estés
¿No soy un ser humano?
Lágrimas, lágrimas, lágrimas’

Flor de Torres Porras. Fiscal Delegada de violencia a la Mujer  y contra la discriminación sexual de género. Fiscal Decana de Málaga

Cien años de cuerpos ‘perfectos’

Por Alejandra Luengo Alejandra Luengo

Hace unas semanas en una web de salud americana salía un artículo sobre cómo la visión del  cuerpo perfecto de la mujer ha cambiado en los últimos 100 años. Se muestran una serie de ilustraciones donde se aprecian cambios en aquel aspecto corporal que en un momento se idealizaba, y en otro se rechaza o se ignora dependiendo de las modas.

Las tres gracias, de Rubens. Imagen: Museo del Prado.

Las tres gracias, de Rubens. Imagen: Museo del Prado.

La visión del cuerpo perfecto ha cambiado a lo largo de la historia, y difiere según el contexto geográfico, ya que el concepto de belleza no es lo mismo en Occidente que en Oriente, Africa, etc. Nada que ver la idealización del cuerpo de la mujer en la Grecia Antigua, con la del Renacimiento.

Centrándonos por ejemplo en Estados Unidos, cuna de la publicidad, series de televisión y la gran industria publicitaria y de imagen como es Hollywood, los ideales corporales han variado a lo largo de los últimos cien años:

-A principios del siglo XX se idealizaba a la mujer con gran busto, caderas anchas y cintura estrecha.

-En la época de los años 20 las mujeres empezaron a mostrar más las piernas y tobillos,  dejando de lado el resaltar senos o cintura que pasaron a un segundo plano.

-En los treinta volvieron mujeres con curvas.

-Durante la Segunda Guerra Mundial, se valoraban más mujeres como con cuerpos delgados pero con curvas.

-En los 50 tenemos a Marilyn Monroe, Brigitte Bardot iconos de belleza con cintura pequeña y busto prominente.

-En los sesenta aparece un nuevo modelo de mujer delgada, con piernas largas y con carácter bastante andrógino; la modelo Twiggy es una de sus mayores representantes.

-En los setenta se aprecia la figura de mujeres atléticas y en los ochenta también sumando más delgadez. Comienzan a surgir en ese momento gran cantidad de casos de anorexia o bulimia nerviosa.

-En los noventa otra vez vuelven a aparecer modelos de mujer delgada y algunas con aspecto de niñas. Kate Moss es una de sus representantes.

– En dos mil aparecen modelos de mujer altas, delgadas, con senos granes y cuerpos tonificados.

Todo esto nos muestra varios aspectos; primero que el concepto de belleza cambia en el tiempo y que es completamente subjetivo; es decir lo que en una época es rechazado en otra es idolatrado. Por otro lado, y lo más importante al no ser conscientes de lo primero el sometimiento al que las personas nos vemos  presionadas por no cumplir esos cánones, fomentan la frustración y a la insatisfacción constante. Por último, se acaba idolatrando la imagen corporal como si el tener un cuerpo ajustado a esos patrones de belleza de ese momento diese un plus, un mayor estatus, como si una persona por cumplir con esos cánones de belleza fuese mejor a otra; absurdeces varias de las que somos presos todos, pero principalmente las mujeres a las que va dirigida gran parte de la publicidad.

En todo esto no podemos olvidar que hay un interés que mueve mucho dinero y que no deja de vender estereotipos a través de la publicidad. Al haber una fisura entre los cuerpos idealizados ( que no son perfectos), de esas mujeres que salen en los medios, en las redes, en la publicidad  y las mujeres comunes se puede generar un sentimiento impotencia que acaba vendiendo mucho; “Si tú quieres ser como ella, compra esta crema, come este producto, échate ese perfume, lleva esta ropa…” , un gran negocio

Luego se denuncian la cantidad de casos de  trastornos alimenticios, pero resulta muy hipócrita cuando se fomenta esa insatisfacción corporal simultáneamente, y es que en ciertas edades como la pre-adolescencia-adolescencia el mensaje de idealización y decepción propia penetra profundamente. He atendido en psicoterapia  a numerosas chicas con un rechazo corporal enorme cuando eran bellas, ¿por qué se estimula lo contrario?

La belleza es arbitraria y diversa. Es fundamental ser conscientes de ello porque no se puede limitar lo atractivo, igual que no se puede limitar la variedad de la vida. Necesitamos apreciar la belleza en la diferencia, en la diversidad, en la imperfección y la salud porque la perfección corporal no existe y no podemos ser presas de las modas de cada época ni dejar que se nos imponga un tipo de cuerpo sin aceptar el nuestro, nuestra satisfacción corporal no puede depender de las modas, así como nuestra autoestima.

La belleza está en las cinturas estrechas, en las anchas, en las caderas grandes y en las que no lo son, en los tobillos voluminosos y en los finos, en el vientre liso y en el abombado, en el pecho pequeño y en el grande, en los brazos finos y en los gruesos, en ser alto y bajo… El cuerpo perfecto es el tuyo, no el de otras.

Alejandra Luengo. Psicóloga clínica,  combino la atención psicológica en servicios públicos con la consulta privada. Creo firmemente que se pueden cambiar las cosas y en esa dirección camino. Autora del blog unterapeutafiel.

Las luchadoras del ébola

Por Júlia Serramitjana Julia Serramitjana

Mujeres como Agnes Nyantie  serán clave para superar la crisis del ébola en países como Liberia. Tiene  ímpetu y ganas de contribuir a superar la enfermedad dónde ha vivido siempre: ‘Mis hijos han nacido y crecido en este barrio y quiero que estén seguros’, asegura. Esta madre de cinco hijos, tiene 42 años y recorre cada día, casa por casa, los callejones insalubres del barrio de West Point, ofreciendo a las familias información sobre el virus que ha segado la vida de miles de personas en África Occidental.

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Agnes prepara su material antes de salir a sensibilizar a los vecinos de West Point (Monrovia) sobre el ébola. Imagen: Pablo Tosco / Oxfam Intermón

Hace unas semanas contaba en este mismo blog cómo el ébola estaba afectando más a las mujeres en África Occidental. Mi compañero Pablo Tosco volvió hace escasos días de visitar la zona y me contó la otra cara de la moneda: historias esperanzadoras como las que hace posible Agnes con su trabajo.

Agnes es una de los cien miembros del equipo de promotores de salud comunitarios en primera línea de la lucha contra el ébola. Es voluntaria desde hace ya tres años. Antes solía participar en iniciativas para frenar la violencia contra las mujeres pero, desde hace poco, realiza tareas de prevención contra el ébola, visitando a 20 familias al día, casa por casa.

A pocos metros de distancia de la calle principal de West Point, rodeada de mercados y tiendas, Agnes explica con calma a las familias cuál es la mejor forma de evitar el contagio del ébola y qué hacer si sospechan que alguien lo ha contraído.

‘No pueden verlo. Pero es real’

Explicar esta enfermedad mortal a las familias de West Point no es tarea fácil. Se tapa los ojos con las manos y dice: No pueden verlo. No saben cómo ha surgido ni cómo pueden contraer la enfermedad’.

Y es que ese es el grave problema de esta crisis sanitaria sin precedentes. Pablo, que ha estado documentando esta situación, también me contaba que, a diferencia de conflictos y desastres naturales, la amenaza del ébola no se ve. La tensión se percibe en el ambiente pero la amenaza real no se hace patente hasta que aparecen los primeros síntomas. Es por este este motivo es tan difícil combatirlo.

Lo que sí que se ve día a día es el trabajo de mujeres que, como Agnes, que hacen que la lucha contra el ébola se tiña de esperanza y visibilizan así el esfuerzo de los habitantes de los países más afectados por el brote para seguir adelante.

Júlia Serramitjana es periodista y trabaja en Oxfam Intermón

Preocupaciones de madre

Por Yasmina BonaYbona

Cuando tenemos hijos, solemos aumentar nuestras medidas de higiene. Nos lavamos las manos más a menudo, procuramos que la casa esté siempre limpia, lavamos los biberones a conciencia – incluso llegamos a esterilizarlos-, usamos un detergente neutro para la ropa… Mientras unas madres nos preocupamos, a veces en exceso, por dejar libre de bacterias y microbios todo lo que rodea a nuestros bebés, hay otras madres que no tienen más remedio que dar de beber agua sucia a sus hijos.

Ellas son madres que viven en algunos países del África subsahariana. Dan de beber agua contaminada a sus hijos porque no tienen acceso al agua potable. Cada año mueren más de 1,5 millones de niños menores de cinco años por enfermedades evitables relacionadas con el agua, como la diarrea. Una higiene deficiente y la falta de acceso al agua limpia son la principal causa de ello.

Mañana es el Día Mundial del Saneamiento, o también conocido como el Día Mundial del Retrete. Desde el año pasado, la Organización de las Naciones Unidas ha querido dedicar cada 19 de noviembre a fomentar la sensibilización y la movilización para reivindicar que el 37% de la población mundial carece de un saneamiento y una higiene adecuados.

Muchas mujeres en el mundo ven morir a sus hijos por no poderles dar agua limpia. (c) Pablo Tosco / Oxfam Intermón

Muchas mujeres en el mundo ven morir a sus hijos por no poderles dar agua limpia. (c) Pablo Tosco / Oxfam Intermón

Merece la pena, en un día como este, que nos acordemos de los más de 700 millones de personas que carecen de acceso al agua potable. Mi pensamiento va, en concreto, para las madres de países africanos como Burkina Faso, Chad, Etiopía… para aquellas que han perdido a sus hijos por no poder ofrecerles otra agua que la contaminada. Dice la Organización Mundial de la Salud que uno tiene acceso al agua potable si la fuente se encuentra a menos de 1 kilómetro de distancia del lugar de utilización y si uno puede obtener de manera fiable al menos 20 litros diarios para cada miembro de la familia. Estas mujeres dedican al menos cinco horas diarias a buscar agua al pozo más cercano y apenas pueden cargar con dos vasijas cada una.

Pero vale la pena también aprovechar el Día Mundial del Saneamiento para mostrar que estas enfermedades se pueden prevenir. Muchas ONG trabajan en estos países formando a los ciudadanos sobre la importancia de la higiene para reducir enfermedades. Arreglan pozos para que las familias tengan agua limpia cerca de casa, construyen letrinas en los hogares para evitar la contaminación del agua subterránea, reparten kits de higiene con pastillas de jabón. Una simple pastilla de jabón, por ejemplo, puede salvar vidas. Lavarse las manos con jabón puede reducir los casos de diarrea a la mitad, y los problemas respiratorios, a un tercio.

Los esfuerzos de las organizaciones humanitarias han logrado que en casi treinta años 2.300 millones de personas hayan conseguido acceder al agua potable. Pensemos hoy en hacer subir esa cifra y lograr que las madres de Chad puedan dar de beber un agua segura y de calidad a sus hijos.

Yasmina Bona es periodista y trabaja en Oxfam Intermón.