Se nos ve el plumero Se nos ve el plumero

"La libertad produce monstruos, pero la falta de libertad produce infinitamente más monstruos"

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El PP tropieza dos veces con la misma piedra

Con una mezcla de dolor y de cabreo (poco recomendable para escribir), me enfrento hoy al blog, despues de haber visto los diarios de pago de hoy y las noticias de ayer en la tele.

Estoy con Sandra Carrasco: Los terroristas de ETA que han asesinado a su padre son unos hijos de puta.

Me gustaría utilizar hoy palabras más gruesas para calificar a estos miserables pero el libro de estilo del blog no me lo permite. Quede así mi solidaridad con la familia de Isaías Carrasco, con sus compañeros del Partido Socialista y del sindicato UGT y con todos los vascos decentes que condenan la violencia como instrumento para imponer ideas políticas a los demás.

Dicho esto, no puedo evitar decir un ¡lástima! porque el PP ha vuelto a perder otra gran oportunidad para lavar su imagen miserable, conseguida a pulso por querer sacar rédito político partidista de las víctimas del terrorismo y romper así la unidad de todos contra ETA.

También debo reconocer que ayer me impresionó Mariano Rajoy por dos razones y le felicito por ello:

1.- Fue el primer líder político o que se lanzó a condenar el crimen de ETA y mandó, con razón, en todos los telediarios de la tarde.

Mientras tanto, Zapatero -no entiendo por qué- se asustó, se arrugó y se escondió hasta muy entrada la tarde. Incluso Rubalcaba -a quien tengo por muy listo y de grandes reflejos- salió a dar la cara con más de una hora de retraso.

¡Qué fácil hubiera sido para Zapatero decir unas palabras sencillas, sentidas y francas (por favor, sin leer) desde Málaga, al minuto de conocer la terrible noticia y antes de subirse al avión!

Creo que el poder les atonta a todos.

2.- Rajoy lo hizo muy bien. Serio, triste, austero, sin leer, mirando a los ojos del espectador y con un mensaje de contenido francamente democrático, muy alejado de las mentiras miserables de Aznar tras el 11-M.

Escuché con gusto las palabras de Rajoy en la tele y me dio la impresión de ya había ganado las elecciones de mañana y hablaba como si fuera el nuevo presidente del Gobierno. ¡Bravo!

Mientras tanto, ¿dónde coño estaba escondido el presidente Zapatero?

¿Que imbécil le habrá aconsejado no decir ni pío hasta llegar a la Moncloa? No lo entiendo.

Por tanto, en mi opinión, Rajoy sacó un diez en su primera reacción contra el crimen de ETA y Zapatero sacó un cero, pues lo hizo tarde y muy mal (frío, oficialista, protocolario, farragoso…).

Sin embargo, poco después, Rajoy la cagó y eso le va a costar un buen puñado de votos de indecisos decentes. El PP volvió a tropezar otra vez con la misma piedra.

Pensé: ¿Le habrá llamado Aznar para recriminarle por su primera excelente declaración y conminarle a que rompiera el acuerdo de todos los demócratas contra ETA?

O hay dos Rajoys o no lo entiendo.

Empezó con un diez y acabó el día con un cero. Rajoy cambió de actitud y dió instrucciones terribles a sus ayudantes (los Zaplanas o Acebes, aznaristas de turno) para que metieran la cuchara en el Congreso de los Diputados con el fin de sacar tajada política de la sangre, aún caliente, de un socialista recién muerto a tiros. Y rompieron el acuerdo de todos nada más salir del Congreso.

¡Qué vergüenza!

En cambio, Zapatero salió de su escondite palaciego y se fue creciendo a medida que pasaban las horas. Se fue a Mondragón donde, después de abrazar a la familia de Isaías y a los suyos, habló ante las cámaras con franqueza, con sentimiento, como emoción y marcó el camino que tiene que marcar un líder político. Lo que no dijo en Málaga ni en La Moncloa lo improvisó -y muy bien- en Mondragón. ¡Un diez!

En unas horas, Rajoy y Zapatero se intercambiaron las notas. Cero para Rajoy y diez para Zapatero.

El Pais lo cuenta en su portada en el primer sumario:

El Mundo tamibien lo cuenta en su portada en su primer sumario:

Ambos diarios ponen el mismo sujeto para informar del mismo acontecimiento, pero sus verbos y, por tanto, sus intenciones son muy distintas:

«El PP utiliza…»

«El PP pidió en vano…»

Llamamiento de Sandra, la hija mayor de Isaías Carrasco

«“Quien quiera solidarizarse con nuestro dolor que vaya a votar el domingo” ha dicho Sandra, la hija mayor de Isaías Carrasco, durante la concentración en repulsa por el atentado celebrada este mediodía frente al Ayuntamiento de Mondragón.

He recibido numerosos mensajes (del estilo «Pásalo») por SMS y por e-mail. Varios me han llegado a través de Facebook. Éste es mi favorito:

Re: Fascistas y cobardes

NI UNA SOLA ABSTENCION. EL DOMINGO TODOS A VOTAR. ¡ETA NO! ABSTENTZIO BATERIK EZ. DENOK BOZKATZERA. E.T.A EUSKAL HERRITIK AT!

NI UNA SOLA ABSTENCIÓ. EL DIUMENGE TOTS A VOTAR. ETA NO!

NIN UNHA SOA ABSTENCIÓN. O DOMINGO TODOS A VOTAR. ¡ETA NON!

Contra el nazionalismo centralista y periférico, contra ETA y los que han vivido de su teta, usa tu papeleta.

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ELECCIONES 2008 – ETA irrumpe en el cierre de campaña

Isaías vivía en Euskadi, ¿dónde viven ustedes?

SOLEDAD GALLEGO-DÍAZ

El País 08/03/2008

Isaías Carrasco vivía en Euskadi. ¿En qué país vive el lehendakari Ibarretxe cuando se niega a que se haga una lectura política de su asesinato? ¿En que país vive el popular Ignacio Astarloa cuando se atreve a poner maliciosamente en peligro el consenso de todos los grupos parlamentarios en un día como ayer y en un tema como el asesinato de un ex concejal socialista? Sólo la templanza de los demás partidos logró anoche que el triste espectáculo ofrecido, absurdamente, por el representante del PP en el Congreso, terminara por un nuevo e increíble enfrentamiento a propósito de la lucha antiterrorista.

Resulta lastimoso que en un día como ayer alguien estuviera dispuesto a distraer la atención del punto exacto en el que debería estar. En el País Vasco, en un lugar donde deberían dejar de hablar de terrorismo de ETA y empezar a hablar más claramente de asesinatos políticos, porque eso es lo que hacen los miembros de ese grupo y eso es lo que apoyan los votantes de Batasuna. Eso es lo que hizo ayer ETA: eliminar a alguien que representa una opción diferente de la que ellos defienden. Lo curioso es que en el País Vasco casi nadie quiere dar esa condición al asesinato de Isaías Carrasco: han matado a un hombre sencillo, normal, un hombre de la calle, decía el lehendakari, para quien eso suponía una «sobredosis de cobardía» (?).

La realidad es que a Carrasco no le asesinaron por eso, por ser un hombre normal y sencillo, sino porque representaba, sin la menor duda, una opción política, el Partido Socialista, contraria a Batasuna. Sería lamentable que la sociedad vasca negara a los familiares de los asesinados por ETA la explicación de su muerte, reduciéndola a la actividad de unos locos incontrolados. Sería no sólo lamentable, sino grave que la sociedad vasca no se diera cuenta de lo falsa que resulta la posición expresada ayer por el lehendakari : «Nos negamos a hacer una lectura política de este asesinato, dos días antes de las elecciones. Esto es simplemente un acto de barbarie». Una barbarie, sin duda, pero está claro también que tiene una lectura política, por mucho que los nacionalistas vascos quieran ocultarla. Si se encubre la realidad, decía Freud, termina por construirse todo un discurso sobre lo que se quiere ocultar. Eso es lo que le sucede quizás al PNV. ETA se está haciendo presente en la campaña electoral asesinando, pero no a cualquiera, sino a quienes defienden la pluralidad de la sociedad vasca. ETA optó hace mucho tiempo por una estrategia terrorista con objetivos estrictamente políticos e Isaías Carrasco no ha sido asesinado simplemente porque estuviera a mano sino porque era, precisamente, eso, un objetivo político. Porque pertenecía a un grupo que se opone a un planteamiento totalitario en Euskadi, es decir, por las mismas razones por las que ya han sido asesinados en Euskadi otros muchos miembros de su partido y del Partido Popular.

El asesinato de Carrasco no ha sido una sorpresa. Desde que ETA hizo público un comunicado amenazando a los socialistas, estaba claro que intentarían asesinar a algún militante del PSOE. Finalmente, lo han conseguido. Conmueve la pena que sentían ayer los militantes de los partidos que defienden el pluralismo en Euskadi. Todos, en el PSE o en el PP, se preguntaban ayer hasta dónde llegará esta nueva oleada de asesinatos políticos. Cuántos caerán antes de que los ciudadanos vascos hagan una lectura política de la situación y se pregunten: «Isaías Carrasco vivía en Euskadi. ¿Dónde vivimos nosotros?»

FIN

¿Por qué nuestra derecha tira al monte?

Me lo temía. El PP ha conseguido su objetivo: abuchear al presidente del Gobierno de España mientras solemnemente honraba a nuestros muertos.

Bueno, no hay que ser muy fino para interpretar los movimientos de nuestra derecha cavernaria. Quien siembra vientos recoge tempestades.

¡Qué vergüenza de derecha! ¡Qué mala suerte hemos tenido en los últimos quinientos años en manos de la derecha!

¿No tendrán en el PP un libro de urbanidad democrática?

¿Acaso no tienen memoria? O, quizás, precisamente porque la «españa negra» tiene pánico a su propia memoria no quiere que nadie se la recuerde.

¡Qué torpes son los separadores dando oxígeno a los separatistas!

¿Qué podemos hacer para nuestra derecha se civilice y no tire siempre al monte?

Se admiten sugerencias pacíficas.

No por mucho rezar amanece más temprano

Manolo Saco en Público

Se nos acumulan los homenajes. El PP ha hecho descansar toda la carga simbólica de la unidad de la patria (nación, en palabras de Rajoy, aunque como habla raro no sé si dice en realidad nazión) en la bandera roja y gualda. Una nación que sólo existe como tal desde el siglo XVIII, con los Decretos de Nueva Planta de Felipe V, pero que él la vive en sus sueños imperiales como una nación instaurada por los abuelos mismos de Viriato.

El día 12, fiesta nacional, Rajoy se ha empeñado en convertirlo en fiesta nazional. Y lo hace como siempre, apoderándose con descaro de los símbolos de todos, como expendedor exclusivo de carnés de patriota. Ya tiene bandera, actúa de monarca en televisión, pero le falta himno. Mariano busca desesperadamente un poeta que le ponga una letra más digna que la inventada por José María Pemán (“alzad los brazos hijos”), pues a él, como a su mentor el centrista hombrecillo insufrible, sólo se le pone tieso el brazo en la intimidad.

El presidente de su partido era muy aficionado a cantar en su juventud el Cara al Sol de los fascistas de Falange. Un himno que tenía un disparate de letra que no soportaría el más amable análisis de textos, compuesto en comandita por los poetas de la camarilla de José Antonio Primo de Rivera, pero con una música soberbia del maestro Tellería. En él decían aquello de que “en España empieza a amanecer”. ¿Dónde habré oído últimamente eso del amanecer?

Ya sé. La Conferencia Episcopal Española también buscaba con urgencia un himno destinado a ser cantado en la plaza de san Pedro con motivo de la elevación a los altares de los mártires de la Guerra Civil. Los de un sólo bando. Tras un concurso muy disputado han elegido uno que se titula “Como los mártires”, cuyo estribillo reza (es lo suyo) lo siguiente: “Como los mártires, nuestros hermanos, de tierra hispana queremos ser: dar nuestras vidas, unir las manos, y prepararnos para un nuevo amanecer”.

Un nuevo amanecer… No quiero ni pensar lo que suele ocurrir cuando la derecha se prepara para ver un nuevo amanecer.

Más negro, más, que la noche, el cura verdugo argentino

Manolo Saco en Público

Al sacerdote católico Christian Von Wernich acaban de condenarle en Argentina a cadena perpetua, por delitos de lesa humanidad cometidos durante la dictadura militar (1976-1983). Los jueces le acusan de haber participado en siete homicidios, 31 casos de tortura y 42 privaciones de libertad ilegales.

En Argentina hubo un intento de extender “el olvido” sobre los delitos cometidos por los colaboradores de la dictadura asesina, mediante una ley de Punto Final. También allí, como aquí, la extrema derecha consideraba que no era conveniente poseer demasiada memoria histórica, que la memoria es un estorbo para la reconciliación, que abría innecesariamente las heridas de la lucha fratricida. Por fortuna, jueces incontaminados por aquella barbarie tumbaron semejante aberración jurídica, y poco a poco acabaron desfilando por la silla de los acusados los culpables de los crímenes.

El cura Christian (cuyo nombre mismo es un sarcasmo) había puesto al servicio de los represores los secretos arrancados en confesión a los detenidos, convertidos así, a pesar suyo, en delatores.

En España, al término de la guerra civil, cientos, si no miles, de curas como éste colaboraron con el régimen golpista desde sus confesionarios, tejiendo una red de chivatos, formando parte de los piquetes de torturadores, bendiciendo con su presencia las ejecuciones sumarísimas y los asesinatos en la cuneta. Por desgracia no hubo juez que declarara ilegal nuestro Punto Final de la Transición. En España sólo pudieron ejercer los jueces adictos al Movimiento Nacional y a la Iglesia que había bendecido el golpe militar, y durante décadas fueron transmitiendo sus genes ideológicos a las siguientes generaciones de jueces que ellos mismos examinaban y formaban.

Muchos de sus muertos yacen todavía en cunetas y fosas comunes. Nunca merecerán estar en la lista de los asesinados por la barbarie “del otro bando” que la Iglesia católica quiere elevar a los altares el 28 de octubre.

Ese día, mientras la otra España eleva al cielo sus plegarias a un dios que no existe, yo rezaré al dios de los laicos, y recitaré en voz alta, a modo de oración, los versos de Miguel Hernández, escritos a hurtadillas en la cárcel de Ocaña poco antes de que lo dejaran morir como un perro, versos referidos a otro cura sádico, el conocido como “El verdugo de Ocaña”:

Muy de mañana, aún de noche,

antes de tocar diana,

como presagio funesto

cruzó el patio la sotana.

¡Más negro, más, que la noche,

menos negro que su alma,

el cura verdugo de Ocaña!

(…)

Cobarde y cínico al tiempo

tras los civiles se guarda…

¿Han perdido el juicio nuestros líderes políticos?

He pasado varios días junto al mar, sin periódicos y conectado con el resto del mundo únicamente a través de www.20minutos.es.

En casa, me habían guardado los diarios viejos y ayer tuve la oportunidad de echarles un vistazo rápido. Comencé con El País del viernes para leer tranquilamente todo lo interesante que me había perdido durante un largo y maravilloso fin de semana al sol. Buscando la columna de Sol Gallego, fíjense con lo que me topé: ¡la gallina!. Cada vez que veo esa bandera fascista con la gallina se me ponen los pelos de punta. Me da miedo. Y eso que tiene los mismos colores de mi bandera…

Estoy reflexionando sobre el comportamiento de nuestros líderes políticos. ¿Acaso se están volviendo locos? Me refiero a Zapatero y a Rajoy, pues, es esto de la crispación y de la bronca entre dos, tanto monta monta tanto. Conste que no soy ni trato de ser equidistante. Tengo mi corazoncito en el lado izquierdo y mi bolsillo en el lado derecho, como todo hijo de vecino. Pero, aunque se me vea el plumero -que nunca trato de ocultar- soy bastante libre y aquí escribo, como dije el primer día, como si fuera libre.

Ahora me voy corriendo a cosas del trabajo atrasado pero volveré con esta reflexión esta noche o mañana. ¿Hay por ahí alguien sensato?

Si es así, que diga algo, por favor.

Bush consigue licencia para torturar

Ayer fue un día triste para el mundo civilizado, o sea, para los seres humanos que respetan y quieren que se respeten los derechos humanos. Bush consiguió su propósito: licencia para torturar sin tener qeu dar cuentas a nadie. El gran inquisidor Torquemada se convierte ahora en una hermanita de la caridad si lo comparamos con el amigo de Aznar.

El País da una amplia información de este desastre legal, a cuatro columnas en la página 3, con este titular:

Bush logra el apoyo del Congreso a la Ley para juzgar a los presos de Guantánamo

Y este sumario:

Los sospechosos de terrorismo verán limitados sus derechos legales en Estados Unidos

El senador John Kerry declaró ayer:

«Esta ley permite la tortura. La única garantía que da de lo contrario es la palabra del presidente, y me gustaría decir que es suficiente, pero no lo es»

El demócrata Patrick Leahy dijo:

«Vamos a poner el borrón más oscuro en la conciencia de la nación. Es inconstitucional. Es antiamericano.»

El New York Times llamó ayer «irresponsable» al Congreso.

El Mundo, en cambio, reduce las vergüenzas morales y legales de Bush a una media columna en página 31, cn este titular:

El Senado de EE UU aprueba la ley de juicos para terroristas

Sol Gallego, sensible habitualmente a las patadas que le dan a la libertad y a la justicia, en cualquier parte del mundo, aunque sea en el imperio de Bush, centro mundial de la hipocresia, ha escrito un precioso y terrible artículo en El País sobre el paso atrás que acaba de dar el Imperio.

Para que no le falten inquilinos en el terrorífico campo de concentración de Guantánamo o en otras prisiones secretas de la CIA o el FBI, Bush se ha convertido en el pirómano-bombero.

Primero prende fuego a Irak y luego pide poder usar las mangueras crueles de Guantánamo para apagarlo.

Pide herramientas de tortura secreta (que sólo él conoce y autoriza) para acabar con los terroristas que él mismo ha generado con su invasión ilegal y criminal de Irak.

El País titula así su editorial:

«Escuela de terroristas»