Archivo de junio, 2015

Puta no soy: una novela sobre la gran vergüenza de nuestra época

charo_izquierdo_lateralPor Charo Izquierdo 

Llegué a Perú buscando a alguna chica que hubiera sido víctima de la trata con fines de explotación sexual y cuando la encontré su voz cambió mi vida. Era una niña de quince años que había sido engañada en Cuzco y conducida hasta el sudeste del país, hasta la región conocida como Madre de Dios, así nombrada por el río que la circunda. Había sido contratada, en teoría, como mesera, que así dicen allí a las camareras, para encontrarse en un paupérrimo poblado del kilómetro 103 de la carretera Interoceánica cercano a las minas informales de extracción de oro, en uno de esos prostibares que pueblan esa zona de Perú entre los ríos Madre de Dios y Tambopata, en plena selva.

Imagen del proyecto 'Chicas nuevas 24 horas', de la directora Mabel Lozano

Imagen del proyecto ‘Chicas nuevas 24 horas’, de la directora Mabel Lozano

Yandí me sorprendió con su voz de animalillo herido. A mí y al equipo que rodaba el documental ‘Chicas nuevas 24 horas‘, dirigido por Mabel Lozano. Conmovió a Mabel y a la productora de la película en Perú. Conmovió a todos. La directora hizo de Yandí la protagonista peruana de su documental. Y yo me inspiré en su historia para escribir mi novela “Puta no soy”, una recreación ficcionada y libre de la triste existencia de tantas mujeres peruanas engañadas, cosificadas, convertidas en materia prima desechable, en pura carne para divertir a los mineros, para someterse a ellos, para ser obligadas a ser prostituidas. En los prostibares en los que trabajan -y que con ese nombre no dejan lugar a dudas sobre la actividad a la que se dedican-, beben cerveza con los mineros, son forzadas a dejarse tocar por ellos y al final acaban haciendo lo que allí se denominan pases, que no es más que practicar el sexo. Hay niñas y adolescentes entre ellas, porque los clientes la prefieren jóvenes, cuanto más, mejor, en la creencia de que les transmiten menos enfermedades y que las menores de edad les dan suerte para encontrar más cantidad de oro. Escribí “Puta no soy” para dar a conocer la trata de mujeres y niñas en Perú, que no tiene nada que ver con la trata que se produce en otros lugares del mundo, porque allí la mayoría es engañada y vendida sin necesidad de que las saquen del país para ser esclavizadas; lo son in situ. Allí, se cifra en unas 4.000 mujeres víctimas de trata desde que se ha empezado a contabilizar y hasta 2014. De ellas, aproximadamente un 60% son niñas. Y solo con el hecho de escribirlo siento un profundo y triste escalofrío.
Porque yo conocí a una de ellas.
Yandí y Perú han marcado para siempre mi vida. Podría decir que una semana, aquella semana de rodaje, cambió mi vida. Pero mentiría. Porque fueron muchos meses de inmersión en el pueblo peruano y sus costumbres, antes y después de aquellos días, mucho tiempo de documentación, de ver incluso informativos peruanos para sentir a mi manera sus miradas y su mundo.
Pero es que, además, “Puta no soy”, partiendo de Yandí y de Perú, es mucho más que eso. Es un compromiso con el resto de las víctimas de trata en el mundo, cifradas en más de dos millones, de las que aproximadamente un 70% son mujeres y niñas con fines de explotación sexual. Cómo ocultar esa realidad infame que mueve unos 32.000 millones de dólares al año en el mundo. Cómo dejar pasar la oportunidad de dar a conocer que en España hay entre 40.000 y 50.000 mujeres y niñas víctimas, según datos de Save the Children. Es imposible dejar de contarlo una vez que has penetrado en tan telúrica realidad. Es imposible romper el compromiso de gritarlo. Esa es la finalidad de la novela que se mueve entre Perú y España, y con la que pretendo conmover a los lectores y lectoras como antes me he conmovido yo.
Conmueve entender -si es que se puede comprender tanta mezquindad- que estas mujeres son víctimas dos veces. La primera, por haber nacido donde han nacido, por haberse criado en la miseria, de la que queriendo salir son engañadas. La segunda, por ser obligadas a ejercer la prostitución sin ser putas.
Conmueve comprobar que, tras el engaño, son privadas de su documentación. Y, siendo esto importante, no lo es todo. Porque les privan de algo más, de mucho más, les arrebatan su identidad. La capan y una vez que han dejado esa identidad al otro lado de su vida, junto a su carnet o su pasaporte, son desposeídas de cualquier gramo de autoestima, hasta llegar a sentirse nada.
Conmueve saber que son muchos los casos en los que es la propia familia quien las vende creyendo que allá donde van a trabajar vivirán mejor que en sus casas y, desde luego, avaras de un dinero que por poco que sea puede sacarles de la pobreza.
Como para juzgar…
Quiero conmover a las lectoras. Pero también a los lectores. Porque encuentro muy importante que los hombres se conciencien de que sin demanda no existiría oferta y que cuando hablamos de mujeres que ejercen la prostitución podemos afirmar que aproximadamente un 80% son víctimas de trata, ya sean rumanas, brasileñas, colombianas, nigerianas… Y por cierto, España es el tercer país consumidor de prostitución en el mundo, por detrás de Tailandia y Puerto Rico. Y aún hay más: un 39% de hombres en nuestro país confiesa ser consumidores de prostitución.
Mi compromiso con esas mujeres está sellado para siempre. Parte de las peruanas, pero alcanza a las de cualquier país, y desde luego a las que acaban en España, procedan del lugar que procedan. Nunca podré dejar de denunciarlo. Nunca me quitaré de la cabeza la voz de aquella niña ni la de otras víctimas que han conseguido escapar de una esclavitud que, afortunadamente cada día está más presente en las agendas políticas, incluso en la agenda del papa Francisco, que en su mensaje del primer día de enero en la 48 jornada Mundial por la Paz denunció la esclavitud y la trata como uno de los problemas que acosan al mundo y que hay con los que hay que acabar. Y en ese compromiso tiene mucho que ver por supuesto Mabel Lozano, pero también Rocío Mora, coordinadora de APRAMP (Asociación para la Prevención, Reinserción y Atención de la Mujer Prostituta), fundada por Rocío Nieto. Gracias a ella he tenido la oportunidad de profundizar en la vida y en algunas vidas de varias de estas víctimas y en una de las grandes vergüenzas de nuestra época. Su organización lleva más de 25 años ayudando a víctimas, con la reinserción no solo laboral sino, y sobre todo, personal, de mujeres que no solo tienen necesidad de aprender a trabajar, sino, sobre todo, de aprender a vivir. Como también las ayudan las Madres Adoratrices, a través del Proyecto Esperanza. Y es que las víctimas pierden hábitos si es que algún día los tuvieron, pierden la capacidad de moverse solas por la ciudad, a veces desconocen incluso dónde viven, son incapaces de utilizar transporte público y, lo más importante, son incapaces de reconocerse como personas.
Cómo no comprometerse con ellas.

Charo Izquierdo es Licenciada en Ciencias de la Información. Ha sido redactora jefe de las revistas Dunia y Geo, subdirectora de Vogue, directora de Elle, estarguapa.com, Yodona y Grazia. Es miembro del International Women Forum España y socia de la red de mujeres Womenalia. 

Alejandro Cárdenas Orozco, alias JJ, está en la calle

Por Belén de la Banda@bdelabanda
Es noticia de ayer en Colombia, pero yo acabo de recibirla con absoluta consternación. Once organizaciones colombianas han alertado de la liberación de Alejandro Cárdenas Orozco, alias JJ, por parte de la Fiscalía de su país. Esta persona que ahora está en la calle es una de las investigadas por su presunta implicación en un caso emblemático de violencia hacia las mujeres en Colombia, el de la periodista Jineth Bedoya, de quien ya hemos hablado otras veces en nuestro blog, y a quien desde hace años conozco y admiro. Porque ha sabido encauzar su  sufrimiento personal hacia una oportunidad de vida digna para millones de mujeres y niñas en Colombia. 
La periodista colombiana Jineth Bedoya. Imagen: Pablo Tosco / Oxfam Intermón

La periodista colombiana Jineth Bedoya. Imagen: Pablo Tosco / Oxfam Intermón

El caso de Jineth es emblemático. Hace 15 años, debido a su labor como periodista, Jineth fue secuestrada, torturada y abusada. Su lucha, durante todos estos años, ha sido en parte una lucha en vano por encontrar justicia en el caso que le afecta personalmente. Las organizaciones que hoy denuncian la liberación de ‘JJ’, unidas en la campaña ‘Saquen mi cuerpo de la guerra’ han apoyado su búsqueda de verdad y justicia, con el acompañamiento de la Fundación para la Libertad de Prensa. Durante todo este tiempo, han sido testigos de la apatía y falta de voluntad de la Fiscalía por investigar el caso, de las dilaciones injustificadas y de la revictimización sicológica y física a la que ha sido sometida Jineth. Un ejemplo es que la periodista ha sido obligada a repetir 7 veces su declaración de los hechos, con la excusa de que ‘se había perdido el expediente’. La liberación de Alejandro Cárdenas Orozco, alías JJ, es un paso más, y muy grave, de revictimización.
Jineth no está sola. Por ella, las organizaciones de la campaña le recuerdan a la Fiscalía General de la Nación de Colombia y a todos los entes estatales implicados que tienen un compromiso en la investigación, juicio y sanción de los responsables de las graves violaciones a los derechos de Jineth Bedoya. Le recuerdan que la Corte Penal Internacional, el 2 de diciembre de 2014, manifestó su preocupación porque ‘a pesar de las dimensiones del fenómeno, el número de procedimientos relativos a violaciones y otras formas de violencia sexual cometidas en el conflicto armado sigue siendo limitado’.
La liberación de Alejandro Cárdenas Orozco, alias JJ, muestra que, además de limitada, la voluntad del Estado colombiano para perseguir esta clase de crímenes es nula. Con estos elevados niveles de impunidad, no existe ninguna garantía de no repetición, ni para Jineth ni para miles de mujeres víctimas en Colombia, y eso ocurre con la complicidad de la Fiscalía.Las organizaciones rechazan y repudian esta liberación como un hecho claro de impunidad y alertan sobre los próximos procesos de excarcelación de otros victimarios en el marco del proceso de justicia y paz. Esto conlleva riesgos para el cuerpo y la vida de las mujeres.Junto con todas estas organizaciones, todos los que conocemos a Jineth, la intensidad de su lucha y su enorme compromiso con el sufrimiento de las mujeres colombianas, le enviamos un enorme abrazo de profunda solidaridad y afecto. Por Jineth Bedoya, por su valiente lucha contra la impunidad, por el futuro de las mujeres y niñas de Colombia, se impone que las instituciones tomen el camino de la justicia.
Belén de la Banda es periodista y trabaja en el equipo de comunicación de Oxfam Intermón.

¿Quién sería tu ídolo en el fútbol, si supieras que existe?

Bea PozoPor Beatriz Pozo

En estos días en que la FIFA llena titulares, nuestra indignación hacia el máximo organismo del futbol mundial no solo debería estar causada por la corrupción. Hace unos días la organización anunció que iba a implantar tests de sexo en el Mundial femenino de Canadá, que comienza el próximo día 6, es decir, que todas las jugadoras deben de pasar una prueba para comprobar si realmente son o no mujeres. La noticia, que ha sido recibida con indignación por parte de las futbolistas, es una muestra más de la discriminación que sufre el futbol femenino a nivel mundial.

Hace un año escribí un artículo para este blog. Se titulaba ‘¿Quién ganó la final de Champions? ¿Y el Mundial?’. No hablaba del partido entre Real Madrid y Atleti, sino de la otra final, la femenina; hablaba de Vero Boquete, la primera futbolista española en clasificarse para ella  y también de un estudio que afirmaba de que la mujer solo aparecía en un 5% de las noticias deportivas.

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Vero Boquete durante un partido con su anterior equipo, el Tyreso sueco, en 2013 (C) Anders Henrikson

Este año la historia se repite. Vero Boquete se ha vuelto a clasificar para una final de Champions. Además, estuvo entre las candidatas al Balón de Oro y está en la selección que ha hecho la BBC a mejor jugadora del año. Así que yo vuelvo a preguntar ¿Quién ganó la final de Champions femenina que se disputó el pasado 13 de mayo?

Si lo saben es que han estado ustedes muy atentos y les gusta mucho la información deportiva, porque, de nuevo, la noticia ha pasado prácticamente desapercibida en los medios. Es cierto que ha habido una cobertura mayor que el año pasado y que hasta fue Trending Topic durante unas horas; pero pregúntenle a cualquiera sobre quién es Vero Boquete ¿La conocen? Mi apuesta es que no, al menos, la gran mayoría.

Me pregunto qué hubiera pasado si fuera al revés, si un futbolista español hubiera metido 3 goles para clasificar a su equipo, el FFC Frankfurt, para la final de Champions; si luego hubiera ganado esa final; si, además, fuera el capitán de la selección española que, por primera vez, se clasificaba para un Mundial; si, en resumen, fuera el mejor futbolista español de la historia.

Es cierto que esto no pasa solo en España. Solo hace falta mencionar los tests de género o que, pese a las quejas y denuncias de las futbolistas, el Mundial femenino se disputará en campos de hierba artificial, una superficie en la que en España solo compiten equipos masculinos a partir de la Segunda División B.

A pesar de todos estos impedimentos, el número de chicas que juega al futbol no hace más que aumentar. En 2003, en España, apenas había 11300  federadas. Este año son 61394 según la UEFA. Es un aumento de más del 500% y la cifra sigue subiendo. La clasificación para el Mundial; la Champions de Vero Boquete; e, incluso, que esta se haya convertido en la primera futbolista española en firmar un contrato publicitario, a pesar de que Adidas no le pague un euro, sino que se limite a suplirle de material deportivo; son pruebas de que el futbol femenino en nuestro país no hace más que avanzar y continuará haciéndolo en el futuro.

A día de hoy, las mujeres futbolistas no pueden estar profesionalizadas tal y como estipula el artículo 24 del Real Decreto 1835/1991 que afirma que ‘no podrá existir más que una Liga Profesional por cada modalidad deportiva y sexo en ámbito estatal’. Es decir, que, como hay una competición masculina, no puede haber una femenina. Esto hace que las futbolistas no tengan convenio colectivo, ni seguridad social y que muchas tampoco tengan contratos laborales. El futbol no es un deporte exclusivamente masculino y no puede ser que en él siga primando la discriminación, y que no solo no haya una igualdad mediática entre hombres y mujeres, sino tampoco legal y laboral; es decir, tampoco por parte de las instituciones.

Beatriz Pozo es estudiante de periodismo y comunicación audiovisual. Colabora con el equipo de comunicación de Oxfam Intermón.

¿Y después de haber sido víctima de trata, qué?

Por Alejandra Luengo Alejandra Luengo

Hace poco más de un mes se concedió el Premio Derechos Humanos Rey de España, que se entrega por parte de la Universidad de Alcalá de Henares y el Defensor del Pueblo, a la congregación religiosa de las Adoratrices por su labor en la lucha y apoyo hacia las mujeres que son víctimas de todo tipo de esclavitud y explotación. Esta congregación, de ámbito internacional, se fundó en Madrid, en 1856 y está presente en 23 países de Europa, Asia, África e Iberoamérica.

Trata de mujeres. Imagen de promoción del documental 'Chicas nuevas 24 horas' de Mabel Lozano.

Trata de mujeres. Imagen de promoción del documental ‘Chicas nuevas 24 horas’ de Mabel Lozano.

Uno de los proyectos que me parece más interesante es el Proyecto Esperanza, que aborda la trata de mujeres. Conozco a varias profesionales que trabajan en dicho proyecto y es admirable la labor que hacen ante el encuentro con una realidad tan dura como es la trata de mujeres en España, donde frecuentemente la legislación y la defensa de sus derechos quedan arrinconados, pidiéndose a la mujer la mayor responsabilidad a la hora de denunciar y salir de su situación de explotación sexual.
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La mitad del poder, o el encanto de la normalidad

Por María Solanas Cardín María Solanas

En su libro “El fin del poder, Moisés Naím defiende que el poder tradicional está sufriendo una transformación profunda, de manera que avanzamos hacia un mundo nuevo en el que ‘el poder está más repartido, es cada vez más difícil de ejercer, más fácil de perder, y más fácil de conseguir’. En definitiva, los líderes actuales tendrían menos poder que sus predecesores, y lo compartirían con nuevos “micropoderes”. Su sugerente tesis afirma que el poder está cambiando de manos: de los actores estatales a los no estatales; de las grandes corporaciones a los emprendedores; de los ejércitos a las guerrillas; de las potencias tradicionales a los países emergentes. Y de los hombres a las mujeres.

Michelle Bachelet en su época como Directora Ejecutiva de ONUMujeres. Imagen: UN Photo/Maria Elisa Franco

Michelle Bachelet en su época como Directora Ejecutiva de ONUMujeres. Imagen: UN Photo/Maria Elisa Franco

Dejando aparte la ironía que representa que sólo cuando el poder es menos fuerte y menos duradero -según la tesis de Naím- se esté produciendo ese nuevo reparto al que están accediendo las mujeres, no cabe duda de que, en los últimos años y con ritmo desigual, las mujeres han ido llegando al poder político, además de al económico.

La candidatura de Hillary Clinton a la presidencia de EEUU -que tendrá que disputar primero en el seno del Partido Demócrata- encarnaría esta tendencia. Según los análisis al respecto de sus opciones para ganar la candidatura y, eventualmente, la presidencia, ser mujer no representa una barrera para su elección. Lo que hasta hace poco tiempo no era posible imaginar, empieza a tomar visos de normalidad.

Algunos ejemplos recientes: las elecciones a la presidencia de la República de Chile, cuya segunda vuelta tuvo lugar el 15 de diciembre de 2013, fueron disputadas, por vez primera, por dos mujeres (Michelle Bachelet y Evelyn Matthei). En febrero de 2014 la prestigiosa economista Janet Yallen fue nombrada presidenta de la Reserva Federal de EEUU, elección que se calificó de hito histórico, al ser la primera mujer en el cargo en los 100 años de historia de la FED.

En la misma línea podemos enmarcar las iniciativas que promueven la elección, en 2016, de una mujer como Secretaria General de las Naciones Unidas, que sería la primera tras 70 años de historia de la organización. Como recuerda una de las organizaciones impulsoras de esta propuesta, Igualdad Ya, el puesto ha venido rotando para que todas las regiones geográficas tengan su “turno” (desde 1945 ha habido 3 secretarios generales europeos, 2 africanos, 2 asiáticos, y 1 latinoamericano, ninguno de ellos mujeres). Igualdad Ya presenta una lista de candidatas excelentes, entre las que se incluye a la neozelandesa Helen Clark, Administradora del PNUD; la mexicana Alicia Bárcena, Secretaria Ejecutiva de CEPAL; o la Directora de ONU Mujeres, la sudafricana Phumzile Mlambo-NGcuka, entre otras.

Junto a la tendencia de cambio de manos del poder a las mujeres que identifica Naím, hay aún mucho camino por recorrer. Según el Mapa Mujeres en la Política 2015 elaborado por la Unión Interparlamentaria y ONU Mujeres, en enero de 2015 había 10 mujeres Jefas de Estado (de un total de 152, es decir, el 6,6%) y 14 Jefas de Gobierno (de un total de 193, es decir, el 7,3%), lo que no representa avance frente a los datos, muy similares, de 2014. Seguirá tomando tiempo, y políticas activas que consoliden esta tendencia, que el 50% de la población acceda a los espacios de responsabilidad política en el poder ejecutivo, tanto nacional como en el ámbito de las organizaciones internacionales.

Tras 35 años, el Parlamento Europeo está a punto de alcanzar la paridad de género (no más del 60% ni menos del 40%) con un 37% de mujeres en esta legislatura, pero la Comisión Europea, que se había comprometido a aumentar el número de mujeres, está aún lejos, y sólo ha logrado mantener la misma proporción que en su período anterior, esto es un 32% (9 mujeres y 19 hombres). Federica Mogherini, la Alta Representante para la Política Exterior, junto con Kristalina Georgieva, son las dos únicas que ocupan vicepresidencias.

La visibilidad de una mujer contribuye a la visibilidad de todas las mujeres. Pero la de mujeres como Michelle Bachelet, Yanet Yellen, o Hillary Clinton representa un paso más. Ser mujeres no constituyó una barrera, aunque, por su carácter excepcional, en todos los casos se subrayó que lo eran. La próxima vez, que no será ya la primera, es posible que podamos disfrutar del natural encanto de la normalidad.

María Solanas es Coordinadora de Proyectos en el Real Instituto Elcano. Privilegiada en los afectos, feliz madre de una hija feliz.