Se nos ve el plumero Se nos ve el plumero

"La libertad produce monstruos, pero la falta de libertad produce infinitamente más monstruos"

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Garzón «encarcela» o La alcaldesa «ingresa en prisión»

Nunca me cansaré de recomendar al lector atento de periódicos que compare los sujetos de cada titular sobre el mismo asunto, antes incluso de comparar los verbos.

En las portadas de hoy, El Mundo ha elegido como sujeto de su noticia principal (arriba, a cuatro columnas) a la alcaldesa de Mondragón:

La alcaldesa de Mondragón ingresa en prisión por colaboración con ETA

En cambio, El País ha preferido como sujeto del mismo asunto, y con la misma foto, al juez Garzón:

Garzón encarcela a la alcaldesa de Mondragón

¿Puede alguien pensar que es casual la elección de cada sujeto en ambos diarios?

¿Acaso podemos concebir el titular de El Pais, con Garzón como sujeto, en El Mundo?

Por cierto, al ver la viñeta filosófica que El Roto publica hoy en El País, se me ha ocurrido preguntarme si El Roto habrá nacido en el mismo pueblo que Goya.

Lo de Garzón y la alcadesa de Mondragón se repite, pero con sesgo contrario, en el caso de los sujetos de la primera noticia de El País (el ex asesor de Zapatero)y segunda de El Mundo (el «lobby» de la construcciòn):

El País, mandando arriba, a cuatro columnas:

El ex asesor económico de Zapatero presidirá el «lobby» de constructores

Sumario:

El presidente, «desagradablemente sorprendido» por la decisión

El Mundo, arriba, a una columnas, de salida:

El «lobby» de la construcción ficha al ex jefe de la Oficina Económica de La Moncloa

También cambia mucho el cargo de Taguas: de un simple «ex asesor» (en El País) a todo un «ex jefe» (en El Mundo)

¿»Chica Zapatero» o «ragazza Berlusconi»? ¿Aguirre o trasvase?

Al fin, se acabó la tregua de las coincidencias. ¡Qué aburridos resultan todos los diarios de pago mandando en primera página (Solbes, Chacón, etc.) con el mismo sujeto! Las portadas de los diarios de pago vuelven a donde solían. Cada oveja con su pareja. El Mundo castiga, a cuatro columnas, al Gobierno del PSOE por negar lo del «trasvase«, muy en su papel de lobo feroz:

El Gobierno aprueba un trasvase a Barcelona y se empeña en negarlo

El País , en cambio, lo da a una columnita, abajo, de salida y con titular y sumario muy constructivos (en plan Caperucita):

Las diez claves del agua

Barcelona recibirá caudales de regantes que ahora se pierden

El gran asunto de portada de El País, a cuatro columnas, no merece ni una sola línea en El Mundo:

«¡Si sacamos los 600 avales, ganas seguro, presidenta!»

Sumario de El País. a cuatro:

Diez consejeros de Madrid empujan a Aguirre en una reunión interna tras el Consejo de Gobierno a plantar cara a Rajoy

Público se desmarca de los dos grandes de pago y alimenta a su idem, a toda página, con el magnate mediático que gobierna Italia por tercera vez.

Con las palabras machistas y soeces del presunto delincuente Berlusconi (mi antiguo jefe, cuando fundé el diario El Sol) se armó la polémica. Y no es para menos. Menos mal que Esperanza Aguirre (ni un pelo de tonta) le echó un capote a Zapatero y renegó de las palabras de su colega el derechista Berlusconi. Cuando ataca el enemigo exterior, la patria se une. Eso mismo le debió pasar a Zapatero cuando defendió al pobre Aznar frente a los ataques del presidente venezolano Hugo Chavez, poco antes de que el Rey le mandara callar.

El País le dedica sólo una foto noticia (eso sí) en el centro de su portada, primer plano, a tres columnas, y con un titular muy parecido al de El Mundo que da, en cambio, lo de Berlusconi a una columnita.

El País:

«El Gobierno de Zapatero es demasiado rosa»

Y añade:

¡Nueve mujeres! Le costará dominarlas. En Italia prevalecen los hombres en política. No es fácil encontrar mujeres para un Gobierno».

El Mundo:

Berlusconi dice que ha «regañado» a Zapatero por hacer un Ejecutivo «demasiado rosa»

Hasta los obispos italianos han metido la cuharra en la olla afirmando que el «zapaterismo» ha sido derrotado en Italia.

El debate frívolo italo-español está servido entre «chicas Zapatero» y «ragazzas Berlusconi» .

Me quedo con Zapatero. A Berlusconi le tuve muy cerca… y (¡créanme!) da un poco de miedo.

Donde se les ve muy bien el plumero es en algunas presuntas informaciones de páginas interiores, como las dos que he cortado y pegado aquí, sobre la sentencia que aprueba la reforma del Tribunal Constitucional.

Si no se tratara de un asunto tan grave nos debería dar risa.

Para El País, a una columna, la sentencia del TC:

«…favorece su funcionamiento»

Por el contrario, para El Mundo, a cuatro columnas, esa sentencia es:

«…un grave quebranto a su independencia»

¿Con quién nos quedamos?

No hay general que pueda con una mujer embarazada

En el pie de foto me aseguran que esta imagen de López Garrido (PSOE) y Martínez Pujalte (PP), bromeando y sin cuchillos en sus manos (el del PP sólo agarra un bastón o un paraguas), es de ayer y que fue tomada en España, concretamente en el Congreso de los Diputados.

No me lo puedo creer. Aquí pasa algo. O sea: Pujalte ya no muerde ni vocifera insultos. Y descubrimos que sabía sonreir. Parece otro. El titular de esta foto-noticia lo aclara todo:

SIN BIGOTE, PARA LA NUEVA ETAPA

Si el bigotito, las gafas oscuras y el peinado con raya y «arriba españa» ya no se llevan en la nueva etapa del PP de Mariano Rajoy (despegado de Aznar, ahora sí, hasta el Congreso del PP en junio) es que, sencillamente, estamos ante una revolución en la derecha española.

—-

Aún no he digerido del todo mi reciente viaje por tierras maravillosas de México (una España exagerada, a lo bestia) y por otros lugares y me encuentro con que ésta ya no es mi prensa. Me la han cambiado.

¿Habrá cambiado, quizás, la realidad y, por eso, la prensa de pago me parece tan distinta?

Como sigan así, España va a parecer Versalles (antes de la guillotina) y este blog que compara portadas y titulares perderá todo su sentido. ¡Ojalá!. Pero voy a mirar los grandes diarios nacionales unos cuantos días más no vaya a ser que se trate de un espejismo y que pronto volvamos a las andadas… y a los garrotazos, tal como nos fue en la anterior legislatura.

– Lo que digo: El Mundo y El País coinciden hoy en sus portadas dedicando el gran titular al mismo sujeto: Chacón.

El País, a cinco columnas y con gran foto familiar de la nueva ministra, embarazada y llevando de la mano a sus sobrinos:

Chacón, primera mujer al frente de Defensa

El Mundo, a cuatro columnas y con gran foto de Zapatero y Rajoy dándose la mano y (¡atención!) ambos sonriendo:

La «ecopacifista» Chacón a Defensa y Bibiana Aido, de 31 años, a Igualdad

Cuando escribí el titular de esta nota:

No hay general que pueda con una mujer embarazada

estaba pensado en el adjetivo «ecopacifista» con el que Pedro Jota (genio y figura) califica a la nueva ministra de Defensa, Carme Chacón, jefa de los ejércitos de Tierra, Mar y Aire.

Ecologista y pacifista son dos bellos adjetivos pero ese «ecopacifista«, que precede a Chacón en el gran titular de El Mundo, me parece una calificación intencionada que pretende destacar cierta blandenguería o incapacidad de esta señora para mandar a los tres ejércitos.

Inmediatamente, me vino también la imagen del Pacto del Pardo entre Cánovas y Sagasta, basado en una alternancia conservadora-liberal en el poder que duró décadas.

Hay leyendas que atribuyen al rey Alfonso XII, bisabuelo de Juan Carlos I, el diseño del Pacto de Pardo poco antes de expirar. Dicen que, en su lecho de muerte, el Rey se dirigió a su segunda esposa, la reina María Cristina (la que «me quiere gobernar») y le dijo:

«Óyeme, Cristinita, tú guarda bien el coño y, ya sabes, de Cánovas a Sagasta y de Sagasta a Cánovas».

A continuación, el rey Alfonso XII murió en El Pardo y dejó como Reina Regente a su viuda, una princesa extranjera, de apariencia frágil, que tocaba el piano… y (¡atención!) estaba (como nuestra Carme Chacón) embarazada.

Cuentan que el pobre Sagasta , líder del partido liberal, se echó las manos a la cabeza y le vino a decir a Cánovas, líder del partido conservador, algo así como que la Monarquía, en manos de esta pobre mujer, estaba perdida y que ya no tendría ningún futuro en España.

No hace falta recordar que hablamos de finales del siglo XIX y que, entre los generales y espadones de los dos ejércitos (entonces no había aún aeroplanos), estaba muy de moda el golpe de Estado, llamado finamente «pronunciamiento«. Sólo el general Prim dió siete golpes de Estado en un abrir y cerrar de ojos.

¿Cómo podría una frágil mujer viuda hacer frente a tantos generales y almirantes con ansias desmedidas de salvapatrias?

Cánovas fue clarividente cuando dicen que le dijo a Sagasta:

«No se preocupe usted, don Práxedes, que no hay trono más fuerte y sólido en el mundo que aquel que está sostenido por una mujer embarazada o con un niño en sus brazos».

Y así fue. Aquella Reina Regente embarazada cuidó hábilmente del trono que debía heredar el feto que llevaba en sus entrañas. Parió a un bebé que reinaría más de tres décadas con el nombre de Alfonso XIII.

Sorpresas te da la vida. Por eso, creo que se van enterar nuestros generales y almirantes de la fuerza interior y la decisión que tiene una mujer embarazada. Como diría el poeta. «Quien lo probó lo sabe».

No conozco de nada a la nueva ministra de Defensa, pese a que veranea en Almería, cerca de mi casa, pero estoy seguro de que, hoy por hoy, es el personaje más fuerte del nuevo Gobierno de Zapatero. Y, si no, al tiempo.

Estoy con el líder conservador malagueño: «No hay general que pueda con una mujer embarazada».

¡Enhorabuena por ese nombramiento, presidente!

Vaya por Dios. Los dos grandes diarios coinciden con el sujeto principal de sus portada. Sin embargo, en páginas interiores vuelven a disentir y además, (en lo peor) en el uso del verbo.

Pasen y vean el caso de la alcadesa de ANV en Mondragón

En El Mundo:

Los partidos no acuerdan…

En El País:

Los partidos encargan…

No voy a tener más remedio que mantener vivo este blog, para seguir comparando titulares que nos alerten de que cada uno arrima el ascua a su sardina. Ni siquiera en esta nueva etapa de «pax marianista» (provisional mientras duren las divertidas puñaladas entre los aspirantes Aguirre y Gallardón) podemos bajar la guardia.

En cuanto te descuidas, te cuelan un titular que dice lo contrario que la letra pequeña. Como en las hipotecas.

ETA contra Zapatero, en El Mundo. Viceversa, en El País

Cuando veo grandes titulares como los de hoy me pregunto si los hacen con premeditación y alevosía (o sea, con toda intención) o les sale automáticamente, casi sin pensar, por obediencia ciega a la cultura corporativa del medio en el que los redactores trabajan. Desde luego, me consta que esos titulares los deciden con nocturnidad ya que la primera página del diario es la última que se cierra.

Nunca me canso de recomendar a los asiduos a este blog que no pierdan de vista al sujeto elegido por cada diario para informar del mismo acontecimiento. Por si acaso…

Como vemos, en este caso, los hechos son sagrados pero las opiniones (y, por tanto, el sesgo de los titulares) son libres.

El Mundo ha elegido como sujeto principal de portada a ETA.

El País ha preferido como sujeto a Zapatero.

¿Casualidad?

¿Por qué llamamos «izquierda abertzale» al «totalitarismo patriótico»?

(Todo esto que viene a continuación se lo pueden saltar, pero no se pierdan el artículo de Martín Pallín sobre ETA y el PNV , que he pegado al final). Tras leerlo, se me han quitado las ganas de seguir llamando «izquierda abertzale» («abertzale» significa «patriota» y/o «nacionalista» en euskera o vascuence) a los violentos que pertenecen al «totalitarismo patriótico» o «autoritarismo nacionalista» o simplemente «fascismo patriótico vasco«. Empecemos por llamar a las cosas por su nombre. Es muy importante el nombre de la cosa. Ya lo decía Borges en El golem:

«!Si (como afirma el griego en el Cratilo)

el nombre es arquetipo de la cosa

en las letras de ‘rosa’ está la rosa

y todo el Nilo en la palabra ‘Nilo'»

Cuando vi este chiste de Ricardo (Rajoy echando a escobazos a los «aznarillos» infiltrados en la dirección del PP) no podía dar crédito a mis ojos.

Efectivamente, me restregué los ojos y comprobé que el nuevo Rajoy heroico barría la basura aznarista del PP y se librada así de la influencia maligna del Pinocho del 11-M (¡atención!) nada menos que en la página 3 del diario El Mundo.

Aquí está pasando algo y no me estoy enterando muy bien de por dónde van ahora los tiros de Pedro Jota.

El chiste de Ricardo del jueves pasado no es todo. Hoy mismo, la portada de El Mundo le echa un capote a Zapatero de padre y muy señor mío.

La crónica de Bruselas ha merecido los honores de mandar a cuatro columnas en primera y en un tono tan positivo que, por un momento, pensé que estaba leyendo Público o El País.

Delicioso artículo de mi admirado Millás:

Dudas

JUAN JOSÉ MILLÁS

en El País 14/03/2008

Soy uno de los pocos españoles incapaces de dar un consejo a Zapatero para que administre bien su victoria o a Rajoy para que gestione con sabiduría su derrota. Y no es que me falten opiniones, pero todas son ajenas.

Tengo tantas opiniones ajenas (oigo mucho la radio) que apenas me queda hueco para las propias. Por otra parte, me importa un bledo, la verdad, cómo se lo monten Zapatero o Rajoy, ellos sabrán. Lo que en estos momentos históricos me preocupa es averiguar si Dios es un extremista o un moderado, asunto que no debe de inquietar a la población, pues ni los tertulianos ni los editorialistas se ocupan de él.

Me refiero, claro, al Dios de Rouco, de Acebes, de Ana Botella, de Rajoy, de Mayor Oreja; ese Dios cuyos representantes se manifestaron con pancartas y banderas varias veces durante la pasada legislatura; el mismo que está en contra del preservativo, del aborto, de la Educación para la Ciudadanía, de la investigación con células madres, del divorcio… ¿Ese Dios es moderado o radical? Tal es lo que me preguntaba mientras el piadoso Acebes aseguraba por la tele que el PP se había llevado los votos del centro, mientras que en el PSOE habían recalado los de los extremistas, es decir, los de quienes no están de acuerdo con meter en la cárcel a los niños de 12 años; los de quienes no practican el odio al extranjero; los de quienes están a favor de extender a los homosexuales los mismos derechos de los que goza el resto de la población… Quizá parezca ingenuo preguntarse si el Dios de Mayor Oreja es extremista o moderado, pero si va a tener sobre la presente legislatura la misma influencia que sobre la pasada, deberíamos poseer más datos acerca de ese Dios. ¿Cómo saber, en caso contrario, si cuando Rouco asegura que va a rezar por Zapatero debemos interpretarlo como una cortesía o como una amenaza?

FIN

Ahí va el excelente artículo del magistrado Martín Pallín (del que les hablé al principio), bastante oportuno tras la victoria electoral de Zapatero y la derrota de Ibarretxe. Yo lo he leído dos veces antes de copiarlo y pegarlo.

Alguien está volando sobre un nido de víboras

JOSÉ ANTONIO MARTÍN PALLÍN

en El País 15/03/2008

Una parte representativa de la sociedad vasca está volando sobre un nido de víboras sin entrar en la guarida y sin tomar conciencia del peligro que representa. En la película que me ha inspirado el título de estas líneas (Alguien voló sobre el nido del cuco, Milos Forman, 1975), el protagonista, Jack Nicholson, se hace pasar por loco para conseguir su internamiento en un psiquiátrico y desmontar el poder autoritario y despótico de la enfermera jefe.

Euskadi tiene más autogobierno que algunos Estados de sistemas federales

El llamado «conflicto vasco» viene de lejos. Se mantiene después de una primera dictadura, una república y una larga y sangrienta dictadura que asoló a todos los vencidos, sin distinción. Pero la Constitución de 1978 ha servido para que Euskadi asuma una capacidad de autogobierno de la que carecen algunos Estados de sistemas federales. Y sin embargo, ha pasado el tiempo y el balance de la colaboración del nacionalismo vasco, en el que es necesario incluir a los que se agrupan bajo ese magma indescifrable del abertzalismo de izquierdas, nunca ha sido generoso -yo diría más bien ingrato- con aquellos españoles que, en medio de dificultades que ellos no están pasando, tenemos que convivir con los herederos, cada vez más crecidos y numerosos, de una de las dos Españas.

En la sociedad vasca se ha creado una segregación violenta de sus habitantes

Esos herederos de una de las dos Españas consideran cualquier signo de racionalidad como una debilidad inaceptable, traidora, cobarde e impropia de la España imperial. En el mismo plano, los fundamentalistas vascos realizan un análisis parecido al de los ultranacionalistas españoles. La violencia siempre necesita una justificación para sublimarla y convertirla en un acto heroico. Para disparar en la nuca a una persona es necesario que el asesino llene antes sus vísceras de un odio irracional alimentado por la existencia de un supuesto enemigo exterior, que sólo persigue el exterminio de los auténticos e indomables vascos.

Si los sueños de la razón engendran monstruos, los delirios de la sinrazón han alimentado a una camada de víboras. Que conste que no se trata de un exabrupto descalificante, sino de una autodefinición de los que tienen por anagrama el hacha y la serpiente.

Empieza a visualizarse lo que temíamos. La sociedad vasca, se ha escindido en dos comunidades, no necesariamente separadas irreconciliablemente por opciones políticas, sino por una realidad más cruda y descarnada: los que pueden deambular, hablar y manifestarse sin temor a ser asesinados y los que por el simple hecho de existir, aunque no hablen porque no pueden o no quieren, son objetivos reales de los criminales que escenifican su presencia política con la plástica sangrienta del tiro en la nuca o, lo que quizá sea mas per-sistente e insoportable, con el apartheid cotidiano de los que aspiran a otra Euskadi más tolerante e integradora.

Hay demasiadas noches de los cristales rotos en la vida cotidiana de la sociedad vasca. Se ha creado una segregación violenta de sus habitantes, independientemente de cualquier opción vital. El grupo que utiliza la pistola y la bomba como medio de acción política, ha introducido un factor de perversión y una masa de células malignas en el cuerpo social.

Bertolt Brecht está presente en la vida de Euskadi, con una intensidad y asimilación de la época nazi que tiene que estremecer o, por lo menos hacer reflexionar, a los responsables políticos y sociales del País Vasco.

Algún ciudadano vasco puede repetir con el dramaturgo alemán: «Cuando comenzaron a asesinar sería porque sus víctimas algo habían hecho: no era mi caso. Mataron también a policías y militares: pero yo no era ninguno de ellos. También dispararon a la nuca de algunos que decían que eran narcotraficantes. Yo no lo era. Después pusieron sus objetivos en la nuca de personas que optaron libremente por una opción política contraria a sus exclusivas ideas: yo me mantenía en un exquisito apoliticismo. Finalmente, vinieron por los apolíticos, pero ya era tarde».

Todo esto está sucediendo, no es una pesadilla y no se puede tratar como una anormalidad con la que se pueda convivir sin la autodestrucción de la convivencia y de la dignidad social.

Hay que ser justos y reconocer que el Partido Nacionalista Vasco tiene serios motivos para mostrarse agraviado por determinados comportamientos de los poderes centrales hacia su política, sus dirigentes y la máxima representación institucional de la comunidad autónoma. Los políticos de Madrid han cometido algunos errores, pero, sobre todo, los voceros de la España sin horizonte no facilitan la tarea de desmontar en ciertos sectores de la sociedad vasca la idea de una democracia agresora y poco atractiva.

La Ley de Partidos Políticos no pasará a la historia de nuestra democracia como una medida acertada. En el campo del Derecho Penal existe un amplio catálogo de respuestas a hechos directamente criminales o indirectamente impulsores de los mismos. No era necesario dejar fuera del juego político de manera aleatoria a unos cientos de miles de ciudadanos que, mal que nos pese, se han creído la tesis, tan querida por todos los autoritarios, del enemigo exterior.

El Partido Nacionalista Vasco, que se siente legítimamente agraviado por ciertos comportamientos del poder judicial, no puede seguir sobrevolando sobre este nido de víboras, como si se tratase de un fenómeno biológico o una simple barbaridad. Es algo más, es el germen de la destrucción de una sociedad que se suicida contemplando cómo la serpiente forma parte de su propio cuerpo social y el hacha, en la prehistoria símbolo del progreso, se utiliza para segar las vidas de los disidentes.

José Antonio Martín Pallín es magistrado emérito del Tribunal Supremo.

Maneras distintas para la política y para la vida

Anoche seguí el recuento desde el sofá de mi casa, con mi portátil conectado a 20minutos.es (con incursiones a elmundo.es y a elpais.com para comprobar que casi siempre íbamos por delante de ellos). Al mismo tiempo, miraba el televisor y hacía zapping por las distintas cadenas, aunque sin sonido.

Una imagen me sorprendió y me perturbó (y eso que hace años que me echaron de TVE).

Las cámaras de la calle Ferraz enfocaban a Zapatero y a su corte con un plano general obtenido casi al nivel del asfalto.

La tarina-pasarela, de apenas un metro de altura, permitía a Zapatero estrechar las manos de sus fervorosos seguidores.

Las banderas y los brazos alzados impedían a las cámaras darnos una imagen buena y limpia del líder socialista. Las fotos de la prensa de hoy también muestran esas imágenes del líder a la altura de la calle.

Cuando las cadenas conectaban con las cámaras de la calle Génova nos mostraban una plano general contrapicado (de abajo arriba) del líder del PP, obtenido desde la calle hacia las alturas de un balcón impresionante que estaba a varios pisos del suelo. Una gigantesta pancarta azul del PP y muchos metros de altura separaban a Rajoy de sus fervorosos seguidores. Era imposible el contacto físico del líder con sus militantes.

¿Dónde he visto yo esa estética mitinera antes que en la calle Génova?

Me recordó de pronto los discursos de Franco en el balcón del Palacio de Oriente o en la tribuna enorme del desfile de la Victoria. Era la estética fascistoide de los años 30.

Flaco favor le hicieron anoche al pobre Rajoy con esa estética aznarista de la calle Génova.

El vencedor Zapatero estaba cercano y próximo a los suyos, tocándoles con la mano.

El perdedor Rajoy estaba lejano y alto, muy alejado de los suyos.

No sólo físicamente.

Una pena.

El refugio de Dios

FÉLIX OVEJERO LUCAS en El País

10/03/2008

Se ha repetido estos días. Con pequeñas variaciones, se dio también hace unos meses, a propósito de «la manifestación de los obispos» o cuando el Papa, en su encíclica Spe salvi, la emprendió contra la democracia por sus vecindades con el nihilismo. La misma reacción: discutir a los que trafican con las almas el derecho a terciar en los asuntos del mundo. La religión sería algo privado, cosa de cada cual, como la digestión. Mejor, como «ser del Barça».

Si los clérigos hablan de asuntos mundanos, deben aceptar que otros puedan criticarles

Si juegan, han de aceptar el reglamento, incluidas las burlas. No valen los vetos

Una comparación con problemas. Salvo para iluminados, como el actual presidente del club, «ser del Barça» no requiere participar de una concepción del mundo. Por el contrario, una religión, mal que bien, supone un sistema conceptual con el que abordar el mundo y situar al ser humano en él. Entre otras cosas, conlleva un conjunto de ideas acerca de cómo una vida debe ser vivida. Con esas herramientas, sus practicantes transitan por sus días y, para que su tránsito sea más fluido, aspiran a modelar el mundo, esto es, la vida de todos. No sólo eso. Por lo general, las religiones tienen pretensiones de validez y universalidad. No hay que dramatizar demasiado: al cabo, conozco a muy pocas personas que sostengan que sus propias creencias son incorrectas, que no tienen razones para defender lo que defienden.

Ahora bien, las religiones también aspiran a la infalibilidad. Y esa es ya otra liga. Sobre todo si cuaja en cosas como «el texto de las Sagradas Escrituras es inalterable, su traducción oficial en otra forma de lenguaje, sin el consentimiento previo de la Iglesia autocéfala de Constantinopla, está prohibida», según reza en la Constitución griega y me entero leyendo un reciente libro de Francisco Laporta.

En realidad, los que lamentan que los obispos se metan en asuntos mundanos, lo que lamentan es que se metan con ellos. Sucede algo parecido con los actores y futbolistas. Cuando opinan igual que nosotros, estamos encantados de su «compromiso». Cuando no, les recordamos lo de «zapatero a tus zapatos». Y eso no procede. Si se está dispuesto a alabar al Papa cuando critica la guerra del Golfo, no es de ley remitirlo al departamento de intimidades cuando arremete contra la democracia.

Quien defiende la teología de la liberación por su «compromiso», tiene que apechugar con las proclamas conservadoras del Vaticano, no menos comprometidas. La acostumbrada trampa de vincular compromiso con tesis progresistas confunde el contenido de las ideas con la disposición a defenderlas. En el mejor de los casos, una confusión conceptual. Otras veces, otra cosa, menos digna. El silencio de los actores «comprometidos» en el festival de San Sebastián sobre lo que pasa en San Sebastián, por ejemplo, es otra cosa.

Pero hay otros dos modos de reexpedir la religión a la intimidad que incluso cuentan con la aquiescencia de religiosos más o menos apocados. Uno consiste en reducir la religión a la sensibilidad moral. Una idea poco clara que, cuando se desbroza, nos deja en las puertas de unas cuantas intuiciones compartidas acerca de lo que está bien y lo queno. Algo la mar de interesante, pero que no cae bajo el negociado de las religiones. Si acaso, bajo el de la biología, según muestran investigaciones que parecen confirmar que los humanos compartimos un conjunto de opiniones morales. Las disposiciones morales, aunque menos divertidas, serían como las sexuales, simple instinto.

Por cierto que, para desconsuelo de filósofos y racionalistas en general, parece que el acuerdo en las prácticas morales no se extiende a los procedimientos que utilizamos para fundamentarlas. Estamos de acuerdo en lo que está bien, pero no en su porqué. En todo caso, no está de más añadir que la religión no parece favorecer el músculo moral. La proporción de criminales con convicciones religiosas se corresponde con la que se da en el conjunto de la población.

El otro modo de remitir la religión a la intimidad apuesta por sustituir la claridad doctrinal de la religión por una vaga «experiencia religiosa» común a todas las religiones. En realidad, los contornos se difuminan tanto, que habría que incluir en el lote desde las ansiedades hipocondríacas de algún personaje de Woody Allen hasta cualquier experiencia psicotrópica medianamente decente. Un mal negocio para quienes gestionan las religiones, sin duda. Pero también un mal negocio intelectual. Siempre es posible, limando aquí y allá, encontrar semejanzas entre las religiones. Prácticamente todas comparten algunas tesis, aunque sólo sean negativas; por ejemplo, que la bondad de una vida no consiste en acumular dinero. Y, por supuesto, siempre cabe atribuirles parejas funciones, empezando por la de dotar de sentido a la vida. Pero eso constituye una magra cosecha, al alcance incluso de los boy scouts.

Las religiones serán insensatas, pero son precisas. Cada una de ellas se perfila según particulares ideas acerca del origen del mal y sobre las terapéuticas para encararlo. Las diferencias no son menudencias. Los cristianos lidian con el pecado, el perdón divino y la reparación; los hinduistas, con la ignorancia y el conocimiento del Brahman; los jainitas, con la dependencia y su liberación; los budistas, con las esencias que perduran y el reconocimiento de la transitoriedad de los estados. Hay que pasar muchas veces la batidora de conceptos si se quiere sostener que todo eso es lo mismo.

Así que nada de circunscribir a quienes mercadean con el más allá a la gestión de la intimidad. Pueden decir lo que quieran. Ahora bien, con todas las consecuencias. Lo que no cabe es que, después de recomendarnos cómo tenemos que vivir, de opinar sobre esto y aquello, cuando se les replica, echen mano del «¡casa!» de los juegos infantiles para sentirse agredidos y reclamar «respeto a sus creencias».

Si juegan, y, por lo que acabo de decir, no pueden dejar de jugar, han de aceptar el reglamento, incluidas las burlas de buen o mal gusto, como todos, sin que importe que sus practicantes sean uno o un millón. No valen los vetos.

Por supuesto, lo primero es impedir las malas maneras, las coacciones de quienes exigen a los otros que compartan la fe propia para conceder su respeto. No es lo común por aquí, en donde a lo más que se llega es al «soborno del cielo», del que Borges dijo liberarse, pero conviene avisar. Pero, sobre todo, hay que recordarles que, aunque ellos cimenten sus puntos de vista sobre «valores religiosos», las únicas razones que pueden hacer circular con los demás han de ser seculares, atendibles por todos. Y en serio, esto es, que si no las encuentran, han de revisar sus juicios, al menos en la arena política, y no invocar un salvoconducto especial para rehuir las demandas de la razón pública. Entonces, sí, a la intimidad, para siempre. Y a no abrir boca.

Félix Ovejero Lucas es profesor de Ética y Economía de la Universidad de Barcelona.

El PP tropieza dos veces con la misma piedra

Con una mezcla de dolor y de cabreo (poco recomendable para escribir), me enfrento hoy al blog, despues de haber visto los diarios de pago de hoy y las noticias de ayer en la tele.

Estoy con Sandra Carrasco: Los terroristas de ETA que han asesinado a su padre son unos hijos de puta.

Me gustaría utilizar hoy palabras más gruesas para calificar a estos miserables pero el libro de estilo del blog no me lo permite. Quede así mi solidaridad con la familia de Isaías Carrasco, con sus compañeros del Partido Socialista y del sindicato UGT y con todos los vascos decentes que condenan la violencia como instrumento para imponer ideas políticas a los demás.

Dicho esto, no puedo evitar decir un ¡lástima! porque el PP ha vuelto a perder otra gran oportunidad para lavar su imagen miserable, conseguida a pulso por querer sacar rédito político partidista de las víctimas del terrorismo y romper así la unidad de todos contra ETA.

También debo reconocer que ayer me impresionó Mariano Rajoy por dos razones y le felicito por ello:

1.- Fue el primer líder político o que se lanzó a condenar el crimen de ETA y mandó, con razón, en todos los telediarios de la tarde.

Mientras tanto, Zapatero -no entiendo por qué- se asustó, se arrugó y se escondió hasta muy entrada la tarde. Incluso Rubalcaba -a quien tengo por muy listo y de grandes reflejos- salió a dar la cara con más de una hora de retraso.

¡Qué fácil hubiera sido para Zapatero decir unas palabras sencillas, sentidas y francas (por favor, sin leer) desde Málaga, al minuto de conocer la terrible noticia y antes de subirse al avión!

Creo que el poder les atonta a todos.

2.- Rajoy lo hizo muy bien. Serio, triste, austero, sin leer, mirando a los ojos del espectador y con un mensaje de contenido francamente democrático, muy alejado de las mentiras miserables de Aznar tras el 11-M.

Escuché con gusto las palabras de Rajoy en la tele y me dio la impresión de ya había ganado las elecciones de mañana y hablaba como si fuera el nuevo presidente del Gobierno. ¡Bravo!

Mientras tanto, ¿dónde coño estaba escondido el presidente Zapatero?

¿Que imbécil le habrá aconsejado no decir ni pío hasta llegar a la Moncloa? No lo entiendo.

Por tanto, en mi opinión, Rajoy sacó un diez en su primera reacción contra el crimen de ETA y Zapatero sacó un cero, pues lo hizo tarde y muy mal (frío, oficialista, protocolario, farragoso…).

Sin embargo, poco después, Rajoy la cagó y eso le va a costar un buen puñado de votos de indecisos decentes. El PP volvió a tropezar otra vez con la misma piedra.

Pensé: ¿Le habrá llamado Aznar para recriminarle por su primera excelente declaración y conminarle a que rompiera el acuerdo de todos los demócratas contra ETA?

O hay dos Rajoys o no lo entiendo.

Empezó con un diez y acabó el día con un cero. Rajoy cambió de actitud y dió instrucciones terribles a sus ayudantes (los Zaplanas o Acebes, aznaristas de turno) para que metieran la cuchara en el Congreso de los Diputados con el fin de sacar tajada política de la sangre, aún caliente, de un socialista recién muerto a tiros. Y rompieron el acuerdo de todos nada más salir del Congreso.

¡Qué vergüenza!

En cambio, Zapatero salió de su escondite palaciego y se fue creciendo a medida que pasaban las horas. Se fue a Mondragón donde, después de abrazar a la familia de Isaías y a los suyos, habló ante las cámaras con franqueza, con sentimiento, como emoción y marcó el camino que tiene que marcar un líder político. Lo que no dijo en Málaga ni en La Moncloa lo improvisó -y muy bien- en Mondragón. ¡Un diez!

En unas horas, Rajoy y Zapatero se intercambiaron las notas. Cero para Rajoy y diez para Zapatero.

El Pais lo cuenta en su portada en el primer sumario:

El Mundo tamibien lo cuenta en su portada en su primer sumario:

Ambos diarios ponen el mismo sujeto para informar del mismo acontecimiento, pero sus verbos y, por tanto, sus intenciones son muy distintas:

«El PP utiliza…»

«El PP pidió en vano…»

Llamamiento de Sandra, la hija mayor de Isaías Carrasco

«“Quien quiera solidarizarse con nuestro dolor que vaya a votar el domingo” ha dicho Sandra, la hija mayor de Isaías Carrasco, durante la concentración en repulsa por el atentado celebrada este mediodía frente al Ayuntamiento de Mondragón.

He recibido numerosos mensajes (del estilo «Pásalo») por SMS y por e-mail. Varios me han llegado a través de Facebook. Éste es mi favorito:

Re: Fascistas y cobardes

NI UNA SOLA ABSTENCION. EL DOMINGO TODOS A VOTAR. ¡ETA NO! ABSTENTZIO BATERIK EZ. DENOK BOZKATZERA. E.T.A EUSKAL HERRITIK AT!

NI UNA SOLA ABSTENCIÓ. EL DIUMENGE TOTS A VOTAR. ETA NO!

NIN UNHA SOA ABSTENCIÓN. O DOMINGO TODOS A VOTAR. ¡ETA NON!

Contra el nazionalismo centralista y periférico, contra ETA y los que han vivido de su teta, usa tu papeleta.

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ELECCIONES 2008 – ETA irrumpe en el cierre de campaña

Isaías vivía en Euskadi, ¿dónde viven ustedes?

SOLEDAD GALLEGO-DÍAZ

El País 08/03/2008

Isaías Carrasco vivía en Euskadi. ¿En qué país vive el lehendakari Ibarretxe cuando se niega a que se haga una lectura política de su asesinato? ¿En que país vive el popular Ignacio Astarloa cuando se atreve a poner maliciosamente en peligro el consenso de todos los grupos parlamentarios en un día como ayer y en un tema como el asesinato de un ex concejal socialista? Sólo la templanza de los demás partidos logró anoche que el triste espectáculo ofrecido, absurdamente, por el representante del PP en el Congreso, terminara por un nuevo e increíble enfrentamiento a propósito de la lucha antiterrorista.

Resulta lastimoso que en un día como ayer alguien estuviera dispuesto a distraer la atención del punto exacto en el que debería estar. En el País Vasco, en un lugar donde deberían dejar de hablar de terrorismo de ETA y empezar a hablar más claramente de asesinatos políticos, porque eso es lo que hacen los miembros de ese grupo y eso es lo que apoyan los votantes de Batasuna. Eso es lo que hizo ayer ETA: eliminar a alguien que representa una opción diferente de la que ellos defienden. Lo curioso es que en el País Vasco casi nadie quiere dar esa condición al asesinato de Isaías Carrasco: han matado a un hombre sencillo, normal, un hombre de la calle, decía el lehendakari, para quien eso suponía una «sobredosis de cobardía» (?).

La realidad es que a Carrasco no le asesinaron por eso, por ser un hombre normal y sencillo, sino porque representaba, sin la menor duda, una opción política, el Partido Socialista, contraria a Batasuna. Sería lamentable que la sociedad vasca negara a los familiares de los asesinados por ETA la explicación de su muerte, reduciéndola a la actividad de unos locos incontrolados. Sería no sólo lamentable, sino grave que la sociedad vasca no se diera cuenta de lo falsa que resulta la posición expresada ayer por el lehendakari : «Nos negamos a hacer una lectura política de este asesinato, dos días antes de las elecciones. Esto es simplemente un acto de barbarie». Una barbarie, sin duda, pero está claro también que tiene una lectura política, por mucho que los nacionalistas vascos quieran ocultarla. Si se encubre la realidad, decía Freud, termina por construirse todo un discurso sobre lo que se quiere ocultar. Eso es lo que le sucede quizás al PNV. ETA se está haciendo presente en la campaña electoral asesinando, pero no a cualquiera, sino a quienes defienden la pluralidad de la sociedad vasca. ETA optó hace mucho tiempo por una estrategia terrorista con objetivos estrictamente políticos e Isaías Carrasco no ha sido asesinado simplemente porque estuviera a mano sino porque era, precisamente, eso, un objetivo político. Porque pertenecía a un grupo que se opone a un planteamiento totalitario en Euskadi, es decir, por las mismas razones por las que ya han sido asesinados en Euskadi otros muchos miembros de su partido y del Partido Popular.

El asesinato de Carrasco no ha sido una sorpresa. Desde que ETA hizo público un comunicado amenazando a los socialistas, estaba claro que intentarían asesinar a algún militante del PSOE. Finalmente, lo han conseguido. Conmueve la pena que sentían ayer los militantes de los partidos que defienden el pluralismo en Euskadi. Todos, en el PSE o en el PP, se preguntaban ayer hasta dónde llegará esta nueva oleada de asesinatos políticos. Cuántos caerán antes de que los ciudadanos vascos hagan una lectura política de la situación y se pregunten: «Isaías Carrasco vivía en Euskadi. ¿Dónde vivimos nosotros?»

FIN

Zapatero en El Mundo; Rajoy, en el Pais

Ganan Z y R (Zapatero y Rouco), una de cal y otra de arena

Ayer ganó Zapatero y hoy ha ganado Rouco Varela. ¡Vaya por Dios! Una de cal y otra de arena.

Contra la violencia machista… tarde y con sesgo

Los diarios de pago -ahora sí- han considerado que el asesinato de cuatro mujeres por violencia machista es noticia de primera página sólo porque ha hecho reaccionar a los líderes políticos que ellos apoyan o desdeñan.

Por fin, han destacado este tenerbroso asunto en sus portadas cuarenta y ocho horas más tarde que las radios, televisiones, diarios gratuitos e Internet. Eso sí, lo han hecho con su sesgo correspondiente. O sea, tarde y con daño.

Pésimo periodismo. En lugar de destacar una noticia tan brutal que zarandea al público y remueve todas sus emociones, cuando ésta se produce, los diarios de pago la esconden en un rincón minúsculo de sus portadas.

Pero, ¡ay!, en cuanto afecta lo más mínimo a los candidatos que aspiran al poder, la engordan hasta las cuatro columnas y la colocan mandando en primera, con todos los honores tipográficos que le negaron en el día de autos. Hoy, la documentan, la valoran, a la luz de sus intereses electorales, e incluso opinan editorialmente sobre ella.

Pero el sujeto de hoy ya no son las cuatro mujeres asesinadas por hombres sino Zapatero y Rajoy que «compiten en proponer medidas contra la violencia doméstica» (en El Mundo). O bien, «La violencia machista golpea a los candidatos» (en Público) o «Los asesinatos de cuatro mujeres obligan a reaccioar a los partidos» (en El País)